Watamote pertenece exclusivamente a Nico Tonigawa al igual que todos los personajes de la serie. Lo único mío es la historia, gracias por leer.
—¡En serio Tomo-chan! ¿Has tenido dos novios a la vez?— Los gritos de admiración y los saltos de alegría de la pequeña Ki resonaban por toda la casa, la mayor miraba orgullosa a su prima, intentando fingir una sonrisa para que no se notara su espectacular mentira.
El menor de los hermanos Kuroki abrió la puerta, apoyando un hombro en el poyete de ésta. —Cada vez son mas grandes ¿No?— Comentó refiriéndose a las mentiras de su hermana, mientras esquivaba una zapatilla que Tomoko le había lanzado.
—¡Te quieres callar, estúpido! To-todo lo que digo es pura realidad.— Comentó la mayor, tartamudeando y mirándolo con furia. —Sal de la habitación, asquerosidad de persona!— Dicho ésto, Tomoki simplemente cerró la puerta, escuchándose tras ella una risa. —"Maldito desgraciado"— Pensaba la Kuroki mayor mientras continuaba mirando la puerta con ganas de matar, como si su estúpido hermano siguier allí.
—Tomo-chan, sois muy divertidos de ver, deberíais hacer un monólogo.— Comentaba la pequeña Ki mientras, tendida en la cama, se cogía la barriga con ambas manos, sin parar de reír. De pronto paró y miró a Tomoko con un aire sombrío. —Me gustaría ver las fotos de los chicos con los que sales nee.—
—¿Có-cómo?— La mayor de los Kuroki comenzó a sudar la gota gorda. —"Maldita cría ¿Y ahora qué...? Ah, ya sé. Le enseñaré las fotos de los chicos de los juegos, aunque no sea muy creíble, seguro que ella lo cree... Es una niña."— Pensó Tomoko mientras le hacía una seña a su prima para que se acercara con ella al ordenador. Encendió la pantalla y buscó en sus imágenes alguna que fuera al menos un poco creíble y encontró la de un chico castaño, de ojos marrones que le sirvió.
—És-éste es uno de ellos.— Rió nerviosa, rascándose la mejilla.
—Onee... Ese chico... ¡Es muy, muy guapo!— Ki se acercó a la pantalla, observando cada detalle del novio de su prima, de verdad era muy guapo. —¿Y el otro con el que le engañas?— Preguntó entusiasmada.
—"Joder con la niña."— Pensó Tomoki, esbozando una sonrisa aún más nerviosa. —Sí... A-aquí.— Comentó mientras pasaba a la siguiente foto, esperando que no fuera un hombre demasiado... Perfecto; y para su suerte así fue. El siguiente hombre que había en su carpeta de fotos "Chicos sexys" fue un moreno de ojos negros.
—Tomo-chan los dos son realmente guapos...— Comentó su prima, alejándose del ordenador y sentándose de nuevo en la cama.
—Sí... Lo-lo sé, son muy atractivos los dos, po-por eso no me decido.— Le explicó intentando mostrar indecisión en sus gestos.
Unos pasos se escuchaban por la escalera, Ki miró la hora y suspiró, Tomoko la abrazó.
—Ki-chan, te quiero mucho. La próxima vez, quizás eres tú la que me cuenta que tienes novio.— Sonrió Tomoko con dulzura mientras esperaba a que su madre entrara por la puerta.
Eran las 12:00 am y Ki debía partir con su familia, había pasado unos días en casa de Tomoko por las vacaciones de Navidad, pero eso ya había acabado y las dos tenían que volver a la escuela. Resignadas deshicieron el abrazo cuando Hahaoya, la madre de los hermanos Kuroki, entró por la puerta.
—¡Ki-chan! Tu madre está ya en la puerta cariño, espero que te lo hayas pasado bien.— Su tía se acercó a ella, proporcionándole un fuerte abrazo a su adorada sobrina, las dos se sonrieron y la pequeña bajó corriendo las escaleras, despidiéndose de su primo que estaba en el salón viendo la tele, y se fue.
—La comida estará en unos minutos.— Comentó la cabeza de familia, regresando a la cocina.—
Tomoko regresó a su cuarto algo cabizbaja por el echo de que ya no hablaría con nadie más. Su prima era todo y más para la pqueña morena, Tomoko sentía que cuando esa pequeñaja se iba, algo en su corazón se quedaba vacío. Resignada, cerró la puerta y se tumbó en su cama. En su PSP se había descargado un juego nuevo de Pokémon, así que se dispuso a jugarlo pero alguien la interrumpió.
—Ya no tienes que fingir más, puedes volver a tu solitaria vida.— Comentó su hermano, con una pequeña sonrisa burlona.
Tomoko se sobresaltó de sobremanera al escuchar a su hermano. —"¿Qué cojones? ¿De dónde había salido"?— Se preguntó mientras veía que su PSP caía al suelo y se salía el cartucho del juego, quedando la pantalla en blanco.
—M-m-m-mi consola...— Susurró Tomoko petrificada. Después de unos segundos miró a Tomoki y le lanzó un cojín con lágrimas en los ojos. —¡Lo has hecho a propósito!— Gritó la mayor con los puños apretados, mirándole con rabia, furia, rencor y ganas de matar.
