[Long-Fic]


Floreciendo del Jazmín


—Naruto U. & H. Hinata—

Oh por favor, ¿qué ibas a decirme? ¿Qué nos diéramos un tiempo y a ver qué sucedía? . Ahora que ella lo decía, a Naruto no le pareció una mala idea. Es decir, Hinata es la única mujer que no lo ha hecho besar el suelo. Sin embargo, decidió guardarse su opinión e hizo algo que no iba acorde a su personalidad: se calló.

Advertencias: Lenguaje soez. | Semi-Universo Alternativo. / Post-Guerra distinto al del manga/anime | Un poco de OOC en los personajes. | Actualizaciones muy lentas (como ya se puede observar). | Distintas alteraciones en el fic original. | Uso de sufijos japoneses.

Disclaimer:

Naruto © Masashi Kishimoto

Floreciendo del Jazmín © Adilay Vaniteux

Notas (2014):

[Según GOOGLE TRADUCTOR el título del fic (Daburu Hajirai) está en idioma japonés y en español se traduce como Timidez Doble por lo que si alguien ve algún error no dude en decírmelo] Ehm, antes que nada me gustaría aclarar que este fic fue para una actividad en el foro: Universo de FanFics. La actividad se llama: Verdad o Reto. A mi evidentemente me tocó el reto por lo que debo escribir un NaruHina (gracias al cielo), con respecto a la post-guerra. Quiero aclarar que no he echado muchas miradas al manga de Naruto por diversas cuestiones, sin embargo me hecho de ciertas cosas que, bueno, tal vez sean algo útiles para llevar este fic como debe ser.

Gracias por leer y si hay algo en lo que deseen corregirme, soy toda oídos/ojitos; porque como ya dije, no he echado suficientes miradas al manga.

Pero en fin, espero no ser demasiado… ¿cómo decirlo? ¿Salida de la historia? Bueno, si desean ayudarme con gusto se los agradeceré. Gracias y si les gustó comenten. ¡COMENTENNNNNNNN!

Notas (2020):

Okey… bueno, seguramente algunos estarán molestos conmigo y me preguntarán cuándo diantres voy a decidirme si terminar el fic o no.

Verán, esta decisión fue tomada hace poco. Apenas la semana pasada, debo decir.

Pensaba en dejar en HIATUS este fic, sin embargo, no quisiera que eso fuese tan así.

Porque… apesar de los años, he notado que este es el fic sigue siendo el más apoyado que tengo, Obvio, tengo otros que me han dejado buenas anécdotas que contar, entre otras cosas, y este… bueno, al final, nadie pudo adoptarlo para terminarlo a pesar de que una que otra propuesta.

¡En fin!

Mi cerebro acaba de hacer clic en ciertos aspectos de esta historia y desearía darme una segunda oportunidad con ella.

Por claras razones, voy a editar, mejorar y cambiar ciertos aspectos del fic inicial. Empezando por el nombre del fic, y eso es porque… digamos que luego del 2015 se me quitaron las ganas de seguir usando nombres "japoneses" para mis fics relacionados al anime/manga. XD

A ver qué tal queda.

Gracias por su paciencia y espero que ahora sí pueda darle conclusión a este fic,

¡Saludos y no olviden comentar!



Capítulo 1



Naruto busca a Hinata


Cuando los ojos pertenecientes a los distintos y escasos aldeanos sobrevivientes a la gran guerra ninja (que hace algunas semanas atrás por fin terminó) vieron que ellos dos se acercaban, automáticamente los espectadores se dijeron de forma silenciosa que algo importante estaba pasando o a punto de pasar.

En medio de la reconstrucción de Konoha y el mundo ninja, la gente aún conservaba algo de optimismo y se mostraba sorprendentemente decidida a regresar a la antigua vida monótona y bella que habían tenido.

Desde el niño más pequeño hasta el anciano más encorvado, cada uno de los miembros de la aldea, estaba decidido a progresar y salir adelante. Aunque claro, se podría decir que, eso principalmente, era porque no es la primera vez que Konoha salía de los escombros, después de una profunda guerra que por poco se daba por perdía.

Naruto Uzumaki.

