Epílogo

No era necesario que le dijeran con palabras que algo andaba raro. Él era Eren Yeager, sabía todo sobre Levi desde el 2010 en que supo de su existencia por Internet, años después llegaría a conocerle cara a cara y, por supuesto, a conocerlo mucho mejor. No habían tenido la mejor partida teniendo en cuenta que Levi ocupaba cada fantasía en la imaginación de Eren. Quitando todo lo que Eren sentía por el otro antes de conocerse, todo lo que hacía, Eren no era una mala persona y eso Levi lo veía.

Llevaban tiempo juntos y eso no hacía más que aumentar la duda de Eren sobre que algo en Levi estaba raro. Eren Yeager no era más el chico de dieciocho años con tendencias a ser stalker o muy pervertido, ahora estaba evolucionando a una persona que debía ser más calmada para sus veinticuatro años. O eso intentaba.

—¡Por favor, Hanji! Dime qué pasa —Eren volvió a utilizar esa mirada de cachorro que muy poco le sirvió con Levi la primera vez. Esperaba que con Hanji resultara más fácil—. He creado todo tipo de historias en mi mente. Sé que algo pasa pero nadie dice nada. Levi dice que estoy loco, que el avance en los años me está pudriendo el cerebro —levanto su dedo índice para contar a Levi como el primero—. Erwin dijo que no sabía nada, pero me dio una gran sonrisa que me asusté —otro dedo más—. Isabel me dice que espere y me sonríe. ¡Me obligo ir hasta ella para decirme eso! —el tercero—. Y ahora tú me dices que nada con una mirada que no acompaña a tus palabras. ¿Qué saben todos que yo no? —dejó caer la mano sobre la mesa.

Para variar había tenido que ofrecer comida rápida a Hanji para que saliera con él. Eren no tenía más que una copa de helado mientras que Hanji tenía mucho más: papas fritas, bebida, una hamburguesa. Casi todo intacto excepto unas cuantas papas. Eren asumía la responsabilidad de que no la había dejado comer.

—Sólo estás siendo paranoico. ¡Nada pasa! —la sonrisa de Hanji no ayudaba—. Estás imaginando cosas. Levi sigue siendo el de siempre. Poco sociable, adicto a la limpieza, bajo, gruñón. ¿Cuál es el problema?

—Me ha hecho muchas preguntas raras el último mes. En ocasiones llega tarde y he tenido que alimentar al pobre gato que me empieza a odiar, ¡como si fuera mi culpa!

—Bueno, Levi tiene muchas más responsabilidades que antes. Y, las preguntas, Levi es raro. Además —Hanji le miró con el ceño fruncido-, no sabía que vivías con él.

—No, no vivo con él. A veces me quedo, o paso después del trabajo. Y antes que digas algo, se nota cuando nadie está en casa, yo llamo y me dice que lo espere. La única compañía que tengo es un gato molesto. Realmente debí buscarle un hogar en ese tiempo… Ahora parece que se contagió de Levi. En ocasiones lo toco y se limpia ahí de inmediato.

Apoyó su mejilla en una mano, suspirando. No tenía miedo de que Levi fuera a terminar con él, no tenía motivos para hacerlo. Aunque, claro, su relación no había sido perfecta todo el tiempo pero sólo en una ocasión estuvieron cerca del quiebre. Intentó recordar por qué y, al hacerlo, se preguntó qué tenía de malo a los veinte. Era una razón bastante estúpida, ayudada por el chantaje de Levi y el enfado de Eren. Después este último se había reído a más no poder por el momento. No era algo tan importante después de todo.

—Hanji, tú siempre sueltas todo. Dime qué es —Eren intentó una vez más.

—No puedo, Eren. Realmente esta vez no puedo hablar.

—¡Hay algo! —se levantó sin aviso de su asiento, golpeando la mesa con sus palmas.

