Capitulo 8: Healing Hearts

Poema en cursiva

Poema:

Cuando caigas, yo te levantare

Cuando llores, yo secare tus lágrimas

Cuando sonrías, yo haré que dure

Si huyes, yo te seguiré

Si te escondes, yo te buscare

Si regresas, yo te recibiré

Antes de que pierdas la fe, yo te daré esperanza

Antes de que tambalees, yo te mantendré firme

Antes de que te lastimes, yo te sanare.

Dos meses después…

Fluyendo, ondulados rizos descansan ligeramente sobre desnudos y suaves hombros. Los dorados rayos del sol provocaban un llamativo resplandor sobre sus reflejos pelirrojos. Sus ojos cobalto se suavizaron mientras se posaban sobre su objetivo.

Ojos castaños brillaron con una mezcla de anhelo y alegría. La dulce sonrisa dirigida hacia él inmediatamente causó que su corazón latiera. Inútilmente se pregunto si sus reacciones ante la radiante sonrisa de esa mujer se detendrían algún día.

Se levantó de su asiento mientras ella se acercaba. Se detuvo a unos pasos de él, insegura de que era lo apropiado. "Kristoff," susurro como si el hablar más fuerte fuese a destruir ese momento.

Suprimió toda tristeza que siguiera ahí mientras decía el nombre que una vez se prohibió a si mismo mencionar en voz alta. "Anna." Sorprendentemente, no hubo ningún fuerte dolor destrozando su pecho. Ningún ardor en sus ojos por lágrimas contenidas. Sus brazos permanecían lánguidos a sus costados. Quería sostenerla en sus brazos. Confirmar que la hermosa mujer frente a él no era un sueño o un fantasma. Pero no podía alcanzarla. Sentía que no tenía el derecho.

Anna observo la discusión interna en sus castaños ojos. Su aprehensión provocaba que su corazón se oprimiera. Fueron amigos mucho antes de convertirse en pareja. Fueron amigos mucho antes de ser quien rompiera el corazón del otro. Anna no podía soportar la distancia. Acabo con la distancia entre ellos más que solo físicamente. Sus brazos rodearon su torso y lo sujeto con fuerza.

Se sorprendió por la repentina demostración de afecto, pero sus ojos rápidamente se suavizaron. Su rígida postura se relajo en el abrazo. Sus brazos la acercaron aun más. Saboreó la esencia de su perfume, notando que había cambiado al que alguna vez uso. Parpados se cerraron como el obturador de una cámara mientras guardaba ese momento en su corazón.

Anna se acurruco en su pecho, sonriendo porque aun usaba la misma colonia. Se conmovió al abrazar al amigo que pensó perdido para siempre. Llamo figurando que la enviaría al buzón de voz o que colgaría. En vez de eso contesto, tan vacilante como ella cuando marcó. Su sorpresa aumento cuando acepto reunirse con ella.

Se separo de sus brazos mientras él luchaba contra la necesidad de aferrarse a ella. Sus cobaltos buscaron por sus castaños. Cada uno viendo algo distinto.

Ella veía los preocupados y compasivos ojos de su mejor amigo. Si observaba suficientemente atenta, los restos de aquel dolor continuaban ahí en esos pozos cafés . Pero sabía que no podía sanar las heridas que había causado sin intención. La verdad le dolía, pero podía soportar las consecuencias.

Perdido en aquellos cobaltos, vio alegría y vitalidad. El vacío que presencio en los últimos meses de su relación se había ido. El amistoso afecto dirigido a él le brindaba calidez y dolor a su corazón.

Soltó sus manos y tomo su lugar en la mesa. "Cómo has estado?" Pregunto Anna luego de que Kristoff se sentara frente a ella. Sabía que había sufrido, pero esperaba oír sobre su mejoría.

Se detuvo recordando memorias agonizantes y tranquilizantes. Recordó dormir en el sofá para evitar la fría, vacante cama. Recordó estar sentado solo en un vacío departamento mirando a la vacía pantalla del televisor. Los momentos en los que veía algo que le hiciera recordarla y el dolor lo hicieron sentir vacío.

Pero también recordaba la incertidumbre en sus ojos cobaltos. El vacío entre ellos que prefirió ignorar. Recordó verla mirando por la ventana, ojos vacíos como si fuese un ave enjaulada. El dolor que soporto era comparable a la culpa ella había acumulado al ser incapaz de regresar sus sentimientos. De una manera, ella tuvo el coraje de evitarles el dolor que les esperaba. La idea no fue algo que acepto inmediatamente.

