Citrus Capitulo 8: La gran pelea

Seh... regañen me en comentarios, la inspiración no había llegado a mi, pero despues de unas buenas vacaciones he regresado, y con más ganas.

La sensación cosquilleante en tu pecho, las mariposas en el estomago, y la hiperactividad en sus piernas. En una clara señal de su nerviosismo antes de salir a una pelea. Yuzu dio unos golpes al viento, mientras brincaba un poco ansiosa por su salida. Estaba consiente de que su hermanastra estaría ahi afuera, apoyándola. O eso era lo que decía su mensaje de llegada.

Sabia que era la ultima en pelear asi que tendría que esperarse un tiempo antes de salir, vio en la pantalla de su camerino como un luchador era noqueado y sus deseos de jugar aumentaron. Tal vez era que su persona era muy competitiva algo que no heredo de su madre, pues ella era alguien muy tranquila. Su entrenador seguía repasando le indicaciones pero su emoción le hacia escucharlo con la voz aguda tal cual película de ardillas.

—Takumi, sé que hacer— lo tranquilizo —No te preocupes tanto.

Él se acerco tomándola por los hombros, en un gesto amistoso y fraternal.

—Lo sé, pero el cíclope con el que pelearas no me gusta para nada... eres mi estrella no quiero que por un juego sucio termines herida.

—Si veo algo fuera de lo normal pediré un descanso ¿vale?

—Por favor.

Los anuncios se pusieron en el televisor avisando que solo quedaba una pelea para la suya. Sentía nervios, pero no estaba muy segura si era exactamente por el encuentro.

—Estos más que personas parecen gorilas— espectó Himeko centrando su vista en dos peleadores en el ring —No entiendo que hacemos damas como nosotras, en un lugar como este.

A decir verdad, las chicas se veían un tanto fuera de lugar. Rodeadas de tanto hombre rechoncho y varonil con un tarro de cerveza en la mano, que encontraban cualquier excusa para gritar hasta quedar afónicos.

—Te recuerdo que estamos apoyando a Yuzu— inquirió Matsuri que estaba sentada entre Asuka y la hermana menor de Harumi —Suficiente tiene con que su mamá no haya venido.

—¡Hime-chan deja de ser tan pesada!— le regaño Asuka —Que cuando la veamos todo habrá valido la pena.

—Opino lo mismo— comento Harumi sin quitar la vista de enfrente —Ademas no debería tardar en salir.

Un tanto más alejadas de esa conversación estaba Mei, entre Sara y su hermana. La pelinegra se encontraba sumida en sus pensamientos por lo que había hablado con la chica a su lado antes de entrar al evento.

—¿Cuando se lo dirás?— pregunto Sara y al notar que la chica no le captaba agrego —Ahora que termine contigo, cuando le dirás que te gusta a ella.

La oji-violeta suspiro —Suficiente tengo con que te dieras cuenta, en serio no es necesario que tambien me ayudes con esto.

—Me gustas, es normal que quiera verte feliz. Por eso entiendo que no es a mi lado, y quiero que hables conmigo sobre eso... sobre tus sentimientos, no quiero que dejes de ser mi amiga.

—No dejare de ser tu amiga... solo estoy un poco distraída por la pelea y no tengo cabeza para más.

—Quien diría que la fría presidenta de una prestigiosa escuela estaría preocupada por ver a su hermanita pelear— esta fue la hermana de Sara intentando aligerar el ambiente —¿Temes que la golpeen?

—¿Hermanita? Pero si ella es mayor— reprocho la pelinegra desviando la mirada intentando evitar que vieran el rubor en sus mejillas —No estoy tan preocupada.

—Sabemos que en su relación la más infantil, es ella— recordó la peli-gris y su hermana asintió dandole la razón —Ademas tu eres más alta, y tengo que admitir... que es muy tierna.

Mei se quedo un momento procesando las palabras antes de dar otro largo suspiro —¿Le estamos diciendo tierna a alguien que en unos momentos estará peleando con uno como esos?— señalo un gigante en el juego —Estamos realmente perdidas.

