Notas de autora:Bueno aquí fic sinju algo extraño...
Advertencias : Magi- Au - Universo Paralelo. Spoilers 214 manga. Sinju.
Desclaimer: Magi le pertenece a Shinobu Ohkata, yo sólo uso sus personajes para mis escritos y el disfrute de los lectores...
Parallel Lines
by
zutte-chan
"Capítulo I"
"Otro mundo es como un espejo. Un mundo que no podemos alcanzar..."
Qué cosas había dicho el pequeño enano, pensaba que estaba loco, la existencia un mundo paralelo era extraño pero no descartable también era algo abrumador, según el pequeño Magi ya un mundo había sido destruido una vez por Al-Tharmen.
Se preguntaba que podría haber de diferente entre otros mundos, ¿acaso seguiría siendo el mismo? había una pequeña posibilidad de que no fuese así, hasta donde sabía Al-tharmen solo habitaba ese mundo entonces existía la posibilidad de en otro mundo ya no fuera el mismo Magi corrompido.
Era extraño que pensara en eso, un mundo donde él estuviera completamente limpio de impurezas, donde hubiera crecido bajo el cuidado de sus padres, siendo bendecido por el ruhk, luego tendría que dejarles para cumplir con su destino seguramente su camino se hubiera cruzado con Sinbad y no hubiera podido evitar caer ante él, esa singularidad de primera clase que siempre le había atraído, no dudaba de porque no sería igual en ese otro mundo, cerró sus ojos y se echó entre las mullidas almohadas.
Le gustaría un mundo como ese por un momento.
Escuchó algunos pájaros cantar y la fuerte luz del sol directo a su rostro, se comenzó a revolver perezosamente, acaso había dejado la ventana abierta.
Se levantó de golpe ya fastidiado por el cantar del ave, abrió sus ojos caminando lentamente a cerrar las cortinas, se dio cuenta apenas al ver el paisaje atraves de la ventana que algo estaba mal.
Había una gran costa, el viento marino golpeaba su rostro, el sol tan brillante y por su puesto el poblado bajo sus ojos, dio unos pasos hacia atrás rápidamente tropezándose con la cama y cayendo sobre ella, se sentía algo desorientado, la luz le ayudó a detallar la habitación dándose cuenta de que no estaba en su habitación en Kou, eso era Sindria, rápidamente notó sus ropas, como era posible que tuviera eso puesto? un uniforme de los generales de Sindria, acaso había sido capturado mientras dormía, lo había secuestrado sin que se que diera cuenta, pero cómo y por qué? muchas interrogantes tenía.
Escuchó como tocaban la puerta y se tensó rápidamente, dudaba en que decir o hacer.
- ¿Señor Judal está despierto?
Un voz completamente desconocida le hablaba del otro lado, por un momento dudaba en responder, estaba seguro de que hablaban con él pero llamarlo "señor" era extraño.
- S-si - no sabía porque había respondido pero quería respuestas ahora.
La puerta se abrió y un hombre uniformado se asomó.
- Disculpe las molestias desde tan tempranas horas, quería pedirle que tratara de que el Rey estuviera lo antes posible para la audiencia.
- ¿Audiencia? - miró extrañado a aquel hombre, por lo general algún consejero u habitante de Sindria no le hablaría de esa manera tan pasible y respetuosa.
- Lo ha olvidado, vaya no lo culpo con todo el trabajo de estos últimos días, debe ser muy difícil ser el Consejero Real.
¿Consejero real? sus ojos se abrieron como platos, no tardó en acercarse al hombre y fruncir el ceño.
- ¿Acaso esta borracho? ¿cómo que soy el consejero real? - si bien era más que obvio que el consejero real era esa sabandija despreciable y pecosa de Ja'far.
El hombre le miró desconcertado y se acercó pidiendo permiso y colocando una mano sobre su frente.
- Lo siento, pensé que tenía fiebre por el exceso de trabajo.
