OVA Especial La Sangre Azul

"Hinata Hyuga y el mundo después de la muerte"

By Menma - kun

La historia es de mi plena y propia imaginación. Los personajes que aparecen en esta historia son obra y creación del mangaka Masashi Kishimoto de la serie Naruto™; los cuales no son mios y estos solo hacen la interpretación y realizan sus escenas.

Desperté con pesadez poco a poco. Parpadeaba lento y pausado, tratando de ser consciente de que me había ocurrido. En realidad, ni siquiera me tuve que incorporar para darme cuenta: ¡Estaba Muerta! Me inmolé y eso es mas que suficiente. Lo que me hacía sospechar era que si esa es la realidad, ¿por qué estaba despierta? ¿no he muerto acaso? No me he levantado pero siento mi cuerpo entero y eso me alarma. Digo, no es que ame estar destrozada y haber volado en mil pedazos producto de una explosión pero, ¿no se supone que así debía ser? ¿por qué seguía "viva"? ¡y además entera! ¡¿En donde estaba ahora?!

¡Por Dios! - dije bajito y un poco alarmada.

A mi alrededor, todo estaba en la mas completa oscuridad, y extrañamente, a pesar de que parecía que había una sensación de haber calor en el lugar, dentro de mi algo gritaba que todo era un frío demasiado infernal, gélido y en extremo aterrador. ¿como podía pensar en esas cosas? Sin embargo, y luego de que me incorporaba poco a poco, mi mente procesaba en primera instancia lo que podía ser aquello que pasaba a mi alrededor, y llegaba a la conclusión, despues de analizar ciertas ideas basadas en razonamientos de tipo espiritual, descartando totalmente cualquier explicación física, que solo había podido llegar a una unica opción lógica. Mas no me atrevía pensar en ello, pues por muy asesina y mala persona que haya sido antes de morir, el hecho de comprobar con mis propios ojos que si existe la vida despues de la muerte me perturba. Es posible que yo, con un 99,9% de seguridad, me hallaba en "ese lugar"; sin embargo, decidí "comprobarlo" con mis propios ojos.

Al decir "comprobarlo" me referí a que caminé recto por una especie de valle solitario demasiado oscuro, sólo y el cual no se escuchaba ni el mas mínimo ruido salvo el de mis pasos. El ambiente es como de muerte; un frío que me calaba los huesos, pese a que mi cuerpo se siente como muy acalorado a la vez, con gotas de sudor cayendo de mi rostro y empapando mi cuerpo. El suelo era de un color del carbón mas oscuro y paradójicamente, tiene un olor con o si de verdad fuera carbón, y distinguiendo, era como si hace poco hubieran quemado algo con carbón en este lugar.

Mientras avanzo, noto algo extraño:

Mi cuerpo esta completamente sucio y manchado de carbón. En serio, me veo muy sucia y desagradable. Mis ropas se encuentran en el mismo estado. Que yo recuerde ni antes de muerta me veía tan mal y aquí estoy como si al llegar me hubiesen tomado para barrer aquel valle por el cual camino con una escoba... Y yo era esa escoba; Algo más extraño percibía:

entre más caminaba, mas oscuro se hacia el camino y era más difícil de ver por donde andaba. Finalmente, todo se hizo tan absolutamente oscuro, que no podía ver mis manos ni siquiera al ponerlas al frente de mi nariz; algo aún más alarmante y extraño ocurre:

después de resignarme y dar por hecho que no habría nada a mi alrededor, sin ni un vistazo de luz y una oscuridad como único protagonista, caminé por algún rato, no se cuanto, media hora o menos, ¡no lo sé! Tan a la expectativa estaba que perdí mi conciencia de ser una adulta y volví a sentirme una niña sola y un poco asustada de todo lo que pasaba. No era para menos, o quizás se debía a que me encontraba sola en ese momento. Más como todo en la vida, mientras estamos vivos, las cosas ocurren cuando tu menos te lo esperas, al poco rato de empezar a caminar, un penetrante y muy fuerte olor a azufre inundó el aire y mis pulmones se sintieron pesados y muy irritados. Asimismo estaban mis ojos. Lloraba de lo irritante de aquel olor. La tos y la sensación de asfixia no se hicieron esperar en mi cuerpo. Pronto empiezo a sentir muy difícil el seguir caminando, hasta que definitivamente detuve mi marcha y trataba de mitigar el fastidio que me causaba el olor del azufre, pero con muy poco éxito. Me dí cuenta inmediatamente que entre más avanzaba mas fuerte era el olor, así que aun con la mente ya nublada por ese espantoso gas decidí darme la vuelta y abandonar la idea de comprobar que era este lugar.

Y en ese momento, a los primeros pasos hacia atrás, un haz de luz muy brillante ilumina de repente todo el suelo de aquel valle propagándose a varios metros de mi vista. Extrañada y curiosa doy la vuelta para ver de donde provenía. La respuesta es algo que algunos no me lo van a creer y tal vez sea algo difícil de explicar esto que han visto mis ojos.

Cuando di la vuelta para ver aquello que iluminó el sitio a mi alrededor, encontré que a lo lejos, era una pequeña mancha de color naranja. Mientras me decía que "qué era eso" y "no tengo idea", la mancha se hacia mas larga hacia el horizonte y crecía gradualmente a medida que detenidamente la veía. Empecé a asustarme. A estas alturas me encuentro tan propensa al miedo que si viese algo más fuera de lo natural, el grito estaba preparado para que de mi boca pudiera escapar. Todo esto lo miraba atenta y expectante. Pero no sabía nada que hacer y menos allí. Odio decirlo, pero ahora soy vulnerable ante cualquier cosa que ocurra a mi alrededor.

La mancha naranja crecía mas y masa a la vez que esta se acercaba hacía mí. Por inercia retrocedí un par de pasos hacia atrás, y por instinto contemplé la idea de salir corriendo de lo que fuese esa cosa que se acerca. Mas mi extrañeza volvió a surgir a flote, pues a medida que aquella mancha crecía, un sonido similar al mar cuando te encuentras cerca a la playa, escuchaba cada vez más y más.

¿que es esto? ¿estoy en el mar? ¿que es este lugar? ¿donde estoy? ¿que pasó aquí? - me dije.

Aquel sonido, que al igual que el tamaño y masa de la mancha naranja que se aproximaba en mi dirección, se hacia mas grande y mas fuerte. Y en ese momento yo temí. Y me llevó a dudar si era correcto huir de aquello que se acercaba. No podía enfrentar algo que no conocía muy bien y menos si se tratara de algo que muy posiblemente no era de este mundo, no al menos del mundo de los vivos. Su sonido era ya como del mar embravecido. Llegué a pensar que si tal vez era eso, entonces quizás debía corre. Pero la idea que da descartada de inmediato. ¿a donde carajos podría ir a refugiarme? Huir a la deriva sin saber a donde ir, tan solo correr recto en dirección contraria de algo que no sabia muy bien que era, sin saber si podría detenerse y menos que yo pudiera físicamente soportar el escapar de esa cosa por siempre, no era en definitiva una buena idea.

Lo único que podía hacer y de lo cual me lamentaba, era de permanecer quieta mirando hacia esa cosa esperando a que finalmente me alcanzara. Pronto me di cuenta que aunque hubiese sabido de ello al despertar y huyera de inmediato cuando aparecí en este lugar, la masa naranja me habría alcanzado de todos modos. Esto es algo muy extraño y ahora que esta al frente de mi, desearía nunca haberlo visto. Ahora ya sabia el por que el suelo tenia la sensación de carbón y el olor a quemado bajo mis pies. También la temperatura del lugar y evidentemente y para desgracia mía, aquello que está en frente de mis ojos, es la explicación del terrible olor a azufre que sentí hace poco y que ahora, pega tan de lleno. Pero por extraño que suene, su olor ya no me duele como al principio. La mancha naranja de la que hablo, es una enorme especie como de mar de océano de lava y fuego que cubría absolutamente todo y su calor era tan titánico que mi cuerpo comenzó a sentirse como estar en un desierto al mediodía y sin estar al menos cerca de esa masa. Dejaba de sonar como un sonido de mar y se escuchaba ya como a un fuerte rugido. Para mis adentros, aquello se sentía como el fin del mundo y mi corazón tembló por dentro y tuve miedo, de todo lo que veían mis ojos. De pronto, sentí que una pequeña parte del suelo, la que estaba debajo de mis pies empezó a levantarse un poco sobre el nivel de ese mar, y mientras que este cubrió todo lo que había a mi alrededor. Pronto me vi rodeada completamente de ese mar.

