Capítulo 1 – Un encuentro inesperado
Eran las 8:00 de la noche. Shirai Kuroko ejercía una persecución a través de las calles del Distrito 7 de Ciudad Academia. Debido a que su poder de Esper Nivel 4 es la tele transportación, un observador casual pensaría que tendría una ventaja abrumadora en una persecución. Sin embargo, su objetivo no sólo poseía el mismo poder, sino que estaba superior. El objeto de su persecución era Musujime Awaki.
Inicialmente, Kuroko se encontraba haciendo su trabajo del Judgement, hasta que percibió una conmoción en una tienda de conveniencia. Todo se debía a una chica vestida solo con una falda corta, una chaqueta abierta y una venda cubriendo sus pechos. Aunque Kuroko no sabía lo que ocurría, decidió que si ella estaba involucrada, debía ser algo serio. Así que consideró su deber como miembro del Judgement entrometerse. Por supuesto, esto únicamente se debía a que ella aún sentía que tenía cuentas por saldar con Musujime. Así que se transportó al frente de esta chica y pronunció su característico "Este es el Judgement". La otra chica solo mostró una sonrisa torcida, y entonces Kuroko advirtió como un contenedor de basura había sido colocado encima de ella. Por supuesto, evitarlo no fue un problema. Pero cuando se dio cuenta, Musujime ya se había escapado por uno de los callejones laterales.
Naturalmente, Kuroko fue tras ella. Aún así, no podía dejar de sentir que algo no estaba bien. No parecía el estilo de Musujime armar un alboroto de esa manera. Aunque quisiera robar algo de la tienda, cosa que tampoco tendría sentido, nadie se daría cuenta. Después de todo, ni siquiera tenía que tocar lo que quería transportar, como Kuroko. Sin embargo, no podía dejarla escapar. Nada en lo que estuviera metida podría ser bueno. Así que continúo siguiéndola por el callejón, hasta que se transportó fuera de su vista. Después de mirar a los lados, Kuroko advirtió un edificio de aspecto descuidado que parecía estar abandonado. Pero aunque sus entradas estaban tapadas, provenía un ruido del tercer piso. Sin pensarlo dos veces, Kuroko se transportó hasta el origen del ruido.
La habitación en la que se encontraba parecía haber pertenecido a un restaurante, al igual que en el anterior encuentro entre estas dos chicas. Musujime la estaba esperando sentada en una mesa.
-Así que decidiste perseguirme hasta aquí. Realmente eres idiota.- Dijo Musujime mientras se levantaba y caminaba hacia ella.
-¿Qué se supone que pretendes? ¿Tu intención era atraerme aquí desde un principio?
-Exactamente. Hay algo que da vueltas en mi cabeza desde nuestro último encuentro.- Musujime la miró a los ojos. Su mirada tenía un brillo extraño.- ¡Pelea conmigo, Shirai Kuroko!
Sin dar tiempo a una respuesta, envió un grupo de mesas directamente sobre la cabeza de su oponente. Kuroko reaccionó rápidamente transportándose atrás de Musujime dirijiendo una patada voladora a su cabeza. Sin embargo, Musujime ya se esperaba esta reacción, por lo que interpuso otra mesa entre ellas y Kuroko terminó enredándose. Aún así, algo realmente iba mal. Musujime era una Esper poderosa que podía enviar objetos filosos directo dentro de su cuerpo para incapacitarla. No tenía sentido lo que estaba haciendo. Pero que no estuviera yendo en serio, no era motivo para que Shirai no lo hiciera. Así que cuando Musujime intentó de nuevo golpearla con una mesa, Kuroko uso su poder para transportarla y bloquear la vista de Musujime. Entonces aprovechó para caer directamente encima de ella con un ataque sorpresivo. Esta vez logró conectar un golpe directo, y Musujime perdió el equilibrio. Kuroko entonces la clavó al suelo con las agujas que solía usar. Por supuesto, esto era lo que Musujime quería que hiciera, y Kuroko cayó en su trampa.