Ese era el nombre que se quedaría tatuado en las mentes de todo sobreviviente, no sólo por su destreza al actuar contra Obito Uchiha, alias: Tobi. Sino por hacer frente al propio Madara Uchiha, y vencer, junto a Sasuke Uchiha (el antiguo Renegado que aún no conseguía la confianza total de la aldea) y varios aliados más, entre ellos su propio padre resucitado, a otro tipo de enemigos que no le hicieron la pelea sencilla.

Enumerar las hazañas del chico rubio en batalla, seguro tomaría un día entero.

Se podría alabar su constante crecimiento como ninja.

Pero, es cierto que también, se podría hacer un millón chistes acerca de su patética práctica en cuanto a chicas se refiere.

¿Quién podría culparlo? A diferencia de su mejor amigo, Sasuke, Naruto no era ni nunca fue un Don Juan. El pobre muchacho no era perfecto y digamos que su comportamiento infantil, su gusto curioso por el color naranja y los bigotes sobre su rostro, no eran atributos muy atractivos si se lo preguntaban a las damas.

Pero, no fue hasta recientemente, cuando el jovencito se convirtió en un hombre de leyenda, que las chicas comenzaron a notar un atractivo natural en él. Cosa a la que Naruto, todavía no se terminaba de acostumbrar.

Los ojos de las chicas no estaban acostumbrados a posarse en él, de eso Naruto siempre se dio cuenta. Sin embargo, ya fuese por un motivo o por otro, las mujeres jóvenes (y no tan jóvenes) de la aldea, ya comenzaban a buscar con un ímpetu grotesco al ninja más famoso del mundo.

Ahora, Naruto, claramente al no estar acostumbrado a ese nuevo movimiento, se tensaba cada vez que una manada de jóvenes lo apresaba para hablar. Sin embargo, con amabilidad él solía rechazar tal afecto y toda propuesta que incluía estar solos o en un ambiente más íntimo.

A él nunca se le había encontrado con una chica que no fuese una amiga entrañable, jamás. Y Naruto era muy cuidadoso con que así se mantuviese su situación.

Cuando el pequeño (que ya no era tan menor, puesto que como todos había crecido) Konohamaru le preguntó al Jefe sobre el por qué huía a toda prisa cuando un montón de chicas le perseguía, o simplemente se quedaba para rechazarlas a todas, aun cuando éstas volverían a intentarlo al día siguiente, él le había contestado:

»Porque jamás he engañado a nadie, y no quiero verme envuelto en situaciones incómodas. —Esas palabras que sonaban muy extrañas viniendo de él, de Naruto Uzumaki, quien casi nunca destacaba por ser demasiado profundo con sus pensamientos, le dieron a Konohamaru una nueva perspectiva de su ídolo.

No lo dijo en su momento, pero Konohamaru no sabía el por qué Naruto le había dicho aquello, pero si de algo sabía, es que el Jefe se mostraba serio cuando las expresó, y posiblemente, eso era porque el rubio había hablado muy en serio de un tema que, con toda posibilidad, estaba viendo desde un lado más maduro.

Actualmente, los pasos de ambos sujetos, caminando por los senderos que faltaban por construir, atrajeron la atención de los aldeanos. Las manos fuertemente cerradas de los dos, tampoco pasaban por alto, y sus miradas, llenas de fuego iracundo, hicieron que más de uno apartara la vista y siguiera reconstruyendo la casa o el establecimiento en el que estaba trabajando.

No estaban de humor, y por mucho que más de uno no lo aceptara, estos dos personajes no debían ser tomados a la ligera.

Ambos eran lo suficientemente poderosos como para destruir el mundo ninja como se conocía si así querían, ambos tenían la fuerza de hacer que cualquier cosa que se les ocurriera con aquel que se atreviera a dar un motivo por mínimo que fuera para actuar. Ambos, se veían (y estaban) más enojados que un tigre cuando se le jala la cola.

―¡Sasuke-kun!

―¡Naruto-sama!

Gritaron al unísono un grupo de jovencitas; no muy grande ya que a pesar de todo, el número de mujeres, niños, hombres y ancianos había disminuido con gravedad, sin embargo, la energía monstruosa siempre era la misma.

Tal vez, estas chicas carentes de afecto hacían esto como un tipo de escape de "normalidad" para no dejarse llevar por las sombras del pasado y las pesadillas, o tal vez para poder darse a sí mismas un motivo para despertar cada día.

No había persona en el mundo que no hubiese perdido algo en esa terrible guerra.