Su corazón desesperadamente quería creer que podían arreglar sus problemas. Pero su corazón también conocía la verdad. El dolor que le había provocado a ella al encerrarla en su amor. Aceptar que su amor era una forma de encarcelamiento no fue de ninguna manera algo que quería creer. Pero al final del día, débil y cansado, la innegable verdad permanecía inamovible en su pecho. Todo lo que quería era que ella fuese feliz y eso significaba sacrificar la suya. Deseo ser la luz de su vida, pero no lo era. La idea de forzar a la mujer que amaba a amarlo traía más dolor que la idea de dejarla libre.

Hizo las paces con esas ideas. Aun causaban dolor si pensaba en ello por demasiado tiempo. Pero estaba superándolo. Aunque algo lento, estaba orgulloso de decir que estaba armando un nuevo camino.

Anna observo como las emociones pasaban por sus ojos cafés . "He estado bien" dijo con confianza. Sonrió a sabiendas y aceptando su palabra como la verdad.

"Cómo va el trabajo?"

"Estupendo, en realidad. Voy a exponer en una conferencia en Hawaii." Sonrío ante su sorpresa. "Celosa?" molesto.

"Si!" Anna exagero su envidia, lanzándole una mirada. "Cuándo vas?"

"En dos semanas. Estoy planeando extender mi estadía. Merezco unas vacaciones." Dijo con una sonrisa.

Anna rió, "Si, claro" Una traviesa sonrisa asomo en su rostro. "No te descontroles mucho con tus compañeros ñoños"

Él se mostró falsamente herido. "Te hago saber que los ñoños han dominado el mundo. Divide y conquista." Compartieron una risa y Kristoff recordó porque fue tan fácil enamorarse de la mujer frente a él.

Anna le sonrió y pudo darse cuenta de que estaba recordando al igual que él. "Te he extrañado" confeso luchando contra las lágrimas.

"También te he extrañado" Su corazón se elevo sabiendo que ella pensaba en él. No podía negar el como resplandecía, irradiando felicidad. La luz que exudaba antes de su relación se había estado apagando mientras estuvieron juntos. Ahora su brillantez había retornado aumentada diez veces. "Te ves feliz."

Su sonrisa se ilumino ante sus palabras. "Lo soy," acepto con gran honestidad. "Especialmente ahora que pude ver a mi mejor amigo nuevamente." La confesión dolía un poco, pero su amor por ella lo superaba. Ser su mejor amigo era una posición que aceptaba con orgullo.

Anna sabia que la etiqueta podía causarle algo de dolor, pero había aprendido que nada bueno podía salir de relaciones no aclaradas.

Ordenaron el almuerzo y regresaron sus menús al mesero. Anna tomo un sorbo de su fría agua y arqueo una ceja ante los entrecerrados ojos de Kristoff . Frunció el ceño al ver su traviesa sonrisa. "De que te ríes?"

Tomó un sorbo de su agua, dejando que su curiosidad aumentara. "Vas a contarme o tendré que sacártelo a la fuerza?"

Anna sonrío entendiendo, pero siguió el juego. "A que te podrías estar refiriendo?"

"Oh, jugando a la inocente." Sonrió ante la alegría en sus ojos cobaltos. "Quién te tiene sonriendo de esa manera?"

Anna mordió su labio inferior, debatiéndose que decir. Inspeccionó su trasparente vaso. "Estás seguro de que quieres saber?" La pregunta era tanto en broma como seria.

Bajo la mirada a la tejida banda del blanco mantel de la mesa. Sabiendo que la verdad no era fácil, pero sabiendo que era lo mejor. Si quería ser su amigo otra vez necesitaba saber la verdad. No podía vivir negándose que ella había decido seguir adelante. Deseaba deshacerse rápidamente de los disfraces como si de un parche curita se tratara, pensó. "No hubiera preguntado si no quisiera saberlo. Además, como tu mejor amigo tengo que dar mi aprobación… o desaprobación."

Anna rió y movió el agua en su vaso con una trasparente pajilla. "El nombre de ella es Elsa." Las cejas de Kristoff se elevaron, pero no dijo nada. Anna sonrió ante su evidente shock. "Sorprendido?"