Al parecer ese hombre seguiría jugando ese maldito juego, se comenzó a molestar y se apartó bruscamente de él, si quería explicaciones no las iba a obtener de un simple subordinado, abandonó sin decir nada al hombre la habitación y caminó por los pasillos, ya conocía de las veces que había visitado el palacio el recorrido a la habitación del Rey estúpido.
Aún así no dejaba de sentirse incomodo, parecía una broma muy elaborada, ninguno de los guardias se había alarmado ante su presencia incluso le había saludado cordialmente, no hacía más que sentirse alienado con todo ello.
Abrió la puerta de aquella habitación casi con desespero viendo que evidentemente Sinbad dormitaba en aquella cama mullida, no tuvo muchos reparos en despertarle estruendosa y bruscamente quitándole las sabanas y pateándole, había sido una muy mala idea, sus mejillas se coloraron al instante viendo que estaba completamente desnudo bajo las sabanas, le escuchó quejarse un poco y abrir sus ojos lentamente clavándose en los suyos, le lanzó las sabanas de vuelta.
- ¿Judal? ¿Por qué tan molesto por la mañana? - se sentó en la cama como si nada.
Judal frunció el ceño, el tampoco se había alarmado ante su presencia pero el debía ser el culpable de todo lo que sucedía.
- Es tu culpa, ¿qué me has hecho? ¿para qué me has traído aquí? - Sinbad se rascó la cabeza tratando de desperezarse del sueño y le miraba algo adormilado.
- ¿Qué que te hice?
- ¡Me has secuestrado! ¿Qué clase sucia broma es esta? en cuanto Al-Tharmen lo sepa júralo que destruirán esta isla.
- ¿Al-Tharmen? quiénes son esos? - rápidamente la expresión de Sinbad era muy seria -
¿Quieren destruir Sindria?
- No te hagas el estúpido, ¡sabes bien quienes son! ¡Por supuesto que quieres destruir Sindria y el mundo!
La expresión alarmada de Sinbad cambió a una de preocupación.
- ¿Judal has dormido bien?, creo que has estado trabajando demasiadas horas extra - Sinbad se levantó sin reparar mucho en su desnudez buscando su ropa habitual.
Judal no cabía en su impresión, Sinbad como si nada dejaba pasar el tema.
- ¡Oye! - le gritó ya comenzando a impacientarse, sacó su varita y le atacaría, ya que si no quería explicarle por las buenas seria por las malas, comenzó a acumular el ruhk de inmediato y entonces sus ojos se abrieron como platos dejando caer la varita y dejó escapar un grito horrorizado.
- ¡Judal! - Sinbad se había terminado de vestir y acudió de inmediato al oírle gritar de esa manera - Oye ¿qué te ocurre?
Judal no era capaz de oír la voz preocupada de Sinbad sus ojos se habían concentrado en el Ruhk blanco a su alrededor, ¿dónde estaba la oscuridad?
- ¿Qué es lo que me hiciste? - gritó desesperado.
- No te he hecho nada - le tomó de los hombros - Mírame - estaba tan confundido que solo accedió a mirarle, esos ojos dorados estaban clavados en los suyos reflejando su imagen, era algo tan irreal para él - ¿Qué es lo que pasa?
- Y-yo... ¿por qué hay ruhk blanco a mi alrededor?
- Es obvio que el ruhk blanco este a tu alrededor eres un Magi.
- ¡Eso lo se idiota!
- Entonces no pasa nada, ¿acaso te asustaste de tu propio ruhk?
- ¿Eh? - ¿su propio ruhk? eso era imposible, ese ruhk blanco y puro no podía provenir de él - No juegues con conmigo.
- Yo nunca jugaría contigo Judal - le colocó una mano sobre su cabeza - Después de todo eres mi grandioso Magi - su boca se quedó abierta y sus ojos creía que se saldrían de sus orbitas.
¿Qué acaba de decir?
¿Su Magi?
No, no podía ser cierto.