—Mi Yuzu le patearía el trasero a cualquiera— exclamo Matsuri tirando algunas de sus palomitas en el proceso

La pelinegra se tenso al escucha ese "Mi"... ¿Quien se creía?. Le dirigió una mirada de rechazo e indignación pero dispuesta a manifestar sus sentimientos apareció Asuka.

—¿Como que mi Yuzu? ¿Que eres tu de ella?

—Soy su hermana menor— respondió simple la peli-rosa —Nos conocemos desde hace unos cuatro años, la apoye cuando me dijo que empezaría a entrenar. La pregunta aquí seria... ¿Quien eres tú?

Pero no hubo tiempo para reaccionar cuando las luces de todo el estadio se apagaron, dejando a los fanáticos gritando como locos de conmoción. En un lugar con olor a palomitas y cerveza eso en realidad era misterioso y excitante.

—¡DAMAS Y CABALLEROS!— la voz del narrador era fuerte e intensa lo que le daba más enigma a la situación —¡Para la ultima pelea de la noche— la multitud estallo en chillidos —tenemos el encuentro más esperado en la temporada!

Las luces se encendieron por la esquina derecha, donde solo iluminaban a un chico... era grande y de tez morena. Con ojos negros con un toque de furia e irracionalidad, vestía con rojo y azul. En su rostro no había señal de felicidad, y sus labios parecían nunca haberse curvado hacia arriba.

—¡Él es Brad Omuro, lleva dos años en el juego y ha ido ganando fama por sus golpes secos, firmes y despiadados!— Mei trago fuerte al escuchar eso —¡Pesa ochenta y cinco kilos, midiendo 1.78!

Otra luz se encendió por el lado izquierdo... era Yuzu. Llevaba un top deportivo y todo el conjunto era negro. Con una cola de caballo sus ojos desbordaban ilusión, emoción y determinación. Esbozo una sonrisa hacia sus fanáticos donde varias chicas le lanzaron dudosas prendas que casi no le atinaban... casi. Busco con la mirada a las chicas que se encontraban en una área más reservada y las saludo con un gesto de la mano.

—¡Ella es Yuzu Aihara, conquistando corazones y su popularidad empezó por tener peleas únicamente con varones... lleva en el deporte cinco años, su agilidad, rapidez y certeza la han traído hasta aquí!— El bullicio de la gente aumento más de ser posible —¡Pesa cincuenta kilos y mide 1.63!— rio —¡Que no los engañe a la hora de apostar, esta chica es pequeña pero... sin duda muy grande!

Los dos se encontraban en el cuadrilátero, mirándose con determinación pero como en cualquier buena pelea, chocaron sus guantes en señal de combate amistoso antes de que marcaran la hora de empezar. Ambos entrenadores les daban sus respectivos protectores bucales. Los árbitros de mesa se veían entusiasmados con el inicio y el arbitro principal buscaba la esquina más lejana para no ser golpeado.

—¡Señoras y señores comenzamos con el primer asalto!

Yuzu saltaba entrando en pose defensiva buscando que él atacara primero lo que consiguió despues de unos segundos, esquivo con bastante facilidad lo que provoco un gruñido del chico. Ella dio un pequeño brinco sorprendiéndolo con un puño en el casco protector, lo que era un buen truco para distraerlo cuando dio una patada lateral a su muslo.

—¡Aihara empieza con todo, distrayendo la fuerza brutal de Omuro que sin duda parece haberse atontado con los movimientos rápidos de la chica!

Cuando el narrador hablaba, él consiguió más furia en su cuerpo para regresar le un golpe en el casco que volteo su cabeza 180 grados, lo que la despisto sin duda un segundo. Regresando una patada alta con tanta precisión que él no pudo evitar su caída.

Los tres minutos se habían acabado cuando el aullido del publico aumento, los árbitros hablaban unos con otros hasta darle al principal la respuesta. Que marco en un tablero banco que fue apuntado en la pantalla gigante del lugar.

—¡10-9!— exclamo el narrador —!Este asalto va por parte de Aihara!

