Capítulo siete: Iluminación

Belle estaba observando la caja fuerte de Rumple. Pensaba en si podría adivinar la combinación; si lo hacía, ¿qué haría después? Ese era el dilema que no la dejaba tranquila. Por un lado, sabía lo que quería hacer: abrir la caja fuerte para depositar la daga del Señor Oscuro; era demasiada responsabilidad para ella, ¿qué pasaría si alguien se la trataba de quitar? No se sentía capaz de protegerla. Por otro lado, Rumplestilskin, el hombre a quien ella amaba, cuyo corazón había sido oscuro por tanto tiempo y no había dejado que nadie se le acercara, le confió la única arma capaz de destruirlo, porque en verdad creía en ella, ¿sería capaz de decepcionarlo, dejando la daga y demostrándole que se equivocaba con respecto a ella?

No comprendía por qué pensaba estas cosas, de todos modos, no hacía ninguna diferencia; jamás abriría esa caja sin la ayuda de Rumple. Sin embargo, era agradable imaginar que se podría librar de semejante responsabilidad, aunque le agradaba tener una prueba de que Gold confiaba en ella; además, talvez solo estaba siendo paranoica, después de todo, Rumple había mostrado ser un hombre cambiado, ¿por qué alguien querría quitarle la daga para dañarlo? Sonrió con alivio al pensar esto; se impulsó en el aparador (donde había estado apoyada para observar la caja fuerte) y volvió a tomar el cuaderno que tenía a la par para regresar con el inventario, que había dejado a medias para reflexionar unos minutos. Esta tarea fue interrumpida casi de inmediato, pues se oyeron las campanas de la puerta de entrada sonar, Belle sonrió de oreja a oreja, pues pensó que era Rumple (con quien había quedado de acuerdo en reunirse cuando él terminara con el sombrero), pero se decepcionó al ver a Killian.

-Hook, ¿en qué puedo ayudarte?

-Verás, me preocupa que la daga del Señor Oscuro caiga en las manos equivocadas, y me quería cerciorar de que estuviera en un lugar seguro- respondió el pirata de una forma fría y calculadora, mientras se acercaba al mostrador, tratando de sonar indiferente.

-No comprendo, ¿por qué el interés tan repentino? ¿Y cómo sabes que yo la tengo?- lo cuestionó Belle, confundida porque sabía que Hook había perdido la memoria, ¿acaso esto no era cierto? Actuaba muy normal; aun así, ella decidió responder con precaución.

-Regina me lo dijo. Imagino que es algo que debe preocuparte a ti también, después de todo es una gran responsabilidad; sé que Rumplestilkin no se lo confiaría a cualquiera, pero creo que no tomó en cuenta tu seguridad, ¿no crees?- trató de sonar lo más sincero que pudo y para su suerte, Belle parecía creerle o por lo menos no sospechar tanto de él como hubiera debido.

-Descuida, siempre y cuando las personas no sepan que yo la tengo, no pasará nada malo. Además, siempre la tengo conmigo en el lugar que menos podrían esperarlo- diciendo esto, inconscientemente volteó a ver hacia su bolso; Hook lo notó.

-¡Ah! Ya veo, allí es donde está. Muchas gracias- su semblante se oscureció en ese momento.

Levantó su mano y golpeó a Belle tan fuerte que su cabeza dio con la pared y perdió la consciencia. En ese momento, Hook tomó el bolso de Belle y sacó la daga de Rumplestilskin; sonrió triunfante y se comenzó a acercar a la puerta, pero alguien entró por la puerta trasera, por lo que se arrojó rápidamente al piso frente al mostrador donde Belle había estado trabajando, y ahora estaba inconsciente del otro lado (de donde Hook se encontraba).

-¡Belle, lo logré!- dijo una voz jovialmente; su dueño apareció casi de inmediato tras la cortina: era Gold.

Garfio, que había reconocido la voz, se alegró, pues sabía que vería a la joven inconsciente en el piso y no podría resistirse a ayudarla, por lo que tendría su oportunidad. En efecto, Rumple vio a Belle tirada en el suelo y se precipitó sobre ella.

-¡BELLE! ¿Qué demonios pasó aquí?

Hook se escabulló por detrás, y lentamente, saboreando cada segundo que pasaba (después de todo, había pasado una eternidad planeando ese momento, su único arrepentimiento era no poder utilizar su garfio, ya que quién sabe qué pasó con él y el resto de su traje), levantó la daga, esperando el instante adecuado para atacar. Fue allí cuando la puerta principal se abrió.

-¡Hook!- exclamó Emma aterrada al verlo sosteniendo la daga, no podía ver a Gold por el mostrador, pero no necesitaba hacerlo para saber lo que planeaba Killian.

-Sheriff, ¿de qué estás hablando?- Rumple se puso de pie para ver por qué la rubia hacía tanto alboroto. Al darse la vuelta, Hook lo apuñaló con la daga en el pecho.