Naruto pasaba mucho tiempo del día pensando que sus fans eran sólo un grupo de muchachas que se aferraban a algo común para no dejarse llevar por la tristeza, lo que le hacía ser caballeroso con ellas cuando éstas le saltaban encima.

Era una pena que ni Sasuke (jamás conocido por su paciencia) ni Naruto estaban en su modo pacífico, por lo que bastó con que los ojos azules se tiñeran de rojo y los azabache tomaran el Sharingan, para darles entender a la muchachitas que ellos no deseaban alabanzas ni por obvias razones escuchar esos miserables: Kun ni Sama.

Algo tristes y temerosas, las chicas suspiraron y se alejaron decepcionadas. Ellas eran listas, sabían que ellos no las atacarían pero las apartarían si les daban motivos, como cualquier otro, para hacerlo. Así que simplemente, toda muchacha se retiró con la esperanza de hallar suerte la próxima vez.

Naruto y Sasuke se giraron de nuevo para reprender su marcha. Al final, era el deber de ambos recorrer cada cierto tiempo la aldea entera. No debían dejar de hacerlo puesto que posiblemente algún chistoso estaría causando disturbios, y era algo que ellos no podían permitir.

Ambos se habían ofrecido a ayudar a la reconstrucción de la aldea, pero los aldeanos se negaron rotundamente diciendo que ya era hora de que ellos hicieran algo por sí mismos, y si necesitaban ayuda con objetos sumamente pesados y demás, avisarían a todo ninja incluyéndolos a ellos si era necesario. Sin embargo, por la cara que ambos portaran con suma evidencia de una ira frustradamente aguardada, no podía ignorada con buenos ojos, por lo que los aldeanos no los llamarían para nada está vez.

—Hey, Teme —habló Naruto con una voz sospechosa mirándolo de soslayo. Sasuke gruñó con los dientes apretados como una respuesta—, ¿qué fue lo que le hiciste esta vez a Sakura?

Sasuke calló por unos instante antes de detenerse y mirar a Naruto pasar por altos tres pasos antes de detenerse también para girarse para seguir mirándolo.

—¿Qué le hice? —cuestionó extrañado, casi ofendido—. ¿Yo?

—Pues claro —respondió el rubio achicando sus ojos, incriminatoriamente sobre su amigo—. Sino entonces ¿por qué estaba tan molesta?

Sasuke mantuvo la boca cerrada antes de ladear un poco la cabeza.

—Lo estaba contigo, conmigo sólo practicó: Tiro al blanco —dijo tensando los hombros.

Sasuke estaba molesto con Naruto puesto que Sakura apareció en medio de una conversación que habían tenido ellos dos sobre cosas cotidianas, tratando de no tocar temas sensibles, cuando de pronto, ella había llegado furiosa y de la nada tomó kunais de su armamento y se los lanzó a diestra y siniestra, sin ninguna explicación.

Cuando Sakura se terminó al fin con sus kunais y, Sasuke y Naruto se habían cansado de esquivar los filosos kunais, pedirle que parase y dijese el motivo de sus ataques, ésta simplemente se negó a dar cualquier razón de su actuar y se marchó.

Bien, ambos pudieron haberla detenido o retenido para obligarla a hablar, pero ni uno lo hizo puesto que si ella no se desquitaba con ellos ahora, posiblemente lo haría con la comida y eso no era algo que ellos estaban dispuestos a soportar. A pesar de toda su paciencia que había desarrollado como ninja médico, Sakura solía explotar en ira muy a menudo, por lo que era mejor dejarla (al menos por ahora) en paz.

Los ninjas Uzumaki y Uchiha se habían planteado justamente en esos momentos, que debían hablar con Sakura para que dejara de tomarlos como blancos cada vez que ella enfurecía, ya por más que deseaban tratarlo a modo broma, ya no podían hacerlo. Ya no eran unos niños con los cuales ella pudiese actuar como una mocosa berrinchuda por cualquier estupidez.

Para empezar, los golpes que ella daba eran fuertes. Los ataques que Sasuke y Naruto hacían, podían matarla. Y el simple hecho de que, ella no trataba de contenerse ni siquiera un poco, y ellos no pudiesen contestarle del mismo modo sus agresiones debido a su estatus como fémina, les fastidiaba por igual.

