Advertencias: Lo mismo de siempre: contendrá locuras y estupideces que la autora ha decidido incluir para que tal vez y de pura chiripada pueda hacer reír a su público querido.
Demashitaa! Powerpuff girls Z no me pertenece.
―Oh, por la mismísima mierda, ¡Brick, ¿estás bien?! ―Escuché la pregunta tan lejana que ni siquiera supe quién lo había preguntado.
No levanté el rostro de la flecha que estaba entre mis muslos y mi entrepierna para averiguar quién me preguntaba, sino que permanecí quieto, recargado en el tronco del árbol, parado de puntitas con las piernas abiertas, y sintiendo un líquido caliente y pegajoso recorrer a partir de mis muslos.
Joder: si yo no hubiera saltado para intentar esquivarla no me hubiera rebanado los muslos y hubiera ido más arriba, si saben a lo que me refiero.
―Oye, Brick ―Sentí cómo picoteaban mi hombro delicadamente; sólo así despegué la vista de la flecha, incrédulo―. ¿Te hirió?
―¿No te quitó tu hombría, hermano? ―preguntó Butch, siendo tan lindo como siempre―. ¿O mejor dicho, hermana?
―¡Butch! ¡Esto es serio! ―Le regañó la rubia de coletas, amiga de la responsable de lo que acababa de pasar.
Ella se acercó a mí, tendiéndome la mano para que me dejara de recargar en el árbol. La tomé e intenté caminar, esquivando por demás el tonto instrumento que casi me convertía en mujer, con todo respeto.
―¡Dios, Brick! ¡Estás sangrando!
Abrí los ojos sorprendido. ¿Estoy...?
No supe ni cómo ni cuándo pero cuando vi la persona que me ayudaba a caminar se había caído al suelo, desmayada.
―Creo que ella es la que necesita más ayuda ―dije, apoyándome en Butch y Blake.
Rápidamente Kaoru y Boomer fueron a atender a la rubia. Luka y Gwen se acercaron a mí para intentar ver mi herida. ¿Cómo? Quitándome los pantalones frente a todos.
―¡NO! ¡Vamos a la jodida cabaña! ¡Aléjense de mí, par de pervertidos!
Y así fui a parar a la cabaña que compartía con el resto de mis compañeros.
―Quítate los pantalones, Brick; necesitan ver qué tan profunda es la herida y tu par de pantalones evitan la vista.
―Lo haré ―contesté recostándome con las piernas abiertas sobre la cama―, cuando ellos estén aquí y ustedes tres se larguen.
―Ay, por favor, somos hermanos... ―cayó mirando al castaño de Blake―, bueno, casi todos. No tienes por qué avergonzarte ―Butch se sentó a mi lado. Éste se trama algo, lo sé.
―A menos de que sí te haya cortado a la mitad tu pe...
―No, Boomer, no lo hizo ―interrumpí, suspirando.
―Momoko, esta vez te has pasado ―dije mientras intentaba sentar a Miyako a mi lado. La pelirroja lanzó un suspiro.
―Ya lo sé, Kaoru, ya lo sé ―reprochó Momoko―. Pe-pero fue un accidente; además, el culpable es Utonium.
―Ey, no le eches la culpa a alguien más, Momoko, que tú fuiste la que disparó ―Le contradijo Nicole, utilizando el arco. Me sorprendí al ver cómo le daba justo en el centro del centro amarillo. Sonrió orgullosa.
―Sí, pero esto no hubiera pasado si el profesor me hubiera hecho caso cuando le advertí que lo mejor era que yo no tomara ese arco y le intentara dar al blanco ya que alguien podría resultar muerto o con heridas graves, y como ni él ni yo queríamos demandas iba a ser precavida quedándome sentada y mirándolos a todos tirar por esa cosa, fingiendo que es divertido.
Vaya, cómo dijo todo eso sin respirar. Nicole lanzó un quejido mientras que yo lanzaba un suspiro mirando como un aura deprimente rodeaba a Momoko. La ignoré, como buena amiga, fijándome si Miyako estaba bien.
―Creo que sí ―Me dije a mi misma, picándola con una ramita.
―Deberías de ir a disculparte ―Repentinamente, Nicole se acomodó entre nosotras, dejándole el arco a Ace―, después de todo, te metiste con algo importante para un hombre.
―Nicole tiene razón, Momo ―La apoyé, intentando mirarla.
―Pero fue un accidente...