"Mucho." Su orgullo estaba un poco herido, pero no por el hecho de que esa persona especial en la vida de Anna fuese una mujer. Su orgullo estaba herido por la clara y absoluta adoración en su rostro al mencionar el nombre de esa mujer. No existía duda en que esta mujer era un factor importante en la vivacidad de Anna. "Continua," le incito.

Sonrió brillantemente y entendió que cualquier dolo que sintiera valía la pena por ver a la mujer frente a él resplandecer. Anna le contó sobre encontrarse con Elsa en un club, evitándole su otra historia. No le entrego todos los detalles optando por contarle la forma en que Elsa la hacia sentir. La amistad que compartieron y las muchas cosas que Elsa le había ayudado a pasar. No pudo evitar hablar sobre los logros y brillantes cualidades de la rubia. Confeso sus discusiones y las pocas cosas que Elsa hacia y que la fastidiaban.

Intento no pasar demasiado tiempo hablando sobre la rubia. Pero hablo lo suficiente para que Kristoff viera cuan feliz la hacia Elsa.

Anna se iba por la tangente y el tema de conversación cambio múltiples veces. Tres horas más tarde y ya iban bien en su camino para reconstruir una amistad estable.

Anna envió un mensaje. Veinte minutos después Kristoff observo su rostro iluminarse e inmediatamente supo la razón sin ver. Anna se levanto y camino hacia la esplendida mujer con largo cabello dorado y ojos cielo.

Elsa pudo ser un poco más discreta, pero no se pudo negar a Anna cuando la mujer la beso castamente en los labios. Kristoff noto que Elsa aun no había volteado a verle. Su amorosa mirada cielo fija en Anna. La bella pelirroja tomo las manos de Elsa y la llevo hasta su mesa.

"Elsa, me gustaría presentarte a mi mejor amigo, Kristoff." Anna señalo con su mano al rubio. "Kristoff, ella es mi novia, Elsa de Arandelle."

Elsa fue la primera en extender su mano. "Es un gusto conocerte finalmente. He oído mucho sobre ti." Sonrió y miró con cariño a Anna.

Kristoff estrecho su mano inmediatamente luego de ser extendida. Se encontró con sus gentiles cielo y sonrió, "Y yo he escuchado demasiados grititos sobre ti."

"Kristoff!" Reclamo Anna. Un sonrosado rubor creciendo en sus mejillas.

Ambos rubios dejaron ir sus manos y compartieron una risa a costas de la corredora. Elsa se estremeció cuando un codo golpeo su costado. "Ow! Lo siento." La rubia se disculpo y sonrió tímidamente a su novia.

Kristoff vio como Anna hizo un mohín y cruzo sus brazos por sobre su pecho. Pese a su mala cara sabia que la rubia ya había sido perdonada.

"Bueno," Rompió el silencio, "será mejor que me marche. Tengo una cita." Meneo las cejas.

"Oh." Anna sonrió brillantemente. Feliz de saber que él también estaba avanzando. Sonrió, "Intenta no hablar DEMASIADO sobre tu trabajo."

Instantáneamente frunció el ceño, "Por qué no?"

"Ya sabes porque." Le dio una mirada que claramente decía porque es aburrido.

"Me ofendes. Ella es una arqueóloga y se que estará muy interesada en mi investigación. A diferencia de cierta desagradecida persona." Kristoff sonrió viendo a los dos amigos bromear. Sabia cuan feliz es Anna al tener a Kristoff nuevamente como su amigo. La rubia también entendía el cierre que traía su reunión. No era exactamente fácil ver a tu novia ir a encontrarse con su ex prometido, pero aceptaba que era necesario. "De todos modos… me voy. Fue un placer conocerte, Elsa." Asintió hacia la dueña del club.

Elsa saludo con otro movimiento de cabeza. "Lo mismo digo." Observo sus orbes cafés entendiendo que sus palabras en efecto eran honestas.

Redirigió su mirada hasta Anna, "Fue grandioso poder verte otra vez. Tenemos que reunirnos antes de que salga de viaje."

"Definitivamente. Y llámame mañana. Quiero oír todos los detalles sobre la cita." Anna camino hasta él sin vacilación y lo abrazo fuertemente.

"Lo haré." Regreso el abrazo. Se separaron y Anna volvió al lado de Elsa. Rodeo con un brazo la cintura de la rubia. Se volteo y alejo del café al aire libre. Le hizo señas a un taxi y saludo a la pareja antes de subirse, "Adiós."