Así que... Este es el fin, ¿no? - dije en un susurro con voz de miedo.

Tras decir aquello, se formaron unas olas que ondulaba todo ese mar. Pronto las olas se alzaban solas haciéndose cada vez mas y más grandes. Su sonido era demasiado fuerte, como demoliendo edificios y era muy aterrador. No estuve mucho en la playa en mi vida, pero creo que si habría estado en el mar en medio de la peor de las tormentas, su sonido no sería tan atroz y embravecido como los que causaban esas olas que veía. O al menos eso era lo que yo creía.

Mas cuando yo estaba más metida en mis pensamientos, las olas de ese mar que se formaban en él, se alzaron a mucha altura, como a la de un rascacielos. Se formaron todas ellas alrededor de mí una al dado de la otra, grandes y amenazadoras. De pronto, y sin previo aviso, las cimas de las olas apuntaron hacia mí y se lanzaron, todas a la vez cuando un grito de terror salió muy fuerte de mi garganta, dejando el último recuerdo de una persona en aquel abismo de lugar.

Ehhh...- vuelvo a despertar- ¿otra vez...? ¿que...? ¿donde estoy?

Mis sentidos tratan de orientarme mientras vuelvo a estar consciente. Intento incorporarme pero siento mis brazos y piernas algo machacados. Como si mis músculos no tuvieran fuerza o como si algo los hubiera golpeado. Pronto me acuerdo de lo que me sucedió. Y entonces de un brinco me siento en en suelo. Espantada, recuerdo todo lo que me pasó antes en ese lugar y veo que ahora mis brazos y mis piernas tienes unas partes quemadas, otras ensangrentadas y unas partes sucias de tierra y carbón. Mis ropas tenían algo de haber sido puestas al fuego, estaban algo raídas y olían mal. Todo de mi estaba sucio, quemado y ahora manchado de sangre. Y lejos de solo preocuparme por eso, debía ahora de saber, en donde estaba en ese momento. El lugar ahora es diferente de a donde aparecí primero. En un primer vistazo, no veo a nadie, pero puedo notar que tiene ciertas cosas distintas de a donde estaba antes.

Al observar hacia arriba, este tenia una apariencia como de una grieta enorme. Y además era muy alta. Daba la sensación de que no tenia fin y por lo cual, cualquier cosa que estuviese en este lugar, debía caer de allí, pues aparentemente no había salida o entrada alguna por donde se pudiera pasar. Fuese lo que fuese pasado, después de ver esa ola gigante de fuego, caí a este lugar, probablemente de aquella grieta, o al menos esa era la teoría que mas sentido le encontraba.

Y aquí viene lo mas complicado de explicar: El lugar. No se por donde empezar. Ya no es tan caluroso como en aquel valle en el que estaba, pero algo en el ambiente se me hacia familiar. Es aterrador, pero por alguna razón esta sensación que tengo en el pecho ya la había sentido antes, de hecho, creo estar segura de que la conozco. No se explicarlo ahora con claridad, pero, estoy convencida que lo que sea esto, lo he sentido antes, lo he vivido, lo he experimentado. Es una sensación...

De cuando... de cuando... cuando mato a una persona.- dije a voz baja.

Y si. Por muy tétrico que sonara, la forma que tengo para describir lo que vi y lo que en mi pecho esta sintiendo, es justamente eso. ¿A que vendría negar lo que soy? He matado personas en mi vida. Y luego de haber finado a muchos en el pasado, en mi corazón sentía como un ambiente gélido y muy frío cuando veía correr la sangre de a quienes les mataba y lo que sentía era algo exactamente igual al ambiente de aquel lugar.

Echo a andar un poco por el lugar. Obviamente no existe la luz pero del mismo entorno, hay una rara claridad grisácea que cubre todo el lugar y se puede ver por donde se anda. Pero al poco rato de caminar encuentro que el suelo termina pronto. Da la apariencia de ser como un pedazo de tierra levantada sobre algo. Alzó la vista y en efecto, es como... Como una especie de isla que está suspendida por unas ramas gigantescas de arboles aferradas a la tierra que esta mas alejada de esa pequeña porción de suelo en la cual me encuentro. Su aspecto no deja nada a la imaginación: Como todo lo que he visto desde que estoy en este lugar, es de un respecto de terror absoluto. La forma de esas ramas y los arboles aferrados a la tierra... ¡Por Dios! He visto arboles quemados, secos, deformes y sin vida cuando estaba en la Tierra, pero esto era ya demasiado. No quería decir esa palabra, pero una que si podría definirlo perfectamente sonaba casi igual: !Infernal!

Nada de verde, nada de algún fruto, nada de hojas, nada de flores, nada de vida, ¡Nada de nada! Su aspecto eran de ser demasiado viejos y quebradizos como si estuviesen a punto de romperse y caer y con ello el oedazo de suelo en que me encontraba. En sus ramas habían cadáveres de personas colgando de ellos. Pero lo más abrumador para mí fué, cuando eché un vistazo al vacío, era un gran río de sangre justo debajo de esa isla suspendida. Y de ese río, soltaban burbujas grandes, desprendía un horrible olor fétido, de sangre, pero cuando esta se quema; y un vapor calimete que te hacia daño con solo sentir que te pega en el rostro. Era en extremo caliente y eso que estaba a una altura considerable. Oí unos gritos, pero era como de una multitud, al unisono, de mucha gente, que los escuchaba provenir de aquel río. No repetiré nada de que eran esos gritos, solo puedo decir que eran de un lamento horrible y muy desgarrador que las palabras no lo pueden relatar. ¡Es horrible!

También oí otros gritos, pero estos eran diferentes a los gritos de una persona. Eran como de unas bestias. Por la altura en la que estaba, no podía distinguir nada, sin mencionar lo espantoso que es quedarse a ver con ese vapor y ese olor terrible de sangre; pero, podría jurar, que sea lo que sea de donde vienen esos otros gritos, no pueden ser de un humano. De hecho, creo que no es de nada que viva en el mundo de los vivos. Por último se escuchaba como si a los que estaban en el río les atacaran. Su sonido era audible pese a estar lejos de allí. No se de que era, pero un recuerdo de mi mente cuando estaba viva, asociaba aquello a una vez que acabé con la vida de un objetivo en una misión de Tanaka. El sujeto murió de un disparo por una flecha que arroje de un arco a 26 metros sobre una roca. El sonido que recuerdo de ese momento vivido era muy similar a lo que se escuchaba al fondo. Pero no quería bajar en absoluto para averiguarlo. La ultima vez fuí aplastada por unas olas gigantes de fuego por hacer eso mismo.

De pronto siento unos ruidos como de alas que volaban muy cerca de mi cabeza. No podía ver nada, el cielo estaba muy negro y solo se veía la claridad del río de sangre que estaba debajo y el leve resplandor de la grieta sobre mi cabeza. Mas por esa grieta, las figuras de esas cosas voladoras pasaban veloces; su aspecto no decía nada puesto a lo rápidos que eran. Solo veía sombras, y estas se veían como águilas grandes, mas sus alaridos eran por completo distintos a los de un animal. Eran como de humano y lo que proyectaba de esas cosas en mi imaginación era totalmente aterrador. Y cuando creí que no podría sorprenderme mase de lo que ya estaba, una muy reconocida voz se dirigió hacía mi, haciéndome erizar un segundo, y darle el toque de impacto al momento. Mas que reconocida, esa voz, es la que he escuchado los últimos años de mi vida. De hecho, fue la ultima voz que escuché, mientras estaba con vida:

¡vaya, vaya! Pero ¿por qué te asustas?-

Mecánicamente me doy vuelta y me encuentro que esa voz es tan real como mi existencia misma y de inmediato las emociones de todos los últimos momentos vividos y mis recuerdos de toda la vida llegan en aquel instante en que el tono grave y rasposo de su voz resuena en mis oídos.