- Siempre sonríes cuando te llamo así, realmente no tienes buena cara, deberías descansar y tomarte el día libre, ayer dijiste que para hoy estaba pautada una audiencia.
Podía escuchar las palabras de Sinbad pero no procesarlas ni comprenderlas, su cuerpo comenzaba a temblar, ¿era el Magi de Sinbad? no podía ser cierto, buscaba en su cuerpo algún indicio o marca de algún hechizo pero no había nada.
Habían sido innumerables las veces que Sinbad le había rechazado y había dejado en claro con un cruel discurso de que no aceptaría su poder, era completamente ilógico que ahora fuera su Magi.
- ¿Por qué no vas a tu habitación? yo podré encargarme del resto, quizás le pida a Yamuraiha que te examine, oh hablando de ella.
Escuchó la voz de la chica proveniente de los pasillos, Sinbad se acercó a la puerta llamándola, vio a la joven maga sonreírle, era completamente irracional, ella lo odiaba y él también a ella.
- Parece que está bien, solo debe ser algo de fatiga.
Todos le trataban como si estuviera muy cansado, como si delirara, no hizo más que ir a la habitación donde había despertado, se lanzó sobre la cama. No parecía que estuvieran bromeando, pero era inquietante, todo a su alrededor lo era, ¿acaso era un sueño? pero todo era tan real, se peñizcó el brazo bajo la creencia del que "si duele es real"
Dolió un poco entonces era real, probó con su mejilla también dolía, sentía que algo no estaba bien.
Se levantó de la cama viendo otra vez el paisaje por la ventana por más que tratara de imaginar el patio central del palacio real de Kou seguía viendo la viva Sindria y su gente.
Se comenzó a fijar en la habitación algunos pergaminos estaban en un escritorio, con algo de desinterés vio las escrituras, esa era clara mente su letra, vio una pluma y tinta, ¿había escrito todo eso de su puño y letra?
Escuchó que tocaban la puerta y vio a Yamuraiha entrar traía con ella lo que parecía ser una tetera y unas tazas en una bandeja.
- Disculpa que irrumpa así, he pensado que algo de té te vendría bien.
No respondió y ella entro sirviendo algo de té y ofreciéndoselo.
- Te ayudará a relajarte un buen rato para que puedas descansar ¿Judal? - ella le vio tan perdido.
Dudó en tomar esa taza de té quizás tendría algún agente narcótico, no estaba seguro, tomó la taza oliendo el aroma tan suave que despedía, no notaba nada extraño.
- Es realmente raro en ti verte tan distraído, siempre eres tan enérgico, si hay algo molestándote me lo puedes decir.
Se mordió el labio inferior, no podía soportar su amabilidad.
- No me pasa nada - dijo secamente tomando el té, el sabor tan delicado le hizo sentir bien pero algo relajado, ella se retiró sin insistir más.
Se había quedado rendido lentamente sobre aquella cama desconocida.
No supo cuantos minutos u horas pasaron, aunque seguía el sol brillante pero debió pasar un buen rato, al menos se sentía algo mejor pero también hambriento, su estomago rugió por comida, ni siquiera había desayunado solo había tomado el té de la maga.
Salió por los pasillos del palacio encontrándose con la amigable atmosfera.
- ¡Judal, Judal! - una pequeña niña se había acercado a él, no sabía mucho de ella pero la reconoció rápidamente, era esa mocosa que para su sorpresa era un general de Sindria - Ya iba a buscarte, es hora del almuerzo, todos te estábamos esperando - ella le tomó de la muñeca y le obligo a seguirla, fue llevado hasta el comedor donde había una gran mesa dispuesta con banquete rodeado por los generales, ella le guió hasta su silla, se sintió desconcertado ella tomó una silla lejos de él pero vio que su asiento era justo a lado de Sinbad, tomó asiento viendo aquellos rostros conocidos y desconocidos a la vez.
- Veo que ya tienes buena cara. Bueno ya que Judal está aquí podemos comenzar.