Algunos se voltearon a ver qué ocurría, pero después de todo lo hecho en los finales de su adolescencia, ya no tenía vergüenza a nada. Apartó la copa de helado y se inclinó un poco sobre la mesa para mirar más de cerca a Hanji. Sus ojos comenzaban a picar por las lágrimas falsas, si no podía lograr que hablara con palabras dulces, debía conmover a la mujer. Eso siempre resultaba con ella. Se llevó una mano a su corazón mientras sus ojos se cristalizaban.

—Me agradas mucho, Hanji. Adoro todas esas fotos que todavía tengo gracias a ti —la mano que tenía en su pecho la tendió hacia ella—. Toma mi mano —ella aceptó—. Dime qué es, por favor. ¿No ves como estoy? Yo necesito saber todo sobre Levi. Incluso revisé todo lo que pude sus redes sociales, buscando algo que me diera una pista, encontré nada. Intenté preguntarle después del sexo pero tampoco habló. Intenté enojarme pero me dijo que era adorable y fallé. ¡Incluso le dije que me llevaría al gato! Me respondió que ya era hora.

Hanji negó con la cabeza, miró hacia otro lado e intentó hacer lo mejor para no decirle.

—Actúas bien, Eren —comentó Hanji en un intento de cambiar el tema.

—Y tú has durado mucho manteniendo el secreto.

Volvió a su asiento, cruzándose de brazos. Miró hacia hacía la calle a través del gran ventanal que tenía el lugar, algunas letras que decían el nombre del recinto dificultaban su visión hacia el exterior. Tenía que hacer algo para llegar a la verdad. Tenía el presentimiento de que estaba dejando pasar un detalle importante. Incluso su madre le había dicho que si se sentía de esa forma, había algo ahí entonces.

Sus ojos se agrandaron cuando reconoció a la persona que caminaba hacia el lugar. Su mirada pasó rápidamente a Hanji.

—¡Lo llamaste!

—Lo siento —una sonrisa—. Sabía que insistirías demasiado.

A los minutos Levi estaba sentándose a su lado. Cuando él intentó acercarse a saludar, Eren apartó su rostro hacia otro lado y se quedó como un niño de doce años con rabieta, diciendo ni queriendo nada. Los años que tenía no importaban.

—¿Cuál es el problema? —preguntó Levi a cualquiera de los dos.

Eren no vio la mirada de compasión que le dio Hanji al otro, hablándole a través de una conversación sin palabras y de sólo miradas que ellos podían comprender. Por debajo Eren recibió una patada.

—Cuidado —espetó.

—Me equivoqué de persona —reconoció Hanji.

El menor decidió salir de su ensimismamiento para hablar.

—Me ocultas algo —murmuró Eren mirando a su novio—. Todos saben menos yo.

Levi se giró para mirarle mejor. De su mirada no podía descifrar nada. Parecía que volvía a ver a la misma persona que conoció esa vez en la calle, acercándose a él en busca de una foto. No podía leer nada en él como hacia siempre, esta vez Levi había cerrado todo en él. Eren no pudo hacer más que preocuparse.

—Te he dicho varias veces que hay nada —tomó a Eren por el mentón—. Así que para de acosar a la gente que conozco con preguntas de mierda.

Eren apoyó su cabeza sobre su hombro y jugó con su corbata. Le encantaba ver a Levi tan formal. Sólo no le gustaba que otras personas en su trabajo pensaran lo mismo e intentaran hacérselo saber de diferentes formas. Había conocido a unos cuantos compañeros de trabajo de su novio, los cuales le dejaban en silencio al preguntar "¿Cómo se conocieron?". No tenía vergüenza de su pasado, pero era extraño hablar de esos tiempos.

—Intentemos quitar esta tensión molesta entre nosotros —habló Hanji, entrelazando sus dedos, apoyó sus codos sobre la mesa y su mentón sobre sus manos juntas. Miró con interés a la pareja—. Pero primero debo ir al baño—. Esta vez se aseguró de patear a Eren bajo la mesa, esperando que entendiera su indirecta.