No pensé en encontrarme contigo en este lugar. Bueno, no en el mismo sitio. Aunque no se tampoco como funciona esto. Después de todo, llegamos aquí al mismo tiempo.

¡Y eso fue todo! Mi mente explotó. Ni en la más surreal de mis imaginaciones, creí que algo como esto sería posible. ¡Por Dios! Si mi destino era ir al Infierno, preferiría con gusto estar en cualquier parte, ¡En serio!, ¡En cualquier parte!, pero nunca, y me refiero a que NUNCA, encontrarme en el mismo sitio y en el mismo lugar del Infierno, con el ser que mas desprecio llegué a tenerle en toda mi vida en la Tierra: Kankuro Tanaka.

¡¿Que carajos haces aquí?! -

Mas que a una pregunta, sonó a un grito de ira mezclado con espanto. Pero es que cómo no voy a hacerla. Ya ni siquiera me importaba afirmar y convencerme que estoy en el infierno. Cómo no iba a sorprenderme de esto. ¿de tantas personas, por que al primero que tendría que ver aquí sería a Kankuro? Esto era una cosa de locos.

¡Huy, que pregunta! ¿acaso no sabes en donde estamos? -

¡No hablo de eso, maldito! ¡¿tu que haces así en el mismo sitio?!-

Aunque en realidad, llegué a creer que tal vez mi castigo ya había empezado y que ese que tenia en frente era el mismo Lucifer en la forma de Tanaka, mi peor enemigo. Pero pronto me convencí que ni el mismo diablo podría ser tan odioso y aberrante como lo era aquel personaje. Kankuro rompe a carcajadas ante mi pregunta lo cual me da extrañeza. Es decir, ¿quien carajos se puede reír así estando en el Infierno?

-Risas- ¡Ay no! No debes estar hablando en serio, ¿eh? Pero, si lo preguntas curiosamente, no te sabría decir. La verdad no tengo ni idea de por qué. Pero si de algo te sirve te lo voy a decir.-

En ese momento me quedo seria mirándolo fijo a los ojos mientras el se acerca con paso tranquilo hacia mi hasta detenerse a una cierta distancia prudencial, por eso del espacio personal. El se mantiene con porte serio al igual que yo. Operó, si recuerdo perfectamente a mi ex jefe de la otra vida tal como lo recordaba, y en efecto era la persona que tenía al frente, debía salir con una "verdadera" sorpresa. Que para mi, eran de esas que te sacaban por completo la paciencia. Y en efecto lo fué, cuando de repente el aspecto de su cara se hizo burlón y de mofa, extendió sus brazos y como si de un loco se tratase grito al aire:

¡Bienvenida al Infierno, Hinata Hyuga! Goza de tu estancia en este lugar. -

Perdí mis cabales en ese instante y decidí atacarlo por su burla y por el odio que guardaba contra él, cuando en ese momento, salieron unas ramas del suelo y me sujetaron de manos y pies, apretando mi cuello y todo mi cuerpo, inmovizandome por completo.

Quejandome del dolor que me causaba, descubrí que esas ramas además tenían espinas, que al rozar con mi cuerpo me razgaban la piel provocando me mucho dolor. Y obviamente, grité de dolor por aquello que me había pasado. Pero Kankuro, que presenció todo aquello, se quedó inmóvil pero tranquilo, respirando profundo, se metió las manos en los bolsillos y procedió a hablarme ante mi cara de dolor.

No debes hacer eso, Hinata. En el Infierno existen unas reglas que se deben seguir. Una de ellas es que las almas humanas no deben causarles daño a otras. Solo los demonios son los unicos que tienen la investidura para atormentar a las almas humanas; a menos de que sean ellos mismos quienes lo permitan. - pausó un segundo mientras volvía a mirarme y siguió - debemos estar sometidos a todos sus caprichos y sufrir sus castigos por toda la eternidad, así que nunca debemos olvidar eso. Aunque en nuestra vida en la Tierra haya gente a la que odiamos, no es deber de nosotros sino de los demonios determinar su castigo. -

Cuando Kankuro me explicaba esto, la rama de mi cuello comenzó a apretarme mas y a lacerar mi piel y yo grité de dolor. Me estaba torturando fuertemente y sentía por un segundo que iba a ser desmenbrada. Pero Tanaka en ese momento me respondió:

¡Hinata! ¡Dedes decir estas palabras si quieres que las ramas dejen de apresarte o terminaras hecha pedazos: "Yo me someto a tú castigo"!-

¡¿Que has...?! ¡Aaaargh!- las ramas continuaron aparentando mi cuerpo. Estaba sangrando por donde ellas se enredaban en mí y yo con enza a a perder las fuerzas.

¡Hinata! ¡Debes decirlo ahora! ¡Apresurate! -

Miraba con odio y rencor a Tanaka pero al instante el dolor que estaba sufriendo alejaba mis pensamientos para hacerme padecer este suplicio. No podía hacer nada ni me podía mover. Pero Kankuro me insistió como queriendo sacarme del problema.

¡Ey! ¡Date prisa! ¡Te romperá en pedazos! ¡Debes hacerlo! Di las palabras ahora y el demonio te soltará.-

¡Aaaaargh!-

¡Dilo Hinata! ¡"Yo me someto a tu castigo"!-

¡Nhgrrr!-

¡Dilo ahora!-

¡Yo me someto a tu castigo!-

Y tras decir esa frase, las ramas dejaron de apretarme y me soltaron, volviendo a la tierra de donde salieron.

Caí al suelo con evidentes rastros de tortura y asfixia. Estuve a punto de ser estrangulada y desgarrada por esa cosa. Todo me dolía y mi sangre caia lenta por mis brazos, cuello y piernas. En medio de eso, Kankuro se acercó a mi tomandome del brazo para levantarme, pero en cambio le respondo empujando su pecho haciéndolo que se aparte.

¡Dejame en paz! ¡Alejate de mí!- mientas me quejaba del dolor de hace rato.

Oye, no voy a lastimarte.

¡Callate! ¡No quiero que me toques!-

Pero...-

¡Largate de aquí, vete!- le grité.

Pero Tanaka se sentó en una piedra que estaba cerca mientras no paraba de mirarme sangrando, levantada en cuatro sobre el suelo tratando de reponerme. Y así pasé por un buen rato hasta que dejé de respirar agitada, cobré algo de aliento y me puse de pie. Pero al levantarme noté que Kankuro todavía seguía allí mirándome sin decir palabra alguna. Pensé en arrojarle alguna cosa pero aun tenia el dolor de esas ramas en mi cuello y me contuve un poco, además que si él no me hubiese dicho con o salir de eso hubiera quedado en pedazos y no quería imaginarmelo. Aunque muriera de cólera por eso, tengo que admitir que Tanaka esta vez me salvó el cuello, literalmente. Así que tratando de hablar calmada le pregunto:

¿Que es este lugar? -

Estamos en el Infierno, Hinata. -

¡Ya sé que estamos en el Infierno! ¡Lo que quiero saber es en que parte exactamente! -

Mmm. ¿a ver? Mmm. No estoy muy seguro, pero...-

¡¿Pero qué?! ¡¿Sabes o no sabes en donde estamos?! -

¡Espera! - me contesta fuerte Tanaka muestras me mira fijamente.

Yo también le miro fijamente, con rabia, esperando alguna respuesta. Pero Tanaka tiene una expresión en los ojos como si estuviera reclamandome algo. Tratando de adivinar lo que quiere yo le dijo:

No voy a agradecerte por salvarme. Eres un maldito que mereces estar sufriendo esto al igual que yo. -

Eres demasiado orgullosa para hacer algo así y la verdad no lo espero de ti.- me responde al cabo de un rato.

