Smaragd Bewitched

Por Aomine Daiki.


I

Esta es una historia que irá dedicada hoy y siempre a Mariexp por su perseverancia


Las tropas de reconocimiento habían partido bajo el mando de su comandante, Erwin Smith, con el único propósito de darle esperanzas a la humanidad que yacía tendida tras sus temores a lo extenso de los muros que aún se mantenían erigidos tras los años y ataques severos por parte de aquellos monstruos azarosos. El plan armado por Erwin consistía entonces en recuperar el muro María con la ayuda del cadete Eren Yeager, quien poseía la temible habilidad de transformarse en titán. Marchando un número pobre pero significativo de hombres y mujeres valientes para pocos, locos y estúpidos para muchos con un solo objetivo en mente. Pero el plan no logró concretarse. Las tropas sufrieron grandes bajas y con la moral por los suelos y las esperanzas rotas, regresaron al muro. La gente a la espera del comandante Erwin y sus soldados, calló en desesperación, señalando y castigando a las tropas de reconocimiento, maldiciendo al comandante, a los titanes, y a todo aquel que hubiese jugado todo a favor de un mínimo de esperanza. Las familias levantaron a sus muertos en silencio. No hubo agradecimientos ni tampoco condolencias que valieran sus pérdidas.

La humanidad había perdido la batalla más importante que jamás hubiese librado, y con ella la única arma clave que podría haberlos salvado: Eren Yeager.

Ante ello Erwin, como responsable de aquella maniobra y líder supremo de las tropas, compareció a los altos rangos explicando a detalle lo ocurrido. Negándose cuando los supremos mandos dictaron que las tropas debían hacer entrega del cadáver del cadete Yeager.

"Lamento no poder cumplir con esa orden"

Manteniendo esa calma y tranquilidad que parecían ya fusionadas a su cara, Erwin respondió. Mostrándose imperturbable ante las severas y venenosas miradas de los líderes allí reunidos. Sentado a otro extremo de la mesa de un tamaño suficientemente larga para dar esa sensación de autoridad inalcanzable, buscando (absurdamente) amedrentarlo.

"Durante la batalla contra el titán femenino Eren Yeager fue devorado por un conjunto de titanes guiados gracias al rugido de la titán. Su cuerpo al final de aquel acto de canibalismo ya no pudo ser recuperado"

Tras su explicación breve y concisa, las opiniones de los presentes se dividieron. Algunos aceptaban los resultados obtenidos, en lo que respectaba a la muerte de Eren Yeager; otros en cambio enardecieron, sintiéndose ofendidos y coloreándose de rojo por la burla que a según ellos se hallaba escondida en las palabras de Smith.

"¿Estás aceptando tu incompetencia en este asunto?"

La pregunta le hizo desviar la mirada, deteniéndose por breves segundos en el hombre que la había lanzado. Y sin perder su estoico porte volvió a mirar al gran comandante: Darius Zackly. Provocando que aquel sujeto murmura blasfemias en su contra.

"El enemigo rebasó cualquiera de mis expectativas"

"¿Recuerdas tus palabras, Erwin?"

En los ojos viejos, sabios e imparciales del gran comandante una advertencia se asomó que Erwin aceptó sin la necesidad de responder.

"Aa"

"Bien entonces"

Erwin conocía perfectamente las consecuencias de sus actos y las trabas que supondría esta reunión sostenida por los altos mandatarios. Les había arrebatado la oportunidad de divertirse con el único hijo de Crisha Yeager y al mismo tiempo se mofaba de ello en sus caras sin reparo. Pero era necesario si quería avanzar y cumplir sus objetivos. No importaba nada si esto no le suponía ventaja y acortaba la distancia con sus anhelos.

Cuando la junta finalizó, antes de que el gran comandante abandonara la habitación le dijo con su ronca voz lo siguiente:

"Me he enterado de que por fin has dirigido tu atención hacia otros asuntos"

"¿Señor?"

"Esperaré ansioso la fecha"

La sonrisa cargada a la izquierda del supremo comandante Darius marcaba una complicidad habitual compartida entre hombres durante ciertos eventos acontecidos a lo largo de sus vidas. Era una felicitación a su astuta victoria. Y la buena actuación desentendida de Erwin le dio el toque perfecto que requería la más grande mentira de su vida, y de la cual él mismo era la primera víctima a engañar.