Todos habían comenzado a comer, el rey sostenía en su mano una copa de vino, frente a él estaba Massur comiendo tranquilamente, su vista fue viajando a los demás generales cuando notó algo extraño, Ja'far no estaba y más bien parecía que no sobraba un puesto para él, volvió a buscar con la mirada.
- ¿Judal buscas a alguien?
- ¿Eh? - miró a Sinbad.
- Ese tonto de Ja'far - masculló.
- ¿Ja'far? ¿Es algún amigo tuyo? - no podía responderle era como si sus labios estuvieran sellados.
- N-no es nadie - desvió la mirada y comenzó a comer para no seguir llamando la atención pues todos parecían preocupados y le creían un paranoico por el cansancio.
Después de la comida fue a darse un baño, necesitaba completamente renovar sus energías, lavó su cabello con mucho empeño, tal vez estaba demasiado largo. Salió del baño con el aroma del jabón y algunas esencias impregnado en su piel.
Vio el uniforme extrañado, realmente lo era, recordaba sus ropas negras que solía usar en Kou, no eran la prenda más adecuada para ser un Oráculo pero a él eso no le había importado mucho, no tenía problema con exhibirse pero ahora miraba ese atuendo tan conservador que no podía imaginarse con eso puesto encima, que mas daba en esos instantes, se colocó la toga comenzando pasar el cinturón que quedara firme a su cadera, no lucía tan mal tampoco, no pudo evitar pensar que todo en él lucía muy bien después de todo era un Magi de un porte elegante. Secó su cabello y comenzó a anudarlo, recordaba las veces que Kougyoku solía peinarlo y alabar su melena, ¿quizás la comenzaba a extrañar?
Solo era algo de nostalgia.
Trataba de despejar esos pensamientos de su cabeza, lo más importante ahora era su situación, de momento todos ignoraban la existencia de Al-Tharmen como si no existiera, Ja'far no estaba en el palacio o eso al menos había visto y Sinbad ni le conocía, era como si estuviera en algún mundo paralelo...
Se quedó helado ante tal suposición.
Pero nadie podía cruzar o mucho menos tener contacto con otro mundo, era imposible desde las mismísimas leyes lógicas, pero si era así él había usurpado el lugar de Ja'far en ese mundo, quizás sus roles entonces habían cambiado... pero no era tan simple como un cambio de roles, él seguía siendo un Magi y ahora el Magi de Sindria, tragó saliva, si había saltado a un mundo paralelo era posible que en ese mundo Al-Tharmen no existiera porque aún estaba en el mundo que había dejado atrás, debía pensar en cómo regresar...
Escuchó como tocaban la puerta nuevamente dio un respingo sacudiendo completamente su cabeza, esta vez era Sinbad quien cerró la puerta tras de si con la vista fija sobre él. No sabía que decirle o como actuar ahora.
- Judal he estado pensando en las cosas que dijiste esta mañana, ¿es cierto que hay una amenaza contra Sindria? - parecía muy serio.
- No pasa nada, solo ha sido una tontería mía - desvió la mirada, de nada servía alertar sobre un peligro que no existía - Creo que tenías razón era culpa del exceso de trabajo - miró los pergaminos regados en la mesa.
Quería sonar lo más convincente posible pero no sabía cómo debía actuar, siempre había sido muy directo y altanero con Sinbad pero no estaba en esos momentos en posición de hacer algo así, no eran enemigos.
- Me preocupaste, pensé que había sido algún sueño premonitorio sobre alguna desgracia.
- Para nada - volvió a negar.
- Entonces me alegra que todo esté bien - se acercó lentamente - Sabes, estoy muy agradecido contigo - Sinbad veía el paisaje a través de la ventana - Sin ti esto no hubiera sido posible, Judal estoy tan feliz de que me hayas elegido - tomó su mano.
No hubiera esperado escuchar tales palabras, algo dentro de él se rompió.