Cuando Hanji se levantó para ir hacia el baño, Eren buscó la mano de Levi, tomándola entre las suyas.

—Si te has dado cuenta de que ya no me quieres, o hay algo que necesites, puedes decirme. O dejarme alguna indirecta en alguna parte. Y no, antes de que me digas "Eren, no seas un maldito crío insistente que esta colmando mi jodida paciencia, nada pasa, detente" —en eso intentó imitar su voz, sonando como una clara parodia—. Sé que hay algo. Hanji lo dejó claro.

—Si tanto quieres saber, te diré —Levi suspiró—. Estoy saliendo con alguien más, tiene ochenta y seis años, es millonario. Planeo esperar a que muera para quedarme con su dinero, escapar con mi amante más joven, tú. Lo conocí una noche en que me dieron ganas de engañarte con alguien mayor que yo.

—Si no fueras tú, hubiera creído —Eren dio un beso corto a Levi en los labios—. Creo que también quiero ir al baño. Desde la mañana que no voy, no es bueno para mi cuerpo. Vuelvo de inmediato.

Como los baños no estaban a la vista, esperó que Levi no notara su reunión con Hanji. La mujer lo esperaba apoyada contra la pared, al lado del baño de mujeres.

—¿A qué se debe esta reunión ultra secreta? —preguntó sonriendo.

—No aguanto más. Estás pensando demasiado y terminarás encerrado en tu habitación, comiendo helado a grandes cantidades, pensando en que Levi un poco más quiere dejarte para dominar el mundo y todo eso. Te diré, pero nada a Levi. No puedes decirle, de ninguna manera. Ni siquiera insinuarlo.

Eren se limitó a asentir, extrañado. No entendía por qué tanto misterio.

—Levi quiere que te comprometas con él. Quiere, ya habrás entendido, matrimonio.

Pidió que le repitieran una vez más la palabra. No estaba seguro si escuchó mal o sólo quería tener la satisfacción de volver a oírlas. Supuso que un poco de ambas.

—¡Ya has oído! —dijo Hanji intentando mantener la voz baja—. Cuando llegues ahí, finge que estás sorprendido. Si Levi se entera que te he dicho, me matará.

—Estaré sorprendido de todas formas —respondió Eren todavía impresionado.

Lo último que podía hacer era congelarse cuando oyera a Levi. O peor, salir corriendo.

—Eren —llamó Hanji—. Ni una palabra a Levi.

Él sonrió, ladeando su cabeza. Miraba con sus ojos brillantes a la mujer.

—Ni una palabra —guiñó un ojo—. ¡Hanji! No puedo esperar más.

En ese momento estaba contento y confundido. Era una extraña mezcla para lo que realmente creía que sentía la gente: felicidad, porque era lo que más querías y nada podía superar ver a la persona que querías despertar a tu lado; miedo, no había necesidad de tan fuertes palabras para seguir una relación.

Al final siempre había un sentimiento dominante. Eren no sabía cuál.

—Eren. Tierra a Eren —Hanji pasó su mano frente a sus ojos—. Parece que te has ido por un momento.

Pestañeó varias veces, mirando a Hanji en busca de respuestas que no llegarían si no hacía las preguntas.

—¿Qué debo hacer? —la preocupación latente en su rostro—. Hanji…

La mujer se encogió de hombros.

—Ni idea. Ahora, vamos. Y cambia esa expresión, Levi notará de inmediato.

Hizo lo mejor que pudo para actuar normal. Con normal se refería a «lo más parecido a un humano común y corriente que Eren Yeager podía llegar a ser.»

Al lado de su novio, apoyó los codos en la mesa, miró hacia el frente con una sonrisa dibujada en sus labios y, de extra, una mente que estaba en cualquier parte menos con los presentes.

Matrimonio. Estaba cien por ciento seguro de que debía descartar la idea de una boda de película. La iglesia, un montón de invitados, vestidos y trajes bonitos, flores. No le parecía interesante la idea de verse obligado a lucir un vestido de novia. Sería la novia más bizarra que podían ver. No, no se dejaría. Tampoco era que pudieran usar la iglesia.