El menor, con algo de culpa se acercó a la consola y la recogió. —Está bien, eres una dramática.— Comentó tranquilamente, sentándose en la cama, a un lado de su hermana.
—¡Mentira! Me he gastado la paga de dos meses en ese juego ¿Entiendes eso?— Tomoko agarró del borde de la camiseta a su hermano, balanceándolo fuertemente, o eso intentaba puesto que el menor hacía caso omiso y seguía intentando que la consola funcionara.
Un "crack" se escuchó, de pronto la pantalla se puso en negro. Los dos hermanos se quedaron en silencio, se notaba la tensión en la habitación. Tomoki miraba fijamente la consola con los ojos como platos, mientras que su hermana mayor le miraba a él de la misma manera.
—¿Qué ha sido eso?— El dolor se notaba en las palabras de la morena.
—Creo que se ha roto.— Respondió claramente el menor, enseñándole a su hermana la consola.
Tomoko la agarró con las manos y llorando a lágrima viva, apoyó su espalda en una esquina de la mana, puso la consola a sus pies y se agarró las rodillas, en posición fetal, como quien tiene un tremendo trauma.
—¿Qué has hecho?— Repetía una y otra vez la mayor.
—Onee-chan lo siento, de verdad que quería arreglarlo.— Era la primera vez que Tomoki sentía una culpa tan extrema, ver llorar a su hermana mayor le punzó el corazón, debía hacer algo. —Te compensaré, te llevaré a donde quieras, al cine, a tomar algo, pero perdóname.— Tomoki se acercó a su hermana tratando de abrazarla, pero ella se negó.
—No... Vete.— Vaciló la mayor, pero el pequeño no desistió.
Estuvieron varios minutos hasta que su madre los llamó a comer, y aún en las escaleras continuaban discutiendo.
Ya en la mesa, Tomoki se cansó, dejó sus palillos a un lado y miró a su hermana.
—Te lo diré por última vez onee-chan, quiero que salgas conmigo.— Después de esas palabras, su madre escupió la sopa que estaba bebiendo, Tomoko empezó a reír alto y Tomoki simplemente tapó su cara con las manos, sonrojado. —"Idiota"— Pensó para sí, suspirando.
—¿Tomoki? Creo que ya eres mayor como para que tu hermana sea tu novia, seguro que tienes a muchas chicas detrás de ti.— Comentó su madre, riéndose con la mayor.
—Está bien Tomoki, saldré contigo, pero sólo por hoy.— Respondió Tomoko con aire superior.
—Sólo quiero compensarte el haber roto tu PSP.—
Un aura negra al rededor de Tomoko la rodeaba, recordando en su mente "PSP" "roto" como cien veces por segundo.
—¿Cómo ha pasado eso?— Preguntó su madre, recogiendo sus platos.
—Pues, la asusté sin querer, se le cayó la consola y quise arreglarla pero la rompí, entonces le dije que la invitaría a algo como compensación.— Respondió el menor acabando su sopa y recogiendo también. —Vamos, vístete y salgamos un rato, así te da el aire y el sol.—
Tomoko sin mediar palabra entregó sus platos a su madre y se dirigió a la habitación. El aura negra aún la rodeaba con esas palabras que no salían de su mente. Abrió el armario y cogió lo primero que vio, pero luego pensó.
—"Ésto es como una cita, con mi hermano sí, pero una cita. ¿Qué debo hacer? Tengo que ir guapa, a ver..."— Yuu le había regalado un conjunto "muy femenino" por Navidad, ella le compró un perfume del Todo a 100 y un peluche mediano de un osito que decía "I love you", aunque a elle le parecía cutre, a Yuu le encantó.
Sacó de su armario las cosas aún a medio desenvolver que su mejor amiga le había regalado y lo tendió todo sobre la cama para elegir.
—"Suéter rosa con pantalón corto vaquero y medias blancas con unas botas color marrón claro."— Es es lo que había dentro. —"Le habrá costado un ojo de la cara... El año que viene me esforzaré más en su regalo."— Se puso esa ropa, y se miró en el espejo sonrojada. —De verdad me queda bien...— Susurró para sí mirándose de arriba a abajo, dando media viendo cómo le quedaba del trasero. —Ajustado.— Se sonrojó aún más, seguro que su hermano se quedaba sorprendido al verla así, y si hasta su hermano era atraído por ella, entonces ya estaba lista para seducir a todo hombre, sólo faltaba su cabello.
Se dirigió hacia el baño y se miró en el espejo, apartó el mechón que tapaba sus ojos y se puso una pequeña horquilla para sujetarlo. Se veía bonita y sus ojeras habían desaparecido a causa de lo bien que había dormido con Ki-chan esas noches. Sonrió, se puso un poco de colonia y bajó las escaleras.