La rubia soltó una sonrisa infantil girando su vista a sus amigas, deteniéndose sin poder evitarlo en Mei que la veía con los ojos ampliados, un poco impactada a decir verdad. Fue cuando vio una pequeña peli-violeta que su mundo cayo de en sueño, era... Sara. Pero no tuvo tiempo de ver más cuando su entrenador le hacia beber agua dandole un masaje en los hombros para volver a ponerle el protector bucal. De nuevo iba a juego, no tenia tiempo para pensar.

—¡Segundo asalto!

Escucho la voz del narrador gritar, pero se sentia pesada, sus movimientos se veían lentos y él chico se acercaba a ella con coraje. Recibió un puño en el abdomen lo que la hizo contraerse del dolor, usando de defensa su brazos para no recibir otro golpe en seco.

«¿Porque me aferro a ella? ¿Porque mi corazón es insoportablemente terco? ¿Porque mi estomago se llena de mariposas cuando me sonríe? ¿Porque soy tan idiota?... ¿Porque no me quiere, como yo a ella?»

—¡¿Pero que esta pasando?!— comento el cronista por el micrófono —¡Aihara esta perdiendo intensidad ante los golpes brutos de Omuro!

Los pensamientos atacaban su mente, como los guantes del chico impactaban contra su cuerpo. En el instante menos imprevisto su cuerpo no resistió, y... cayo al suelo con un ruido sordo que apenas ella pudo escuchar con todo el bullicio de la gente.

Pero... un segundo. Entre todas esas voces una resaltaba en particular, esa voz que no podría olvidar incluso de volverse sorda ese día y pasaran sesenta años. Ese tono que podia escuchar cada vez que se sentia en lo ultimo de su ser. Solo había una persona, una chica, no cualquiera... era su hermanastra.

Abrió los ojos aun tendida en el suelo y con el arbitro preguntándole quien sabe que cosa, lo unico que obtuvo su atención fue esa morena parada en su asiento, con el ceño fruncido.

—¡YUZU LEVÁNTATE!— gritaba con fuerza y claridad —¡Te ordeno que te levantes o no volveré a dejarte pelear nunca más!— sentencio —¡Quiero verte ganar, tonta!

Y aunque su voz demandaba, ella misma sabia que esa tonta... era totalmente adorable. La rubia no perdió tiempo en levantarse, la mismísima presidenta del consejo estudiantil le estaba gritando una orden... ella no era nadie para desobedecer. Jamas lo haría contra, Mei. Se podia resistir, pero siempre terminaba cediendo.

¿Quien rayos se iba imaginar que la presidenta cortes, atenta y fina de una prestigiosa escuela, estuviera gritando en una pelea junto a aficionados regordetes y borrachos? ¡¿Quien?! Era algo prácticamente de otro mundo.

Aunque Himeko tambien había perdido la cordura alzando la voz, pero intento disimular cuando la luchadora giro su vista a ella. Cruzando la pierna, como si no le importara nada.

Volviendo a Yuzu, que obtuvo de nuevo su concentración mirando que el segundo asalto había sido ganado por Brad. Takumi le echo agua en el cabello, notando su calor corporal y el sudor en este. Le daba consejos al oído mientras le limpiaba una herida en la ceja, donde tenia un pequeño rastro de sangre.

Como tradición en el ultimo asalto hubo otro choque de guantes, la audiencia estaba por primera vez en silencio esperando cualquier movimiento de los dos. El aura era un poco tensa, pero la oji-verde se trono el cuello intentando no tomar le mucha importancia.

—¡Tercer asalto!— chillo el narrador eufórico —¡Y el decisivo!

La campanilla había sonado, y él parecía mas que dispuesto a terminar todo de una vez. La rubia por su parte tenia una mirada confiada lo que hizo a su contrincante atarle de forma tosca, pero lo esquivo como si de un tranquilo baile se tratara. Los impactos seguían llegando, cada vez de manera más salvaje y bruta, cuando los esquivaba el chico solo se enfurecía más.