De lo otro que estaba cien por ciento seguro era el civil. Legalmente estarían casados, unas cuantas personas de testigo. Y listo. Pero un gran paso que nunca había visto venir. Ni en sueños imaginaba casarse con Levi. Recordaba haber leído una vez sobre casarse en "Levi&tú"...

—Eren —Levi le dio un poco tierno apretón en la mejilla—. ¿Te sientes bien?

—¡Sí! —no supo a qué respondía.

Los ojos de Levi se mantuvieron unos largos segundos sobre Eren antes de asentir.

—Tengo que volver ahora si quiero estar antes de que termine el descanso —se volvió hacia Eren—. Te veo después.


Levi todavía no llegaba. Eren fue hasta el sofá donde un grande y relleno gato dormía a lo largo, sin importarle si un simple humano quería sentarse. Muy bien caía en el espacio que quedaba, pero a Eren no le importó si el gato se creía mejor que él. Lo tomó, se sentó y dejó al felino sobre sus piernas. Recibió una somnolienta mirada antes de que volviera a dormir.

Ni el gato parecía querer hacerle compañía hoy.

Estuvo a punto de llamar a Armin para contarle lo que sabía, pedirle su lógica para que lo ayudara, pero no era algo que involucrara a Armin. La verdad quería alguien con quien hablar el tema antes de que Levi llegara.

"He hecho peores antes. Esto no es nada", intentó convencerse.

—Oye, Stalker, escúchame —acarició al gato detrás de las orejas y el cuello—. Al menos te mueves.

Cuando recordara que contaba sus recuerdos y problemas a un gato, se reiría hasta perder el aire y su estomago doliera. Se consoló en que no era la única persona que hablaba con Stalker. Algo en él le decía que hasta el gato sabía lo que quería Levi.

—Levi quiere casarse —comentó rascando el lomo del felino—. Supongo que lo sabías, todos saben. Hasta mis padres deben saber, incluso el cartero debe tener conocimientos de lo que pasaba. Me molesta un poco eso, ¿sabes? ¿Por qué tanto misterio? Es sólo una pregunta. Y la respuesta más importante es la mía. No creo que Levi quiera poligamia para andar diciendo a todos.

Vio la hora para asegurarse de que todavía faltaba. Echó la cabeza hacia atrás, observando lo poco interesante que tenía encima. Ni siquiera una telaraña que mirar.

El recuerdo vino a su cabeza de improviso. Hacía tiempo que no recordaba el tema que lo había llevado cerca de una crisis nerviosa o así se había sentido en ese momento. Ahora entendía que no era más que miedo al cambio y de perder lo que tenía cerca. Sonrió y siguió acariciando al gato.

Hace dos meses había cumplido los veinte y todos seguían más emocionados que él. "Has cambiado a una nueva etapa. Espero que sigas siendo el mismo buen niño que tu madre adora", decía Carla. "Ya es una edad donde debes de dejar el acoso a la gente", decía Mikasa. Todos buscaban decirle que era una nueva etapa en su vida y Levi, él seguía siendo Levi, siempre diferente. "Es hora de que cambie de casa. Buscar un lugar más centrado, donde tenga la zona laboral más a mano. Las prioridades ya no son como antes."
Juraba que podía buscar un paño con cloroformo, buscar un sótano y dejar a Levi ahí. Él podía hacer todo con tal de que no se fuera lejos. Estaba preocupado porque había recibido sus palabras como una indirecta manera de decirle que se había acabado. Levi al ver que Eren se quedaba más tieso que una momia, suspiró y rodó sus ojos. "Eren, siempre he creído que tu cerebro funcionaba bien, al igual que tus oídos. No sé por qué me miras cómo si hubieras visto a un monstruo matar a tu familia. Sólo dije que quiero cambiar de casa, no que me iría de tu lado o me iba a un país donde quedaría aislado del resto del mundo, de ti."

