El tiempo hace maravillas
Todo lo que veo es blanco, brillante y cegador y hay una persona con cabello rubio parado junto a mí.
—Hey, Kyle. — dice mi nombre en una voz que me suena conocida.
Sin embargo, mis ojos se encuentran tan deslumbrados que no distingo bien su cara.
—¿Quién…?—comienzo a preguntar, siendo detenido por un ataque de tos.
—Kyle. — Dice nuevamente mi nombre, con tono gentil y melodioso—Soy yo… Kenny.
Cuando se detiene mi tos, dejo salir un suspiro.
—¿Eres un ángel?, —pregunto en tono quedo—¿acaso morí?
—No. — Suelta una risita con cierto tono de tristeza en ella—No kyle… no estás muerto. Estás en un hospital.
Cierro mis ojos y paso saliva trabajosamente
—Te enfermaste. —Me informa.
—Lo recuerdo. — Susurro, me tallo los ojos. Cuando los abro de nuevo, descubro que tiene razón: me encuentro en un hospital— ¿Kenny?
Miro hacia el chico frente a mí, reconociéndolo como el chico que vi en la playa.
—Sí, soy yo. — Dice con una sonrisa.
Siento mis mejillas húmedas, me doy cuenta que comencé a llorar.
El ríe con simpatía, limpiando mis mejillas con afecto, tocando mi cabeza.
—Realmente lo siento, Kyle. — Dice suavemente. Me pregunto si estoy durmiendo.
—¿Voy a morir? —Pregunto con la voz trémula.
—No, ni siquiera lo pienses.
—¿Entonces me pondré bien?
—Estarás perfectamente bien. —Susurra él.
—¿Sí?
—Lo prometo.
—¿Por qué te tenías que ir?—Pregunto sin poder contenerlo.
—Es algo complicado. —Dice él, volviendo a sonreír con amargura— Te lo explicaré algún día.
—¿Lo prometes?
—Lo juro.
—¿Eres real? —Murmuro.
Las preguntas sólo siguen surgiendo.
—Claro, soy tan real como tú lo eres.
—¿Yo soy real?
—Así es. — se ríe burlonamente, y despeina mi cabello—.Tan sólo te encuentras cansado… y confundido. Butters me dijo que ese era un síntoma.
¿Butters?, ¿qué tiene que ver él en todo este? Sin embargo, tan sólo murmuro:
—Oh…
Cuando me despierto nuevamente siento mi cabeza increíblemente pesada, un doctor con cabello rubio está parado a mi lado, y me mira con una expresión de alivio.
—Hola kyle, — Dice con una sonrisa— es bueno verte despierto.
—¿Qué?, —Murmuro, limpiando mis ojos húmedos—¿dónde está…?
—¿Dónde está el qué?, ¿te encuentras bien?
—Nada.
Supongo que todo fue un sueño.
—Soy el doctor Stotch. — Se presenta el joven doctor con cabellos rubios— Kyle, ¿sabes dónde te encuentras?
—No…—Contesto yo, frunciendo el entrecejo.
—Te encuentras en un hospital, — explica con gentileza. —, te pusiste muy enfermo.
Supongo que parte del sueño se mezcló con la realidad.
—Oh…—murmuro, cerrando mis ojos. — lo recuerdo.
— ¿Cómo te sientes en este momento?
—No perfectamente. —Admito— ¿Dónde está Cartman?
—Le llamamos para informarme que has despertado. —me informa el doctor— Estará aquí pronto.
—Oh, de acuerdo.
—Fue difícil para él dejarte solo aquí. —añade el doctor.
—¿Qué es lo que me sucedió?
—Te dio neumonía.
—Pero estaré bien, ¿cierto?
—Sí. —Contesta él con una sonrisa— Deberías tener una recuperación completa. Por un momento no estuvimos tan seguros… pero ahora te encuentras mucho mejor. Los antibióticos funcionan correctamente.
—Bien… eso es bueno.
—Sin embargo no saldrás del hospital por un tiempo, así que tómalo con calma. —Dice él— Regresaré en un momento.
Asiento con suavidad, cerrando mis ojos nuevamente. No sé cuánto tiempo paso de esta forma, pero pronto escucho el sonido de la puerta abriéndose.
—¿Kyle?
Escucho una voz conocida preguntar. Abro mis ojos y veo a Cartman parado junto al doctor.
—Hey. —lo saludo débilmente.
—Jesús, judío. Me espantaste hasta la muerte, ¿sabes? —murmura él, acercándose a mí cama.
—Lo siento. —contesto con una sonrisa.
Cartman pone sus manos en mi cabello y lo despeina.
—Stan vino también. Pensé avisarte antes de dejarlo entrar.
— ¿Está aquí? —pregunto en un suspiro, me siento ansioso pero al mismo tiempo aliviado.
—Estaba realmente preocupado cuando escuchó que te encontrabas en el hospital. —me informa Cartman.
