ROCKY

1914

Un sobre se deslizó por debajo de la puerta de la habitación, el movimiento hizo que se pusiera en alerta, aún estaba en movimiento cuando lo atrapó, todavía olía a tinta fresca. Con orgullo y la cabeza en alto lo llevaba a su lugar favorito, donde tenía su tesoro. No levantó sospechas de nadie, era común verlo pasar de esa manera hasta que llegó atrás del manzano justo en la esquina del jardín derecho de la mansión, cavó lo suficiente para incluirlo con sus demás triunfos. Después se cercioró que todo estuviera en su lugar y fue entonces que lo escuchó, ahí estaba él, su voz y su olor eran inconfundibles. Apresuró su paso no sin antes sacudirse la tierra, debía estar presentable sino no podría entrar de nuevo a su habitación. Un silbido repartido en tres tiempos era su saludo.

-Spike… amigo ¿Dónde estás?- gritó él, su amo que cuatro meses atrás lo trajo de su viaje a Canadá. No sabía que le gustaba más que le acariciara la cabeza o las galletas que le daba cuando lo acercaba a él para abrazarlo. No había momento más feliz en el día que cuando Albert llegaba a casa; aunque a veces traía olores no muy gratos, como el de tabaco o de perfumes que parecían de hembra.- feliz mes campeón, mira lo que te traje, una salchicha… hoy eres todo un adolescente de seis meses. Más tarde iremos a dar un paseo..mira nada más esas patas, la Tía Elroy note dejará entrar así. Sacó su pañuelo y le limpió las patas antes de cruzar la puerta principal de la casa.

-William- gritó la tía- ¿cuándo aprenderás a tratar a los animales solo como eso, animales no como personas.

-que le hace tía? Es solo un cachorro de labrador, está aprendiendo rápido a ser todo un can educado.

-pues dile eso a mis pantuflas parisinas, Dorothy las encontró mordidas allá por el manzanar.

-¿Fuiste tu?- preguntó Albert aloque Spike solo agachó la cabeza, pero es que eran irresistibles tenía plumitas que daban cosquilla en la nariz cuando las mordías y demás el olor de los pies de la tía era muy parecido a la de la carne seca que el cocinero ponía en la mesa.- ya ve, le ofrece disculpas…- tratando de "traducir" lo que su perro "decía".

-Pues quiero unas iguales a ver de donde las sacas, vamos a cenar.- dijo al darse la media vuelta y dirigirse al comedor.

Esa era la vida de Spike, dormir junto a Albert, despertarlo de unas lengüetadas seguirlo a donde fuera, escurrirse por la cocina y granjearse unas migajas de las chicas de servicio guardar cosas en su lugar secreto y morder los caros zapatos de la tía Elroy.

Hasta que un día cambió, era la fiesta del cumpleaños de Albert, la casa estaba infestada de gente, salían y entraba por donde quiera y lo peor, a él lo amarraron con un collar y una cadena allá en el manzanar. Risas y música acallaban sus ladridos. Después algo pasó,, cuando todos se fueron, alcanzó a ver a George y Albert hablando con ademanes, parecía alterado y George el asistente de su finado padre, quería calmarlo, unos minutos después vio a Albert cargando una bolsa verde salir de la casa se acercó a él para despedirse

-Adiós Spike, se buen perro sino la tía te correrá prometo regresar solo necesito un poco de aventura, de aire fresco, ¿sabes? Me quieren quitar la mitad de mi herencia, necesito pensar, saber que voy a hacer- Spike solo lamía sus manos y se fue directo a su cara, el lo vio y suspiró-¿quieres ir de aventura? ¿Quieres acompañarme?

Spike ladró confirmando su deseo de seguirlo de ser du compañero a fin del mundo. Albert soltó la cadena y salieron de la mansión Andley sin saber si regresarían.

La estación estaba repleta de gente y la fila de los boletos, solo estaban unas chicas formadas una de ellas estaba convenciendo a la otra de que no tomara el tren

-Candy si tus papás se enteran te va a ir muy mal…- decía una de cabello castaño y liso, largo hasta media espalda.

-No importa solo quiero verlo, escuchar su voz de nuevo, es tan guapo… no hay chico más guapo que él- dijo emocionada

-Albert volteó a ver a Spike dudando de la cordura de la chica.

-Si lo viste solo una vez esa presentación de chicago

-y solo era un actor de reparto ahora es el principal…es Romero, míralo..es más mi papá, él mismo me trajo este afiche… me encantan sus ojos azules- dijo suspirando.