―Por eso mismo: ve y dile que fue un accidente. Así no se creará un malentendido.
Momoko se levantó del suelo y realizó una pose de victoria frente a nosotras.
―Tienes razón ―contestó, mirando hacia la cabaña de los chicos―. Iré a disculparme con Brick.
Y sin más, comenzó a caminar decidida hacia allá, susurrando cosas incompresibles. Esta chica tenía serios problemas con su inestabilidad emocional.
―¡AHHH! ¡ALÉJENSE DE MÍ, TRÍO DE PERVERTIDOS! ¡DEJÉNME YA, IDIOTAS, ¿QUÉ NO ME ESCUCHAN?! ¡¿QUÉ QUIEREN HACER, JODER?! ¡¿VIOLARME?!
Momoko regresó a mi lado, cruzándose de brazos y piernas, mirando hacia Sakamoto con un fuerte sonrojo en las mejillas al escuchar aquel grito tan... comprometedor.
―Creo que necesitan privacidad ―susurró, tocándose las mejillas―. Lo haré al rato o mañana, pero por ahora creo que necesitan privacidad.
Suspiré. Los gritos de Brick daban mucho de qué pensar.
―Tienes que quitarte los pantalones, Brick.
―Ya te dije que no lo haré mientras ustedes no se vayan.
―Pareces nena. De hecho, creo que el flechazo sí te afectó, ¿verdad?
―Calla, Blake. Y no, no lo hizo. Y no me quitaré los pantalones.
Di por terminado el tema. Joder, ¿y a estos tipos qué les afectaba si me quitaba los pantalones o no? Es decir, ¡soy el mayor!, me tienen que respetar y obedecer, maldita sea... o tal vez querían ver mis heridas, ¡y si mi hombría estaba intacta! Oh, claro, sólo querían burlarse de mí ahora que podían. ¡Cómo no lo predije antes! Pues, ¿saben qué? No, no lo lograrán. Porque yo soy el rey.
―Gwen y Luka están por venir, así que quiero que se larg...
Mierda, esa mirada cómplice que se han lanzado no me gusta. Ni tampoco el cómo se están acercando a mí tan lentamente con una sonrisa más fea que la de mi mismísimo padre. Los miré desconfiadamente, apoyando mis codos sobre la cama y mirándolos con desconfianza.
―¿Qué se traen...?
―¡Ahora!
Y así todos brincaron hacia mí, donde Blake y Boomer me sostenían de ambos brazos y Butch se coló entre mis piernas con una sonrisa maquiavélica. Agité los brazos intentando despegarme a los otros dos idiotas e intenté mover las piernas. Estúpidas heridas, enhorabuena me vienen a joder la vida.
―Tranquilo, Bricky, que no te pasará nada ―Sonrió grande el tarado de Butch colocando sus pies sobre los míos―. Tú flojito y cooperando.
Cuando vi, Butch había comenzado a desabotonar mi pantalón y a bajar mi bragueta.
―¡Aléjate de mí, maldito imbécil pervertido! ―grité, sin resultado.
Me moví como lombriz, desesperado por quitarme a todos de encima y que me dejaran de acosar. Movía mis caderas de un lado a otro junto con mis brazos, los cuales intentaba alzar.
―¡Quédate quieto, Brick!
Y cuando me di cuenta, Butch había comenzado a bajar mis pantalones hasta los muslos.
―¡AHHH! ¡ALÉJENCE DE MÍ, TRÍO DE PERVERTIDOS! ―grité aún más fuerte que antes, zangoloteándome aún más―. ¡DÉJENME YA, IDIOTAS, ¿QUÉ NO ME ESCUCHAN?!
―Lo siento, Brick, pero Butch nos amenazó antes ―Traicionero.
Y al sentir, mis pantalones ya estaban en las rodillas.
―¡¿QUÉ QUIEREN HACER, JODER?! ¡¿VIOLARME?!
―No, sólo queremos ver tus heridas...
Lo miré aterrado: lo sabía, lo sabía desde el principio. Seguí moviéndome como loco al sentir mis pantalones ser jalados hasta los tobillos. Estos imbéciles se aprovechan de que no me puedo mover mucho.
―¡BASTA! ―grité por última vez al sentir ser despojado por fin de los pantalones.
―¡Lo logré!
―¡¿Pero qué pasa aquí?! ―Oh, no, alguien entró.
Todos miramos hacia la puerta con expresión confundida; ahí estaban Gwen, Luka y Himeko parados, con una expresión rara en el rostro, y con un sonrojo extremo en todos.
