Titulo: With hell inside.

Parejas: CrowleyxDean, SamxAmelia.

Personajes secundarios: Abaddon, Cuthbert, demonios.

Rating: K+

Capítulos: 15

Género: Hurt/Confort, Romance, Drama, Angts.

Disclaimer: Los personajes de supernatural pertenecen a Eric Kripke.

Notas del fic: Estoy probando parejas nuevas y está es una que me hada dado curiosidad desde el primer fic de ellos que leí, así que decidí escribir un fic de ellos.La historia se centrará en la lucha por conseguir el trono del infierno entre Crowley y Abaddon. Se ambienta en la novena temporada pero tiene una trama diferente que no contempla la caída de los ángeles (Ya que el cielo se cerró) o Metraton. Spoilers del 9x11 y 9x16

Resumen: Él no creía en el amor, más bien, se forzó a no hacerlo y lo enterró en lo más profundo de su interior. Consiguió ascender a lo más alto y ahora lucha para convertirse en el rey del infierno, con la ayuda de un molesto rubio que estaba tan o más jodido que él, y aunque no lo admitiera, comenzaba a gustarle la compañía de esa irritante ardilla.

"""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""

Capitulo 1

Se alejó a paso rápido y todo lo que sus heridas le permitían. Se perdió entre el bosque y a los pocos minutos de comenzar su desenfrenada huida, se sostuvo del tronco de un árbol para descansar un poco. Apenas había conseguido escapar de la iglesia y de los Winchester. No podía creer que Sam hubiera estado a punto de "curarlo" pero le parecía aún más increíble que le confesara aquello que se encargó de ocultar en lo más profundo de su oscuro ser hace mucho tiempo.

"¡Me Merezco ser amado! Solo quiero ser amado…"

Sacudió la cabeza para intentar apartar esos innecesarios pensamientos y continuó su huida. Necesitaba encontrar un lugar seguro donde pudiera recuperarse e intentar ordenar todo lo que pasaba por su mente. Fue una verdadera suerte que Sam hubiera quedado tan mal con las pruebas y que Dean tuviera esa manía por sobreprotegerlo, ya que no dudó en sacarlo de ahí olvidándose por completo de él.

Varias veces estuvo a punto de desmayarse durante el camino pero consiguió mantenerse firme hasta el final, ya que no solo tendría a los Winchester pisándole los talones, sino que también, a esa pelirroja furiosa que lo mataría para quitarle su corana pero Crowley no lo permitiría.

-Este no es el final…- comenzó a murmurar mientras se alejaba- Solo es una pequeña caída… puedo levantarme de nuevo… soy el rey del infierno… soy el rey.

Nadie iba a quitarle su corona con tanta facilidad, ni mucho menos todo lo que había conseguido desde que Lucifer volvió a la jaula y el apocalipsis se detuvo. Con esa convicción en la cabeza, consiguió reunir las fuerzas suficientes para alejarse hasta que llegó a la carretera, ahora solo debía encontrar un transporte y comenzar a planear su contraataque contra Abaddon.

El demonio agitó la copa con el líquido rojizo mientras mantenía la mirada fija en el cuerpo que yacía en el suelo. Hace dos semanas que había conseguido liberarse de la trampa en que lo metieron los Winchester. Había oído de buena fuente que el cielo que estaba completamente cerrado, así que sería un problema menos para él, ahora solo tenía que recuperar su corona y demostrar su supremacía como rey.

Era perfectamente consciente de que no podría matar a Abaddon por los métodos ordinarios y que si se medían en un combate cuerpo a cuerpo, tenía todas las de perder. Fue por eso, y su reciente adicción a la sangre humana (junto a todo lo que esta provocaba en su ser) lo que lo llevó a tomar una drástica decisión: Necesitaba algo de ayuda terrenal que solo los Winchester podían ofrecerle.

No le tomó mucho tiempo dar el par de los hermanos pero se llevó una pequeña sorpresa cuando los encontró en un hospital y Sam no estaba para nada de bien. En la situación común, habría pasado de ellos y seguido con sus asuntos demoniacos pero necesitaba algo de ayuda para enfrentar a Abaddon y tendría que bastarle con ese rubio idiota. Apareció frente a él con una amplia sonrisa de diversión que tuvo el efecto esperado, ya que el cazador sacó el cuchillo mientras lo miraba amenazante.

-Hola ardilla.

-¿Qué haces aquí?- siseó.

-¿Por qué estás de mal humor? ¿El pequeño Sammy está en problemas?

-Cállate- ordenó serio- Y lárgate de aquí antes de que te mate.

Era obvio que Dean no lo ayudaría por buena voluntad pero Crowley siempre tenía un truco bajo la manga y sabía perfectamente cuál era la debilidad del rubio: Su tonto hermanito menor.

-Parece que estás en problemas y no esperes un milagro angelical- el menor frunció el ceño- Tus plegarias no han sido respondidas ¿Verdad? Qué pena, todo parece indicar que el gran bebé morirá en tu guardia.

-¡Cállate bastardo! ¿A qué mierda has venido?

-Esperaba que lo preguntaras, ardilla, quiero proponerte un trato.

-Debes estar bromeando- bufó guardando el cuchillo- Es mejor que te largues de aquí y no vuelvas a.

-¿No quieres salvar al alce?- le bastó con ver el brillo en esas esmeraldas para saber que ya lo tenía en sus manos- ¿Te interesa hablar de negocios ahora, ardilla?

-¿Puedes curarlo?- preguntó sin rodeos.

-Yo no pero tengo algo que podría cumplir el milagro que esperas.

Sabía que el rubio se hubiera negado de inmediato a su propuesta y ya lo habría empalado pero cuando esa propuesta involucraba el bienestar de su hermano menor, las cosas eran muy diferentes. Por unos segundos, sintió algo extraño, toda esa sobreprotección y cariño que le profesaba Dean a Sam, lo asqueaba o al menos de eso se convenció.

-Tic tac- lo apresuró- Es oferta limitada, ¿Aceptas o no?

-¿Y qué quieres a cambio?- preguntó el cazador sin quitarle la mirada de encima.

-Necesito un compañero de crimen y tú eres perfecto, ardillita- no recibió respuesta- Ambos iremos de cacería y el trofeo para nuestra pared será Abaddon.

-¿Quieres matar a Abaddon? ¿Por qué?

-El infierno solo necesita un rey, ¿Qué dices? No creo que haya mucho que pensar, a Sam no le queda tanto tiempo- esas palabras fueron el empujoncito final para conseguir su cometido.

-Bien… hagámoslo pero más te vale que Sam se recupere.

-Negocios son negocios, ardilla y yo siempre los cumplo.

Esbozó una amplia sonrisa de satisfacción, dentro de muy poco tendría su reino de vuelta y ahora que el cielo estaba tapiado, su reinado se expandiría mucho más allá de las fronteras infernales y nadie podría impedírselo.