Tomoko estaba sentada en su cama con la espalda apoyada en la pared y mirando la pantalla del ordenador. Había puesto mientras esperaba a su hermano una serie de esas incestuosas que Miku le había pasado, Tomoki entró y vio que ella estaba mirando algo, así que se sentó a su lado y vieron el capítulo juntos.
—¿De qué va ésto?— Preguntó el mejor, intentando ponerse en la trama de la historia.
—Pues... Son dos hermanos y quieren tiempo para estar sólos y...— Antes de que Tomoko pudiera decir algo más, los dos protagonistas de la serie comenzaron a besarse apasionadamente encerrados en un ascensor, el chico comenzó a deshacerse de las ropas de su hermana y pasó a lamerle el cuello de arriba hacia abajo, terminando en su clavícula.
—Oh...— Suspiró levemente Tomoko mirando la escena con los ojos abiertos, de reojo miró a su hermano quien también estaba atónito y sonrojado. La escena fue poniéndose cada vez más comprometedora para los hermanos, por lo que la mayor optó por levantarse y pausar el vídeo, apagó la pantalla y suspiró. No quería darse la vuelta, notaba la mirada de su hermano clavada en ella.
—"¿Qué hago...?"— Pensó para sí la morena cerrando los ojos y tratando de sacar algo para cambiar de tema, pero antes de que pudiera acabar siquiera de pensar, las manos de su hermano menor roderaron su cintura y la cabeza de éste se acomodó en el hombro derecho de ella, susurrándole al oído.
—Por favor... No puedo aguantar más ésto.— Los labios del moreno se dirigieron a la oreja de su hermana, dándole un pequeño mordisto en la punta de ésta, lo que profirió que un leve jadeo saliera de la boca de la mayor.
—Outoto... N-no podemos hacer ésto...— Suspiró de nuevo al notar otro pequeño mordisco, ésta vez en su cuello.
La mano diestra del menor acarició el cabello de Tomoko, apartándolo de su camino para poder besar mejor ese níveo cuello, parecía porcelana y por ello iba con cuidado, dando pequeños mordiscos, suaves lamidas todo con sumo cuidado, su hermana era tan delicada que parecía de cristal y eso a él le encantaba.
La mayor tenía los ojos entrecerrados, la boca entreabierta y sus jadeos iban al compás de los mordiscos que proporcionaba su hermano. Se dio la vuelta y miró a éste sonrojada, él también lo estaba, pero no importaba. Sus labios se juntaron en un tierno beso que continuó con un baile entre sus lenguas; los jadeos salían de las bocas de ambos, el saber que lo que hacían estaba prohibído les hacía ir algo más cortados, más lentos... Pero llegados a éste punto, ya no podían ni querían detenerse.
La Kuroki mayor agarró la camiseta de su hermano y profundizó el beso más, estaba harta de esperar y de hacerle esperar, lo necesitaba ya. Lentamente fueron caminando hacia la cama, donde la mayor quedó sobre él, continuaron besándose, entre jadeo y jadeo cogían algo de aire para no separarse ni un segundo, pero el menor lo hizo para quitarse la camiseta, le estorbaba. Tomoko se le quedó mirando aún más sonrojada si se podía. Pasó sus manos por el torso de su hermano y después le volvió a mirar quitándose ella también su camiseta, dejando ver un sostén blanco con un pequeño osito rosa a un costado, el menor rió.
Suspiró de nuevo al notar otro pequeño mordisto, ésta vez en su cuello.
—Qué tierna...— Comentó dulcemente mientras dirigía sus manos hacia la espalda de su hermana. —Pero me parece que ésto también sobra.— Los dos se sonrojaron cuando el menor se deshizo de la prenda que tapaba la parte de arriba de su hermana, ella se sentó a su lado y se tapó los pechos avergonzada.
—Son pequeños...— A punto de llorar, se cruzó de brazos evitando que su hermano la mirara más, pero él cariñosmente le apartó los brazos y la tumbó en la cama, ésta vez él encima.
