Máscara

El silencio es petulante, tanto, que se vuelve intimidante; el mohín de Kevin, sin embargo, no canta más que fastidio. Su cuerpo se desparrama despreocupado sobre el asiento, descansa su codo por encima del respaldo y tamborilea el compás de una canción con la suela de sus zapatos. La luz temprana se encarama al cristal, limitándose a la orla del par de ventanas empotradas al muro; sobre el escritorio se extiende un tapete de documentos y archivos, lápices y bolígrafos, Kevin es víctima de una impetuosa curiosidad. Se inclina hacia adelante, el estampado de letras diminutas y párrafos densos evapora el interés; reclina su espalda a la silla y espera. Sus ojos viran hacia la puerta al escucharla abrirse.

-Adelante joven – El directivo cruza el umbral de la puerta, Kevin advierte una figura más a sus espaladas y lo ignora al no considerar la situación interesante. Es Edd –Puede utilizar esta fotocopiadora, Eddward, y me gustaría que también entregara un duplicado a cada profesor – Kevin carraspea, exigiendo atención; el rector asiente con la cabeza y palmea el hombro de Edd antes de dirigirse apresurado hacia el escritorio y tomar asiento sobre la poltrona de colchoneta marrón. El zumbido de la maquina llena el despacho y Eddward se siente avergonzado.

-La profesora Hoffman me pidió que viniera, dijo que usted quería hablar conmigo acerca...-

-¿De sus calificaciones? – El silencio responde la duda, Kevin no tiene nada que objetar y espera a que el otro hombre continúe con el sermón –Si, es correcto pero iré al grano… será expulsado del equipo de futbol. – Los ojos de Kevin irradian una sorpresa intachable al momento de erguir su espalda; tensando sus músculos, oprimiendo su mandíbula y ahogando un grito de furia, exige con sus muecas una explicación. El rector suspira, esperando alguna queja –Voy a admitir que estoy igual de sorprendido que usted – Sus manos tantean los documentos esparcidos por el pupitre y sujeta una cuartilla que después extiende a Kevin –Estos son los datos almacenados en las computadoras de los últimos dos meses… su promedio descendió hasta el punto de la reprobación-

-¿Qué? Esto está mal…- La grafica no puede ser más clara, de mantenerse estable sobre un punto comienza a descender precipitadamente, no se detectan señales de decaimiento; como un chusco rayón esparcido por la parte inferior de la hoja –Estos no son mis números. Se claramente las obligaciones que tengo al ser parte del equipo de futbol, yo sé bien que no tengo derecho a bajar de promedio- su voz se inyecta de cólera, se pone de pie y golpea el escritorio, plegando el papel en su mano –¡Esto debe ser un maldito error! – el grito revela la furia que no es capaz de contener; Edd se aterroriza, las planas se resbalan de sus manos y tras el serpentino sonido del viento, le sigue el silencio. Y a pesar del ceño fruncido sobre los ojos de Kevin, Eddward es capaz de distar un halo de confusión en su voz.

-Por favor contrólese, Kevin… nunca se nos han presentado problemas de este tipo, y es imposible que ocurra ahora… - La mirada del directivo se muestra pensativa, fija solamente sobre el pequeño candil colgante adherido al techo. Edd ordena el rimero de planas, sin evitar hundirse en sus propios pensamientos, Kevin no es muy distinto a él; la intriga es inevitable –A menos que alguien haya accedido a la información de alguna computadora dentro del plantel…- El zumbido de la fotocopiadora se detiene y el cuerpo de Eddward gira, decidido a dar apoyo. Las palabras palpitan adentro de su garganta, pero no las contiene.

-Mis- mis disculpas, es un tema el cual no-no debería interesarme, pero creo que, dada… dada la situación, cualquier ayuda es necesaria… ¿Usted insinúa que alguien… que alguien sustituyó la información?... – Su voz es ligera, tímida; las rodillas le tiemblan ante el temor del reproche, sus ojos lanzan miradas furtivas hacia el despacho, y los dedos se entrelazan tras su espalda. El rector lo observa, interesado en sus palabras, Kevin también le vislumbra y, nervioso, Eddward continúa con su conjetura –Bien… según-según estoy enterado, todas las computadoras se mantienen conectadas por el mismo programa más no la misma memoria, ya que cada una tiene una utilidad distinta, sin embargo, hay cierta información que nace en el monitor central y en teoría está ligada a este programa, si esta cambia en dicho monitor la información será sustituida para con el resto de los archivos guardados controlados por este mismo programa. Como una secuencia, si uno cambia, el resto también… también debería – Sus ojos celestes irradian un brillo determinado, Kevin endurece su mirada, y Edd siente como se esfuma la seguridad.

- ¿Un idiota esta infiltrándose en los datos de la escuela? ¿Cuántas veces ha ocurrido esto? – Kevin no tiene la intención de esconder el hastió que le provoca todo aquello y se asegura de que su enojo perfore la mente del directivo, quiere que sienta culpa. El mayor, muy por el contrario, se torna pensativo, frotando su mano derecha por sobre la barbilla canosa, sin prestarle mayor atención a las palabra de Kevin. Edd da la espalda, regresando a su labor con las planillas, se convence a si mismo de ignorar el pesado ambiente hosco.

-Si contamos esta, solo una… pero ese ya no es el punto; no tenemos pistas, no podemos siquiera asegurar que fue un acto de vandalismo contra su persona. Lo lamento mucho Kevin. No puedo hacer más que ofrecerle una oportunidad para que su promedio mejore, aquí no existe la víctima y si no hay víctima, no hay culpable… - Kevin empuña sus manos, descargando la frustración. Edd no pierde el hilo de las conversación –Cada maestro con el que imparte clases le otorgara un examen; me dice usted que estas no son su calificaciones, demuéstrelo. Si reprueba uno solo de esos exámenes, quedara fuera ¿Comprende?... Su puesto como capitán del equipo no le será negado, es un buen jugador y hemos tenido muchos beneficios con usted al mando. El lunes inicia, tome el fin de semana como una oportunidad de estudio… le deseo suerte – Kevin, farfullando incoherencia, se encamina con grandes zancadas hacia la puerta, desaparece tras la misma después de azotarla.

-Directivo Williams... como- como mencione en un principio, esto no debería ser mi asunto, sin embargo, creo necesario la investigación a fondo de este acontecimiento… mi compañero Kevin no podría ser el único afectado…-

-Eddward… vigile de cerca a Kevin, por favor, tiene fama de tomar justicia por mano propia, alguien como usted tiene la capacidad de mantenerlo bajo control- la garganta de Edd se sofoca con su propia saliva, el paladar seco comienza a escocerle y el sudor emana de su frente. –Sé que no es justo, ni para él ni para nadie… pero usted confié Eddward, me encargare de esto… por ahora, es necesaria la discreción… ¿Puedo contar con su ayuda? – la respuesta de Edd parece vacilar. Sus ojos se centran en las hojas que sostiene cuidadoso entre sus manos.

-S-Si… usted-usted puede contar… puede contar conmigo – Porque Edd quiere entender a Kevin. Porque Edd ahora sabe que Kevin está confundido, desorientado, cegado por la furia… porque Edd tiene el anhelo ver a través de la máscara.