Su respuesta me sorprende. Tal vez no dijo eso para que sple ahtradeciera ni nada. Aunque yo si hubiera preferido dejarlo partirse en pedazos si estuviera en la misma situación. Pero, ¿entonces qué quería? Y lo pregunté.

¿Que es lo que quieres? ¿A que se debe esto? ¿Por qué me ayudaste? ¿Sabes que otro momento te habría dejado que te pasara algo así? Lo ultimo que querrias es salvar a la mujer que mas odias.-

Pero Tanaka guardaba silencio no dejando de mirarme a los ojos. Entonces me desespero y le digo:

¡Dime lo que está sucediendo, Tanaka!-

Entonces Kankuro se vuelve a poner de pie en la piedra y se acerca a mi lentamente hasta una distancia decente. Y dice:

Te aseguro que en este lugar lo que vamos a experimentar es mucho sufrimiento por toda la eternidad. No te arriesgues en adelantar tu agonía. Todo esto no acaba más que empezar para nosotros.-

Ok, ya comprendo. Ahora dime que sucede.-

No estoy seguro muy bien de que sucede. -

¿Pero como sabías lo de las ramas y lo que debía decir para que me soltara?-

Porque se lo oí gritar a una persona hace un momento. Antes de verte aquí, Hinata. -

¿Por que será todo eso? -

No lo se. -

¿Cómo que no lo sabes? ¿Entonces que fué lo que dijiste hace un rato, Tanaka? ¿Cómo es que sabes de estas cosas? - le preguntéperturbada algo perturbada por lo que había pasado hasta ahora.

¡Eso a ti no te interesa! ¡No tengo por qué decirte nada de lo que se! ¡No es de tu incumbencia! -

Me irritó tanto su respuesta que pensé que hasta podría morir de la misma rabia que sentía.

¡Me largo de aquí! -

¿A donde vas? No hay salida. -

¡A cualquier parte donde no vea tu cara! -

No te lo recomiendo. -

¡¿Y a tí que te importa?! -

Bueno, la verdad es me me importa una mierda tu bienestar. Pero si deseas empezar con tu tormento y sentir de nuevo las ramas del Bosque de los Suicidas, ¡Adelante! Además, creo haber reconocido a algunos de los que estamos aquí; Y creeme que si te topas con ellos, lo mase probable es que terminen desmenbrados todos antes que puedan gritar esa frase. -

Espera ¿Que dijiste? ¿"Bosque de los Suicidas"? ¿Que es eso? ¿Y a quienes te refieres cuando dices "algunos"? -

Solo mira hacia allá - apuntándome con el dedo al otro lado de la isla.

Miré y me percaté que había mas personas en este lugar. En su mayoría hombres y varias mujeres con aspectos similares a todos aquí: Sucios, ensangrentados y quemados. Pero por alguna razón, unos pocos rostros se me hacían conocidos. Y a los que no conocía, podía mirarles y me daba cuanta de quienes eran: Asesinos. Homicidas como yo y como Tanaka. Analizando esto, por fin comprendí un poco la situación. A lo cual, Kankuro lo intuyó al verme y me dijo:

Ya te puedes hacer una idea de que hacemos aquí, ¿verdad? -

Algo así. Pero, ¿exactamente que es? -

He pensado lo mismo. Lo único que le encuentro sentido es que probablemente estemos en la parte del Infierno donde castigan a los asesinos y homicidas. No se de a que punto, pero me imagino que de acuerdo a los crímenes que hayas cometido en vida. Pero si esto es así, debemos estar en la peor parte de ese Infierno.

¿Por qué? ¿Cómo lo sabes? -

Porque tú estás aquí. -

Maldito puto y su indirecta. Pero desgraciadamente su teoría tiene sentido. Y si esto era así, las personas que están aquí son los peores asesinos de todas partes del mundo que han muerto recientemente. Después de reprimir mi rabia por el ultimo comentario, yo pregunto:

Pero entonces, ¿Que pasa? ¿Por qué estamos aquí todos? Digo, ¿no deberíamos estar sufriendo en vez de esto? -

¡Pero que cruel, Hinata! Ya quieres que el tormento empiece ya. ¡Que horror! Todos aquí están aterrados por el sufrimiento que les espera y tú solo quieres que venga de una vez por todas. Deberías alegrarte un poco al menos de que aun no empieza. Ya verás como se rompe ese pensamiento tuyo y empezaran tus lamentaciones. El solo imaginar tu dolor es toda la venganza que puedo pedir contra ti. -

¡Maldito Tanaka! -

Lo que me desagrada mas es el hecho de que hayan ramas del Bosque de los Suicidas aquí en este lado del Infierno. -

¿eh por que? ¿y que es eso del Bosque de los Suicidas? -

Ahora es Tanaka el que se molestó conmigo y eso me alegra un poco el animo.

¡Grrrr! ¡No tengo remedio! Está bien. Te contaré lo que sé. Pero si dices algo al respecto haré que las ramas te desmienbren esta vez aunque yo lo sufra después. -

No puedo evitar soltar una risita spde satisfecha pero, por si las moscas, le respondo:

De acuerdo, tu ganas. Dime que sucede. -

Para empezar, El Infierno corresponde a la muerte eterna del alma. Si bien el alma de una persona es inmortal, pero no está exepta de sentir lo que está a su alrededor. Es como el cuerpo humano y solas sensaciones: Frío, calor, alegria, dolor, esas cosas. Todas ellas las sentimos gracias al alma. Y por ella somos conscientes de nuestro estado. No diré que determina que un alma vaya al cielo o al Infierno porque ambos sabemos que somos unas mierdas y merecemos estar aquí, así que, hablaré de que es esto. El Infierno es donde pagaremos nuestras culpas en la Tierra por siempre. Ya que nuestra alma es eterna, así nuestro sufrimiento será de acuerdo a la gravedad de las culpas. Y como no puede morir tampoco, entonces tampoco morirán ni desaparecerán nuestro castigo ni tampoco quienes nos los darán. Al estar despojados de nuestro cuerpo terrenal, no hay nada ahora que no sea descubierto ni habrán limitaciones en las practicas que usen contra nosotros. Ahora, de acuerdo al pecado, el Infierno así está clasificado en sectores. Hay uno para cada delito y pecado del hombre en la Tierra. Estos se llaman Círculos del Infierno. No se con claridad si así sea esa teoría, pero es la única que hay en mi cabeza y hasta ahora es la que más realidad contiene.

¿Circulos del Infierno? -

Así es. El primer circulo es la Antesala del Infierno. Es un lugar vacío y sin vida alguna. No hay nada en ese lugar, tan solo oscuridad y el alma que entra allí está a la espera de ser llevado al circulo que le corresponde de acuerdo a su pecado. -

Mientras decía eso recordé el mar de fuego que me rodeo al llegar aquí y deduje que ese lugar debía ser la Antesala de la que hablaba.

El segundo circulo es donde inicia en si el Infierno como tal. Es el lugar donde castigan a los lujuriosos y a quienes practicaron pecados sexuales en vida. El tercero es donde son castigados los que han pecado por la Gula y la Codicia. Y así van bajando los círculos, de acuerdo al pecado. Entre más bajo sea el circulo, mas grave es el pecado y de acuerdo a su grado, así es la intensidad del castigo que sufrirá el condenado. -

Entiendo. ¿Entonces cual sería nuestro caso según tu teoría? -

Por es aspecto que tiene, debemos estar en el séptimo circulo. -

¿El séptimo circulo? -

Sí. En este circulo es donde son castigados los homicidas y violadores. -

¡Vaya! ¡Menudo lugar al que fui a parar! Honestae no ser de que me sorprendo, pero no deja de sonar aterrador cuando lo escucho así, explicado por Tanaka, se me ponen los nervios de punta. Kamkuro continuó.

