Capítulo 19 El cielo llora
No debí haberlo hecho,
Sólo debí haberlo ignorado,
Como algo que no se podía ver,
Como algo que no puedo ver,
No debí…
Haberte visto en lo absoluto.
Debería haber huido,
Debí fingir no escucharlo,
Como algo que no se podía oír,
Como algo que no puedo oír,
No debí…
Haber escuchado al amor.
Sin una palabra me hiciste conocer el amor,
Sin una palabra me diste tu amor,
Me hiciste respirar por ti,
Y nadie más,
Pero huyes de mí de esta manera.
Sin una palabra el amor me abandona,
Sin una palabra el amor me arroja lejos,
Luego yo que debería decir,
Mis labios cerrados fueron,
Sorprendidos totalmente,
Quedando sin palabras.
¿Por qué duele tanto?
¿Por qué sigue doliendo?
Aparte de saber que ya no te veré,
Que ya no estarás más aquí,
Nada más ha cambiado,
Es todo lo mismo que antes.
Sin una palabra me hiciste conocer el amor,
Sin una palabra me diste tu amor,
Me hiciste respirar por ti,
Y nadie más,
Pero huyes de mí de esta manera.
Sin una palabra el amor me abandona,
Sin una palabra el amor me arroja lejos,
Luego yo que debería decir,
Mis labios cerrados fueron,
Sorprendidos totalmente.
Sin una palabra caen las lágrimas,
Sin una palabra se rompe mi corazón,
Sin creerlo espero por amor,
Sin creerlo, el amor me está lastimando,
Estoy fuera de mí,
Una tonta nada más,
Que viendo al cielo llora.
Sin una palabra el adiós llega,
Sin una palabra el final llega a mí,
Sin preparada estar,
A dejarte ir de mí,
Mi corazón fue sorprendido,
Porque vino sin palabras.
Sin una palabra llegó,
Sin una palabra se va,
Como la fiebre se va,
Tal vez deba dolerme aún,
Al final,
Las cicatrices quedarán.
Pasó el tiempo prometido. Habían resuelto el caso en Indiana y hallado al SUDES. Ahora al fin podían disfrutar de un merecido descanso.
Venían unas vacaciones para los integrantes del equipo, lo cual era muy bien recibido.
Cada uno tenía un panorama distinto. Algunos salieron de viaje a ver a sus familiares, otros se quedaron en casa para ambientar la llegada de los nuevos integrantes.
Sin apenas darse cuenta el tiempo voló y pasaron los últimos 3 meses que le quedaban a Heather para que diera a luz.
Un poco de nervio, un poco de miedo, era muy extraño. Tenía el bolso listo en el sillón puesto que era la semana 39 del embarazo. No podía dormir muy cómoda por las noches. A veces tenía unas contracciones, pero alejadas una de otra.
Era un 28 de agosto por la noche. Un fuerte dolor la despertó. Se levantó de la cama con cuidado, hasta que sintió como un líquido corría por entremedio de sus piernas y llegaba al suelo.
-Spencer- dice la pelirroja agitada por las contracciones que se hacían sentir- el bebé, ya viene… - logra decir y se dobla debido al dolor.
El joven genio se levanta de la cama y toma las cosas.
-¿Cada cuánto son las contracciones?- pregunta tomándole la mano.
-No lo sé- dice respirando agitada- pero son seguidas.
-Vamos al hospital- dice y le ayuda a cambiarse de ropa. Luego salen del departamento y bajan uno a uno cada peldaño.
Heather intentaba no quejarse. Sólo se quedaba quieta cuando venía el dolor y se doblaba. No soltó la mano de él durante todo el trayecto.
-Vas a estar bien- dice Spencer preocupado.
-Ya llegó el momento- dice Heather sonriendo- al fin vamos a conocerlo.
-No iré a ningún lado- dice y estrecha más su mano a la de ella.
-Gracias- dice la criminalista y le da un corto beso.
Llegan al hospital. La doctora ya los esperaba. Se llevaron a Heather en una silla de ruedas para la sala de preparto.
Spencer se quedó afuera. Sacó el celular y llamó a sus compañeros. Todos estarían allí en un tiempo breve para acompañarlos.