Sólo así pudimos darnos cuenta de lo que hacíamos.
―Vaya, escuché el grito allá afuera pero jamás creí que lo decías en serio, Brick.
Lentamente Blake y Boomer me soltaron al ritmo de que Butch sostenía mis pantalones quitándose de la cama, dándome espacio para poder sentarme en ella. Todos teníamos rostros confundidos y avergonzados, y creo que mi rostro estaba más rojo que mi misma gorra.
―Respeto gustos, muchachos, pero, ¿no pueden esperar a salir del campamento? Así ya pueden hacer lo que se les venga en gana sin preocupaciones. Diablos, por eso detesto que alguien se hiera: siempre pasa esto.
Joder, ¿por qué no nací siendo un pájaro, o un perro, o una jodida rana? Luka se acercó a mí junto a una sonrojada Gwen, limpiándose la nariz con un trapo...
Un momento. ¿Dijo «siempre»...?
No dijimos nada. Gwen y Luka ―muy a mi pesar― curaron mis heridas y dijeron que ardería los primeros días; nada fuera de lo normal.
―En verdad: para la otra consíganse un cuarto ―comentó Luka antes de salir seguido por Gwen. Instantes después una carcajada se escuchó.
―¡Por Dios! ¡Somos hermanos! ―Explotó Butch, dando un portazo y refunfuñando cosas extrañas.
―Si hubiera Internet, entraría a mis redes sociales y lo publicaría todo ―susurró increíblemente alto la tarada de Shirogane sentándose a mi lado con una sonrisa burlona.
―¿Quieres jugar? ―Blake nos ignoró olímpicamente, mostrando un paquete de naipes a Boomer. Él sonrió muy grande y ambos se fueron a sentar algo alejados.
―Repártanme a mí también ―Butch corrió hacia ellos.
Oh, mierda, me dejaron con la loca de la princesita Morebuks.
―Bien, si vas a burlarte o algo, hazlo ya ―comenté―; después no te voy a soportar.
No se contuvo más. Se carcajeó hasta más no poder. La muy... descarada se estaba burlando en mis narices.
Respira lento y cuenta hasta diez, Brick. Uno, dos...
―Lo siento, lo siento, tenía que reír: eso es lo más gay que he visto en toda mi vida.
Tres, cuatro, cinco...
―Pero no vine a ver... esto; vine a informarte algo, Bricky.
Otra vez llamado así... seis, siete...
―¿Qué cosa, princesita? ―No, no disimulé mi mal humor.
¿En qué número me quedé...? Oh, ya. Siete, ocho...
―Qué humor. Sólo te vine a decir que Momoko no lo hizo accidentalmente.
Nueve...
¿Qué dijo?
―¿Qué dijiste?
―Eso, cariño: Momoko fingió no saber utilizar un arco para intentar matarte.
―Eh, perdón ―interrumpió Blake, mirándonos con duda. Butch y Boomer lo aprovecharon para ver sus cartas que estaban sobre el suelo―. La verdad, lo dudo ya que ella fue la que le aseguró a Utonium que si no quería demandas o muertes hoy, lo mejor era que ella se quedara sentada y quieta.
Himeko suspiró frustrada.
―¡Claro! Actuación, mi querido Blake. Hasta yo lo hago. Ella se puso de acuerdo con Kaoru y Nicole para ello.
―No te creo ―susurré repentinamente, mirándola con desconfianza―. Simple y sencillamente lo creería de Kaoru y de ti, pero de la pacífica de Nicole o la tarada de Momoko, no.
Ella sonrió ladinamente, negando con la cabeza y levantándose de la cama.
―Que conste: yo sólo te vine a decir lo que escuché hace unos minutos: allá tú si no me crees...
―¿Qué escuchaste? ―Tenía que preguntar.
―Mmmm... No mucho; sólo algo sobre una felicitación, una lamentación por parte de la pelirroja, siendo retirada al ser convencida por Nicole, y una risotada. Me contuve en salir a encararlas y supuse que lo mejor era venir a decirte.
Hizo cara de inocente que me hizo dudar aún más sobre aquel supuesto complot contra mí. Sonreí de lado, mirándole desconfiado.
―No, no lo creo ―dije, levantándome y señalando la puerta―, y si me permites, quiero y tengo que descansar, y no creo que ellos te quieran escuchar.
