Prologo

Deseaba salir. Deseaba ser libre. Estaba atrapado por ese hechizo. Esa maligna magia que tenía prisionera su alma. Su destino se le había forzado por un amor que sobrepasaba los límites de lo saludable e invadía los terrenos de la locura. No deseaba venganza contra esas brujas, solo anhelaba poder elegir por cuenta propia. No importa cuántos siglos pasaban. La historia era diferente cada vez pero al final de cuentas era lo mismo. En cada vida rompía muchos corazones y el suyo era robado forzosamente por una de ellas. Era llenado de emociones agridulces justo cuando la ganadora de la ronda estaba a punto de introducir la llave en el colgante y cuando sus sentimientos conectaban era arrojado a un abismo oscuro nuevamente. Deseaba ponerle un alto y lo iba a conseguir.

Con sus manos acaricio un resplandor que poco a poco fue tomando forma física. Le tomó mucho tiempo pero al fin lo había conseguido. Su propia llave. Esa no sellaba su destino para seguir ese horrible ciclo vicioso, si no que le pondría un fin a su pesar. Apretó el pequeño objeto con ambas manos, se irguió para acariciar la hierba falsa con sus pies descalzos y alzó la vista para ver un cielo grisáceo. En medio de este veía una silueta innatural. Daba la sensación de ser un astro inalcanzable.

-la próxima vez será la última-se dijo así mismo.