Este circulo es el primero que tiene sub-divisiones. Esta separado en tres partes. La primera es en donde estamos nosotros ahora. En esta parte somos condenados los que hemos sido homicidas contra otras personas. El castigo para nosotros es arder en un río de sangre hirviendo atormentado por unas bestias que están a orillas del río atacándonos con armas por si alguno trata de salir o asomarse mas allá de lo que le corresponde. -

¿y eso por que? - pregunté yo.

De acuerdo a la gravedad asimismo estas sumergido en ese río. Entre más muertes, mas hondo te toca. La sangre representa la de todas las víctimas a las que hayas quitado la vida y esta arderá sobre ti. Las otras dos partes son para los suicidas y destruidores de los bienes en la segunda y la tercera es para los homicidas de Dios y de la naturaleza; aquellos que mataron la fe y ofendieron a Dios en palabra, los que hicieron cosas en contra naturaleza y aquellos que mataron la dignidad humana y los derechos de una persona.

¿contra naturaleza? Querrás decide contra la naturaleza. -

No es así. Es cierto que allí también pueden pagar quienes hacen daño al medio ambiente. Pero yo me refería a quienes hacen abominaciones que van contra las leyes naturales. Un ejemplo de ello son los zoofilicos y sodomitas...-

¡Ya entendí, ya entendí! - No quería imaginarme nada más.

Ahora lo que me extraña es por que también esta aquí el castigo de los suicidas. Mmm. Me pregunto por qué aun no te llevan. -

¿De que estás hablando? -

¡Hablo de ti! ¡Tu eres una suicida también, Hinata! Me mataste haciéndote detonar con explosivos, eso te convierte en una suicida. Tu lugar debería ser en la segunda parte de acuerdo a que te quitaste la vida y no moriste por otra causa. Pero no se que decirte. Tu también mataste muchas personas en el pasado. Me supongo que aun no saben que hacer contigo. Si te dejan en la primera o en la segunda parte, es algo que no se decirte. Pero por el resto ¿Que estarán pensando hacer "ellos" con los otros? -

Supongo que esos arboles que me atraparon son parte del castigo de los suicidas.-

Así es. Pertenecen al Bosque de los Suicidas. Aquellos que finaron con su propia vida no tienen derecho de permanecer en el cuerpo que no quisieron vivo. Por lo cual, su castigo es el de convertirse en arboles y obligados a colgar sus cuerpos en las ramas de sus propios arboles Mié tras bestias aladas vuelan sobre ellos estropeandolos, mordiendolos y causandoles dolor, los cuales sangran cuando le son arrancados partes de ellos haciendo mas agudo su sufrimiento, cuyos gritos salen ahogados dentro de los arboles.

Eso suena aterrador. - le respondí confesando temor.

Jajajajaja. ¿Estas asustada por eso, Hinata? No te se decir que sea peor en este caso. El asunto es que igual sea cual sea nos van a volver mierda. Pero yo si sabía que terminaría aquí. Ya me lo había mentalizado cuando estaba vivo. De lo único que me compadezco es de aquellos que hayan traicionado a un ser bueno en la Tierra.-

¿Por qué? -

Ellos están en el fondo del mismo infierno. El ultimo foso del ultimo circulo. Se dicen que los que están allí son castigados por el mismo Satanás sufriendo el peor y mas infame de los castigos. -

Mejor dejo ese tema cerrado para siempre y me olvido de preguntar algo mas al respecto. Despues pasó unos minutos en silencio total, tan solo escuchando las horribles lamentaciones del fondo del rio de sangre como ambiente del lugar, cuando luchaba con mi mente por no pensar en nada mas de todo aquello, una pregunta me sacó fuera de lugar. Pero a la vez lo agradecí en el fondo.

¿Por qué me traicionaste, Hinata? -

¿Eh? -

Quiero saberlo. ¿Por que decidiste rebelarte contra mi en vida?

Mientras me hacia la pregunta lo miré a los ojos quedando anonadada. No sabía que responder a la primera, pero sabía a que se refería y eso, es algo de lo que nunca me arrepentiría.

¿En serio valió tanto la pena ese chico Uzumaki que elegiste morir por el llevándome a mí contigo?

Mmm... Yo... Por que debo...- me interrumpió.

Creo que no puedo matarte ya debido a las circunstancias. Tampoco puedo atacarte ni mandarte al vacío en pedazo hacia el río por lo que me hiciste ya que tu me lo has explicado muy bien. Pero al menos si podría preguntante, ¿por que lo hiciste, Hinata? -

Y al verme sin escapatoria, decido contestar.

Porque me enamoré de el Tanaka. -

¿eeeehhh? -

Me enamoré de propia víctima. - dije entre algunas lágrimas que se me soltaron en aquel instante - ¿No es irónico? ¿Amar a un hombre al que se supone debes matar? Eso jamás lo había visto en toda mi vida. Pero... ¡Ese fué mi caso! ¿Que te puedo decir? Que amo a Naruto Uzumaki y por proteger su vida decidí acabar con la mía.-

Al decir eso, Kankuro me hizo un feo en la mirada como molesto, y entonces agrego.

Decidí acabar con mi vida y de paso con la tuya. -

¿¡Por que maldita sea!?- preguntó con ira.

Porque querías asesinarlo. Y no te lo iba a permitir. -

Ya veo. ¿Así que hiciste todo esto solo por amor? -

Así es. -

Mmm. -

¿Qué pasa? - le pregunté.

Bueno... Pensaba en que... Después de todo si tenías buenos sentimientos.

¿Tu crees? - pregunté casual para no sonar sarcástica.

Mmm, no lo se. Pero tal vez si. Todos en el fondo tenemos o tuvimos algo bueno en nuestro interior. -

¿En serio? No me puedo creer que seas tú quien me esté diciendo esto.- le contesté.

¿Tienes algún problema con eso? Incluso yo tuve un sueño antes de ser un mafioso. -

Aquí me detuve un momento a pensar como debía contestar a eso. Quería por una parte burlsrme de el y provocarlo a atacarme. Por otra parte, no sentía que era lo correcto por lo que el me había ayudado hace poco, así que no estaba bien burlarme de él. Y por otro lado, me tenía intrigada el hecho de que supiera tanto del Infierno y que pese a que sabe que sufrirá al igual que yo, no estaba para nada perturbado. Casi que no estaba asustado ni un poco. Decidí no buscarle las cinco patas al gato y pregunté curiosa:

Dime cuál. ¿Cual era ese sueño tuyo Tanaka? -

¿De verdad quieres saberlo? -

La verdad a mi no me importa nada tuyo. Pero ya que hemos terminado a parar aqui , ¿Que más da, no? -

Sí. Supongo que tienes razón Hinata. -

¿Y bien? Dime qué era. -

Escritor. -

Guau! ¿De veras?- le dije.

Si es cierto. No miento Hinata. Inclusive en vida quise volver a retomar ese sueño. Pero me sentía con la estabilidad emocional para hacerlo. -

¿En serio? No te lo creo. -

Lo cierto es que siempre tuve una historia en mente. El problema es que debido a todos los sucesos de mi vida, este personaje fué cambiando y se fué transformado por el entorno y las circunstancias. Y al final terminó como siendo una villana y una malvada. -

Así que se trata de un personaje femenino. -

Si, así es. -

¿Que nombre hubiera tenido tu novela? -

¿Mi novela? -

Si claro. Tu novela. ¿Como la habrías llamado? - le pregunté.

Mmm. No lo sé. -

¡Vamos, dílo! -

Es que aun aquí en el Infierno, sigo pensando en eso. Todo lo que he vivido hasta aquí, pudiese haber servido para eso. -

Ok. Entonces, ¿Cómo seria tu personaje principal? -

Bueno... Ya que lo duces así, yo me imagino a una chica que tuvo un pasado difícil y debido a fuertes circunstancias ella se convierte mas adelante en una criminal. Y tras luego de estar atrapada en ese mundo, ella consigue el amor en un hombre bueno y ese amor la saca de ese abismo y se vuelve libre. ¿que tal te parece? -

La sola explicación de su novela me recordó toda mi vida. Tanaka tal vez no se dio cuenta pero acabó resumiendo casi todo de mi historia espn aquellas palabras: un pasado difícil, horribles circunstancias, una vida en el crimen, Naruto - kun... Lo único que faltó allí fué el final feliz donde la protagonista es libre gracias al amor. Creo que si no lo hubiese mencionado de esa manera, pensaría que estaba hablando de mí, pero eso sería algo completamente imposible. Kankuro nunca haría algo como eso.