—Oh…—murmuro suavemente.
— ¿Quieres que lo traiga?
Asiento con suavidad.
Cartman se retira de la habitación para traer a Stan. Un momento después entran ambos. Stan luce de alguna forma incómodo cuando Cartman lo deja pasar dentro.
—Te ves terrible. —hace notar.
—Así me siento también. —admito.
Se sienta en la silla cercana a mí cama, y luce como si tratara de descubrir qué decir.
— ¿Stan?
—Quiero disculpar. —Dice suspirando— Debí… soy un idiota. Siento que si no fuera tan terco habríamos hablado antes… lo siento.
—Está bien, yo también lo siento. No es como si yo lo intentase realmente tampoco.
—No te lo puse fácil. Yo no siquiera te mira. — Me encojo de hombros —Y honestamente. —Continúa él— No voy a mentir, si todavía estuviéramos en Colorado, probablemente seguiríamos ignorándonos, pero supongo que al estar todos aquí nos dio la oportunidad de hablar nuevamente. Fue una oportunidad forzada, pero igualmente.
—Lo sé Stan. —Digo suavemente— Está bien… cosas jodidas pasan. Te perdono.
Él toma mi débil mano, sosteniéndola entre las suyas.
—Te recuperarás.
—Lo sé. —Contesto sonriendo.
Conversamos tranquilamente cuando las disculpas terminan. Mis respuestas son lentas y suaves, pero Stan escucha pacientemente. Pronto, Cartman vuelve dentro y Stan nos mira de forma extraña.
—Sigo sin poder creer que ustedes dos sean pareja.
—Ni yo. — Contesto.
Los escucho hablar, relajándome con el sonido de sus voces aunque me siento muy cansado como para decir algo más.
Mucho después de que las horas de visitas hayan terminado me despierto nuevamente. El doctor entra a mi habitación nuevamente y me pregunta cómo me siento.
—Me siento mucho mejor.
—Te ves mejor. —Contesta con una sonrisa —El color ha vuelto a tus mejillas.
—Hey… me he estado preguntando algo. —digo, entrecerrando los ojos al mirarlo.
— ¿Qué sucede? —pregunta con una risa entre dientes.
—Mencionaste que tu nombre es Stotch, ¿verdad? —pregunto delicadamente y él asiente, luciendo divertido como si supiera exactamente lo que estoy por preguntar —Uhm… Estoy puede sonar extraño pero, ¿eres de South Park?
—Así es. —asiente él.
— ¿Butters…?—pregunto asombrado.
—Casi nadie me llama así ahora —dice riendo.
Mis ojos se abren por la sorpresa. Una parte de mí lo intuía, pero sigue siendo tan difícil de creer, tan sorprendente.
—Lo sabía… lo sabía.
Butters tan sólo se ríe como respuesta y no puedo contener el preguntar:
— ¿Cartman y Stan lo saben?
—Eric no lo notó, pero Stan sí. —Me contesta— Creo que Eric estaba muy distraído como para pensar en su antiguo compañero Butters. Lo único que le preocupaba es que tú estuvieras bien…
Butters se detiene un momento, luciendo pensativo.
—Está algo cambiado. Cuando éramos niños tuvo problemas al dejarte su riñón si recuerdo correctamente. Ahora creo que lo haría sin pensarlo siquiera un segundo.
Siento mi corazón desbocado, pensado que sí, que tal vez Cartman ha cambiado y eso es algo bueno.
—Jamás creí que viviría para ver el día en el que Cartman se preocupara tanta por Kyle Broflovski. Supongo que el tiempo hace maravillas. —dice finalmente Butters.
—Tú también has cambiado. —Murmuro —Eres alto… robusto… Es gracioso, los chicos solían burlarse de ti por ser pequeño.
—Si tan solo pudieran verme ahora. —Dice riendo — Nos pondremos al día pronto.
—Eso me gustaría. Sabes, hace poco creí que había visto a Kenny. Pienso que si Kenny hubiera crecido, se parecería al chico que vi… —digo, sintiéndome confundido —Estaba tan seguro… pero me doy cuenta de que tan bobo es eso. No se regresa de la muerte, ¿no?
Butters vuelve a sonreír amargamente, pero no dice nada al respecto.
— ¿Crees que serás capaz de comer? —pregunta
—Supongo. —contesto y él asiente, dándose la vuelta para traer a una enfermera.
Todo es tan extraño, casi no parece real. Primero me encuentro con Cartman en el aeropuerto, y luego a Stan en el hotel. Ahora a Butters, aunque ese nombre ya no le queda para nada, no se parece en nada al nerd que conocía de niño. Diría que podría parecer un sargento robusto de cuerpo. Supongo que tenía razón en algo: el tiempo hace maravillas.
Todos nos encontramos en el mismo lugar al mismo tiempo, y parte de mí no puede evitar pensar que eso tal vez signifique algo más importante.