Capítulo 43: The Shogun Castle

Yui se quedó en silencio, mirando en dirección hacia donde se encontraba su amiga Haruna, cuyos cabellos se meneaban por la acción del viento. En ese momento de pausa se tomó un poco de tiempo para reflexionar sobre lo curioso que era saber el destino que se le otorgó a ese pequeño llavero. Haruna no era, según ella creía, una persona creyente, más bien era escéptica y analítica, por eso le parecía curioso que volcara su fé en un llavero al que ha tomado por amuleto.

La mirada de su amiga aun permanecía fija en el horizonte. La sonrisa que portaba hasta entonces, se fue desvaneciendo poco a poco. Era su expresión normal, la de una chica triste o preocupada, solitaria, amante del té y la música clásica. Siempre poseía un semblante serio a la hora de combatir, su concentración era extraordinaria, pero ahora no estaba pasando por sus buenas rachas como Corrector.

Para Yui, esa chica siempre fue así, pasó todos los días pensando que realmente ella era así, introvertida e insegura por dentro, pero con un gran corazón susceptible a los abusos de la gente.

Cuando sonreía, era literalmente un ángel, pero no siempre atinaba a expresar ese grado de felicidad. Sin embargo, aunque todos los que la rodean estén acostumbrados a verla así, había alguien que ciertamente no, y eso es lo que en algún momento Yui descubriría.

Pisadas acompañadas del polvo y tierra de la calzada se aproximaban al puesto de Anti. Los organizadores del evento y los participantes tendieron su atención al repentino alboroto. Se

podía observar cómo un carruaje se trasladaba de forma irregular y torpe, acompañados tanto de personas reales como programas, todos ellos con el rostro alterado.

-¿Acaso ese no es el carruaje del Shogun?-Preguntó Anti levantándose del asiento, ya adelantada de alguna forma a los acontecimientos.

Synchro corrió hacia el carruaje y el bien vestido Shogun, otro usuario ganador de la red, salió de éste.

-¿Qué ha pasado? ¿El Shogun no debe estar en el castillo?-Preguntó el Corrector de cabellos violetas.

-¡El pergamino! ¡Ha sido robado!

Un solo cruce de miradas entre las amigas humanas y los Correctores que estaban en el puesto, fue suficiente para comprender cuál podría ser el problema.

-¡Debemos encontrarlo y rápido!-La ninja sacó sus armas lista para entrar en combate. Unos filosos shuriken asomaban sus puntas entre los dedos de la muchacha.

-¡Hay que reforzar la seguridad! ¡la seguridad!-La voz robótica de un bot que opera en la red se hizo presente en escena. El bot se dirigía al Shogun y lo obligó a entrar en el carruaje-¡Debe permanecer aquí por la seguridad! ¡La se-gu-ri-dad!

-¡E-espera!-Yui extendió su mano hacia el carruaje al verse interrumpida.

-Hay que preguntarle al Shogun dónde ha ocurrido el robo-Las palabras de Yui fueron robadas por Ai, quien se había aproximado para poder hacer entrar en razón al bot.

-El sospechoso ha sido capturado. Capturado-Explicó el bot mientras se acercaba a las chicas-Reúnanse en el castillo del Shogun por seguridad. Por seguridad.

El bot empujó a Ai hacia el carruaje ante la sorpresa de todos.

-Quizás si vamos, podremos encontrarnos con ese ladrón y recuperar todos los objetos-Dijo Yui para centrarse en la misión y disipar la confusión de los correctores. Haruna asintió en silencio y se dirigió al carruaje junto con ella y Ai-¡Nos vemos en el castillo!-Antes de haberse metido en el carruaje, Yui se despidió con una gran sonrisa de los Correctores.

-¡Descuida Yui! ¡Allí nos vemos!-Respondió Rescue con ánimos.

Otro carruaje vigilado por bots aparcó junto al establecimiento.

-Esto me da un mal presentimiento...-Comentó con seriedad Anti a la vez que cerraba el puesto.

-Descuida, iremos todos allí. No permitiremos que nada malo le ocurra a las chicas-La respuesta del Sincronizador sonaba feroz como un lobo listo para la batalla.

Los software Correctores fueron guiados por los bots al segundo carruaje, que no tardó en partir hacia el castillo. Durante el viaje, Rescue y Anti charlaban y planeaban cómo iban a proceder, ya que los planes habían sido alterados tras el nuevo suceso. No se les había ocurrido la idea de que el pergamino pudiera ser robado.

Synchro observaba el paisaje por la ventana y escuchaba con alerta los pasos de los caballos, que a su gusto, parecía que iban algo más lento de lo normal. Estaba ansioso por el hecho de notar como programas y humanos Correctores habían sido separados,

pero sobre todo, estaba preocupado por Yui.

"Aquella chiquilla es capaz de meterse en la boca del lobo sin ni siquiera planteárselo..."

El primer carruaje llegó hasta el castillo del Shogún y las tres chicas junto al Shogun fueron escoltados de forma algo apresurada y torpe por los bots que aguardaban a la entrada del castillo.

-¡Vaya! ¡Cuántos bots! ¿Son todos de vigilancia?-Yui miraba hacia esas máquinas algo confundida.

-Sí...eh, sí, sí... Hoy parece que hay mucho más de lo habitual... Quizás sea por la denuncia del robo del pergamino-Explicó algo nervioso el Shogun-Aunque juraría que ahora hay más de la cuenta.

Con silencio y precaución, las tres chicas caminaron por los largos pasillos interiores del castillo, aún guiadas por los bots. Haruna miraba con firmeza hacia el frente, volviendo a repasar las cosas que debía decirle al desinstalador para convencerlo de devolver los objetos y quizás lograr que abandonara sus actividades delictivas.

Después de lo que parecían quince eternos minutos, llegaron hasta la puerta corrediza de un dojo exclusivo para el entrenamiento.

-¡Aquí está el culpable! Está encerrado por seguridad. Seguridad.

Los bots despejaron la entrada dejando a la vista de todos lo que se hallaba en su interior. Al fondo del dojo, se encontraba sentado en el suelo de tatami lo que parecía un hombre vestido como un samurái, pero portaba una máscara mengu.

-¿Es...es él?-Preguntó Yui extrañada por el inquietante hallazgo.

-¡Ustedes son sospechosos también!-Exclamaron los bots empujando a las tres chicas hacia el interior. Sus gritos de sorpresa fueron cortados por el portazo de la puerta corrediza.

-¿Qué está pasando...aquí?-Preguntó Haruna a sus amigas, quienes también intentaban asimilar lo que estaba sucediendo en realidad.

Ai se volteó e intentó forzar la gran puerta corrediza con todas sus fuerzas, pero esto resultó inútil. Habían sido capturadas y encerradas sin haberlo previsto.

To be continued...