Me parece bien. -

Hinata, no te burles. -

Tu argumento es bastante bueno, de verás. Te habría ido mejor en tu vida pasada si lo hubieras escrito y publicado en un libro. -

Mi comentario fue lo más sincero posible. Pero lo hice sonar tan infantil que Tanaka se molestó mucho conmigo y dijo:

Aun puedo hacer que las ramas te arranquen las extremidades. -

Pero no me estaba burlando para nada. -

¡Eso dices tu! -

¡Pero es en serio, Tanaka!

¿Ahhh? -

De hecho... Creo que era un buen sueño. Un muy bonito buen sueño. -

Tanaka se sorprendió de mis palabras. Jamás creyó que la persona que más lo odiaba, pudiera expresarse tan bien de un sueño de su juventud. A lo cual dice:

Jamás imaginé que algo así pudiera salir de tu boca. En serio. Me hace sentir bien que me lo digas, Hinata. -

Al ultimo comentario, me ruboricé de la pena por Tanaka. ¿Me estaba volviendo loca? ¿Acaso me agradó el cumplido que me dijo Tanaka? O sea, llegar al Infierno, ¿Y que me empiece a agradar el hombre que mas he detestado hasta después de muerta?

¡N-No te creas que te dije eso porque me agrades ni nada parecido! ¡Eres un hijo de perra que merece la muerte tanto como yo! ¡Yo-Yo, Yo solo...! ¡Y-Yo sólo pensaba que habría sido bueno que tú hubieras podido cumplir tu sueño! ¡Solo eso! -

¿Ehhhh? ¿Sientes vergüenza por alagar un poco a tu ex jefe? -

¡Ya callate Tanaka! -

Jajajajajajajaja. -

¡No te burles de mi mal nacido! ¡Que yo no me reí de tu sueño! -

Ya, ya calmate. Tienes razón. No debí reírme. Lo siento. -

Aun así eso no explica como sabes tanto del Infierno. -

Digamos que entre mis lecturas del pasado hay una que lo cuenta con detalle. -

¿Y esa cual fué? -

Me leí La Divina Comedia. -

¿De Dante Alighieri? - respondí.

¿Tu también la leíste? -

Bueno... Creo que haber sido una nerd de la preparatoria valió de algo al menos aquí en el Averno.

Jamás me imaginé que hubiese otra cosa en común entre nosotros aparte de ser unos malditos asesinos. -

Ok. Bien, ahora dime ¿por qué? - me tomé confianza y me acerqué a Tanaka sentándome en el suelo cerca de él - ¿Que fué lo que pasó? ¿Por qué no pudiste cumplir con ese sueño? -

Es una larga historia. -

Tengo una eternidad de sufrimie sin igual para oírla. No te preocupes por el tiempo. Escucharé atenta. -

De acuerdo.

Esto sucedió hace 30 años:

"Vivía en Osaka con mi madre y mi padrastro. Ella se había separado de mi padre cuando nací. Crecí solo con ella hasta los 12 años cuando de nuevo se casó con otro hombre. Iba a una escuela rural que quedaba a las afueras de la ciudad. Entre clases y tareas, me di cuenta que me gustaba leer y que me interesaba mucho escribir también. Pronto supe que tenía talento para la escritura. Incluso mi maestro me dijo un dia que tendria futuro como escritor algún día. No era muy sociable puesto que me concentraba mucho en los libros. Me fascinaban las historias de aventuras y novelas dramáticas. Mi auge creció el día que leí La Divina Comedia. Para mí fué y es el mejor libro que haya escrito un autor. Fué lo mejor que me había pasado, pero ja as imaginé, que el día que leí ese libro, sería también el comienzo de mis tragedias.

Mi padrastro era un hijo de puta que llegaba muy tarde a casa todas las noches y siempre maltrataba a mi madre. Por un tiempo mi madre soportó esa situación. Y yo cada vez me empezaba a concentrar menos en mis estudios y cada vez era más grosero, poco amigo y hasta muy agresivo. La vida en la escuela se complicó puesto que todos en mi salón ya me tenían a un lado y nadie se justaba conmigo. Nadie excepto una chica: Temari.

Ella era de un grado mas adelantado que el mío. Fué la única que se acercó a mí a pesar de mi comportamiento. No entendía como no se ofendía ni se iba molesta conmigo. No supe por qué se acercó a mí y que tenía que ver conmigo. Era un poco extraña y quizás algo rara. Trataba de ser amable conmigo pero yo solo la trataba mal. Un día. Dos días. Tres días. Y esto siguió hasta casi llegar las vacaciones de verano. Hasta que me decidí yo preguntar el por que ella me seguía tratando bien siendo yo tan insoportable. Creí que bromeaba cuando dijo que vivió algo similar a lo que yo estaba pasando y que también tuvo padres que vivían en conflicto constante. Era algo estupido que solo por eso ella se acercara a mí. Y mas aun cuando dijo que ella ahora vivía sola en una apartamento de la ciudad. Creí que solo estaba jugando conmigo y la dejé sola.

Ese día no quize llegar temprano a casa, leyendo La Divina Comedia. Pasaron las horas y la noche llegó. El regreso a casa era mas oscuro de lo normal pero lo más complicado es que empezó a llover a la mitad del camino. La brisa soplaba fuerte y el agua caía en dirección contraria. Las luces de la calle empezaron a fallar y el cielo amenazaba con relámpagos. Creí que todo eso podía ser asunto de un mal presagio. El resto del camino rogaba que todo aquello fuese solo una suposición mía y que al final pudiera llegar a casa y ver a mi mamá bien sin el maldito de mi padrastro en casa. Venia pensando en una posible excusa por haber llegado tan tarde a casa. Pero...

La puerta estaba entreabierta. La sala estaba hecha un desastre, habían cosas en el suelto y objetos frágiles rotos por todo el piso. La casa era de un solo pasillo. A lo largo veía sangre en dirección a la habitación de mamá. La foto de mi madre y de mi estaba a la mitad del pasillo rota y con una mancha de sangre en una esquina. La tormenta se hacia cada vez más fuerte. Los rayos cegaban la vista al resplandecer sobre la ventana. Vi sangre en la perilla y la parte baja de la puerta. La electricidad se cortó estando cerca de la puerta. Tenia demasiados pensamientos en la cabeza que no puedo recordar ninguno. Esos segundos antes de entrar por la puerta y descubrir que pasaba fueron los más nublados de toda mi vida. Y honestamente... Descubrí que aun siguieron nublados por el resto de mis días. Un arma, dos personas muertas. Mi madre estaba en la cama mientras mi padrastro estaba en el suelo con un tiro en la sien.

Me alejé. Corrí hacia la ciudad en medio de la lluvia. Hasta que tropecé y caí en un parque. Mi vida se había convertido desde allí en un Infierno. De pronto un rayo cayo en un árbol y estuvo a punto de matarme. El árbol se incendió y yo solo me quedé agachado detrás de una banca. Estaba asustado y mi mente no podía procesar nada de todo aquello. Después vino una persona hacia mí. Era Temari.

Ella me recibió en su apartamento. Sin condición alguna o escatimar nada. Tampoco me hizo preguntas de por qué había llegado hasta allí. Tampoco fui a clases más y no me preguntó por lo que no quería ir. Pasaban los días y yo no salía del apartamento. Solo metido en una habitación sin salir de ahí. Temari llegaba después de clases y me dejaba comida en la habitación. No dije palabra alguna. Y ella tampoco osó en preguntarme nada. Habían pasado ya la noticia del crimen de mi madre y la Policía me buscaba por todas partes. Pensaba que en cualquier momento llegarían al apartamento y me llevarían a un hogar sustituto. Pero eso jamás pasó. Temari siempre fué muy dulce conmigo. Jamás me trató mal. Era como si supiera como me estaba sintiendo.

