Los personajes no me pertenecen ni los escenarios, yo solo escribo el fic

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Desperté otra vez.

El mismo sueño de siempre. Mi nombre y apellido salía elegido entre miles de papeles de la temida urna, a lo lejos veía a mi padre y madre llorar probablemente por mi muerte segura. Completamente desorientada me levante de mi pequeña cama y me puse unas botitas con un chaleco de cuero que yo misma me fabrique hace algún tiempo. Caminé hasta la salida de mi habitación y mi mamá se hallaba sumida en un sueño profundo al lado de mi papá, no quise despertarlos y me dirigí hacia la salida de mi humilde casita en las afueras del nublado y pesado día. Por más que observaba detenidamente al cielo no lograba localizar el sol o alguna señal de sus calientes rayos. El ambiente era pesado, ninguna alma se arriesgaba a salir de sus casas, pues hoy sería el día que todos temían. Siendo consiente del gran vacío camine hasta el final del pueblo donde terminaba con una larga alambrada impidiendo el paso a un frondoso y espeso bosque lleno de criaturas y vegetación.

Salte por encima de la alambrada y caí como un ágil gato sobre el césped verde. Mientras me adentraba cada vez más pensaba en la misma cosa que me atormentaba desde hace unos días o años mejor dicho. Mejor desde que cumplí los 12 años, cada año el ministerio realiza unos "juegos" entre los 12 distritos, eligen a dos personas, un hombre y una mujer entre los 12 y 18 años para enfrentarse a muerte junto con otros tributos, tengo 16 años y ya me he librado 4 años de estos horribles juegos.

Conforme vas avanzando de edad tu nombre va aumentando también, la verdad es que odio calcular la cuenta de mi nombre dentro de ese jarrón. Todos los años una habitante del ministerio se aparece escogiendo a una mujer y un hombre, la mayoría de tributos del distrito 12 mueren fácilmente al empezar los juegos pero no los culpo porque así nos mantenemos en el anonimato, el único ganador vivo hasta ahora es Sirius Black, un borracho que se la pasa tirado como un muerto en el centro del pueblo, hasta ahora nadie más ha ganado muy aparte de él.

Escucho un ruido.

De hecho dos ruidos.

Como siempre me pongo alerta y me escondo detrás de un frondoso arbusto con un arco listo para lanzar una filuda flecha directo al pecho de mi atacante pero alguien me toca por atrás y suelto la flecha lanzándola a un cerdo salvaje que caminaba por ahí, sonrío de lado y encaro a la persona que se encuentra atrás de mí.

O mejor a las personas.

-Cielos Hermione, cualquier día nos atravesaras el ojo con eso-dice uno, me abraza y deposita un pequeño beso en la mejilla izquierda mientras que el otro solo sonríe a carcajadas con una bolsa entre sus dedos, con curiosidad se la arrebato y encuentro un alimento que no veo desde hace algún tiempo.

-¡Es pan! ¿Cómo lo conseguiste Harry?-le pregunte asombrada, el pan es uno de los alimentos más sagrados en el distrito y muy difícil de conseguir, el dueño de la panadería, el señor Malfoy. Se dice que Malfoy era un pudiente habitante del ministerio pero fue desterrado y enviado hasta el penoso distrito 12 con su esposa e hijo en brazo, la verdad es que casi nunca he hablado con él o con su hijo Draco. Me sorprende que hasta ahora su nombre no haiga salido de esa urna después de cuatro años aunque pienso que el ministerio espera un año más para que el señor Malfoy tenga aún más miedo que el anterior año.

-Bueno, robamos algunos huevos de la gallina de Ginny-dijo entre dientes. Algo que causo aún más risa en mí.