- le gustan los ojos azules- murmuró a Spike entre risas.

-¿Por qué tardan tanto?- añadió la chica rubia de cabello rizado qu abrazaba un albúm de fotografías… - creo que están arreglando las maquinas.

-Candy esto no me huele bien, no vayas- dijo la otra achica justo cuando fue el turno de Candy de pasar a la ventanilla.

- Annie tengo que ir a verlo, aunque sea lo último que haga- añadió antes de pagar el ticket.

Las chicas caminaron hacia una banquita y Albert las alcanzó

-disculpa, ¿van a viajar las dos?

-No- contestó determinante Annie.

-Es que solo queda ese lugar y el hombre de la taquilla me dice que situ no tienes inconveniente puedo viajar junto con Spike

-está bien, contestó Candy, con una sonrisa -no hay problema

-Hasta aquí, Candy yo me voy- dijo al levantarse y tomarla de las manos-suerte y que puedas ver a "tu" Terry Grandchester y que consigas su autógrafo.

-Gracias, Annie, no sé qué haría sin ti, prometo regresar mañana a esta hora, para que lleguemos juntas a mi casa.

-Está bien,- dijo al acercarse y para hablarle al oído- suerte, el rubio "ojos-azules" viajará junto a ti…está muy guapo…y tiene los ojos azules- añadió con una risilla.

-No , ni lo pienses, yo le soy fiel a mi novio Terry…

-si como no, nada más falta que el sepa que es tu novio…- soltó la carca jada que no le agradó a su amiga y se fue. Candy regresó a la banca del tren.

-Hola Rocky- dijo a Spike mientras este le lamía las manos.

- se llama Spike- le aclaró Albert

-¿Cómo ese nombre? Solo míralo tiene una cara de Rocky…¿verdad que te gusta más Rocky?

Spike como siempre dejando a su año en el ridículo ladro confirmando la afirmación de Candy.

-y tú ...¿ Cómo te llamas enamorada del famoso Terry? ¿Ricitos?

-Candice White ¿y tú blue-eyes?

- Albert Andley- pero el apellido no lo pudo escuchar porque el silbato del tren anunciado su llegada se lo impidió.

En la plataforma Spike junto Albert miraba pasar infinidad de zapatos, algunos le parecían apetitosos para morder en sus ratos de ocio, de pronto unas gitanas los abordaron

-te decimos si tu novio es fiel...- dijo una de ellas refiriéndose a Candy

-pero no tengo dinero, lo siento...- contestó Candy con algo de reservas.

Albert vio una oportunidad de divertirse agregó

-si mi amor… para que veas que si te soy fiel, les daré 10 dólares- dijo al extender un billete

-por diez dólares...guapo…- dijo insinuándose mientras guardaba el billete en su escote

-shshshshshsh Yahaira- la tomó del brazo la otra- aquí esta su novia… niña no te equivoques por esta, las gitanas sabemos respetar los hombres de otras. Candy y Albert se vieron con complicidad.

Ambas mujeres les tomaron las manos, la que tenía la mano de Candy la vio

-Aquí dice que estas muy enamo…no… ilusionada con un hombre- dijo Janik haciendo para atrás su cabello negro como la noche haciendo sonar sus largos aretes que acentuaban su largo cuello y la cantidad innumerable de ruidosas pulseras.

-¿Qué tiene ojos azules?- añadió Albert con jocosidad

-si, si tiene ojos azules… pero el cabello oscuro- dio entre dientes, se acercó a Candy al oído-oye… ¿engañas a este agraciado por las estrellas con otro?

-no- dijo sonriendo-¿de verdad está el de ojos azules y cabello castaño?- preguntó interesada y con brillo en los ojos, relacionándola con Terry su actor favorito.

-si está muy claro – contestó Janik segura – pero no ahora, ese hombre estará interesado en ti pero en el futuro niña, yo no dejaría ir a este bombón que tienes de novio.- aconsejó con una sonrisa de lado.