-¿Ahora me explicarás que es lo que ocurre? ¿Me atrajiste hasta acá para que te capturara?
Ya con la guardia baja, Kuroko se acercó a Musujime, que aún no dio respuesta. Aprovechando su exceso de confianza, se deshizo de las agujas que la retenían y se incorporó. Por supuesto, Kuroko se esperaba algo así. Sin embargo, nada podía prepararla para lo que hizo Musujime. En vez de ejecutar algún tipo de ataque, tomó sus manos y rozó sus labios levemente en un beso fugaz. La confusión se apoderó entonces de Kuroko, anulando totalmente su capacidad de cálculo, impidiendo que se tele transportara lejos de Musujime. Estaba a su merced. Fue rápidamente derribada, e inmovilizada por sus propias agujas. Entonces Musujime se abalanzó encima de ella, sujetando sus manos. Para sorpresa de la confundida Shirai Kuroko, la chica que se supone que debía ser su enemiga la besó dulcemente en su frente. Ése contacto que ella tanto había deseado de la otra chica que era su compañera de dormitorio, le estaba siendo proporcionado por alguien totalmente diferente. Finalmente habló Musujime Awaki.
-¿Ahora entiendes lo que ocurre?- Su tono de voz se oía de alguna forma diferente. Aunque tenía cierta intención burlona en él, ya no se percibía hostilidad de ninguna manera. Miró con verdadera adoración a los ojos de Kuroko y sonrió. Ella reconoció ésa mirada, pues era la misma que le dedicaba a Misaka Mikoto. Su rostro enrojeció y esquivó su mirada.
-¿Q-qué estás haciendo? T-te mataré definitivamente.
Sin embargo, Kuroko no podía mostrarse hostil. No podía defenderse… Porque se había visto a si misma reflejada en los ojos de Musujime Awaki.
-No te confíes. Esto no significa que me vaya a dejar atrapar por ti después.
Después de esta declaración, Musujime volvió a besar suavemente los labios de Kuroko. La forma en la que lo hacía parecía casi como si pidiera permiso. Se miraron fijamente en completo silencio, hasta que una lágrima corrió por la mejilla de Kuroko, confundida y presionada. Entonces Musujime limpió su lágrima, y le susurró al oído.
-Solté tu mano. Es todo lo que necesitabas para liberarte.
Sin embargo, Kuroko no lo hizo. Siguió mirando el rostro de la persona que menos hubiera esperado ver en esa situación. Se dio cuenta que aunque su expresión llevaba la marca de alguien que había tenido que soportar la oscuridad, era muy hermosa. Observó sus ojos, llenos de admiración. Observó su pelo que caía por su espalda. Observó su abdomen desnudo que evidenciaba el buen cuerpo que poseía. Normalmente Kuroko hubiera sentido envidia, pero ésta vez un sentimiento completamente diferente se impuso. Palabras temblorosas brotaron de sus labios.
-¿P-por qué?
-No me preguntes, lo entiendo menos que tú. Decide lo que harás.
Entonces Kuroko tomó una decisión. Levantó su mano, pero no la usó para liberarse. La usó para atraer a Musujime Awaki hacia sí y besar sus labios como ella misma había hecho antes. Eso fue suficiente para ella. Fue como si hubieran abierto la jaula de una leona. Musujime la besó de nuevo, pero esta vez prolongadamente, y Kuroko se aferró a su espalda desnuda mientras un torrente de culpabilidad por sus sentimientos traicionados recorría su cuerpo. Musujime continúo besándola intensamente, hasta que separó sus labios y volvió a mirarla. Esta vez, Kuroko percibió algo distinto a la adoración que había visto antes. Percibió el deseo en sus ojos. Se dio cuenta que Musujime no pararía ahí. Pero después de todo, ella tampoco quería que parara.
Volvieron a besarse, y luego Musujime prosiguió besando su mejilla, bajando por su cuello y llegando hasta su cuello. Apareció una expresión divertida en su rostro, y entonces la parte superior del uniforme de Kuroko desapareció, revelando un sostén negro de encaje.