—¿Crees que era diferente antes? —volvió a mirar al felino, quien tenía sus orejas levantadas por el sonido de sus palabras y le miraba—. Nos conocimos cuando recién partía con Levi. Me debes que tengas un hogar, Levi te tiene cariño, pero sigue siendo poco amable porque llenas de pelitos su ropa.

No tenía tiempo para llenar de imágenes su pared, para escribir o leer sobre ficción con Levi. Hasta este último dejó el mundo que tenía antes para pasar a algo más serio y privado.

El gato saltó de sus piernas y fue corriendo hasta la puerta que se abría.

—¿Qué quieres? ¿Comida? Estás hecho de comida y pelos. No es bueno para tu salud comer tanto, maldito gato.

—¿Primero se saluda al gato luego al novio? —Eren se cruzó de brazos y pretendió estar enfadado.

Si Levi lo escuchó lo ocultó muy bien porque siguió su camino. No necesitaba preguntar para saber que iba primero a su habitación, buscaría ropa limpia y luego partiría hacia la ducha.

Eren aprovechó el tiempo para ir a preparar té. Tenía una gran variedad de té guardado, pero había uno que era su favorito y decidió usar ese. A los minutos se encontraba sentado frente a Levi, un poco inquieto.

—¿Cómo estuvo tu día? —preguntó Eren.

Si seguía un minuto más de silencio terminaría contando toda la verdad.

—Normal.

Así no se podía hacer conversación. En otro momento podría hablar un montón de temas, no le faltaría cómo llamar su atención, pero ahora no tenía ganas. Quería oír luego lo que Levi quería preguntar.

—Hanji te dijo.

La repentina declaración hizo que Eren quitara la vista del vapor que salía de su té. Miró con unos ojos grandes al otro, viendo como se sentaba recto en la silla y le miraba directo a sus ojos. No pudo mantener la mirada.

—¿Sí? —soltó una risita nerviosa.

—Entonces espero la respuesta.

Debía estar bromeando. No podía ser serio que se lo pidiera de esa forma. No esperaba una gran actividad para que Levi se lo propusiera. Nada de cenas románticas, o un montón de desconocidos gritando que aceptara.

—Es como si estuviera dando la respuesta a Hanji. Y créeme, no quiero casarme con ella.

—Es un no. Entiendo.

Con tranquilidad corrió la taza hacia un lado y dejó caer la frente sobre la mesa. Olvidaba que Levi no siempre entendía indirectas que no fueran sexuales. Estiró un brazo hacia Levi, dejando la palma de su mano hacia arriba.

—El anillo de compromiso. Pásamelo.

Al momento sintió algo frío en la mano. En ese instante la cerró y se levantó. Fue hasta quedar parado al lado de Levi.

—Mírame —dijo Eren—. No necesito ver programas sobre parejas para saber que esta es una de las peores maneras de pedirlo —se encogió de hombros—, pero eres tú así que…

Robó un cálido beso a Levi antes de hablar.

—No quiero decir todo eso que desde el primer momento en que te conocí y blabla. Tengo toda una vida para ir diciéndotelo en diferentes oportunidades. Lo que sí quiero decir que no importa lo que pase, excepto si me engañas, entonces ahí te castraré. Dejando eso de lado, no importa lo que pase porque seguiré siendo el maldito niño stalker, fanboy que estará contigo en todo. Después de todo este tiempo creo difícil separarme de tu lado, incluso si quieres irte a una isla aislada de todos, porque hasta ahí iré contigo.

Se acuclilló frente a Levi. Una sonrisa sincera con unos ojos que mostraban lo que sentía acompañaron sus siguientes palabras.

—¿Quieres pasar el resto de tus días conmigo? ¿O tengo que buscarlo en una historia?

—No, no tienes que buscarlo –dijo de inmediato—. Sí quiero.


Gracias a todos los que leyeron hasta el final ~ :)
-Rin.