Este fic participa del reto temático de Abril "Lily&James" del foro "La Sala de los Menesteres"
Disclaimer: No me pertenece ni la saga de Harry, ni sus padres, tíos y padrino (POR QUÉEEEEE! :'c)
— Ya deja de mirarme, Potter.
— No puedo evitarlo, Evans. Te ves hermosa.
Lily puso los ojos en blanco.
— Que dejes de llamarme así.
— Y tú deja de llamarme Potter.
— De acuerdo, James.
— De acuerdo, Lily.
La pelirroja sonrió y volvió a dirigirse a su postre, ignorando el barullo general del salón.
— Me pregunto cuánto te habrás demorado en hacerte ese peinado — preguntó James, sin dejar de observarla.
— No lo hice yo — contestó Lily, tomando un poco de mousse de chocolate con la cuchara —. Fue una amiga de Mary.
— Pobre. Tener que desenredar ese cabello que tienes…
Lily le dio un manotazo, ocultando su sonrisa.
— Y el vestido… —. James soltó un silbido de admiración, mientras miraba a Lily de arriba abajo.
— Ya basta, Potter. Harás que me sonroje.
James sonrió y tomó el mentón de la pelirroja.
— Si no hubiera tanta gente a nuestro alrededor, te lo quitaría aquí mismo.
Lily se zafó bruscamente de él, soltando una risotada.
— Demonios, Potter… ibas tan bien.
James se encogió de hombros.
— Es mi encanto natural, Evans.
— ¡Deja de llamarme así!
— Es la vieja costumbre.
— Claro. Vieja costumbre. A propósito de viejas costumbres, dile a Sirius que deje de devorar a mi prima Emily con la mirada, o le cortaré la lengua.
James dirigió la vista a su mejor amigo y soltó una carcajada. Sirius, sentado con aire de indiferencia en su silla, no dejaba de mirar los labios de su interlocutora, mientras ésta parloteaba sobre sus vacaciones en Mallorca.
— Oh, vamos, Evans. Toma un poco de champán y relájate — le dijo, ofreciéndole una copa.
— ¡Que no me llames así! — insistió la pelirroja.
— De acuerdo, ¿cómo quieres que te llame?
En ese minuto comenzó a sonar una suave melodía, mientras todos los asistentes dirigían su vista a Lily y a James.
— Damas y caballeros, por primera vez, el señor y la señora James Potter — anunció el vocalista de la banda.
— Así mismo — contestó Lily, poniéndose de pie —. Si me tratarás por el apellido, que sea el correcto.
James alzó una ceja mientras se dirigía a la pista con Lily de la mano.
— De acuerdo. Suena justo.
Lily pasó su mano izquierda por el hombro de James, mientras él la tomaba de la cintura.
— Recuérdame otra vez por qué hacemos esto — preguntó James entre dientes.
— Es una tradición, Potter — susurró Lily, a su vez.
— Me siento ridículo…
— ¡No mires al piso! — recriminó Lily.
— Juro que jamás volveré a bailar.
Lily soltó una risotada.
— Te lo cobraré en el futuro.
James sonrió y le dio un beso en los labios.
— ¿Ya te dije que te ves hermosa?
— Creo que sí, pero me encantaría escucharte otra vez.
— Lily Potter, te ves hermosa.
Lily sonrió complacida.
— Y tú no estás nada mal. Te juro que si no hubiera tanta gente a nuestro alrededor…
— Oh, Lily. Ibas tan bien…
La pelirroja rio y apoyó la frente en el hombro de James.
— ¿Estuviste practicando? — preguntó Lily.
— Claro. El pobre Sirius ya no me soportaba — contestó James —. Pero no te acostumbres, éste será el último.
— ¿Seguro? En un mes se casa Petunia.
James miró instintivamente a su cuñada, que en ese momento daba pequeños trompicones que, asumía, eran pasos de baile. La acompañaba su prometido, un tipo gigante.
Lily se volteó a mirarla y soltó una carcajada. No sabía quién de los dos tenía la mejor cara de haber tomado una taza de jugo de limón.
— No se ven muy contentos — opinó James, con una sonrisa burlona.
— Petunia está contando la cantidad de cosas que le desagradan.
— ¿Y cuántas llevará?
— Bueno, si tu mano derecha sigue bajando hasta mi trasero, serán cincuenta y tres.
James subió rápidamente su mano.
— Bueno. Sepas que en el matrimonio de tu hermana, me niego a bailar el vals.
— ¿Aunque tenga que bailar con el apestoso primo Pemberley?
— Aunque tengas que bailar con el apestoso primo Pemberley.
Lily lo miró y se encogió de hombros.
— El último — accedió, para luego darle un beso.
— Y por esa razón, Lily Potter, fue porque me casé contigo.
— ¿Por mi primo Pemberley?
James puso los ojos en blanco, e hizo girar a la pelirroja sobre sus talones, para sostenerla por la espalda.
— Porque eres la mujer más fuerte, bondadosa y hermosa que haya visto en mi vida.
— Si es así, has visto muy pocas mujeres…
Lily se vio acallada por los labios de James sobre los suyos. Se encogió de hombros, y pasando las manos por los hombros de James, se dedicaron a disfrutar de aquel pequeño momento de felicidad. Su primer y último baile.