Bien, Sakura podía soportar al menos un golpe de Naruto o de Sasuke ya que débil no era, pero bastaba con sólo un golpe para dejarla en cama durante una semana, y la aldea necesitaba médicos.

Esa infantil actitud que Sakura todavía tenía era muy molesta en todos los sentidos. Lo peor es que no pudieron hablar con ella sobre eso.

—¡No! ¡Lo estaba contigo! ¡Yo no he hecho nada! —exclamó Naruto Uzumaki con indignación, él creía con todas sus fuerzas que Sasuke había tenido problemas con Sakura momentos antes y por eso él también había salido rasguñado de la lluvia de kunais.

Sasuke mismo lo había dicho, antes de todo aquel embrollo. Él había estado hablado con Sakura antes de ir y encontrarse con Naruto…

Eso era curioso para el ninja rubio, ya que eso demostraba que Sasuke estaba (de verdad) tratando de adaptarse a la vida de un ninja en observación.

Los ninjas anbus estaban por todos lados y sus ojos estaban únicamente pegados en Sasuke Uchiha. Cualquier movimiento "extraño" sería notificado al Hokage en el acto.

Pero volviendo al tema. ¿Qué le había hecho Sasuke a Sakura? Naruto no lo sabía, pero tampoco era que le importara mucho.

Ni Sakura ni Sasuke ni él mismo eran unos niños, por lo que Naruto Uzumaki pensó que los problemas que hubiesen tenido sus dos compañeros y mejores amigos, no eran de su importancia, y no debía interferir puesto que seguramente de eso no saldría nada bueno. Además de que necesitaba pensar en otras cosas ajenas a sus propios problemas como para meterse sin consentimiento al territorio de esos dos.

Sasuke frunció el ceño.

—Entonces, ¿por qué nos ha tratado de esa forma?

—¡Y yo cómo diablos puedo saberlo!

—Idiota —masculló Sasuke con irritación para después seguir gritando―: ¡estoy seguro que fuiste tú!

—¡Y qué me dice que no fuiste tú! ¡Eeh!

Ambos eran niños atrapados en cuerpos de hombres, eso era claro. En el fondo, ambos seguían siendo un par de chiquillos inmaduros, que a pesar de la estupidez y los diversos problemas, no eran capaces de detener ese tipo de pleitos.

Aquel idioma en el que ellos descargaban ciertas tensiones acumuladas y que por muchos años no tuvieron, parecía ser una especie de calmante para sus nervios.

Era tranquilizante hacerlo ahora, cuando Madara y Akatsuki se habían acabado, y ellos dos estaban agradecidos de no haberse matado el uno al otro.

O al menos hasta que la voz de Sakura Haruno hizo de nuevo su aparición.

—¡Naruto!

Naruto calló en seco, abrió los ojos mostrándose completamente temeroso y miró tras el hombro de Sasuke quién también se volteó.

—¿Sa-Sakura?

—¡Ven aquí! —Sakura alzó el puño con una aura terrible y completamente enfurecida.

Naruto no lo sabía, pero algunos aldeanos, atentos a la conversación que había estado sosteniendo con Sasuke, se giraron y volvieron a retomar sus labores, fingiendo que habían estado trabajando todo el tiempo.

No había mucho con lo qué distraerse o reír, ¿y qué mejor que una actuación muy llamativa del equipo 7 en persona?

—¡¿Ahora qué hice?! —alterado, Naruto esquivó un golpe de Sakura, uno que iba con toda la intensión de hacerle algún daño.

Sasuke, al confirmar que el asunto no era con él, se apartó únicamente para ver el show. No temía de la fuerza de Sakura, temía hacerle daño inconscientemente. Sasuke no era como Naruto, él no podía controlar sus manos cada vez que se sentía en peligro, y sinceramente, Sasuke creía que uno de estos días, él podría ser capaz de hacerle un daño irreversible a Sakura si ella ponía un pie en falso en su paciencia.

No quería seguir siendo un fatalista y creer que no podría ser capaz de imponerse un alto a sí mismo. Sin embargo, se conocía bien y sabía que aún le faltaba un largo camino por recorrer antes de llegar a un punto de equilibrio en su vida. Sasuke en verdad trataba de trabajar con su propia paz día con día, pero precisamente por su naturaleza violenta, aun no domada, Sakura no debía abusar ni confiarse cuando estaba cerca de él.

