Naruto no me pertenece.
Itachi POV
Abrí los ojos, ubicando finalmente lo que tanto había buscado. Me moví sigilosamente por el bosque, y al llegar a mi destino, atravesé la garganta de mi víctima. Era algo normal. Era un ninja. No digamos Akatsuki.
-Debes dejar de abandonarme para hacerlo por tu cuenta, ¿sabes, Itachi?- comentó Kisame, entrando en escena de repente. Me encogí de hombros. No me importaba mucho. Sólo quería tener el mayor tiempo libre posible. Pain valoraba la velocidad de hacer misiones a la hora de asignar tiempo libre. Miré en dirección a Konoha. Oí a Kisame suspirar, pero lo ignoré.
-Vamos a la base.- dije. Él rodó sus ojos, y los dos comenzamos a correr al estilo ninja, haciendo una carrera, hacia la base. Entramos y nos detuvimos en la cocina para comer algo antes de entregar el reporte. Después de comer dangos, fuimos a la oficina de Pain. Nos recibió con media sonrisa.
-Bueno, eso fue rápido. Les doy una semana, ¿entendido? Nada más.
-Hai.- los dos salimos, y Kisame me miró. Alcé una ceja.
-¿Qué?
-No sé, ¿no saldrás corriendo en busca de tu queridísimo uke? Dijiste que esta semana era el festival de primavera y querías convencerlo de ir.- dijo, parecía confundido.
-Kuso...
-¿Voy contigo? Por si acaso...
-Haz lo que quieras.- murmuré, mientras buscaba un pequeño maletín para quedarme en la casa de mi novio por unos días. Miré a Kisame hacer algo parecido, pero la verdad es que no sé en dónde piensa quedarse él, porque no se quedará con nosotros ni aunque nuestra vida dependiera de eso.
Neji POV
Leí aquel papel de nuevo. Eran noticias grandes. Bueno, podían ser buenas o malas. Buenas porque aunque nadie lo supiera yo siempre había querido tener una familia propia. Podían ser malas porque no tenía ni la menor idea de cómo Itachi iba a reaccionar cuando le dijera que tendríamos un hijo. Mi tío no me preocupaba. Pero... la verdad no sabía qué podía esperar de esta situación. Digo, mi novio de dos años es un criminal rango S, y es el asesino de un clan, a los ojos del mundo es un monstruo. Para mí era el ser más perfecto que podía existir. Pero lo conocía bien... lo suficiente para dudar de su reacción.
En el peor de los casos, me diría que no podríamos vernos, porque no quería que nuestro hijo sufriera por algo que él hizo. Que no nos podíamos relacionar porque no quería que nos marginaran.
Mi corazón se encogió sólo de pensarlo.
Miré la fecha. Probablemente llegaría hoy. Me había prometido venir la semana del festival de primavera.
Mis ojos fueron cubiertos por sus manos. Las conocía bien.
-Itachi.
-Neji.- sentí sus labios en mi coronilla, era más alto que yo. Me rodeó con sus brazos por mi cintura, por detrás- Te extrañé, amor.- me besó una mejilla, y yo me ruboricé.
-Yo también te extrañé.- musité.
-¿Sigues sin querer ir al festival de primavera?
-Sabes que no me gustan mucho los festivales.- mascullé. Él rió por lo bajo.
-No te preocupes, traje un poco de sake y comida. Tendremos nuestro pequeño festival.
-No puedo beber, Itachi...- me soltó, y me miró con confusión- Sentémonos, ¿sí?- asintió lentamente, y nos sentamos uno frente a otro en mi cama- Necesito hablar contigo.
-¿Hice algo malo?- preguntó, sonaba preocupado.
-No... Itachi... yo... estoy embarazado...- dije al fin. Silencio. Asqueroso silencio. Itachi me hizo verlo.
-No es una broma, ¿verdad?- preguntó, viéndome con aquellos ojos negros que me hacían suspirar muchas veces.
-No.
-Neji...- cerró sus ojos, se mordió el labio inferior- Abortar no es opción. Pero... ¿qué harás con él? No puedo pedirte que vengas conmigo a Akatsuki, Neji. Tú y él... no quiero que por mi culpa...- suspiró. Le tomé la mano.
-Itachi, quiero que seamos una familia. Si me preguntas a mí qué quiero hacer ahora, sería casarme contigo, y formar una familia con nuestro hijo... no me importa el resto del mundo.
-Serías un traidor de Konoha.
-Lo sé. Pero estaría contigo.
-Akatsuki no es el mejor ambiente.
-Me conoces lo suficiente para saber que lo voy a proteger de ellos si hubiera necesidad.
-Neji... te amo, ¿lo sabes? ¿De verdad harías eso?
-Dime cuándo, y me voy contigo.- sentí sus labios en los míos.
-Los cuidaré a ambos.- prometió, acariciando mi rostro. Volvió a besarme- Deja una nota, nos vamos hoy.- me tomó en brazos como una novia, no sé cómo hizo que yo dejara una nota de que me iría de Konoha y no regresaría nunca, y salimos por la ventana. Todos estaban en el festival, así que no encontramos problemas, porque además Itachi sabía toda clase de atajos y caminos secretos. Vi una figura enorme esperándonos.
-¿Qué pasó, Itachi? Estaba divertido.
-Olvídalo, hay otras aldeas. Ni tú ni yo vamos a volver a Konoha.- los ojos del tiburón me miraron.
-¿Qué hace él aquí?
-Vivirá con nostros.
-Pain-sama no está contento.
-Él sabe a qué atenerse.- gruñó mi novio. Comenzaron a caminar, y yo oía su conversación. Preferí no interrumpir, eran cosas de compañeros de Akatsuki.
-¿Por qué lo traes de repente?
-Tendremos un hijo.- contestó Itachi.
-Creí que habíamos dicho que te alejarías de él si eso pasaba.- ¿habían evaluado la posibilidad?
-Creí que sería lo suficientemente fuerte para hacerlo.- musitó mi novio.
POV autor
Habían pasado seis años, y Neji no se arrepentía de vivir con los Akatsuki. Eran una familia, después de todo. Era cierto, eran asesinos rango S, pero eran humanos a fin de cuentas. Al principio le costó adaptarse, pero a las pocas semanas de estar así todos confiaban en él y lo querían mucho. Itachi tenía que sacarlos de la habitación que Pain les había dado para los dos. Konan y Deidara lo ayudaron con los dos partos. Sí, porque poco después de Daiki vino Hikaru.
Los dos niños eran felices en la base, por no decir sus padres y sus autodenominados tíos y su tía. Kisame y Kakuzu eran los padrinos. Kakuzu al fin encontró algo que no lo hacía ser tan avaro. Gastaba más en los niños de lo que uno hubiera creído.
Itachi y Neji miraban a sus dos hijos jugar con los demás miembros en el campo de entrenamiento. Neji le tomó de la mano, Itachi la apretó.
-Sabes que te amo, ¿verdad, Neji?
-Yo te amo más, Itachi.- musitó el menor, recostando su cabeza en el hombro de su ahora esposo.
-¡Sharingan!- gritó Daiki.
-¡Byakugan!- gritó Hikaru.
-¡Corran por sus vidas!- gritó Kisame, huyendo de los pequeños. Todos rieron. De película.