Llegó el invierno. Temari salia de casa más temprano que cuando iba a la escuela y regresaba tarde por la noche. Pero como fuera, ella siempre me dejaba dinero y comida. Y si no regresaba a casa ese día, dejaba todo listo para que no quedara a mi suerte. El festival de invierno había llegado. Ese día Temari se quedó conmigo todo el día. Vimos televisión, cocinó algo de comer, hizo algunos quehaceres y preparó la cena de esa noche. Todo lo hacía ante la mirada mía que observaba curioso todo lo que ella hacia. Llegó la noche y puso la cena sobre la mesa. Ittadakimatsu. Ella probaba la cena con gusto mientras yo quedaba en frente al plato servido de jamón con salsa de uva y especias. Fue la primera vez que hablé desde que llegué a su apartamento. Pregunté lo mismo que le dije un día en la escuela. Ella me respondió lo mismo también, pero le añadió algo más.

"Todos podemos comenzar una nueva vida, por muy doloroso que sea nuestro pasado".

Lloré como nunca había llorado en mi vida ese día. Realmente Temari había tocado mi corazón de la manera más profunda. Y así empecé a vivir con ella en su apartamento. Por mi cuenta ayudé con los quehaceres de la casa y un día lo notó. Me enseñó a cocinar. Aprendí a administrar el dinero. Pronto dejó ella de hacer la cena y pasé yo a ser quien se ocupara de eso. Las cosas comenzaban a cambiar. Llegué a pensar que ahora todo volvería a estar bien. Cada mes venían a cobrar renta del apartamento y Temari lo resolvía. Jamas la vio que trabajara en nada, sin embargo siempre traía dinero consigo y conseguía todo lo que se necesitara. Si algo hacia falta, ella se encargaba de ello. Jamás pregunté de donde sacaba dinero ni tampoco que eran de sus salidas los fines de semana. No era justo. Ella tampoco preguntó por nada mío cuando llegue a su casa.

El día de mi cumpleaños hicimos una fiesta solo los dos. Fué un día muy divertido, aunque al principio el recuerdo del pasado me traía los fantasmas de los cuales me estaba alejando. Así que ella tuvo que "trabajar" de nuevo para que pudiera estar bien de nuevo.

Pero una semana después de eso, Temari dejó la escuela. Empezó un día cuando antes de irse dijo que me estaría enviando dinero para que me mantuviera por los días que estaría fuera y el dinero mensual de la renta por si acaso. Eran periodos que podían ser de una semana o dos. Después pasaban a ser tres. Luego Temari se empezó a ausentar de a mes. Pasaron 5 años. Temari se iba de casa ahora por periodos de más de seis meses. Solo podía verla a principio de año, a mediados y a finales de año. Traía muchas cosas y recuerdos. Me decía que viajaba mucho. Pero ya no tenía 12 años. Y por supuesto sabia que nada de las exp,icaciones que me daba de sus actividades eran ciertas. Si bien nunca osé en preguntarle nada. Pero pronto me di cuenta que tenía una especie de poder de manipular las mentes de las personas al hablar con ellas.

Ese día fué la primera vez que peleamos. Fué una discusión muy fuerte y acalorada. Ella salió disgustada del apartamento pero no me echó de allí pese a que tenía el derecho. Me sentí muy mal por lo que hice. Mas algo de mi había nacido en lo secreto que no se atrevía a salir. En todo caso, el negocio de las drogas y el microtrafico se movía a gran escala en la ciudad. Temari desde que era niña trabajaba en el negocio. Empezó desde muy chica cuando sus padres se pelearon un día y la madrenestuvo a punto de morir. Se fué sola a las calles muy niña y fué acogida por un jefe de cartel que la crió. Con los años el jefe le dio un lugar donde vivir. La dejaba ir a la escuela para evitar sospechas y en su tiempo libre trabajaba para él. Pasaron los años el negocio creció y tuvo que dejar la escuela para dedicarse mas a su labor. Había sido ascendida a cabecilla de la banda. Conforme mas aumentaba el trabajo, mas tiempo permanecía fuera de casa. Y su actitud era muy opuesta a la que aía cuando estaba en casa. Hasta ese día que la conocí. El día antes de marcharse traté de que ella me hiciera entrar en el negocio. Lo hice porque me sentía mal y quería componer las cosas con ella. Lejos de conseguir lo que quería, recibí la paliza de mi vida. Fué la primera persona, y mujer en mandarme al hospital. Realmente estaba muy enojada. Al estar en el hospital recibí un ramo de flores con una tarjeta en forma de abanico y un gatico dibujado en el papel que decía: "Lo siento mucho. Perdoname"

Pero no me rendí. Al salir de alta la busqué. No fué fácil. Pase varios días en las calles buscando a quienes vendían drogas en la ciudad hasta que logré hablar con un tipo que la conocía al estar a punto de ser apalizado por unos pillos. Me enteré que ella se había ido a Tokyo con el jefe para ampliar el negocio hasta esa ciudad y que estaba llegando a un acuerdo con los jefes de unas bandas de la capital. Me decidí y fui a buscarla a Tokyo. De ninguna manera creía que ella era una mala persona. En primer lugar, jamás lo fué. En segundo lugar, por fuera de su doble personalidad y las circunstancias, aun creía en que su parte buena era más fuerte que la primera. Y en tercer lugar, estaba la nota que me envió al hospital luego de patearme el trasero. Aunque al principio dudé de aquello y hasta el ultimo día seguí dudando de todos. Ella no quería hacerme esto y se sentía de alguna forma peor que alguien con cuatro costillas fracturadas, una nariz rota, hematomas en casi todo el cuerpo y una lupsación en tibia y peroné.

Temari era una persona a la que le costaba admitir sus errores y por eso la entendí. Ella y yo eramos muy iguales en ese aspecto y fué la única razón por la que no le eché en cara la paliza. Si dar con quien la conocía en Osaka fué difícil, la travesía que tuve que pasar para tener un indicio de ella en la capital deja a la primera en pañales, montada en una carriola y tomando un biberón. Finalmente la halle en un restaurante al este de la ciudad. Estaba hermosa. Vestía una yukata de dos piezas, la cual solo llevaba puesta la parte de arriba de color negro con un sujetador color purpura. Su cabello era rubio con sus dos trenzas a cada lado de su cabeza. Su tez blanca y ojos negros como la noche. No ví otra mujer mas bella para mí después en todos los años de mi vida.

Fué un momento bello. Fueron los segundos más hermosos de toda mi vida. Y para ella también lo fueron. Nuestras miradas se cruzaron tras una ventana del sitio y yo estando en la acera de la calle. Su cara, su mirada, jamás supe si tenía rubor en las mejillas o si realmente se había sonrojado. Jamás lo supe, no hasta que ella misma me lo confesara, tendida en mis brazos, herida de muerte por un disparo en un callejón bajo una fría lluvia que cayó en ese momento. Las bandas de Tokyo estaban divididas en opiniones porque una parte consideraban la propuesta de los de Osaka como una amenaza a su negocio. Al final, por democracia ganó los que estaban a favor de la entrada al mercado del cartel de Osaka y entonces estalló todo. No vio en que segundo las balas comenzaron a entrar tan seguidas hacia el restaurante. Todo fué muy rápido y solo tuve tiempo de ponerme a salvo. Pude escuchar ruidos que venían de la parte de atrás. Temari estaba escapando por la puerta trasera disparando contra unos tipos que la atacaban calle abajo. La seguí como un idiota sin un plan y desarmado. Hasta que la encontré acorralada en una calle estrecha. Aparecí en escena y los tipos cambiaron el objetivo. Huir fué la única salida que tuve.