-D-detente… Musujime… -Susurró con un hilo de voz, aún consumida por la culpa.
-Vaya ¿No eres muy joven como para usar algo así?- Evidentemente, esto era un cinismo descarado si se tenía en cuenta lo que ella misma le estaba haciendo. Acarició delicadamente el rostro confundido de Shirai.
Musujime la besó nuevamente mientras deslizaba su mano acariciando su torso desnudo, a lo que ella respondió agitándose incómoda. Se dio cuenta de que su sujetador había desaparecido también. Dejó salir un tenue gemido cuando la mano juguetona de Musujime alcanzó su pequeño seno, y lo acarició nerviosamente. Cuando ya parecía que Kuroko había cedido totalmente, la culpa le hizo apartar bruscamente a Musujime.
-No puedo.-Dijo ante la expresión interrogante de Musujime mientras intentaba incorporarse.- Yo… Ya tengo a alguien.
-No tienes a alguien… Ella te ve solo como una compañera menor. Ella no te ve como yo te veo.
-Lo sé pero…- Musujime acarició su mejilla.
-¿Acaso no me crees?- Sus ojos se humedecieron.- La verdad fue una estupidez hacer esto… Fui tu enemiga después de todo, no debí pensar que tenderte una emboscada aquí funcionaría…
Musujime se enjugó los ojos y se levantó dispuesta a irse. Entonces Kuroko se incorporó rápidamente y tomó su hombro, decidida. Antes cedió porque se había identificado con el sentimiento en sus ojos. Pero ahora había visto algo totalmente diferente. Había visto dolor. Le había hecho daño al rechazar de esa forma sus sentimientos. Al pensar en retrospectiva, ella nunca se había sentido así con Misaka. Todo el tiempo era como si todo fuera un juego, en el que ella la molestaba y ella respondía con una lanza de rayos. Pero esto era diferente. A pesar de la forma forzada en la que la había buscado, podía percibir algo más puro en las intenciones de Musujime.
Por supuesto, ella no tenía forma de saber la verdad. No podía saber que Musujime había sido su observadora silenciosa durante sus misiones en el Judgement. Incluso, había alterado las cosas con su Move Point para hacer la situación favorable hacia Kuroko. Pero ella nunca creyó tener una oportunidad real, después de todo, alguna vez incluso la había dejado gravemente herida. Por eso planeó una situación tan ridícula para confesar sus sentimientos. Por eso se giró sorprendida al darse cuenta que Kuroko la había detenido.
-No te vayas.- Shirai esbozó una sonrisa, y secó las lágrimas que caían por las mejillas de Musujime.- Como miembro del Judgement, no puedo dejarte ir.
Entonces se abalanzó hacia la sorprendida Musujime, haciéndola caer fácilmente. Se sonrojó al ver que los roles se habían invertido. Pero entonces, finalmente se sintió feliz. Miró el rostro de la chica que antes había odiado, pero ahora anhelaba tener a su lado más que a nadie.
-No me pienso dejar atrapar ¿Sabes?
Musujime usó la fuerza de su cuerpo para empujar a Kuroko y girarse para volver a ponerse en posición dominante. Le dedicó una sonrisa burlona, pero entonces Kuroko la abrazó. Extendió sus brazos y la atrajo hacia ella. Musujime cedió al abrazo, y se acercó a su oído, susurrando algo ininteligible. Antes de que Kuroko pudiera interrogarla al respecto, selló sus labios con un beso y se retiró bruscamente.
Inesperadamente, el sujetador y el uniforme de Kuroko volvieron a aparecer sobre su piel.
-¿Musujime…?- Kuroko la miró confundida.
-Esto… Debemos vernos en algún momento luego. Y creo que podrías estar en problemas.
Musujime desapareció, y justo en el lugar en el que estaba pasó una peligrosa lanza de rayos que terminó destruyendo la pared del fondo. Claro, no es como si nadie se preocupara por Shirai Kuroko. Después de todo, al ver que no había aparecido en la noche y no contestaba su teléfono. