III

De nuevo en la puerta del gremio. De nuevo cargabas en mi bolso cosas innecesarias y a un Lily miedoso de los relámpagos. De nuevo un beso en la frente y una lluvia torrencial. El maestro observaba desde la esquina, a la vez que Salamander se despedía de su equipo y de la que ahora era su chica quién no paraba de gritar. Nuestros caminos se unieron, junto a la enana de Wendy, era hora de partir.

Si hubiese sabido que te tragarías con tanto dolor las lágrimas, que te abrazarías los hombros tan sola buscando calor, si hubiese sabido con certeza el final de todo, esto no te hubiera dejado ahí en la puerta del gremio sin querer destruir el mundo entero para protegerte una vez más.

-vuelve pronto, éste es tu hogar-

Me abrazaste cabizbaja vestida de negro con una lluvia interminable y partí. Partimos. A nuestras espaldas las manos al cielo de los miembros en nuestra protección. No me permití mirar atrás ni por más que tus brazos me lo pidan.

Fueron años, años sin ti. Tus cartas menos frecuentes y nuestras ya pocas palabras. Nuestra desgastada situación. La ultima carta flotante que leí tardo tanto en llegar que por primera vez dude de tu lealtad. Esa noche tomé la lácrima lector y la partí en mil pedazos.

Gajeel; llevo mirando esta hoja ya casi dos horas. Es más lo he hecho estos últimos dos meses. Ya no dudo de ti, dudo del tiempo. De la espera dura y de las ganas que tengo de tomar un chocolate caliente junto a ti. Espero que tu decisión de este trabajo te esté ayudando, y espero también que entiendas mi decisión. Al igual que tú, y gracias a los años logré ser maga clase S, y al igual que tú, acabo de tomar una larga misión. No soy egoísta, yo igual avancé, crecí y ahora debo probarme. Espero que el tiempo, ése que tanto nos distanció, algún día nos vuela a unir. Levy.

Más tiempo pasó. Yo no lograba quitarme de la cabeza tu tono de voz dulce y tus brazos que eran mi protección. Luchando cada vez más con enemigos más poderosos, siempre en busca de los dragones y en cada golpe duro me perseguías tú. Sentía que estabas tras de mi espalda y yo no debía caer. Ese día fue así, cuando encontramos un dragón negro, y me di cuenta que hace ya años no estabas tras de mi para protegerte ¿entonces qué? ¿Qué me tiene aquí? Ésto ya no tenia sentido, derrotar a los dragones en busca de Metalicana era tema de los dos.

¿Entonces qué?

¿Y recuerdas en lo primero que pensé cuando ese dragón me atravesaba el pecho? Caí. El desmayo inconsciente de perdernos. Veía a medio abrir mis ojos, ahí tirado en el suelo desangrándome, a Salamander gritar como un loco desesperado. A la enana rugir y tratar de armar camino para huir. Y recuerdo verte a ti, parada frente al dragón, abriendo tus manos e iluminando con tu magia en un lazo fuerte de luz que logró cegarnos a todos.

Yo no debía despertar. Yo no debí nunca dudar de ti. Yo no recuerdo cuando ni cómo llegué al gremio, semimuerto, salvado por la magia del cielo. Yo no debía despertar, sentirme vivo y verte a ti en la camilla del frente, sin abrir tus nobles ojos. Yo no debía vivir sin haberte protegido.

-te devolvió la mano, ella es así- me consoló el anciano mientras yo me levantaba rápidamente de mi camilla. Nunca me permití quebrarme, nunca me autoflagelé, nunca me perdonaré por esto. Pero verte así me llevo a la ira absoluta.

Romper mil gremios más.

Crucificar mil idiotas más.

-¿Que hago anciano? Quiero matarlos a todos- fue lo único que dije mientras miraba tu rostro respirando hondo. Apretaba mis puños vendados buscando solución, recordando las mil cosas que pasamos todos estos años eternos.

-No es tu culpa hijo mío- y salió. Me senté a un lado tuyo inmóvil. No sé reaccionar. No sé que hacer. No sé seguir. No sé vivir. Tomé tu mano y con eso te pedí perdón. Siempre entendías cada uno de mis movimientos.

-¡¿Sabes en lo que pensé cuando caía inconsciente?!-

-¡¿Quieres saberlo?!-

-¡los mil demonios Levy!-

hubo un pequeño silencio, tu mano reaccionó, tus ojos palpantes y débiles me miraron en silencio. Me acariciaste el rostro y me dijiste -yo también pensé en ti- Y verte despertar después de eso fue el día más feliz de mi asquerosa vida.

-fin-


GRACIAS TOTALES :D un abrazo apretado, ¿que les pareció? :3