Además, Sasuke podía negarlo a todos por toda la eternidad, pero la verdad era que en fondo amaba ver de nuevo a esos dos actuar así. El odio introducido a sí mismo con imprudencia, por fin comenzaba a dejarlo, incluso en sus sueños. De hecho, Naruto y Sakura hacían más livianos y tranquilos sus días de modo que ya era muy raro cuando una pesadilla lo asaltase.

Él sabía que estaba pasando por un momento de recuperación en la cual no era recomendable dejarse llevar por lo negativo. Ya se había dejado llevar por el odio por mucho tiempo, y ya era suficiente.

Y aunque era difícil, Sasuke procuraba hacer su mejor esfuerzo con el fin de ser un ser humano que no causase repulsión allá a dónde fuese.

—¡Sakura, dime qué hice! —decía Naruto escapando de la ira injustificada de Sakura.

Mientras que la chica de melena rosada, atacaba con un ímpetu al héroe, que atemorizó a los aldeanos espectadores quienes comenzaban a pensar que la chica había enloquecido.

Uno de los aldeanos salió corriendo para dar el aviso a otros ninjas. La cosa se estaba poniendo seria.

—¡Deja de hacerte el tonto!

Sakura detuvo su ataque cuando Naruto la esquivó. Sasuke notó en silencio que ella había frenado justo a tiempo para no estrellarse contra una pared recién construida. Sakura se giró todavía embravecida y siguió al chico de ojos azules.

—¡Y no sé qué hice!

—¡Ya lo sabes!

Los ojos del rubio se achicaron al pensar que no tendría mejor opción que el detener a Sakura él mismo. No podían arriesgarse a destruir cosas que los aldeanos con todo su esfuerzo habían creado a pesar de que, a diferencia de Sasuke, Naruto no se había dado cuenta del control que Sakura estaba teniendo con respecto a sus ataques.

—¡Sakura, ¿qué diablos haces?! —se escuchó exclamar a Ino Yamanaka desde lo lejos con el aldeano y sus compañeros de equipo, Akimichi Chōji y Nara Shikamaru.

—¡Tú no te metas, Yamanaka! —exclamó Sakura sin dejar de perseguir a Naruto.

Desde su lugar, Ino arqueó una ceja. Cuando el aldeano le dijo que la ninja médico que atacaba a Naruto era Sakura, ella por poco se burlaba en su cara. Ahora estaba lista para soportar que alguien se riera en la suya.

Yamanaka. Cuando Sakura no la llamaba por su nombre o "Cerda", y demás derivados, significaba que Sakura iba en serio.

¿Acaso había enloquecido?

—¿Sabes lo que está ocurriendo con Sakura, Sasuke? —preguntó Ino al Uchiha cuando ella le miró y se acercó.

Éste sin dejar de mirar a ambos compañeros, alzó los hombros con la misma duda. Chōji y Shikamaru también miraron extrañados, debatiéndose entre sí era conveniente intervenir o no.

—Que problemáticos —dijo Shikamaru con desgano. No era momento de comportarse así y menos para alguien del calibre ninja de Sakura.

Sin duda, Naruto había hecho algo gordo para hacerla enfurecer así, o simplemente Sakura había perdido completamente el juicio.

Cuando Sakura lanzó otro mortal golpe hacía Uzumaki, la mano de esta fue atrapada por Naruto, quién harto de escapar, la miró con enojo.

—¿Cuál es tu problema? —le gruñó cerca de la cara, cuando un nuevo golpe se apresuró hacía él. Naruto de nuevo tomó la mano de Sakura y la inmovilizó por completo dándole la vuelta y manteniendo una distancia prudente para que a ella no se le ocurriera meterse con sus genitales.

Sakura entrecerró sus ojos, estaba furiosa.

—Deberías saberlo.

—Déjame decirte que no, no lo sé, y antes de que sigas intentando golpearme… —porque ambos lo sabían que aquellos no pasarían de ser sólo intentos puesto que Sakura no podría volver a golpear a Naruto sin que éste lo permitirá—. Quiero que me digas el motivo por el que lo haces. Si no lo tienes, entonces…

Fue entonces que Sakura, cabizbaja, le escupió unas palabras que taladraron en su interior peor que cualquier ataque que haya recibido por parte de Madara o cualquier enemigo:

—¿Acaso no sabes lo que está pasando en la Mansión Hyūga, verdad?