"Adiós. Cuídate." Anna observo mientras el taxi se alejaba.

Se volteo para el lado, sonriendo a la rubia a su lado.

"Qué?" pregunto Elsa

"No he tenido un saludo como corresponde." El rostro de Elsa se relajo antes de inclinarse, besando a Anna profunda y apasionadamente. "Mm." La bella pelirroja murmuro con sus ojos cerrados luego de separarse.

Elsa beso su frente y tomo la mano de Anna, "lista?"

"Sip." Anna sostuvo la correa de su blanca cartera mientras dejaban el café. "A dónde ahora?"

"Quiero mostrarte algo."

"Oh, una sorpresa." Anna rió.

Elsa sacudió la cabeza y soltó una risita. Llamo un taxi.

Llegaron a su destino en cosa de minutos. Anna frunció el ceño mientras dejaban el taxi. Miro inquisitivamente a las lapidas entonces de regreso a Elsa.

Elsa mostró esa triste sonrisa que Anna había visto antes y tomo su mano. Calladamente guío a su novia a una esquina del cementerio. Bajo la sombra de altos árboles yacían dos lapidas. Una tenía flores moradas y la otra margaritas amarillas. Ambos ramos no parecían llevar muchos días allí.

Sus ojos se suavizaron mientras leía los nombres en el gris mármol. Eliot de Arandelle . Elionore de Arandelle.

Miro a Elsa, pero los ojos azul cielo permanecían fijos en las lapidas frente a ellas. La rubia soltó su mano y saco algo del bolsillo interior de su chaqueta. Anna recordó la noche en la que Elsa le revelo que era adoptada. La rubia no había mencionado los detalles. Explico brevemente que su madre y su hermano gemelo habían fallecido cuando ella tenía nueve. Su madrina, Rapunzel de corona, la recibió y crió como su propia hija.

Anna jugo con el blanco cinturón de su azul vestido. Observo como Elsa dejaba una amarilla grúlla de origami en la lapida de su hermano y una flor morada en la de su mamá. Elsa se levanto de su hincada posición y tomo un respiro.

No se encontró con los ojos cobalto de Anna, pero los sentía sobre ella. Alentándola.

"Recientemente habíamos cumplido ocho cuando mi hermano fue diagnosticada con leucemia." Elsa se detuvo para mirar fijamente a la gris piedra. Esta no era una historia que compartiera a menudo. Suficientes años habían pasado como para que no llorara, pero el dolor seguía aun ahí. "Soporto un año completo, cuando los doctores le dieron seis meses. El día después de que celebráramos nuestro noveno cumpleaños…. juntos," Elsa mordió su labio inferior. Anna apretó su mano y Elsa entrelazo sus dedos. "… el falleció. Tan frágil, tan débil."

Con Anna sosteniendo su mano, continuo. "Mi mamá descuido su propia salud especialmente durante los últimos seis meses de Eliot." Elsa lleno sus pulmones con el frío aire primaveral. "Ella era una fumadora compulsiva antes de tenernos a Eliot y a mi, pero lo dejo por nosotras. Una vez que Eliot fue diagnosticada comenzó otra vez. Su consumo aumento a dos cajetillas al día."

Elsa hizo una pausa, "Para el momento en que encontraron el cáncer en sus pulmones ya era demasiado tarde. No se molesto en luchar contra el. Falleció seis meses después de mi hermano." Con su mirada fija en las lapidas continuo, "Su corazón se rompió el día que enterramos a Eliot. Una parte de mi piensa que ella ya no quería vivir."

Elsa metió su mano libre en su bolsillo y mordió su labio. Orbes cielo veían como blancas nubes fluían a través del pálido cielo azul. Anna podía oír el dolor que quedaba en la débil voz de Elsa. Liberando un tembloroso respiro continuo, "No llore mientras descendían el ataúd. Pero esa noche lo hice. No podía detenerme. Rapunzel me encontró acurrucada en una bola en el piso del baño." El corazón de Anna se oprimió ante la imagen. "Me abrazo toda la noche. Se sentía como si estuviese manteniéndome unida. Como si me fuese… a destrozar sin sus brazos a mi alrededor."

"No podía entender porque fui dejada atrás. Por qué las dos personas que más amaba me dejaron?" Lagrimas rebosaban los bordes de los ojos de Anna, pero se abstenía de liberarlas. "Rapunzel ayudo a darme cuenta de que jamás estaría sola. Pero la pregunta aun seguía ahí. Por qué Eliot y no yo? Compartimos el mismo ADN, pero se la llevaron… y a mi no."