Heather era revisada para saber si podría tenerlo por parto normal o debían hacer una cesárea.
La doctora vio el ritmo cardiaco del bebé y Heather no estaba muy dilatada. Por su condición especial tampoco podían esperar muchas horas.
-Tienes 3 centímetros de dilatación- dice la doctora- para tenerlo por parto normal deben ser 10 centímetros.
-¿Usted cree que pueda tenerlo por parto normal?- pregunta mientras se queda recostada de lado.
-Espero que sí, pero tú sabes cuál es tu condición- le recuerda- vamos a esperar unas 3 horas- dice y anota todo en el expediente- si logras dilatar lo suficiente te llevaremos de inmediato a la sala de parto.
-Muchas gracias- dice con una sonrisa.
La doctora salió del cuarto. Dejaron pasar por unos minutos a Spencer.
-¿Cómo te encuentras?- pregunta al ver la expresión de dolor que aparecía en su rostro.
-Debo esperar unas horas- dice y se queja del dolor.
-Vienen todos en camino.
-Qué bueno.
Una enfermera ingresa al cuarto junto con un doctor. Reid sale de allí. Heather mira la puerta que se cierra.
-Vamos a colocar la epidural- indica el doctor- no debes moverte para nada- ordena mientras prepara la inyección.
Una contracción hace que Heather se sacuda y no puedan inyectarla.
-Vamos a esperar a que la contracción cese y la aplicamos- dice la enfermera.
Esperaron alrededor de un minuto y Heather se quedó muy quieta. Sintió un pinchazo en su columna. El líquido entró y el catéter se quedó en la espalda. Había un espacio para aplicar una nueva dosis en caso de que aún no esté del todo dilatada y el dolor sea grande.
Nuevamente dejaron ingresar a Spencer a la habitación. Allí estaban los 2. Al menos las contracciones ya no se percibían.
-¿Te duele?- pregunta el castaño.
-Ya no me duele- responde con el rostro más sereno.
-Van a venir a verte de nuevo, así que debo irme otra vez.
-No te vayas Spencer- le toma la mano.
-Entraré cuando me indiquen.
-Te esperaré.
-Heather he venido a ver cómo te encuentras- dice la doctora.
Spencer desapareció del cuarto.
-A ver pequeña cuánto tienes de dilatación- dice mientras le introduce los dedos.
Para Heather se sentía bastante incómoda y un poco dolorosa la medición a través del tacto.
-Ya tienes 5 centímetros- dice sacándose los guantes- todavía te faltan 5 más.
-Está bien- responde y se queda quieta.
El equipo había llegado al hospital.
-¿Cómo está?- pregunta J.J
-Está en la sala de preparto- responde Reid que estaba muy ansioso.
-Deben estar esperando a que se dilate bien para trasladarla- dice Emily quien llega junto con Hotch.
-Hasta que llegó el momento kid- dice Morgan- todo va a resulta bien ya verás.
-Eso espero- resopla.
El tiempo pasaba y todavía no aparecía nadie para avisar que estaba por nacer.
Heather se quedó un buen tiempo sola. Entraban cada cierto tiempo a revisarla y monitorear al bebé. Cada vez faltaba menos para llegar a los 10 centímetros.
Spencer fue llamado para ingresar a la sala preparto. A Heather le inyectaron una nueva dosis de calmante para el dolor de las contracciones que ya eran cada un minuto según su percepción.
-Todos están aquí- comenta y recibe la mano que ella le extiende.
-Tengo miedo Spencer- dice la pelirroja y sus ojos se inundan por las lágrimas- ¿si no alcanzo a conocer a nuestro bebé?
-Eso no va a ocurrir- le da ánimos.
-Te amo Spencer… te amo- dice apretando su mano.
-Veamos Heather cómo sigues- dice la doctora que ingresó por tercera vez para revisarla.
-Yo también- responde Reid antes de salir.
La doctora la revisa y ya se encontraba lista. Le inyectaron el antibiótico correspondiente para un bicho que tenía, lo que provocó vómitos.
-Lo siento mucho- se disculpa.
-No te preocupes- dice la doctora y disponen a trasladar a Heather a la sala de parto.
Spencer se había quedado en el pasillo. Fue a ponerse el traje especial para ingresar a la sala.