" Nunca aceptaré nada que provenga de ti"
" Ya te he dicho que nunca me uniré a ti"
La dura coraza que cubría su corazón se comenzaba a desvanecer, sintió aquel liquido cálido salir de sus ojos, era igual que aquella vez en la que había llorado frente a él pero esta vez con mayor intensidad. Sinbad preocupado por sus lagrimas se apresuró a tomar su rostro limpiando las lagrimas.
- No quiero apartarme nunca de ti - se lanzó a sus brazos.
Kougyoku estaba totalmente aterrada viendo como los monjes de Al-Tharmen iban de un lado a otro, desde hacía una semana Judal había caído en un sueño profundo, no entendía bien lo que había pasado pero ellos estaban tan alarmados, nunca habían visto tal flujo de Ruhk blanco a su alrededor, ella misma estaba tan impresionada sabía que el Ruhk blanco era bueno pero lo que le estaba pasando a Judal no era normal.
Les veía hacer todo a su alcance, Ka-koubun le había informado de todo lo que ocurría, la emperatriz no parecía estar a gusto con todo esto, Kouen parecía preocupado pero se mantenía distante ni su espada del fénix le lograba hacer efecto, ella quería hacer algo por ayudarle al ver que todos eran intentos fallidos.
Por eso estaba ahora desembarcando en Sindria, la magia oscura no estaba resultando, así que no le quedaba más que recurrir la apodada mejor maga de los siete mares que era Yamuraiha solo esperaba que Sinbad accediera a ayudarle.
- Princesa, es un honor tenerla en mi reino, ¿que la trae por acá?
- Rey Sinbad. Sé que ha sido repentino pero... necesito su ayuda - pareció ganarse su interés rápidamente - Verá sé que esto es extraño - no sabía cómo comenzar a planteárselo después de todo Judal cada tanto venía a hacer algún destrozo en Sindria - Se que esto es inesperado pero Judal necesita su ayuda.
El rey alzó una ceja completamente extrañado.
- ¿Y qué tipo de ayuda necesita? si se puede saber - no estaba muy halagado de recibir una petición de ayuda por parte de Judal.
- El está muy enfermo. Nuestros monjes han hecho de todo para curarle pero nada ha resultado.
- ¿Enfermo? - eso la verdad que no se lo creía, Judal era una hueso difícil de roer y no creía que una simple enfermedad pudiera tenerle tan grave - Explícate.
- Hace ya una semana Judal no abre sus ojos, no sabemos si va a despertar - sus ojos comenzaron a aguarse, comenzaría a llorar, rápidamente Ka-Koubun tomó la palabra.
- Su Majestad, el Oráculo no ha despertado en todo una semana, al parecer algo ha afectado gravemente el flujo de su magoi, el ruhk oscuro ha dejado de fluir de su cuerpo en cambio... el ruhk blanco fluye de él sin control, no sabemos a que se debe y ninguno de nuestros tratamientos y hechizos ha funcionado.
Sinbad miró seriamente a ambos, era un tanto descabellado oir todo aquello pero le daba curiosidad, además que el ruhk blanco estuviera fluyendo en Judal era algo que totalmente le desconcertaba.
- Creemos que puede morir si no despierta pronto, por eso queríamos su permiso para que la Maga Yamuraiha le examine - Yamuraiha que estaba totalmente atenta a la conversación le miró extrañada, realmente debían estar desesperados.
- Está bien, dejaré que Yamuraiha parta con ustedes, eso si ella lo desea - miró a la joven manga que pareció dudar por un momento pero asintió - Yo también quisiera acompañarles, después de todo hay algunos tratados que quisiera discutir en persona con la emperatriz.
Notas finales:
Bueno aquí una idea extraña sacada de la licuadora que tengo por cabeza, después de ver tantos fanarts de Judal como Magi de Sindria no me pude resistir, si les ha gustado háganmelo saber.
Quizás este sea un fic de uno o dos capítulos más... no quisiera alargar mucho el asunto porque tiendo a dejar en hiatus los fics largos ;D -si mátenme-