Un solo segundo después, Naruto había dejado a Sakura y a todos los espectadores atrás antes de plantarse enfrente de la puerta principal de la Mansión Hyūga, o lo que aparentaba ser esos dos pedazos de madera entre piedras.

¿Qué era lo que había pasado en este lugar?

Sasuke, Ino, Shikamaru y Chōji se acercaron a Sakura para la respuesta a la pregunta que ella misma le hizo al Uzumaki.

—Sakura, ¿qué rayos fue eso? —le preguntó Ino molesta cuando vio que los hombros de la chica de ojos verdes se relajaban.

Luego de inhalar profundo, Sakura tardó un poco en hablar, pero contestó bufando con donaire y expresión malva:

—Todo tengo que hacerlo yo.

Por experiencia propia, Sakura sabía que la única forma de llamar la atención de Naruto era a base de golpes. No era algo en lo que personalmente a ella le gustara hacer (después de todo, mandar a volar al rubio a cada momento, terminó aburriéndola y dejándola pensar que aquello ya debía quedar en el pasado) sin embargo, esa era la única forma de acabar con esa estúpida situación.

»Dime Hinata, ¿ya has aclarado las cosas con Naruto? —le había dicho Sakura hace un tiempo.

»¿Eh? —las mejillas de Hyūga se enrojecieron como siempre solía pasar cuando eran niñas y aún adolescentes.

»Sí —dijo Sakura alegre—, después de todoen aquel momento, Naruto, él pareció mucho más seguro contigo a su lado.

Hinata bajó la cabeza completamente avergonzada tratando de contestar a eso.

»N-no, no creo que… N-Naruto ha-haya

Sakura sonrió pícaramente.

»Oh, claro que sí.

»E-es queyono sé sí…

»¿Sí? —quiso Sakura saber.

»No sé lo que é-él… ―enterró el cuello entre sus hombros con timidez, Sakura arqueó las cejas con duda antes de pasar al enojo.

»No han hablado ¿o sí?

»Ehm

»¡Hinata! ―la chica de ojos blancos le miró cohibida―, ¡no lo han hecho! ―gritó con afirmación antes de levantarse del suelo para ir en busca de ese imbécil

No era que el hombre siempre tuviese que dar el primer paso, pero ¡por Rikudō Sennin! Hinata ya había dado el primer paso, y ya era hora de que Naruto diese al menos el segundo.

Y por todos los Bijūs que Sakura había prometido que así sería

»Tranquila Hinata, sólo dame cinco minutos —entonces Sakura sonrió y alzó la barbilla con energía antes de desaparecer de la vista de Hinata. La chica de cabello azabache sólo la miró correr con un presentimiento confuso, bueno o malo, ella no lo podía definir, después de todo era de Sakura de quién se hablaba.

Sakura se dijo a sí misma que tardó un poco, pero al final cumplió su promesa.

Por su lado, Naruto se quedó plantado frente a la puerta como si estuviese congelado en su sitio. Estaba indeciso a diferencia de cómo se había sentido hace unos segundos cuando dejó a Sakura y a los otros.

No se notaba agitación en el interior de los dominios de los Hyūga, sin embargo, él había aprendido en la guerra que el silencio no siempre dice que algo anda bien, ni que algo anda mal.

Sin embargo, ninguna esperanza lo tocó. Se sentía atraído al interior y sabía mejor que Sakura el por qué.

Ella le había dicho que algo pasaba (y tal vez sea cierto) pero lo que realmente lo había llevado ahí en tiempo record había sido el hecho de que al mencionar a la Mansión Hyūga, su mente se activó ante la derivación de esa palabra: «Hinata Hyūga».

—¿Uzumaki? —escuchó atrás suyo a una fémina.

Cuando Naruto se dio vuelta notó a una Hyūga de cabello castaño y ojos blancos como los de Hinata y…Neji. La sola mención de ese nombre causó un estremecimiento profundo en Naruto, ya hace varios días que no pensaba en Neji Hyūga, en lo que había hecho por él y en lo que su valor había terminado.

—Sí —respondió dudoso.

—¿Buscabas algo?

«Hinata», los ojos de Naruto engrandecieron al pensar automáticamente en su nombre.