Emma observó la escena llena de pavor, recordó cuando habían ido a Nueva York en busca de Bae y Killian envenenó a Gold, solo que esta vez era peor. Esta vez, ella tenía una percepción muy distinta de él, sabía que era capaz de ser mejor; pero esto la decepcionaba tanto, sintió que lo había perdido por completo, como si él hubiera vuelto a ser un monstruo sediento de sangre que no es capaz de controlar sus impulsos.

Belle, quien seguía en el piso, abrió los ojos al oír el gemido de Gold, vio con angustia el rostro de Hook lleno de satisfacción y solo pudo imaginarse el dolor que sintió Rumple (de quien solo veía la espalda); sintió un dolor agudo en el pecho, como si le arrancaran el corazón y no podía hacer nada para evitarlo. Permaneció inmóvil y sin hacer ningún ruido.

-Esto es por Milah, cocodrilo- exclamó Garfio con una mirada asesina, y soltó la daga, dejándola clavada en el pecho de su enemigo.

Gold, retrocedió un paso por la fuerza que había ejercido Killian sobre él, pero luego se mantuvo de pie. Hook se estremeció al ver esto, parecía que había visto a un fantasma; mientras que Rumple permanecía apacible.

-¿De verdad crees que sería así de fácil deshacerte de mí?- Dicho esto, sacó la daga de su pecho, mágicamente la hizo desaparecer y con su magia lanzó a Hook contra la pared, donde lo retuvo para intimidarlo al hablarle.

-No… no comprendo- comenzó a balbucear Hook, aterrado al verse en una situación tan crítica.

-Verás… Es muy simple. Mi daga, mi verdadera daga está bien guardada en un lugar donde solo yo tengo acceso.

Belle, quien seguía en el suelo, inmóvil, observando con incredulidad todo lo que pasaba. Al principio, no se movía por el dolor que le causaba la idea de perder a Rumple (de nuevo); pero, ahora, su mente estaba en blanco, su cuerpo no la obedecía, en lugar de sentir un dolor, sintió un gran vacío en lo más profundo de su ser, fue como si todo mundo se hubiera derrumbado con estas terribles palabras. Emma, por otro lado, comenzó a decir:

-¡Gold! Bájalo.

-Lo siento, querida, no puedo hacer eso. Nadie intenta matarme y vive para contarlo- dicho esto, lo comenzó a estrangular como lo había hecho cuando Emma y Hook viajaron al pasado.

Killian comenzó a agitarse desesperadamente por tratar de soltarse de la mano invisible que lo asfixiaba.

-Gold, por favor- dijo Emma con voz suplicante- él no sabía lo que hacía.

-¿De verdad piensas eso, Sheriff?- le contestó el Señor Oscuro, escépticamente.

-Tú sabes a lo que me refiero. Si él recordara todo, no estaría haciendo nada de esto. Por favor, suéltalo- cada segundo que pasaba, la rubia se desesperaba más, pues Hook forcejeaba con mayor ansiedad.

-Pero ya no recuerda. No hay ninguna forma de hacerlo recordar, ¿aún no lo comprendes? Si no lo detengo ahora, seguirá haciendo lo que le plazca y seguirá lastimando a personas inocentes, como Belle.

-Me encargaré de que eso no pase.

-Sí, porque has hecho una estupenda labor con eso hasta ahora- respondió él, sarcásticamente.

Los movimientos de Hook comenzaban a debilitarse.

-¡DETENTE! Por favor. Te prometo que haré todo lo posible para controlarlo; lo mantendré vigilado las 24 horas del día si es necesario- a este punto, su voz era un solo hilo-. Por favor, dame la oportunidad de ayudarlo. En el fondo, tú sabes que esto es un error. Piensa en lo que diría Belle si se enterara de que lo lastimaste; piensa en lo que diría tu hijo.

Rumplestilskin miró fijamente a los ojos de Emma y su expresión se suavizó, observó a Hook y murmuró:

-Está bien.

Acto seguido, bajó su mano y dejó caer a Hook en el suelo, quien se permaneció hincado mientras tosía y palpaba su garganta con gran alivio.

-Apártalo de mi vista.

Emma no dijo nada, simplemente obedeció a Gold y se precipitó al lado de Killian, a quien ayudó a levantarse y lo sacó apresuradamente de la tienda por la puerta principal. Al cerrarse la puerta, Belle se levantó y Gold se estremeció al verla ponerse de pie con tanta facilidad.

-¡Belle! ¿Hace cuánto estabas despierta?

Ella ignoró esta pregunta y preguntó seriamente

- ¿me mentiste?

Gold permaneció petrificado, no sabía cómo responder.

-¿Rumple?- insistió, desesperada.

-Sí.

Las lágrimas comenzaron a rodar por las mejillas de Belle.

-¿Cómo pudiste? Confié en ti, pensé que habías cambiado- la amargura y decepción con la que dijo esto hicieron que Gold se sintiera peor.