-¡Suficiente! Ya nos reímos un rato así que, Harry abre esos panes-dijo mi otro mejor amigo, Ron. Pelirrojo, con pecas y de ojos azules, conocí primero a Ron que ha Harry porque su madre y la mía han sido muy unidas desde la infancia. La madre Harry, lamentablemente dejo de vivir desde que el nació, su madre fue tributo a la edad de 17 y su padre un año siguiente que ella, dejándolo huérfano junto con sus tíos y primo. Harry siempre fue hábil con el cuchillo y con las trampas y sobrevivió solo en el bosque mientras su tío trabajaba como electricista en un callejón junto a su esposa, nunca se llevaron bien pero Harry siempre les llevaba algo que encontraba.

-Un año más y aun espero que mi nombre salga de ahí de una vez-dijo Harry, yo solo lo mire y baje la mirada resignada. El piensa que el ministerio planea enviarlo a la arena como a sus padres.

-No digas eso tonto, estoy seguro que este es el año de Malfoy, el muy idiota se anda pavoneando por todos lados solo porque vive de sus miserables panes-decía malhumorado Ron.

-No digan eso, con esas cosas no se bromea además recuerda que panes estas comiendo Ron y deja de hablar con la boca llena-le dije corrigiéndolo de sus malos modales, siempre lo encontré divertido. Aunque no debería estar riéndome y burlándome así sabiendo el acontecimiento que va a pasar en unas horas.

-Si Draco sale elegido para los juegos…no sé cómo se defenderá-decía Harry.

-Seguro tiene habilidades, es muy bueno cocinando galletas-dije provocando miradas raras de Harry y Ron. Este último se levantó del suelo tronando los dedos cubiertos de unos negros guantes.

-Quiero revisar las trampas que puse anoche, ustedes saben, uno nunca sabe…-Dijo Ron dándonos la espalda. Aunque no lo parezca Ron siempre le ha temido a este día, cuando conocí a Ron, tenía 5 hermanos varones y una hermana más pequeña, 4 de ellos sabían muy bien como cazar pero cuando todos cumplieron los 18 años empezaron a trabajar en las plantas eléctricas, donde controlaban el nivel de electricidad y luz del distrito, hace unos años hubo una explosión que acabo con la vida de los hermanos de Ron dejándolo como el hermano mayor, aprendió a cazar conmigo y hasta el día de hoy el solo mantiene a su familia y a su hermanita menor que a propósito este año su nombre entra por primera vez a esa urna.

Harry se levantó detrás de él y se sacudió el resto de migajas de su ropa con sus manos mientras que yo sacaba mi arco y flecha para prepararme y cazar algunas cosas.

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Pasaron tres horas desde que deje el bosque, a Ron y a Harry. Como ya lo he dio antes, este es el gran día y la mayoría de jóvenes se presentan decentemente con sus mejores ropas, cojo una cubeta llena de agua y me enjuago en ella la mugre que tengo en la piel después de una mañana agotadora, afortunadamente mis padres acaban de despertar y les prepare un pequeño desayuno que consta de unos pedazos de pan, té caliente y unas cuantas frutas que encontré en mi camino de regreso del bosque; Logro domar un poco mi rebelde cabello color castaño como mis ojos y me pongo un simple vestido blanco con unos zapatitos negros, me miro frente a un pedazo de luna parecido a un espejo, ya no soy la misma niña asustada de 12 años con los ojos hinchados de desvelo en las noches.

Salgo de mi pequeña habitación y me encuentro con mis padres mirándome fijamente desde la mesa, mi madre corre a abrazarme con lágrimas en los ojos mientras mi padre sonríe penosamente, todos los años han sido lo mismo, mi madre llora y mi padre sonríe desganadamente y yo logro quitarme a mi progenitora de encima poniéndole la misma excusa de siempre

-Me arruinaras el vestido-le susurro mientras ella me suelta rápidamente asintiendo levemente, me coge de la mano y me lleva caminando hasta la salida.

En un abrir y cerrar de ojos ya estoy con las demás chicas de mi edad, a lo lejos diviso a Lavender Brown calmando a Katie Bell, su hermana fue seleccionada el año pasado y murió en los juegos, un chico profesional del distrito 1 le reventó la cabeza con una piedra mientras ella cogía una mochila y a decir verdad calló en su trampa.