Trasladaron a Heather a la sala y se encontraba todo dispuesto para el procedimiento. En el momento en que ella ya diera a luz se podría aplicar el tratamiento para la hemofilia y así evitar que se desangre.
Llegó el ansiado momento, el nacimiento de Spencer Junior.
Heather comenzó a pujar cuando la contracción se hacía presente. Spencer se quedó a su lado y le dio ánimos en todo momento. Ella siguió pujando hasta que un llanto de recién nacido inundó el lugar.
Spencer se acercó a ver a su hijo. Heather… su sonrisa se fue apagando de a poco.
La sangre corría sin detenerse. Ella se puso muy pálida, sus ojos se cerraron no sin antes ver como un destello el rostro de su pequeño milagro.
-Se parece a ti- susurró.
-Heather- la llama el castaño pero ella no le responde.
-Doctora, la paciente se nos va- dice la enfermera notando que el pulso y la presión bajaban considerablemente.
-Inyecten el tratamiento de inmediato- ordena pero la enfermera estaba hace poco ejerciendo y no lograba controlar sus nervios de principiante.
La puso nerviosa en si el escenario que presenciaba.
-¡Heather!- la llama Spencer pero ella seguía sin responder- hagan algo, se está muriendo…
Ya se habían llevado al bebé a la sala de neonatología.
Sacaron a Reid de la sala. No podían esperar a que el tratamiento hiciera efecto. Lo que estaba fallando en sí era el corazón que se negaba a latir.
-Vamos Heather, lucha- dice la doctora que intenta revivirla una y otra vez.
El cuerpo de Heather saltaba en la camilla por el shock de energía.
-Hora del deceso- pregunta y mira el reloj.
-22:30 horas doctora- dice la enfermera.
-Debemos decirle al esposo - dice y cubren el rostro de Heather con la sábana blanca.
Reid esperaba afuera. Vio por el pequeño vidrio que cubrían el rostro de ella.
-Heather falleció, lo siento mucho Dr. Reid.
Para Spencer su mundo se cayó a pedazos.
-¿Puedo verla?
-Sólo por unos minutos.
Lo dejan ingresar y él corre la sábana blanca. Allí estaba el pálido rostro de la mujer que volvió a enamorarlo en sus últimos 3 meses de vida.
-Te amo Heather- dice mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.
El resto del equipo se enteró al rato sobre el deceso de su compañera de trabajo. Fue la misma doctora la que les contó lo que ocurrió.
-¿Podemos ver al bebé?- pregunta J.J.
-Claro- indica dónde se encontraba la sala de neonatología.
Todos estaban muy tristes. Habían aprendido a querer a Heather a pesar de sus arranques.
García había sido la última en llegar y enterarse de lo sucedido.
Reid se despidió de ella y fue a ver a su hijo. Allí encontró a su equipo.
Un cálido abrazo fue lo que recibió. Las lágrimas no dejaban de correr. Más aún cuando García le entregó el último libro que había hecho Heather para él.
-Lo hizo Heather para ti- dice entre lágrimas.
Un libro empastado.
Lo abrió y vio la portada. Un dibujo hecho por ella. Leyó cada página y contempló cada dibujo. Allí estaba ella en esencia. En cada palabra, en cada verso, en cada trazo.
Abrazó el libro contra su pecho. Era como abrazarla a ella.
Cuánto tiempo perdió en no hacer eso. En un abrazo, en un beso, en tocar su piel, su rostro.
Ahora que ya no la volvería a ver se arrepentía de muchas cosas.
No estás solo mi gran amor. Ya tienes una familia. Sé feliz junto a nuestro hijo. Estaré con ustedes todos los días, en cada amanecer, en cada anochecer, nunca me olvides… te amo… los amo.
Spencer vio a su hijo. Su pequeño milagro como lo llamaba ella. No sabía cómo saldría adelante, sólo sabía que no estaba solo… vio a sus compañeros y miraba a su bebé, Spencer Junior.
-Gracias- esboza.
FIN.
PD: muchas gracias a quienes me acompañaron en esta travesía, ya se cierra este fic, falta completar los restantes, un abrazo enorme, espero desde el fondo de mi corazón que les haya gustado :)