-No fue mi intención. De verdad quería demostrarte lo mucho que significas para mí y se me ocurrió darte la daga, pero cuando estuve a punto de entregártela, recordé a mi hijo y lo que esa bruja le hizo, y temí que si te la daba no podría honrar su memoria- el arrepentimiento se exteriorizaba junto con estas palabras.

- ¿Y creíste que la mejor manera de honrarlo era vengándote? ¿En realidad piensas que a él le hubiera gustado esto?

-Me dejé llevar por mi ira-comenzó a explicar.

-Lo sé, es lo que siempre te pasa. ¿Por qué no me lo dijiste?

-Quise hacerlo, pero temía tu reacción.

-Ese es el problema, Rumple. Cada vez que pienso que has cambiado, me demuestras que no. ¿Cómo esperas que vuelva a confiar en ti después de esto?

-Lo siento, en verdad lo siento, Belle- ambos comenzaron a derramar lágrimas en silencio -. En verdad no quería herirte. Sé que puedo cambiar.

-Yo también lo siento, Rumple; no sé si pueda creer eso por ahora. Necesito salir de aquí.

-¡Belle!- suplicó él.

-Nos vemos luego.

Ella salió por la puerta trasera trataba de contener sus lágrimas, pero no lo lograba, comenzó a correr sin un rumbo específico, simplemente necesitaba moverse; mientras tanto, Gold permaneció adentro de su tienda, intentando procesar lo que acababa de ocurrir y no podía evitar recordar el momento en que soltó a Bae y lo dejó ir a través del portal, ya que el sentimiento que tenía era básicamente el mismo.


Killian seguía sin comprender por qué seguía con vida. ¿Acaso Rumplestilskin se había apiadado de él? No, un hombre tan decidido a hacer algo, como él había estado de matarlo, no cambia de opinión solo porque sí; entonces, siendo el Señor Oscuro, ¿qué lo había hecho cambiar de opinión? Casi instintivamente alzó el rostro para observar a Emma, como si fuera la repuesta obvia a sus interrogaciones.

-Tú… ¿Por qué… ¿Por qué me ayudaste?

Emma lo miró como si fuera una niña a la que habían descubierto haciendo una travesura y que temía a las represalias. Empezó a buscar una excusa que tuviera el mínimo de lógica.

-Ese es mi trabajo- mintió.

- Mmm. Pensé que tu trabajo era proteger a personas indefensas- la retó.

-Lo es.

-Después de lo que viste, ¿me consideras indefenso?

-Pues…

-Dime la verdad. Quiero saber por qué te enfrentaste a Rumplestilskin por mí.

-¿Por qué? ¿Qué diferencia haría?

-No lo sé. Ha pasado mucho tiempo desde que alguien se arriesgara así por mí. Después de la forma en que te he tratado, ¿por qué lo hiciste?

-¿De verdad quieres saber?- lo cuestionó la rubia.

-Sí- por primera vez en días, él sonaba sincero acerca de algo.

-Está bien, te lo diré-pauso unos instantes, todavía analizando la mejor respuesta-. Tú no eres así. Has cambiado, aunque no lo recuerdas; tú eres mejor que esto. Cuando te acuerdes de todo lo que has olvidado, verás que tengo razón.

-¿Por qué te interesa tanto que recupere mi memoria?

Emma se paralizó. Esta era la pregunta a la que tanto temía. Cerró los ojos un segundo, inhaló profundamente, dejó salir el aire (Hook la observaba con mucha atención) y comenzó a decir muy despacio:

-Porque tú siempre me has apoyado- sonrió nostálgicamente -; de hecho, una vez yo perdí mis recuerdos y tú me ayudaste a recuperarlos, ahora quiero hacer lo mismo por ti.

-¿Entonces, es porque tienes una deuda conmigo?- preguntó Killian con curiosidad.

-No. Es porque no puedo soportar verte a los ojos y no ver nada más que vacío e indiferencia; porque extraño poder hablar contigo de lo que sea; extraño tu apoyo constante; extraño la persona que eras antes, al estar conmigo.

Al terminar de decir esto, ella bajó la mirada porque temía que él se burlara de ella. Para su sorpresa, él se colocó frente a ella mientras se le acercaba; levanto su cabeza suavemente con su mano, al verlo a los ojos, por primera vez en varios días, ella sintió que miraba a una persona; lentamente, comenzaron a acercarse, entre más se acortaba la distancia, más podían sentir el calor el uno del otro, sus corazones se aceleraron con tal rapidez que ya no estaban seguros de si podrían contenerlos en sus pechos. Finalmente, sus labios se juntaron suavemente, Hook comenzó a recorrer el cabello de Emma con su mano y ella, lo tomó por la chaqueta de cuero que él estaba usando para acercarlo más a ella. En ese instante, una onda de luz se expandió a su alrededor, y al verse nuevamente a los ojos, con una sonrisa radiante él pronunció dulcemente, casi en un suspiro:

-Emma.

Ella no pudo resistir sonreír al oír su nombre pronunciado con tanta ternura.