Veo a Harry y Ron charlando con unos cuantos chicos, probablemente todos se preguntaran a quien le tocara este año sacrificarse por todos.

Siento unas pequeñas manos alrededor de mi cintura y me encuentro con una niña pelirroja, con pecas y llorosos ojos azules, devastada, me pongo de cuclillas para llegar a su altura y la abrazo contra mi pecho y le susurro cosas inútiles como, "Vas a estar bien" "Solo hay un papel con tu nombre" o "Hay muchas chicas, no eres la única" La verdad es que nada calma a Ginny Weasley.

De pronto escucho unos murmullos y dirijo mi vista al escenario viendo como una mujer del ministerio empieza a arreglar el micrófono, a su lado izquierdo la gran urna llena de papeles con el nombre de todos los varones y a su lado derecho la misma urna pero esta vez llena de papeles con los nombres de las mujeres, siento un nudo en la garganta al mismo tiempo que alejo a Ginny Weasley de mi lado cogiendo su mano entrelazando mis dedos con los suyos, veo a Ron que me mira fijamente taladrándome con la mirada, sudando frio. De pronto ella habla a través del mejorado micrófono.

-¡Bienvenidos! ¡Bienvenidos a los septuagésimos juegos del hambre! ¡Que la suerte este de su lado damas y caballeros!-Creo que esperaba una cálida bienvenida con aplausos o con gritos y al ver que su tono animado no da resultado prosigue diciendo.

-Escucharemos el himno de Hogwarts-dice entre dientes y a lo lejos una gran pantalla aparece con el símbolo de Hogwarts con una leve musiquita invitando o mejor dicho obligando que entonemos el himno, pasaron unos minutos y logro divisar a mis padres junto con los demás adultos del pueblo, mi padre siempre fue muy hábil arreglando cosas y a menudo recorren a él si alguno de sus aparatos de desgasta o si tiene una falla mecánica, trabajo en el centro de electricidad muy poco tiempo. Mi madre siempre se preocupó por mí y cuando era pequeña me llevaba al bosque cruzando la alambrada que se supone que tendría que estar "electrificada" pero los aurores, que son como una especie de soldados enviados del ministerio a cuidar a los distritos y sobre todo castigar a los rebeldes cuando es necesario pero nuestro jefe de aurores no muestra mucho interés, de hecho casi siempre anda de borrachero con Sirius Black. Aprendí muchas cosas de los animales y plantas de mi madre y es ahí donde entra Ron, a la tierna edad de 8 años el aprende cómo cazar y me regala sus conocimientos y yo los míos, luego conocimos a Harry y desde ese momento nos hicimos grandes amigos.

Sonrió levemente al recordar estos años de amistad con Harry Potter y Ron Weasley.

La mujer del ministerio lleva puesto un vestido rosa como su cabello, usa unos tacones altos y es un poco rellenita, eso y sin olvidar la cara de sapo que posee. Observo como sus dedos filudos se acercan a la urna de mujeres, sudo, apretó levemente los dedos junto con los de Ginny para demostrarle que no está sola y yo tampoco.

La mujer cara de sapo anuncia el nombre.

Y no soy yo.

Es Ginebra Weasley.

Recuerdo vagamente cuando escapaba de la furia de un enorme cerdo salvaje, corría sudando frio, me trepe en el árbol más grande que vi y salte hacia el suelo de cuerpo. Quedé inconsciente como en estos momentos.

Veo como la niña aleja sus manos de las mías ante la mirada atónita de Ron y la penosa de Harry, escucho como la señora Weasley da un grito desgarrador junto con su marido, mis padres intentan calmarla pero es en vano, unos aurores toman los brazos de la pequeña y la van arrastrando hasta el escenario.

Es aquí cuando reacciono.

-¡ESPEREN! ¡ME OFREZCO! ¡ME OFREZCO COMO VOLUNTARIA!- Grite, no es necesario empujar a las demás chicas del distrito porque ellas arman un camino hasta el escenario. Abrazo a Ginny y esta vez sí le susurro cosas coherentes al oído.

