Mis errores


Hoy me dijo que ya no me quiere. Me dijo que está cansada de todos los errores que he cometido y que han afectado nuestra relación.

¿Cómo llegamos a esto? Cuando la conocí ella lo era todo para mí. La amaba profundamente. Fue un bálsamo para todas mis heridas y sufrimientos. Pasé muchos años felices a su lado.

Mi juventud fue difícil. El desierto puede ser aterrador y deprimente. Solo mi fiel amigo Puar era mi acompañante durante los momentos alegres y tristes. Por eso cuando fui a la ciudad y pude conocer a más personas a las que yo les agradaba me sentí muy bien. Sentí que por fin era una persona normal, conviviendo y disfrutando de los placeres de la vida. Me involucré tanto en ser popular y divertirme que me olvidé de lo esencial: el amor, la lealtad, la fidelidad, el respeto.

Cambié a la persona que amaba por todas esas cosas banales que en ese tiempo me hicieron sentirme el chico del momento. Quise reparar el daño, me esforcé en ser un novio dulce y tierno, preocupado por sus necesidades. Pero ella ya no pudo confiar en mí. Constantemente peleamos por tonterías, dejamos de hablarnos por días, semanas, meses. Me sentía muy mal, pero ya no podía regresar el tiempo y corregir lo que hice. Logramos salir adelante, o por lo menos eso pensé.

Hoy, ella me dijo que está interesada en alguien más. Me dijo que no sabe si es la persona para ella, pero quiere intentarlo. Le supliqué, le pedí que reconsiderara su decisión, que yo podía cambiar y ser la persona que esperaba. Pero me contestó que no puede alejar de su mente todos mis errores. Me pidió tiempo, pero yo sé que jamás regresará a mí. Sé que hoy fue la última vez que pude besar sus labios, abrazarla, llamarla mía.

Hoy tengo el corazón roto. Pero sé que todo es consecuencia de mis errores y espero vivir para verla ser feliz al lado de la persona que ella eligió. Siempre estaré para ella. Pero como lo que soy ahora: su amigo.