Escuchaba disparos detrás de mí. Al rato alguien gritó mi nombre. Era Temari que estaba tratando de salvarme. Uno de los tres tipos que me seguían estaba muerto y solo quedaban dos. Uno se quedó a enfrentar a Temari mientras el otro continuó persiguiéndome. Huir de aquel sujeto fué caótico. Terminé dentro de un edificio donde el tipo me buscó como un sabueso. Terminé escapando por la salida contra incendios de la parte de atrás hasta llegar a un callejón. Había una reja con candado que bloqueaba la salida hacia la calle y del otro lado el muro de otro edificio. Estaba atrapado. Me oculte en un bote grande de basura. Cuando de pronto escucho pasos. Asustado pensaba que había llegado mi fin pero entonces...

¿Kankuro? ¡Donde estás! ¡Kankuro! ¿Estás aquí? ¡Kankuro! -

La voz de Temari me buscaba en ese lugar. Y opté por salir de mi escondite y encontrarme con ella y ver su cara de alivio al verme que estaba vivo sano y salvo. Y en ese momento, la vi llorar por primera y única vez. Estaba feliz. Y era tan solo por verme. Fue un momento en el cual el tiempo se detuvo para congelar esa escena. Antes de eso jamás había conocido el amor, y quizás para aquel entonces no lo entendía bien, pero si en verdad existia eso de "estar enamorados" , lo que pasó era la prueba reina de aquello. Mas el castillo de naipes que se creó en el lugar, fue destruido en solo un segundo, convirtiéndose la escena en la más infame pesadilla de mi vida luego de la muerte de mi madre. El último sujeto que faltaba salió detrás de la puerta de servicio apuntando a Temari. La escena no duró mas de dos segundos, pero yo lo vio como el tiempo más largo de mi existencia. Impotente resultó el grito de alerte que le di a ella porque el tipo ya había disparado. Solo tuvo tiempo de voltearse y cumplir con la voluntad del destino. Temari cayó. Y solo quedé yo al frente de su asesino apuntándome a mi también. ¿Había llegado mi fin?

Pero las cosas no siempre son lo que parecen. Y aparentemente estaba un chico cobarde en frente de un asesino con un arma y una mujer en el suelo de un disparo. "Todos podemos comenzar una nueva vida, por muy doloroso que sea nuestro pasado". Y en ese momento, un sonido fué suficiente para comprobar un dicho de la calle: Los valientes son fuertes hasta que los cobardes se rebelan. Y en la Tierra acababa de nacer un nuevo cobarde rebelde. A veces las más buenas personas guardan bajo su alma al más brutal de los monstruos. El arma del sujeto se trabó. Yo tomé de inmediato el arma de Temari, apunté contra el tipo y lo maté. Me había convertido ese día en un asesino. Había matado a la primera persona en él mundo.

Empezó a caer la lluvia. Después de salir del trance en el que estaba corrí hacia Temari. Perdió mucha sangre y su cuerpo estaba mas frío que la misma lluvia. Fué entonces que pude oír sus ultimas palabras.

Estás hermoso, Kankuro. -

«Temari»

Me hiciste poner roja como un tomate. -

«Nooooooo...»

Eres el primer chico al que amo. -

«¡Callate!» Rompí en llanto ante su despedida. Y entre lágrimas dijo antes de cerrar sus ojos.

Gracias, Kankuro. -

Fué la última vez que la ví con vida y murió entre mis brazos. Al poco tiempo después de su muerte me uní a una banda en Tokyo y me convertí en un criminal. Entendí que hay personas buenas que sufren la desgracia de caer en cosas malas. Hay cosas que pueden hacerte volver por el camino del bien; pero existen otras que solo terminan por acabarte convirtiendo en un verdadero monstruo, Hinata. Y esa fué la Historia de Temari. A partir de allí inició mi vida de criminal. " - terminó de relatar Tanaka.

Cuando Tanaka terminó de contar su historia, unas columnas de fuego y azufre rodearon toda la isla iluminando el terreno y a todos los que estábamos allí. Me puse en alerta de inmediato. Al instante aparecieron unas criaturas monstruosas con forma de águilas y cabezas humanas haciendo alaridos muy desgarradores.

¿Que está pasando? -

El castigo ha comenzado. -

¿Y esas cosas que son? -

Son Arpías. Unas criaturas mitológicas que se encargan de atormentar a los que van a la segunda parte del séptimo circulo. -

Luego de pronto salieron a escena dos criaturas mas que aparecieron en medio de la isla colgante. Una tenia forma de hombre con aspecto de un toro. El otro era similar con forma humana pero tenia la forma de ser un caballo. Lo pregunté a Tanaka y me contestó:

Esos son los guardianes de las demás partes que conforman el séptimo circulo. Son los encargados de castigar a los condenados de las demás partes del Infierno de los homicidas. ¿Que pretenden hacer? -

Un sonido demoniaco rerumbó en el sitio mientras las Arpías no dejaban de alzar sus alas y dar alaridos más y mas fuertes. Al instante, en el suelo se empezaban a formar remolinos pequeños de arena. Y de ella surgieron armas que salían de las entrañas de ese suelo: espadas de todo tipo, dagas, cuchillos, garrotes, martillos, lanzas y toda clase de armas de mano excepto cualquier arma de fuego. No habían escudos por lo cual solo habían armas que se formaron en el suelo que aparecieron a los pies de cada alma homicida que estaba allí. Todos entendimos el mensaje y supimos que era lo que querían esas bestias que hiciésemos en ese momento.

Parece que ha empezado el Infierno para nosotros, Hinata. -

Debe ser. - dije.

¡Oye Hinata! ¡Te haré pagar por lo que me hiciste en la Tierra! - lo reconocí de inmediato.

¡Genji! -

Ahora que los demonios han creado todo esto para matatnos entre nosotros, disfrutaré como acabo con tu alma en en sufrimiento eterno. Este tormento no significará nada comparado con lo que te haré. Me convertiré en tu peor infierno. ¡Hinata! -

Hinata- dijo ahora Tanaka. - veo que algunos ya te conocen y no creo que les importe irse contra alguien más por el momento. -

¡Oye! ¿Esa no es la Sangre Azul?- decía uno.

¡Sí, es ella! La reconozco. La muy maldita acabó conmigo y muchos de mis hombres allá arriba. - dijo otro.

Venga. Acabemos con Ella primero. - dijo un tercero.

¡Que arda la Sangre Azul! - gritó otro más y entonces un grupo de los que estaban allí asintió.

Veo que estás en problemas. -

¿En serio? ¿Y quien me envió a matarlos a todos ellos, EH? - respondí.

Oye, oye. Que no se te olvide que deseo que tu sufrimiento sea tan o incluso mas grande que el mío. En realidad pensaba acabar contigo primero, pero en vista de la situación. - dijo Tanaka.

¿Y entonces qué tienes en mente? - le pregunté.

Por el momento peleemos mano a mano con todos y luego iremos cada uno por nuestra cuenta. - respondió él.

Parece que no tengo otra opción. -

Y tras decir eso, me agacho y tomo el arma bajo mis pies. Era una daga. ¡Qué coincidencia! Y antes de comenzar a luchar, levanto por ultima vez mi cabeza hacia el cielo, y ahora este se abrió ante mis ojos, dejando ver más allá de los círculos que componían el Infierno, y vi, tras una nube brillante, a Naruto con su nueva familia y sus hijas. Son dos niñas preciosas. Estaba muy bien y se le veía muy feliz. Hizo caso a la promesa que le escribí y me alegro mucho por él. De inmediato lágrimas caen al suelo mientras lo veo por última vez antes que la nube se cierre por completo. Como sea, me siento ahora muy feliz por él, en medio de mi llanto, por la buena ventura de mi amado Naruto. Que me duele en lo profundo no poder estar con él ni ser yo quien esté a su lado, deseo que con esa mujer que es su esposa, sea inmensamente feliz y que así ella se esfuerce por hacerlo feliz.

La nube se cerró y tras ello en un susurro antes de la abominable batalla digo mis ultimas palabras:

Se muy feliz Naruto - kun. Muchas gracias, mi amado. -

FIN.