-No te preocupes, estaré bien-Miro a los aurores y puedo ver a través de sus miradas pena, pena por mí, pena por los Weasley, pena por mi familia. Pero siempre odie que sientan pena y lastima por mí y no dejo que ellos me acompañen hasta el escenario, camino a paso rápido y subo las gradas y llego, la señora rellenita con cara de sapo y dedos filudos me sonríe fríamente y me pregunta con su voz de serpiente.

-¿Cuál es tu nombre?-dice ella entonando cada palabra con el acento ridículo de los habitantes del ministerio.

-Hermione. Hermione Granger-digo sin dudar, nos miramos fijamente a los ojos unos segundos pero ella desiste y se anuncia carraspeando la garganta en el micrófono. Mis padres me miran y puedo ver la duda en su mirada ¿Creerán que me estoy arriesgando mucho? ¿Valdrá la pena sacrificarme por la menor de las Weasley? ¿Abre cometido un error? No, solo cometí el error de encariñarme mucho con alguien y ser valiente claro.

-Muy bien, ¡La señorita Hermione Granger representara al distrito 12! ¡Ahora, los caballeros! Veo como Ron y Harry se miran mutuamente cruzando los dedos para librarse del evento catastrófico y sobre todo de una muerte segura conmigo, aguardo silencio hasta que la cara de sapo entone el nombre del "caballero" que me acompañara hasta mi muerte.

-¡DRACO MALFOY!-

A lo lejos veo a Ron suspirar pesadamente cerrando los ojos, Harry sonríe tristemente casi igual que mi padre. El señor Malfoy baja la cabeza y le da la mano a su esposa mientras ella le susurra cosas a través de su oído arreglando su larga cabellera oscura, siempre con estilo. Draco es otro dilema, su rostro sigue siendo igual de pálido como el papel, mira a todos lados, probablemente esperando algún voluntario pero nadie se arriesga así que empieza a caminar a paso lento resignado y al igual que yo se desiste a que lo acompañen los aurores y así llega hasta el estrado y se coloca al lado de mí, la cara de sapo se voltea a vernos y dice con su voz de reptil.

-Cuando los anuncie se cogerán de las manos- Draco me mira dudoso, él siempre tuvo algunas rencillas con Ron y una que otra con Harry pero nunca me ha ocasionado problema alguno pero debo decir que a veces en la escuela lo encuentro viéndome de forma extraña, tomo la iniciativa y cojo la muñeca de Malfoy, la cara de sapo nos anuncia pero yo hago algo distinto.

Levanto mi brazo junto con el de Malfoy.

En la escuela siempre he escuchado de boca de los maestros que los rebeldes mostraban su indignación frente al Ministerio mediante este gesto, pero eso paso hace años y la verdad espero que aun conserve significado tanto como a las personas de los distritos , el Ministerio y todo Hogwarts.

Entonces pasa lo inesperado.

Todos, absolutamente todos se toman de las manos y alzan sus brazos, Harry, Ron, mis padres, los padres de Ron, incluso los padres de Malfoy, sonrío alegremente y veo a Draco por el rabillo del ojo, forja una pequeña sonrisa.

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Luego de lo ocurrido unos aurores nos llevaron a Draco ya mi a una pequeña sala, hay unos cuantos muebles pequeños de color blanco al igual que la sala. De pronto la puerta se abre de golpe y entra Ron, yo volteo para verlo mejor y estaba a punto de decirle que no me diga cosas como "No debiste" o algo parecido pero ocurrió todo lo contrario, me abrazo un largo tiempo y cuando estaba a pronto de decirle que me importaba un bledo lo que el piense me cogió de la cara y aparto unos mechones oscuros de mi cara y con los ojos húmedos me beso.

Y no cualquier beso, duro poco pero sentí mucho.

Sentí miedo, frustración más no Amor

O tal vez solo yo sola siento eso.