—¡TOMOKO!— Su madre, que estaba hablando con su hermano en el salón, exclamó y se exaltó en cuanto la vio. —¿Desde cuándo eres tan preciosa? Tomoki, tienes que sacarla más veces, mírala, qué guapa.— Presumía su madre, levantándose del sofá y dándole besos en la mejilla, mirándola. —Estás preciosa.— Sonrió con dulzura al ver a su hija sonrojada.
Tomoki, que por otra parte no había prestado atención ya que estaba viendo la tele, se giró para ver qué era lo que tanto entusiasmaba a su madre.
—"Tomoko..."— Sus pequeños ojos se abrieron bastante al ver a su hermana arreglada. —"¿Se ha puesto así para salir conmigo?"— Mientras la miraba, al pensar eso Tomoki se sonrojó, y su madre se burló de ello con gracia de ver a sus hijos tan unidos.
—"Mi plan funciona, mi hermano me desea, se le ve en la cara."— Pensaba Tomoki con una sonrisa maléfica dentro de ella.
Tomoki se levantó y agarró a su hermana del brazo. —Vamos joder, que sino se nos harán las tantas y mañana debemos madrugar para el colegio.— Dijo mientras cogían las chaquetas y las bufandas, ya que era invierno y hacía frío. Salían por la puerta despidiéndose de Hahaoya y se dispusieron a dar una vuelta.
Caminaban charlando sobre cualquier tontería que se les viniera a la mente, se sentían a gusto el uno con el otro, siempre se sentían así aunque fingieran odiarse.
—Onee ¿Qué quieres que hagamos?— Miró la hora en el móvil, sacándolo del bolsillo derecho de su pantalón y volviéndolo a guardar, dejando su mano dentro de él. —Son las cinco de la tarde, a ésta hora ya han abierto todas las cosas.—
Tomoko posó un dedo en su mentón, paró y pensó. —"¿Qué hacen las parejas? Yuu siempre me dice que suele ir a cenar con su novio o a ver una película, pero la cartelera de ésta semana es una mierd... ¡Ya está!"— Chocó su puño cerrado contra su otra mano y miró al menor. —¡Vayamos a los recreativos! Si no puedo capturar pokémons, mataré zombies.— Se entusiasmó la mayor cogiendo a su hermano del brazo y arrastrándolo.
—Está bien, está bien, tampoco hace falta correr.— Comentó su hermano sonriendo.
Caminaron un rato más hasta llegar a la estación de bus, ya que lo tenían que coger si querían llegar antes de la noche a la sala. Al llegar se sentaron y miraron en el reloj digital de la parada que faltaban 10 minutos para que pasara el siguiente. Se sentaron en los bancos cercanos y esperaron.
Un silencio se hizo cuando unos jóvenes pasaron por delante de los hermanos y murmuraron algo que no fue percibido por la mayor pero sí por el menor.
—"¿Han dicho qué guapa?"— Sus ojos se abrieron como platos y miró con furia a esos desgraciados que osaron decir eso de su hermana. —"¿A que les parto la cara?"— Pensó Tomoki apretando sus dientes y sus puños.
—¿Outoto?— Preguntó su hermana haciéndole señas con la mano para que la mirara. —¿Estás bien?— Dijo confusa.
—Sí, es sólo que...— Paró y pensó antes de hablar. —"Si le digo que le han dicho guapa seguramente se ponga pesada y quiera ir a conocerlos o algo, y no. Mejor no le diré nada."— La miró y prosiguió inventándose algo. —Es sólo que me molesta que el bus tarde tanto.— Dijo mirando hacia otro lado, intentando no cruzarse con las miradas de esos imbéciles.
—Bueno Outoto, sólo son unos minutos, tranquilo.— Le dijo su hermana mayor acariciándole el pelo.
—"¿Onee...?"— El moreno, aún mirando hacia el lado contrario al de su hermana, se sonrojó notoriamente, cerró los ojos notando las suaves manos de su hermana y se giró viendo una sonrisa tímida y unos ojos libres de ojeras. —Estás muy guapa...— Se le escapó.
Los dos se quedaron mirándose, Tomoko bajó la mano de la cabeza de su hermano y miró hacia otro lado sonrojada. —"¿No era ésto lo que querías? Que tu hermano te dijera guapa, pero ¿Entonces qué es ésto de mi pecho? ¿Por qué me va tan deprisa?—" Cerró los ojos fuertemente y apretó su mano cerrada contra su pecho. —Gra-gracias.— Susurró casi inaudible.
Tomoki sonrió y ésta vez fue él quien le comenzó a acariciar la cabeza a su hermana mayor.
¡Hola! Aquí traigo otra historia más de los hermanos Kuroki. Ciertamente creo que es la pareja que más me gusta y me ha gustado de todos los tiempos xD, el incesto además, tiene algo que la hace mucho más... Deseable para mis sentidos. e_e
¡EN FIN! Espero que os haya gustado la historia. Quiero decir que gracias a Shion230 he mejorado (creo) un poco a la hora de escribir y describir las situaciones. Y pienso que no me he equivocado en nada... xD Juzgad vosotros al leerla. Gracias de antemano.
El próximo capítulo será mañana, o sino cuando tenga tiempo. BESOS.
¡AH! Y también quiero expresar mi amor irrefutable a MissBaron.