—Son preciosos, blancos, pequeños... Me caben en la mano.— Dicho ésto, agarró los dos pechos de su hermana uno con cada mano y comenzó a moverlos circularmente, sonrojándose al ver cómo Tomoko disfrutaba en silencio, acercó su rostro hacia el pecho de ella y de una pasada lamió el rosado botón que coronaba el seno, seguido de otra lamida, y por último comenzó a succionarlo con ahínco a lo que la mayor gimió fuertemente, entrecerrando los ojos y cerrando la boca evitando que algún gemido mayor saliera de sus cuerdas vocales.
—Quiero escucharte...— Le dijo el menor, volviendo a lo suyo, mientras continuaba moviendo el otro pecho con su mano.
—To-tomoki...— Jadeó levemente la morena llevando sus pequeñas manos al cabello de su hermano, haciendo que el menor lamiera y succionara con más excitación.
—Dios mío...— Paró en seco y miró a la morena sonrojado, se acercó rápidamente y comenzaron a besarse con desesperación. Las manos de Tomoko continuaban en el cabello del menor profuncizando el beso, sus lenguas tenían un baile en conjunto y la saliva reslavaba por sus comisuras. Pararon para respirar y Tomoki bajó la cremallera de su pantalón, Tomoko llevaba un pantalón largo color negro, pero se deshizo rápidamente de él quedando los dos en ropa interior.
Se miraron sonrojados, jadeantes y excitados, por fin había llegado el ansiado momento. ¿Estaban preparados? No lo sabían, pero querían descubrirlo.
Tomoki tragó saliva y lentamente bajó la prenda íntima de su hermana, era blanca con un osito rosa a un lado.
—¿Te has puesto un conjunto?— Preguntó el menor mirándola antes de quitar del todo la prenda.
—Eh... Sí, que-quería estar guapa...— Se sonrojó mirando hacia otro lado, él rió y le dio un beso en la frente.
—Tú siempre estás guapa.— Volvieron a besarse y al separarse Tomoki por fin se deshizo de la prenda que le quedaba a su hermana, seguida de la suya dejando ver su prominente erección. Tomoko al ver a su hermano así tragó saliva y dirigió su mirada hacia su miembro.
—Outoto...— Se miraron mutuamente y el menor se acercó a ella, besándole la mejilla, la frente, los labios y todo lo que estuviera en la cara.
—Tranquila...— Tomoki cogió aire y puso su erección en la intimidad de su hermana, ella agarró el brazo del menor y cerró los ojos. Había leído que la primera vez dolía bastante, aunque también dependía de la persona...
—"Espero ser de las personas a las que no les due..."— Antes si quiera de poder acabar de pensar, su hermano introdujo la mitad de su miembro dentro de ella.
Tomoko soltó un sonoro gemido, agarró fuertemente con una mano la sábana y con la otra apretó el brazo de su hermano, clavándole las uñas.
—¿¡Paro!?— Preguntó sobresaltado el menor sacando poco a poco su erección de ella.
—¡No! Sigue, por favor.— Tomo agarró a su hermano de los dos brazos y lo atrajo hacia ella.
—Muy bien...— El menor sonrió de lado y la introdujo toda en un solo golpe, Tomoko notó el desgarre de su virginidad, dolía pero le gustaba... Salía un pequeño hilo de sangre, pero no lo tomaron en cuenta.
Tomoki agarró los muslos de la morena y comenzó a dar pequeñas penetraciónes, los jadeos de Tomoko pronto se convirtieron en súplicas, no se conformaba con éso, su cuerpo necesitaba más.
—Dame más... N-no quiero a´-así de suave... Tomo-tomoki...— Entre gemido y jadeo trataba de comunicarle a su hermano lo que quería, quien hizo total caso a las peticiones de su hermana.
El menor se separó de ella para poder tomar sus piernas y ponerlas sobre sus hombros, agarró sus brazos y profundizó la penetración, Tomoko gemía al compás de cada embestida que le daba su hermano, Tomoki soltaba algún que otro gruñido de placer. Por fin había llegado el día en que sus cuerpos se habían fusionado, y lo estaban disfrutando.