Ron me vuelve a abrazar y entran Harry con mis padres y la pequeña Ginny tras de ellos, me aparto bruscamente de Ron, felizmente nadie se llegó a percatar, y otra vez mi madre se pegó a mi pecho llorando como una niña mientras mi padre miraba al suelo resignado y Harry. Harry era otro dilema, el solo apretaba los labios y miraba a Ginny. Suelto a mi madre y corro a los brazos de ella, me pongo de cuclillas como hace unos momentos pero esta vez es al revés y es ella quien me susurra cosas inútiles al oído como "Puedes ganar" "Eres muy buena cazando" o "Lo siento mucho" le doy un beso en la frente y sacudo su pelirrojo cabello mientras evito mirar a los ojos de los presentes, el miedo empieza a apoderarse de mi lentamente.

Ginny saca algo de su chaqueta negra.

Me toma las manos y pone ese objeto entre mis dedos y los vuelve a cerrar aun con lágrimas en los ojos me vuelve a abrazar y da pequeños saltitos hasta quedar al lado de Ron. Abro los dedos y lo veo.

Es un león de bronce. Esta con las patas traseras levantadas como las delanteras como si estuviera en posición de pelea, tiene un gancho en la parte de atrás y lo guardo en mi bolsillo de mi vestido blanco.

Rápidamente ingresa el pensamiento que siempre tuve "¿Sobreviviré?" porque los tributos vencedores no viven ni ganan los juegos, ellos sobreviven. Tendré que matar a personas, es fácil matar animales, cazarlos, pero matar es completamente diferente porque al matar fracturas el alma y es un delito contra la naturaleza. Un delito del Ministerio contra nosotros.

Los aurores llegan y piden que mis seres queridos se retiren, y todos hacen caso menos Ron que aún no procesa las cosas, me coge el rostro y dice.

-Vas a ganar-y dicho esto se fue con los demás, estoy cien por ciento segura que la familia de Ron no ha venido a verme por vergüenza o culpabilidad, pero ellos no tienen nada que ver, sino el Ministerio, siempre fue el ministerio. Furiosa golpeo uno de los muebles blancos como la nieve y cojo una almohada, la destrozo a vista y presencia de los aurores que solo observan callados y pienso en Draco Malfoy, nadie se ofreció por él, ¿Qué estará pasando en su sala blanca? ¿Su padre estará molesto? ¿Triste tal vez? Miles de dudas atraviesan mi mente como relámpagos de noche.

Los aurores me obligan a salir.

Veo al borracho de Sirius Black en la salida de brazos cruzados y ceño fruncido, no puedo evitar pensar cómo diablos hizo para ganar, nunca vi sus juegos puesto que yo ni siquiera estaba en planes para nacer, al cabo de unos minutos sonreía ligeramente como si el espectáculo que acababa de presenciar fuera un circo. Idiota, ¿Qué sabe él? No tiene familia ni por quien vivir pero si yo fuera una vencedora no me daría el lujo de tener una familia propia, no se la dejaría fácil al Ministerio. A mi lado izquierdo aparece Draco, puedo notar sus ojos rojos hinchados de tanto llorar, él no tiene la culpa. Me repito otra vez

-Hola, como ya saben soy Sirius Black y seré su mentor hasta que alguno de los dos muera-sus palabras son tan frías como nariz de esquimal que provocan que Draco de un leve parpadeo asustado, yo asiento frenéticamente sin darle importancia a su comentario y dejo que hable.

-Suban al tren-Nos da la espalda haciendo además de que lo sigamos y camino a su lado más no detrás de él, Malfoy me imita y se coloca al otro lado provocando un leve murmullo malhumorado en Black, no le tomamos importancia y abordamos el tren.

Dejo atrás a mi distrito, a mi familia, a Harry, a Ron y a mi vida.

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Hola!

Antes que nada quiero que sepan que este es mi primer Dramione, si muy bien va a ser Dramione con un poco de Ronmione. Si notaron algún error tanto ortográfico como a la hora de redactar el fic, ruego las disculpas del caso

Soy nueva en esto y pretendo quedarme hasta que ustedes lo deseen ¡Muchas gracias!

Y arriba la Rebelión .lll.

03/06/14