A las afueras de las oficinas mientras iba bajando las escaleras, un precavido y aparentemente receloso Nile le interceptó, vistiendo lo que en su momento lo hiciera sentir orgulloso, ese uniforme de la gendarmería y el escudo cosido de un unicornio bravío.

"¿Es así como termina, eh?, salvado por esa astuta lengua tuya"

"Nile, me sorprende que no estuvieras presente durante la reunión"

"No creo necesaria mi asistencia si solo se trata de oír excusas"

"Ya veo"

Neil venía del lado izquierdo, caminando a una distancia prudente de él. Y quien no hubiera estado lo suficientemente atento habría tenido la acertada idea de que se hallaba siguiéndolo. Este se detuvo a dos escalones y tres pasos suyos. Mirando al frente, fijando la vista en los transeúntes al otro lado del edificio.

"Has obtenido lo que demandaste aquella vez"

Con aquella Erwin no hacía más que referencia al juicio de Eren Yeager, ese donde su mayor apuesta comenzara.

"A medias"

Después vino una pausa, y Erwin decidió retirarse pero las palabras de Niel no lo dejaron.

"He escuchado un rumor"

"¿Ah sí?"

"Dicen que te casarás"

La mueca de Dok decía no estar de acuerdo y sus ojos brillando otra vez como cuando fueran jóvenes le gritaban que no estaba hecho para esa vida que aparentemente comenzaría a lado de alguna buena mujer que le aceptara de compañía.

"Resulta increíble pensar que sea verdad"

Nile completó.

"Lo es. Por ello ve pensando en un buen traje para la ocasión"

Tras su contestación terminó de descender hasta la ahora salida del edificio. Sin voltear a ver la expresión seguramente atónita de Dok, quien tardó en reponerse para hacer una demanda de lo confesado unos segundos atrás.

Para cuando Erwin había abandonado las oficinas un carruaje le aguardaba listo. Este le condujo de vuelta a una residencia ubicada en una zona de confort, con vecinos de renombre lo suficientemente ociosos como para indagar en la vida de los demás con el objeto de hallar diversión en ello. A Erwin eso le ayudaba, sobremanera. Que los mandatarios y la gente lo supieran, que pronto estaría casado.

Al llegar un cuartero de jóvenes uniformados y armados custodiaban las puertas de la enorme casa. Bajó del carruaje, en ese momento los guardias le dieron la bienvenida al saludarlo con el puño derecho en el corazón. Se introdujo a la casa, reparando vagamente en los adornos selectos de manera ordenada para el recibidor.

"Te has llevado tu tiempo, Erwin"

La voz suave y al mismo tiempo agresiva pero reprochable sonando a su izquierda, anunció la presencia de Levi. Quien vestía tan solo una camisa blanca —desabotonada sin o con aparente intención— de los tres primeros botones del cuello, un pantalón y zapatos negros, seguido de un potente olor a ron que le daba un aire acalorado pero fresco. Mirándole profundo desde su posición recargada al marco del pasillo que dirige a la sala y con los brazos cruzados.

Y a Erwin se le escapó una vaga risilla.

"Levi, ¿cómo está ella?"

"No ha dejado de tirar mierda"

"¿Te has encargado de que lo entienda?"

"Seguro que con tu sermón fue suficiente"

"Quiero verla"

Antes de que Levi se decidiera a complacerlo le echó un largo vistazo que Erwin no tuvo problemas en regresar de modo silencioso.

El soldado más poderoso de la humanidad se paró al pie de las escaleras ubicadas frente al recibidor, esas que conducen a la planta alta de la casa y alzó la voz empleando un tono hostil, poco amable y totalmente dictador.

Oi, baja!"

Después de aquel sonoro llamado no tardó mucho en aparecer una hermosa jovencita de aproximadamente 15 o 16 años. Portando un bello vestido de tonos perlados y tan largo como para cubrir sus zapatitos. El cabello castaño oscuro lo llevaba recogido en unas trenzas desordenadas y unidas a un tocado de flores blancas. Era una imagen de ninfa rebelde pero encantadora. Sus labios de un rosa pálido resaltaban gracias a su cabello y a su piel morena clara. Los ojos de un intenso esmeralda brillaban pérfidos en medio de su marcada inocencia, anunciando con sutileza el descaro de una juventud elaborada. De cuerpo esbelto, delgada y erguida como una princesa, hacia presencia tras el llamado del sargento, tratando por todos los medios moverse con soltura y gracia.