Sonrió de lado antes de dar media vuelta con fingida elegancia y salir de la cabaña. Lancé un gruñido. Maldita sea... que se joda todo el mundo, pensé.
―No le crees, ¿verdad? ―Boomer se levantó con juego en mano y me miró, desconfiado―. Hablamos de Himeko... no le crees, ¿o sí?
Lo ignoré y caminé como pingüino hasta la ventana de la cabaña, intentando buscar a Momoko y las demás con la mirada. No le creía, pero también tenía mis dudas.
―¿Dónde estabas, Himeko? ―pregunté desconfiada al verla pasar frente a mí con una sonrisa ladina, llena de orgullo.
―Fui a ver a Brick ―contestó, deteniéndose y mirando fijamente a Momoko―. Y déjenme decirles que está bien, y que tiene unas excelentes y marcadas piernas.
Y sin más, siguió su camino hasta llegar a su grupo de perras falderas que tiene y que se da el gusto de llamar «amigas».
―¿A Brick? ―susurró Momoko, mirando a la nada. Un aura negra se instaló a su alrededor―. A Brick...
―¿Momoko...?
No me contestó, sólo se levantó con toda esa aura asesina y tomó el arco que utilizaba Mitch, empujándolo del camino.
Instantáneamente se preparó para lanzar y, ¡sorpresa!: Momoko había dado justo en el centro.
―¿Qué le pasa? ―Le pregunté a Miyako una vez que Nicole se levantó y fue a felicitar a Momoko por aquel buen tiro. Ella se abanicaba con una hoja de papel dada por Keane.
―Je, creo que está celosa ―susurró para luego beber un poco de agua.
Bien, había dos cosas que no me cuadraban en la oración «Momoko está celosa». Y eran «Momoko» y «celosa». Tal vez era enamoradiza pero hablamos de Brick, por Dios.
No me podía asimilar el hecho de que estuviera celosa por Brick. No señor.
―¡Así que es cierto! ―exclamé con furia, regresando la vista de la ventana y yendo con mis hermanos.
―¿De qué hablas?... joder ―masculló Butch, lanzando frustrado las cartas contra el suelo junto a un sonriente Boomer.
―Himeko tenía razón. Momoko acaba de hacer un tiro perfecto con el arco hace unos segundos.
Todos me miraron incrédulos y corrieron a la ventana. Yo me acerqué a ellos segundos después.
―Parece que sí: todos la felicitan.
Tensé mi mandíbula y apreté los puños. Bien, esto no se iba a quedar así: estaban de curiosas en la orilla del pozo y en cualquier momento podrían resbalar y caer en él. Y de eso me iba a encargar yo.
―Bien: ellas quieren guerra y yo con gusto se las daré. El que ríe al último...
―Es porque no entendió el chiste.
―No, Boomer. Ríe mejor ―mascullé entre dientes, brincando hasta la cama que se supone me correspondía a mí de entre las otras quince y me acosté en ella. Tomé mi gorra y la coloqué, no sin antes mirar a mis hermanos y a Blake y decir:―. Por cierto: ustedes me ayudarán con ello.
Escuché sus quejidos y yo, como buena persona, los ignoré y me tapé los ojos, dando por terminado el tema.
Hola, ¿cómo han estado?
Quiero disculparme con todos y cada uno de ustedes por tardar tanto en actualizar, y agradecerle a HarukaSou, Yumi-happy, Luna QueenBlossom, BlossyBrick11, Momoko123 (que, según yo, su nuevo nick es Anónima-Traumada), Michi8kyara y AnimeGirl260 por sus bonitos comentarios que me ayudaron a continuar.
También sus 'favorites' y 'followers'.
Sólo puedo utilizar a mi defensa que no lo hice antes por problemas personales, vacaciones de verano, familia y porque quería que el capítulo quedara bien (no quería subirlo todo feo).
Es un intento asqueroso y fallido de humor (y para fregarla más, creo que negro); yo siempre me he considerado asquerosa en ello, así que perdonen si no quedó bien.
Oh, y también por si quedó un poco largo.
En fin, espero y les haya agradado el capítulo. Intentaré actualizar lo antes posible el próximo. Cualquier duda, comentario, sugerencia, petición o queja, háganmela saber. Les prometo que les contestaré y que no los morderé (a no seeeeeeeeer...).
Un besote. Gracias por leer. Cuídense.
¿Habrá un review para mí, escritora primeriza de humor? :3. (Indirecta, lel).