El fin de la maldición

Tsugumi soltó un profundo suspiro dejándose caer al lado de raku. Se sentía exhausta. Su armadura se desvaneció en el aire. Sus ropas estaban de regreso a la normalidad, excepto el moño que chitoge le dio; ese ya había desaparecido junto con lo que significaba.

-y bien?- dijo tsugumi- soy toda oídos.

Raku tomó aire.

-¿has escuchado de la rencarnación?

-si, se trata de volver a nacer cuando mueres.

-exacto y eso es lo que nos ha ido pasando a nosotros.

Tsugumi arqueó una ceja confusa.

-te lo voy a explicar desde un principio. Hace aproximadamente cuatro mil años, había un reino gobernado por un poderoso mago. El reino prosperaba y no había problemas de gravedad. En esa época la magia fluía por el mundo como el agua y se podía usar tan fácil como hoy en día se usa la electricidad.

Con las palabras de raku imágenes fugaces aparecían en la mente de tsugumi. Pudo ver una ciudad cuya arquitectura parecía de la antigüedad y personas andando por las calles.

-El rey, lysandre, contaba con unas consejeras que lo ayudaban a tomar decisiones. sus nombres eran lira, kinana, Fenghuan y samael - tusugmi vio por un instante a cuatro mujeres. Una pelirroja con una armadura blanca, una rubia que estaba vestida como una chica de la selva, una asiática que tenía una vestido blanco y otra con una vestimenta parecida y unas alas con plumas de un blanco más puro que haya visto alguna vez- todas ellas eran muy cercanas al rey, de hecho cada una estaba enamorada de él. Pero el corazón de ese hombre ya tenía dueña; la general de ese reino, titania- tsugumi dio un respingo.

Raku volvió a tomar aire. Por alguna razón tsugumi se sonrojó.

-el rey y la general se habían convertido en una pareja y estaban comprometidos. Las consejeras estaban decaídas y el rey, consciente de sus sentimientos, trató de animarlas. Pareció hacerlo sin embargo no fue así. El amor de ellas se convirtió en locura. Hicieron una alianza entre las cuatro para hacerse con el rey por toda la eternidad. Prepararon un hechizo prohibido…-raku hizo una mueca. Tragó saliva para aflojar el nudo en su garganta- para que funcionara tenían que hacer muchos sacrificios. Obviamente el rey no se los permitiría, pero el confiaba ciegamente en que no iban a hacer nada peligroso. Entonces fue cuando pasó, lira, una de las consejeras, atacó a traición a la general titania. Luego la usaron como carnada, el rey cayó completamente en su trampa. Quiso salvar a titania, pero el hechizo que lanzaron surtió efecto tomando la magia desde los alrededores. El rey no pudo curar las heridas de su amada y lo único que pudo hacer fue sollozar con ella en sus brazos- tsugumi recordó el sueño de alguien llamándola con el nombre de titania.

-¿que paso después?- preguntó la chica.

-cuando el hechizo se completó las consejeras y el rei fueron convertidos en pura magia y sus cuerpos ayudaron a forjar cinco objetos. Un colgante y cuatro llaves. Cuando tomaron forma una catástrofe cayó sobre el reino arrasando con este y sus habitantes. La magia en el mundo entero desapareció. A lo largo de la historia, esos objetos siempre terminaban en las manos de cuatro personas, las llaves en las manos de mujeres y el colgante en manos de un hombre.

-eran ustedes- dijo tsugumi- en esa vida pasada…tu eras el rey y las consejeras eran marika tachibana, chitoge kirisaki, yui kanakura y kosaki onodera.

raku asintió.

-durante siglos estuve atrapado en ese ciclo vicioso, nosotros cinco reencarnábamos (aunque esta vez estuvieron incluidos los tres sirvientes fieles de lira), participábamos en una historia amorosa y yo siempre terminaba eligiendo a alguna de las cuatro como mi compañera sentimental…pasó muchas veces antes de poder reunir el poder suficiente para hacer una contramedida. Logre incluirte esta vez y al fin pudimos romper el hechizo.

-espera ¿esa era la historia del libro de kosaki onodera?- preguntó tsugumi.

Raku asintió.

-con algunas cosas diferentes, no te mencionaban por ejemplo. Ese era el final triste del libro.

El corazón de tsugumi se encogió, no solo de tristeza sino de rabia.

Raku sonrió ampliamente. Tomó el rostro de tsugumi entre sus manos y le dio un beso tierno. Ella le correspondió inmediatamente, ya al fin podía entender lo que ocurría y todo estaba solucionado. Se entregó a esos sentimientos totalmente sin importarle nada. Lo rodeó con los brazos y lo estrujó de forma casi asfixiante. Raku se dejó. El beso se profundizó. Sintieron sus lenguas rosando entre sí. Raku cortó el beso brevemente y le susurró "te amo" antes de seguir. Esas palabras encendieron una flama en el interior de tsugumi. Con un ágil movimiento se puso sobre raku a horcajadas y continuó con la tanda de besos. El tiempo que disponían parecía infinito.

Tsugumi abandonó los labios de raku y se dispuso a besar sus mejillas y cuello.

-yo también te amo- le susurró al oído.