Los gemidos de Tomoko eran música para los oídos del moreno, quería escucharla así todos los días, todas las noches, siempre que ella quisiera, su cara sonrojada, su boca entreabierta de la que gotaba un pequeño hilo de baba... Su intimidad tan jodidamente mojada a causa de su miembro. Ella le pertenecía, era suya y sólo suya.
Continuó penetrándola más fuerte cada vez hasta alcanzar un rítmo frenético, pues ella no se quejaba, al contrario, lo deseaba.
—No creo aguantar más outoto...— El menor gruñó de gusto, verla en ésa posición, tan a su mercer... De pronto paró y sacó su miemnbro de ella. —¿Qué haces?— Tomoki sonrió de lado y masajeó el clítoris de la morena con el dedo índice de su mano. — No... No quiero así... ¡Tomoki!— Cerró los ojos sonrojada. ¿Por qué le hacía eso? —Tomoki... No quiero correrme así...— Se quejó la mayor tratando de zafarse de la mano de su hermano.
—¿Y cómo quieres?— Le preguntó el menor. Tomoko se sonrojó más aún.
—P-pues... Mmmh... Como antes...— Suplicó la morena.
—Pídeme que te la meta.— Concluyó Tomoki sonriendo aún más y dejado de tocar a su hermana.
—¡Idiota! Hazlo... me-méte...métela... Por favor.— El menor se fue acercando lentamente a la intimidad de la mayor y cuando pronunció la palabra que tanto ansiaba escuchar de la boca de su hermana, introdujo de golpe su miembro en ella de nuevo, y volvió a posicionar sus piernas en los hombros, profundizando la penetración, convirtiéndolas en embestidas.
Tomoko pedía más, y Tomoki se lo daba, el éxtasis estaba a punto de llegar, Tomoko articulaba cosas sin sentido debido al placer, notaba como su vagina se contraía ante el roze del miembro de su hermano en las paredes de ésta, le palpitaba, quería acabar, llegaba... Por fin.
—¡Tomoki!— Exclamó fuertemente agarrando los brazos de su hermano y cerrando los ojos, dando un fuerte suspiro y abirendo los ojos como platos al acabar.
—Un poco más... Un poco más...— Tomoki también gemía, aunque parecían más bien gruñidos de placer, apretó fuertemente las piernas de su hermana contra su pecho y sacó su mimebro antes de derramar una sola gota dentro de ella, Tomoko tomó la erección del menor y rápidamente se posicionó enfrente de ésta, la agarró con las dos manos y comenzó a moverla de arriba a abajo.
—Ya, ya... ¡Joder!— Un gruñido salió de la boca del menor al acabar en la cara y pechos de su hermana. —Tomoko...— Suspiró mirando cómo la mayor quedaba toda llena de él. —Lo siento onee-chan...— Ella rió y le miró, pasó un dedo por su mejilla cogiendo un poco del líquido viscoso y se lo llevó a la boca. —¿Qué haces?— Se sobresaltó el menor sentándose sobre sus propias rodillas en la cama.
—Ew... Sabe raro.— La mueca de Tomoko fue tan divertida que los dos comenzaron a reír, luego se miraron y Tomoki besó su frente, que era la única zona donde no llegó su semen.
Se separaron y Tomoko acarició la mejilla de su hermano.
—¿Quieres que... nos duchemos juntos?— Preguntó el menor sonrojado mirando hacia otro lado.
—Cla-claro.— Respondió la mayor sonriéndole algo sonrojada. Tomoki volvió a mirarla y también le sonrió.
Hacía mucho que los Kuroki no se bañaban juntos, pero éste día era algo especial.. Algo mágico, no fue simplemente sexo, el sexo es algo sin sentido ni amor. Ésa noche ellos hicieron algo prohibido, pero de lo que nunca, nunca se van a arrepentir.
AQUÍ ESTUVO. ¿Os gustó? Me dio un poco de vergüenza hacer el lemmon de ésta historia, más que nada porque es una historia a la que tengo mucho cariño y no quería defraudar con la parte más importante y que muchas estábais esperando xD ¿Qué tal? Espero que todo sea de vuestro agrado, quise darle un tono HOT pero también algo de amor, porque éstos dos hermanitos se aman demasiado ! n_n
¡Un saludo y un abrazo! Nos seguiremos leyendo.