"¿Me llamaba, Levi heichou?"

Su timbre dulce le dio el toque perfecto a ese cuadro de Velázquez.

"Erwin quiere verte"

Los grandes ojos de la jovencita parpadearon, dando sus largas y rizadas pestañas la imagen de un cuervo batiendo sus enormes y negras alas. Sonrojada miró a Levi sin entender muy bien hasta que se percató de que no estaba solo sino acompañado por aquel que precisamente solicitaba verle.

"¡Erwin danchou!"

El rojo en sus mejillas se dispersó a una velocidad tremenda por toda su cara hasta llegarle a las orejas. Pronto empezó a bajar las escaleras con la mirada baja y mordiéndose el labio inferior, sintiendo a la vergüenza subirle de los pies a la cabeza a cada paso que daba. No le costó gran esfuerzo descender, cosa que el sargento notó con cierto interés.

"Veo que ya puedes caminar sin caerte. Al parecer este es tu verdadero género"

He-heichou!, yo no soy una mu-"

Las palabras se cortaron cuando a Levi le dio por cubrirle la boca en un gesto rudo, poco amable, y sujetarla de la barbilla al mismo tiempo.

"Cierra la boca"

"¿Humph?"

"Dilo siquiera y te hare una rajada allá bajo para que en verdad lo seas"

Aterrorizada apenas si logró asentir, pegando sus manos a los costados, arrugando parte de su vestido al cerrar los puños en torno al largo faldón que le colgaba y temblando de arriba abajo.

"No hagas eso, Levi. Amenazar a una señorita no es apropiado"

Erwin se acercó, haciendo a un lado al sargento quien le observara detenidamente desde que intercediera por la damita. Cuando estuvo frente a ella le alzó el rostro al tomarla de la barbilla, para examinarle a detalle, hallando los dedos fuertes de Levi marcados en su piel. Las finas facciones y el maquillaje natural solo remarcaron su belleza, y Smith pensó que con un poco más podría ocultar el deje violento de Levi en ella. El trabajo estaba hecho y era más que espléndido. Y Erwin no pudo evitar sentir cierto deleite.

"Recuerda que no puedes hablar de esa forma sobre ti"

Antes de dejarle ir le dijo en un tono afable. Sonriéndose para sí al bajar brevemente la cabeza, satisfecho con lo obtenido.

"Pero yo soy"

"Ahora eres mi prometida"

Volviendo a alzarla para mirarse directamente en tremendos ojos esmeraldas.

"Pero"

"Eren"

Erwin le llamó, a ella, por lo que realmente era, y una sensación extraña que hizo temer a Eren se le introdujo en el vientre, vaciándolo, apretujándolo.

"Para mantenerte a salvo del enemigo deberás actuar como una mujer. Eren olvida tu nombre y quien eres, ahora serás Özmel Bariş, la futura esposa del comandante de las tropas de reconocimiento"

Eren se quedó atónito con los labios entreabiertos, los ojos congelados y mirando asustado al comandante que le hablaba firme y decidido. Recordando de golpe el tormento que le auguraba ese disfraz delicado, luminoso y distinguido que llevaba puesto.

Y todo frente a la atenta mirada del sargento Levi.


つつく...


N/A Lo prometido es deuda, y yo sé que quizá no sea totalmente igual o quizá sí, pude encontrar el borrador del primer capítulo pero los demás están perdidos en el más allá. Quiero agradecer y al mismo tiempo disculparme con Mariexp por haber tardado tanto pero espero que me comprenda un poquito, cuando noté que desapareció mi historia tuve miedo de que me hubieran hackeado nuevamente la cuenta —ya le pasó una vez— pero la vuelvo a colocar porque más que nada es un reto, eso de hacer historias largas y porque parece ser que no me la hackearon, igual procuro cambiar seguido de password y así. Fue muy heartbreaking la última vez. Por cierto el título lo cambié, al final no me había gustado el anterior. Otra cosa, sí soy sincera no recuerdo ni una papa sobre los otros capítulos que escribí, se que suena tonto e increíble pero tengo muy mala memoria, a veces no recuerdo en que día vivimos ni qué hice ayer, así que para aquellos que llegaron a leer esto lo más probable es que se topen con algo totalmente distinto. Al menos el inicio es básicamente el mismo (benditos borradores y memorias de celulares intocables).