Elsa apretó la mano de Anna, "Lo supere lo mejor que pude y con el tiempo el dolor se desvaneció. Hice amigos. Y cuando cumplí dieciocho herede el fideicomiso que mi madre había armado. Ella fue una gran investigadora y tenia dos patentes medicas." Elsa finalmente sonrió mientras recordaba a la determinada mujer. "Me gradué y gane algo de experiencia en la industria. Entonces, comencé a invertir en los negocios que mis amigos proponían. El club le pertenece a Luka y a mi, pero también soy co-dueña de un restaurante."

Anna asentía, habiendo ya oído sobre la ocupada vida laboral de Elsa. Pero inútilmente se preguntaba a donde quería llegar Elsa con todo eso. Por qué había decidido finalmente revelarle su pasado? "Tuve unas cuantas relaciones." Elsa sonrió sabiendo del mohín que Anna debe tener en el rostro. Le contó a Anna de sus cuatro relaciones serias y la corredora frunció el ceño todo el tiempo. "Pero nada duro. Y no importaba cuan duro o lo mucho que trabajara, la pregunta seguía en el fondo de mi cabeza. Por que fui dejada atrás?"

La mala cara de Elsa cambio a una gentil sonrisa reservada especialmente para Anna. "Entonces esta chica corrió hacia mi vida y tan solo… la destrozo. Prendió fuego a todo lo que creía conocer." Azul cielo se encontró con cobalto. Anna hizo un mohín, pero solo hizo crecer aun más la sonrisa de Elsa . "Luego, las murallas del castillo cayeron. Encontré la respuesta en los escombros." La expresión de Elsa se torno seria mientras removía rojizos mechones del rostro de Anna. "… dio a toda la búsqueda, todas las solitarias noches un propósito." Elsa se detuvo y Anna espero ansiosamente al borde. Elsa tomo las mejillas de Anna con su calida palma.

"Cuál es la razón?" Susurro Anna, posando su mano sobre la de la rubia.

"Para conocerte… y para hacerte sonreír." Dijo Elsa suavemente, pero con convicción, trayendo lágrimas a los ojos de Anna. Ambas recordaron la primera vez que sus ojos se conectaron, la primera vez que hablaron. La rubia removió las claras, saladas gotas que caían lentamente por las mejillas de Anna.

Anna trago el nudo de emociones en su garganta. Con profundo afecto en sus ojos cobalto, dijo con voz temblorosa, "Tu eres mi respuesta." Su voz es inestable, pero su corazón y sus ojos brillaban con confianza en sus palabras.

El beso que compartieron contenía el poder de sus sentimientos por la otra. La intensidad de su compartida pasión las asustaba y emocionaba a la vez.

Para encontrarse y hacer sonreír a la otra. Esa era la respuesta de ambas. No para compartir un eterno y duradero amor. O para cambiar la historia con su ciega devoción. Sus vidas no serán escritas en libros de historia o inmortalizadas en una obra. Pero será gravada en sus almas. Inmortalizadas en las memorias de sus corazones.

Hoy no hay declaraciones de amor o promesas de un compromiso eterno. Pero esas palabras están destinadas a llegar en su momento. Los corazones actúan según su propio capricho. Nunca atados por las restricciones de un andante reloj o un sol que esta por ponerse, ellos deciden el tiempo que necesitan para sanar del amor o para sentir amor.

Cobalto y cielo se encontraron y presenciaron una sonrisa. Su búsqueda ha finalizado, pero su viaje continúa siendo escrito. Y un día de que envíen una carta llena de sus emociones, sentimientos y memorias. Un día.

Pero hoy se regocijan en el descubrimiento de una simple respuesta.

Para encontrarte a ti y ser la razón de tu sonrisa.

Ahora este es el final y con este el primer fic con sentido que acabo yaaay fiesta en mi casa (? (anécdota! Acabo de reprobar matemáticas por 1527263 vez en mi vida xD)

Ahem~ Noticias!

Como son vacaciones trabajare duro para entretenerles. El lunes no prometo nada por que tengo que it a sacar mi IFE y esas cosas. Quizá escriba un one shot mientras esperó ... No se. Ahora un aviso importante. Estoy buscando compañeros de rol yuri de preferencia y no se hola !