¡Holaaaa! Me merezco un helado por toda la inspiración que cargo encima. Éste es un three-shot y está narrado por Sakura. La idea llegó de la nada (como todos mis fics) y quise compartirlo con ustedes.

Depende de si les gusta o no, subiré el próximo capítulo muy rápido -porque ya está listo-. Ojalá les guste c:


Cicatrices.

Existen ese tipo de cicatrices que son físicas y a veces sanan, hay otras que se aclaran pero no desaparecen y hay otras que por el contrario, nunca se van. Pero también existen otro tipo de cicatrices, esas que se llevan por dentro y te rozan el alma como cual puñal abriendo una herida fresca… esas no siempre se van, no siempre se aclaran y no siempre desaparecen, a veces esas son las que te destrozan el alma hasta ya no poder más.

Sasuke conocía bien esas cicatrices, y Sakura luchaba para sanarlo, para salvarlo de su propio infierno.

Porque el amor todo lo puede, la fe también, pero él ya no conocía esas dos palabras.


-Te estoy diciendo que te alejes de mí, Sakura. –Sasuke seguía huyendo de mí.

-Y yo te repito que no lo haré. –Me paré iracunda frente a él impidiéndole el paso.

-No se trata de lo que tú quieras –me señaló de manera ofensiva- se trata de lo que necesito, y lo que menos necesito en estos momentos es a una universitaria frustrada porque no he querido llevármela a la cama en estos años que ha estado tras de mí. –Sus palabras tenían veneno, puro y del letal, y aunque moría por propinarle un golpe, me aguanté. Pero no me quedé callada. Ese idiota me iba a escuchar.

-Mira, Uchiha, puedes tratar de intimidarme con todas las babosadas que se te puedan ocurrir, pero no me harás daño y no me da la puta gana de darte el gusto de matarte lentamente frente a mis narices, porque te quiero demasiado para darte ese permiso. Así que cierra tu maldita boca de una vez y camina a la clase antes de que explote en serio y te haga una escena que odiarás toda tu vida. –Estaba respirando con dificultad por la agitación y el desenfreno de mis palabras, él no se inmutó, pero su ceño fruncido me indicó que mis palabras lo habían calado. Toma eso, idiota.

Pero poco me duró el gusto al verlo rodearme y seguir caminando. Saqué el aire que mis pulmones estaban reteniendo y estuve a punto de rendirme.

Ya no sabía que más hacer para ayudarlo.

Sasuke había decidido entrar en un estado deprimente y autodestructivo en vez de salir adelante luego de ese día.

Ese día que lleva marcado en la piel y en el alma. Hace 4 años, cuando sasuke tenía 18 e Itachi 21, habían salido a hacer un mandado para celebrar la fiesta de este último, su mayoría de edad, y Sasuke estaba molesto. De esa molestia que te da cuando tu hermano mayor está a punto de dar una fiesta de las grandes y te dice que no puedes asistir porque aún eres pequeño.

Ellos dos se amaban y tenían ese amor de hermanos que no podían estar un día sin pelear, de ese amor que hace que el mayor cuide al menor y éste se moleste, de ese amor que nunca debería morir.

En ese entonces Sasuke era orgulloso, un poco caprichoso y algo malhumorado –pero tenía el corazón enorme y amaba a su hermano-, recordé con tristeza, en ese tiempo éramos grandes amigos, nos teníamos cariño y algo más, pero la noticia del accidente me dejó un mal sabor de boca y todo acabó ahí.

Habían estado discutiendo por la fiesta y Sasuke quería bajarse del auto, Itachi no lo permitía, pero aún así, sasuke hizo ademán de abrir la puerta de co-piloto –para asustar a su hermano- y este último en un intento desesperado de no ver morir a su hermano menor por un capricho, soltó el volante y lo agarró del brazo, gritándole. Al soltar el volante, no logró ver el carro que venía de frente y, sin frenos, hacía ellos.

Itachi murió ese día.

Al igual que la felicidad en los ojos de Sasuke.

Antes de eso, estábamos empezando a sentir cosas el uno por el otro. Era bonito en todo sentido, él no era de muchas palabras pero logró robarme un beso y hacer que me tiemblen las rodillas. Lamentablemente, Sasuke entró en un aislamiento del cual se me está haciendo imposible hacerlo volver.

Me hablaba, sí, pero porque yo lo presionaba. Había hecho que fuera al psicólogo porque me estaba volviendo loca su frialdad –y porque aún lo quería- y quería hacerlo volver. Necesitaba hacerlo volver.

Pero el dichoso accidente se había interpuesto entre dos amores, entre dos relaciones que, se supone, no deberían romperse.

Sasuke perdió a Itachi, y yo lo perdí a él.


¿Qué tal? ¿Quieren el segundo capítulo?

¿Merece sus lindos reviews? Porque yo amo sus reviews.

Sí, sí... ha sido un capítulo corto. En primer lugar iba a ser un one-shot, pero preferí separarlo y bueno... espero sus críticas, sugerencias o tomates c: hasta el próximo.