Los ojos azules se desplegaron hasta el horizonte y trató de pensar en lo que debería decir.

—Oye —lo llamó la chica—. Te estoy hablando.

—La verdad es que… —musitó antes de tomar una decisión evasiva.

No se sentía con ánimos de dar explicaciones a nadie, Sakura había agotado mucha de su paciencia y en realidad quería mantener lo poco que le quedaba.

Muchos pensarían que la guerra no le afectó, que sigue siendo el mismo de antes, el mismo ninja cabeza hueca que actúa antes de pensar, sin embargo, eso no era verdad.

La guerra, la identidad de Tobi de los Akatsuki, el reencuentro con sus padres, pelear a lado de su padre, la tregua entre él y Kurama, la pelea contra Uchiha Obito, la resurrección de Madara Uchiha, la muerte de Hyūga Neji y de muchos otros más, sus nuevas habilidades adquiridas poco después de su paso por la muerte y su salvación a manos de Sakura…

Imposible que todo aquello no lo cambiase.

Su propio paso por el sendero la guerra, Naruto se quisiera o no, le había afectado.

Cada minuto le había enseñado muchas cosas que, Naruto estaba seguro, nunca olvidaría.

Había aprendido que aunque la esperanza era importante, también debía mantenerse conectado a la realidad, de lo contrario, la caída siempre sería dolorosa.

Había aprendido que sus padres hasta el fin, habían deseado lo mejor para él, y que su padre, de haber estado vivo, le habría enseñado más de lo que cualquier sensei (incluso Hatake Kakashi) podría haberle enseñado, sin embargo, no debía dejarse entristecer por eso.

Neji, por su lado, le había enseñado el valor verdadero, ese que se necesita para interferir en un ataque como el que evitó que les matara a Hinata y a él.

Desde antes, Naruto había escuchado que interferir en un ataque así podría ser causado por el impulso, o incluso un fatal error, pero Neji le había mostrado que también se necesita mucho valor para recibir el ataque dirigido a otros sabiendo que eso sin duda le mataría.

Naruto jamás olvidaría el rostro de Neji en sus últimos segundos, jamás.

Obito Uchiha. Él posiblemente, sin desearlo, le había enseñado a Naruto que no siempre todos los caminos son necesarios para llegar a una meta, no siempre el fin justifica los medios. Además, que todo en esta vida se pagaba, ya fuese algo bueno o algo malo.

Hinata Hyūga, a diferencia de los otros, le había mostrado que él, Naruto Uzumaki, como ser humano, y más aún, como hombre, valía más de lo que él mismo creía. Le había dejado en claro que para ella, él era más que un ninja simplón y un mocoso hablador que sin saberlo, había cambiado la forma de pensar de muchos a su alrededor. Le había mostrado que para ella, él valía más que un simple jinchūriki rechazado por su aldea buscado por los Akatsuki, y más que nada, que él podría llegar a valer como un hombre que no necesita ser azotado todo el tiempo por alguien que no lo amaba.

Con eso en mente, Naruto desapareció de la vista de Hanabi Hyūga, quién levanto una ceja y alzó los hombros dudosa antes de ingresar a la casa.

A Hanabi, ese chico siempre le pareció muy extraño.

—CONTINUARÁ—


Notas finales (2014):

¿Y bien? ¿Qué les pareció? Bueno, regular ¿malo?

Ehm, este fic no tendrá muchos capítulos, de hecho son muy pocos así que de este fic no teman porque lo abandone XD Tengo capítulos escritos así que no habrá problema con las actualizaciones. Así que si les gustó ¡comenten!

Notas finales (2020):

Bueeeno.

Primero, he de decir que me costó mucho editar este capítulo. Digamos que mi Yo de hace seis años y mi Yo actual, no vamos al mismo ritmo.

Espero haber hecho un trabajo medianamente decente y que esta historia sea por fin pueda ser terminada.

Muchas gracias por su paciencia, y de nuevo lamento no haberle podido dar un final más digno y rápido.

Saludos. ¡Y hasta la próxima!


Reviews?


Si quieres saber más de este y/u otros fics, eres cordialmente invitado(a) a seguirme en mi página oficial de Facebook: "Adilay Ackatery" (link en mi perfil). Información sobre las próximas actualizaciones, memes, vídeos usando mi voz y mi poca carisma y muchas otras cosas más. ;)