—¡Pero que tenemos aquí, Omuro comienza a cansarse y Aihara parece estar tomándose un café!— afirmo sorprendido el narrador —¡Si las tácticas bestiales no están funcionando Brad no tendrá ninguna oportunidad!

Él que ya sudaba a mares, se descuido por lo que parecio un mínimo segundo, siendo impactado con un gancho en el rostro. Lo que lo saco de órbita lo suficiente para que ella diera una patada lateral llevándolo a erguirse del dolor.

Faltaba un minuto y medio, para el final del combate. El moreno se cansaba, su cuerpo era impactado por los veloces y certeros golpes de la rubia, que queriendo no darle más dolor decidió acabar con todo... Una patada lateral intensa y su oponente estaba en el suelo.

La multitud gritaba en euforia, en chillidos de emoción con la intensidad de haber apreciado una buena pelea.

—¡EL PREMIO DE LA TEMPORADA VA PARA AIHARA, LA PELEADORA MAS JOVEN EN RECIBIRLO!— canturreaba el narrador bailando en su cubículo, al parecer le había apostado a la oji-verde —¡Momento histórico y tal vez nunca más visto! ¡Gracias por asistir a la pelea, los apostantes por la derecha, por favor!

Cuando la rubia bajo del cubículo se sorprendió siento recibida por una bola de abrazo por parte de sus amigas, a quienes les habían permitido bajar en cuanto el asalto termino. En ese mismo momento acordaron celebrar el domingo pues ahora pasaban de las diez de la noche y sus respectivos padres las querían en casa.

Cuando contesto todas las felicitaciones y abrazo fuerte a su entrenador, todos empezaron a irse. Camino a casa las hermanastras iban en un silencio cálido, para nada incomodo, mientras la mayor veía en las redes sociales los vídeos y comentarios de sus seguidores que estaban extasiados de felicidad. Ella no era una excepción, se sentia inmensamente feliz.

Llegando a casa se metió a la ducha para salir lo antes posible, se puso una camisa blanca y unos pantalones holgados cafés. Se moría de hambre, que hasta imaginaba el olor de una tibia hamburguesa... ¡Esperen!... ¡Si había hamburguesas!.

Camino hasta la cocina aun con el cabello húmedo, viendo como su hermanastra servia una en un plato y lo acompañaba con una soda de naranja, se le hizo la agua la boca mientras caminaba para sentarse en el comedor.

—¿Tú cocinaste?— pregunto la oji-verde viendo que la morena se sentaba a su lado

—Me ayudo Sara— contesto la morena terminando de servir —Aunque en realidad no se me dificulto tanto, solo la carne.

—Oh, Sara. Ya veo.

—Terminamos.

La rubia estaba muy ocupada devorando que casi no escucho, se limpio con una servilleta antes de articular un; —¿Que?

—Ella y yo, terminamos hace unos días— aclaro la menor cuando una sonrisa se le escapo al ver la reacción tierna de su hermanastra —Quise decírtelo hoy en la mañana pero saliste muy temprano de casa, por lo de la pelea.

—Puedo preguntar, ¿porque?

—Digamos que no podia seguirme engañando de esa manera, tengo en la vista... alguien más. Pero dejemos esta seriedad, tú sigue comiendo despues hablamos todo lo que quieras.

La oji-verde no reprocho terminando de comer, recogió y cuando no vio a la menor imagino que estaría en el cuarto, asi que se lavo los dientes dispuesta a dormir. Su cabello seguía un poco húmedo, bostezo al abrir la puerta de su habitación.

Se extraño cuando no había nadie ahi, pero al instante se vio capturada contra el colchón con una morena por encima.

—Me...Mei— pronuncio pasmada la rubia

—Creo que ahora podemos darnos las buenas noches como es debido— pronunciaba con voz ronca la oji-violeta —He estado esperando, que todo este bien entre nosotras.

Cuando menos se dio cuenta la mayor, sus labios eran fuertemente reclamados. Con algo de furia y pasión, como en una batalla con su respiración irregular. La lengua de la morena buscaba espacio en sus labios, lo que poco a poco fue cediendo, encontrándose con los golpes bruscos al calar algo de aire para volver a continuar.