Yahaira, la otra gitana, tomó la mano de Albert y extendió su palma con suavidad, lo vio pícaramente mientras le soltaba una sonrisita coqueta, después se puso seria -aquí hay un engaño- dijo volteando a ver a Candy a lo que ella negó con la cabeza riendo-… y definitivamente está la rubia en tu camino Janik mira esto- juntó las dos manos y la cara de las gitanas se llenó de asombro, volvieron a juntarlas como para cerciorarse de lo que estaban enterando y siguieron ahora con su dedo las líneas uniendo las dos lecturas y su cara palideció

-Serán muy felices, niña, se casarán… si se casaran y serán muy felices.- dijo Janik cerrándoles las manos y palmeándolas- vámonos Yahaira, vámonos- dijo al jalarla del brazo- le murmuró algo es su idioma mirándolos de cuando en cuando, Yahaira negó con la cabeza, se acercó a Albert

- el dinero, hombre agraciado por las estrellas, que tu Dios los cuide- dijo al regresarle el billete e ir hacia su compañera, después regresó-Hay un secreto algo que debes descubrir…alguien que te ama mucho te ayudará- agregó al correr

Subieron al tren y se acomodaron, empezaron a reír de la supuesta broma que habían hecho a las gitanas,

-Así que me engañas con un castaño de ojos azules ¿Eh?...has roto mi pobre corazón- soltó la risa

-¿Pero como supo lo de Terry?- preguntó Candy con inocencia mientras le indicaba a Spike que subiera con su mano- bueno, vamos Rocky sube- dijo al cachorro para que se recargara en su regazo

-Spike…- aclaró de nuevo- creo que lo intuyó nada más por ese enorme álbum de recortes que traes en las manos.- dijo al dale una respuesta sensata y medio sarcástica a la chiquilla crédula- te dicen lo que creen que tu quieres oír, ya ves según ellas, nos vamos a casar y seremos felices- rió.

-y viviremos en una casa verde pistache- Candy empezó la broma

-con techo blanco y barda blanca- siguió Albert

-con un granero rojo con vacas y gallinas

-y caballos, puercos y un maizal donde yo trabaje

-a y yo hornearé panes de maíz para nuestros…

-10 hijos y Spike

-Rocky- aclaró- y solo 5 hijos un número impar para desempatar en caso de una votación- aclaró Candy al abrir sus ojos verdes indicando que su imaginación estaba volando.

-Si, Albert boy,

-Candice III y Tommy, como mi papá

-Billy, como el mío y Rosie- dijo al completar los 5 dedos de la mano

-¿Cómo tu mamá?

-No, mi madre se llamó Pauna, solo que siempre me ha gustado ese nombre- sonrió- ya ves ya tenemos la vida resuelta.

-Solo hay un pequeño detalle, bueno no es que tu no estés guapo, pero..

-A ti te gustan de ojos azules pero de cabello castaño…

-Bueno a demás de eso yo iba a decir que eres muy grande para mi..¿Cuántos años tienes? ¿21? ¿ya eres mayor de edad, cierto?

- Vaya me has hecho sentir viejo precisamente ahora que cumplo 20 ..¿Cuántos años tienes? ¿13?

-No… 15- dijo al sentarse alargando su torso para parecer mayor- Feliz Cumpeaños

-Gracias, Ricitos, creo que tú eres una gran sorpresa para este día… no te preocupes a mi me gustan las chicas… más..digamos… grandes que tú.

El labrador por alguna razón se sentía bien con esa chica que olía como el jardín de su casa, era cálida se sentía tan bien como en la compañía de Albert.

-traidor- lo señaló Albert con el dedo

El tren siguió su marcha veinte minutos después ambos rubios ya charlaban como si fueran amigos de toda la vida. Rocky/Spike permaneció dormido

-Wow si que es un gran álbum de recortes, creo que si lo llega a ver se va sentir muy halagado- dijo al cerrar el álbum que Candy con orgullo le enseñó

-me costó mucho tiempo – dijo mientras acariciaba el pelaje de Rocky/Spike y suspiró solo espero verlo y que me lo autografíe

-vienes sin permiso de tus padres ¿verdad?

-técnicamente…. Tengo permiso para no ir a dormir a casa y regresar hasta maña a esta hora…- añadió justificándose.

- prácticamente sin permiso…- entendió Albert, él también lo hizo algunas veces con la tía Elroy -…y… ¿si no lo logras?

-prefiero morir en el intento a morir sin haberlo intentado- dijo con una gran sonrisa

-me gusta tu frase… ese actor tiene una admiradora muy inteligente…bueno aunque nosotros nos vamos a casar y a ser muy felices- añadió soltando la carcajada dejando ver sus dientes blancos.

De pronto un estruendoso ruido opacó la risa de Albert, el vagón se sacudió y una fuerza inexplicable los movió de un lado a otro, los vidrios se quebraron la puerta de la cabina se rompió a la mitad ese movimiento parecía no terminar nunca, las luces se apagaron un sonido ensordecedor y después nada.