Raku le dio un gentil empujón para recostarla en el pasto, quedando sobre ella; entre sus piernas. Con un ademán de su mano, los botones de su camisa se deshicieron exponiendo parte de su cuerpo. Solo tenía su lindo sujetador rosa.

Raku hizo otro ademan y por arte de magia la prenda íntima desapareció dejando expuestos los redondos pechos de tusgumi. El corazón de la chica se aceleró, pero no le importaba que él la viera.

-lo siento- dijo raku dejando a tsugumi confundida- muchos me llaman un santo, pero yo soy un hombre como todos. Tengo deseos y cometo errores…por eso quiero ser honesto contigo- su mirada era seria-tsugumi…me encantan tus pechos.

Ella sintió un potente sonrojo en su cara.

-tonto- murmuró.

Ellos hicieron el amor en esa pradera. Sintieron un alivio después de una espera de cuatro mil años para poder juntar sus cuerpos.

Recostados en el pasto cubiertos por una sábana blanca y sedosa. Tusugmi tenía reposando su cabeza sobre el pecho de raku y una pierna entrelazada con la de él.

-¿y ahora que haremos?- preguntó tsugumi.

-¿te refieres a lo que sucederá cuando dejemos este lugar?

-si.

Raku guardó silencio.

- yo puedo alterar memorias pero no sentimientos. Los yakuzas se seguirán llevando mal con los gangsters y las chicas seguirán enamoradas de mí. En otras palabras estaremos como al principio una vez salgamos de aquí. Si usara magia para cambiar cosas como esas no sería diferente a ellas.

Tsugumi se acurrucó estrechándose más contra el cuerpo de raku. No quiera volver a estar al margen.

-tsugumi…¿ podrías esperar un año más hasta que mi papel como novio de chitoge termine?

-no.

-Tsugumi…- ella sollozó apretándolo en un abrazo.

-¿me dices que tengo que esperar un año? No ha sido suficiente espera?

-lo sé y te entiendo, pero cuando volvamos todo será como antes. Lo que quiere decir que personas inocentes estarán en peligro por la guerra entre las bandas criminales.

-en verdad no puedes…?

-si uso mi magia para cambiar sus sentimientos debo liberar otra catástrofe como hicieron las chicas.

Ella se quedó callada, aferrada a él. El silencio pasó de ser placentero a uno incómodo. Raku la acarició su espalda desnuda.

-mire por donde lo mire no veo una solución perfecta- dijo raku- si corto con chitoge ahora causaré problemas y aun si esperamos un año ella y las demás saldrán lastimadas de seguro…lo mejor es dejar que disfruten los que le queda de vida escolar y luego tendrán que enfrentar la realidad como adultos.

Una ligera sonrisa curvó los labios de tsugumi.

-siempre pensando en los demás- susurró.

-sí, soy así…no lo seria si me hubieras detenido antes de matar a sa…onodera.

Tsugumi suspiró. Se separó de raku irguiéndose en su lugar sosteniendo la sabana contra su pecho.

-¿te arrepientes?- preguntó raku. Ella negó con la cabeza.

-tienes razón, lo mejor es esperar…por más difícil que sea.

Él se levantó y la rodeó con su brazo. Besó su hombro y le susurró.

-hemos esperado cuatro mil años…reunamos la fuerza para esperar un año más.

Ella asintió.

Los dos se vistieron en silencio evitando el contacto visual. Si se vieran a los ojos de seguro perderían toda voluntad de seguir el plan.

El colgante en el cielo hizo un sonido metálico atronador y comenzó a abrirse lentamente.

-ya es hora- dijo raku- cuando volvamos todo será como antes.

Tsugumi siguió sin responder. El colgante se terminó de abrir liberando una luz cegadora.

-bien chicos eso es todo por hoy- tsugumi dio un respingo al escuchar la voz de yui.

La maestra le dio unas instrucciones a los estudiantes que comenzaban a recoger sus cosas. Tsugumi miró a su alrededor. Estaban en el salón de clases. Su mirada se detuvo en raku quien hablaba con shu.

-tsugumi- la voz de chitoge la alarmó. Se levantó de golpe de su asiento. La rubia quedó confusa por la reacción- ¿Qué ocurre?

-oh ah…nada…mi lady, no me pasa nada- contestó de manera forzada. Hablar con ella se sentía tan innatural. Llevó su mano a la cabeza y resultó que volvía a tener el moño que le había regalado.

-¡raku-sama!- escucharon el grito de marika, la chica como siempre saltó sobre rodeándolo con los brazos. Tsugumi por un momento estuvo a punto de dispararle con su pistola.

-¡hey marika ya déjalo!- gritó chitoge yendo hacia ellos. Onodera y ruri también entraron en esecena.

Las chicas comenzaron a discutir como siempre lo hacen. Tsugumi se deprimió viendo esa escena, pero luego vio a raku quien le sonreía animadamente y le hacía un ademan con su mano para que se acercara. Ella suspiró resignada, pero aliviada. Con seguridad, se acercó a ellos. Sería un año difícil pero valía la pena. La recompensa seria que raku iba a ser de ella y nadie más por el resto de sus vidas…y quizá de las siguientes.

FIN