La menor iba colando su mano por debajo de la camiseta blanca de su hermanastra, percatándose de que esta no tenia un sostén. Se separo tan solo un poco uniendo sus narices.

—No llevas sostén, Yuzu.

La mayor que tenia las mejillas prendidas en rojo, negó con la cabeza —N-Nunca uso para d-dormir... me incomoda.

La oji-violeta tomo las piernas de su acompañante para que rodearan su cadera, lo que le dejaba una vista muy buena cuando murmuro; —Y hasta ahora me lo dices.

Otro beso, igual o más intenso que el primero, la rubia paso sus brazos por el cuello de su hermanastra sujetándose por ahi. Mientras la morena volvia a acariciar el abdomen plano y marcado, subiendo hasta encontrar su pecho donde al principio rozo solamente, pero no pudo resistirse a apretarlo en su mano lo que provoco un jadeo de su amante. Se separo para verle, parecía avergonzada por el sonido que no pudo reprimir, miraba hacia un costado sin poder regresarle la mirada.

—Yuzu...— la llamo roncamente lo que la hacia escuchar seductora y dominante —Por favor no... Me provoques tanto.

Le volteo el rostro con la mano que tenia libre para unir sus bocas nuevamente, en una exploración que parecía no acabar. Quería escuchar con tantas ansias de nuevo ese sonido, pero la rubia se negaba a cooperar aunque sus mejillas estuvieran sonrojadas.

Se alejo un segundo para jalar de un tirón la blusa blanca y tirarla por alguna parte de la habitación. Yuzu la veía con los ojos abiertos cuando le tomo ambos brazos sosteniéndolos arriba de su cabeza... Le encantaba tener a una luchadora, al parecer ruda para muchos... ahí, mostrando le tantas expresiones adorables y tentativas a comérsela a besos.

No le dejo mover los brazos, examino su rostro nuevamente viendo la pequeña herida en su ceja. Se acerco con el ceño fruncido dejando le un beso en la lesión, bajo para tener acceso completo al cuello donde arremetió con intensidad. Nadie más le tocaría, la marcaría si era necesario. Esa piel, ese cuerpo, esos ojos, esa persona... era suya.

Lo escucho, el sonido de un largo gemido y lo disfruto increíblemente. Comenzó a dejar un sendero de besos húmedos entre sus pechos y más siguieron saliendo, como música para sus oídos.

Sabia que si seguía asi, no podría parar. Levanto el rostro hasta unirse con la mirada avergonzada de su acompañante que respiraba entre jadeos.

—Por hoy me detendré,— musito la oji-violeta acariciando una mejilla de su amante —Pero mañana no correrás con la misma suerte. Quiero hacer las cosas bien, asi que... ¿Puedo invitarte a una cita?— pregunto y con una mirada juguetona añadió —Si no puedes no me va importar, te terminare secuestrando. ¿Lo entiendes?

Yuzu parecía no creerlo pero jalo a su hermanastra para fundirse en un abrazo caliente, por varias razones. La oji-verde asentía frenéticamente con la cabeza cuando se le escapaba una pequeña lagrima que cayo por su pómulo.

Unos minutos asi, cuando estuvieron mas calmadas. La mayor se iba parar cuando fue jalada de nuevo a la cama, parecía haberse vuelto un habito.

—¿A donde crees que vas?— intuyo Mei pasando una cobija por arriba de ambas

—Por... m-mi blusa.

La morena le abrazo por la espalda posesivamente, susurrando en su oído; —Oh, no— mordió su lóbulo —Hoy duermes asi.

Continuara...

¡Ey chicos! Perdonen... no tenia nada pero nada de inspiración si leen el manga entenderan, Spoiler... ¿Yuzu con cabello negro? ¿Pero que pasa? Bueh... me encanto que tuviera una admiradora. Comenzamos a progresar, miren si quieren capitulos seguidos... presionen me trabajo mejor bajo presion.

Comenten o por Ask... lo deje en mi perfil les mando un besototote.

Por cierto... ¿Les gusto el Lemon?

Ocupo su opinión. Besos.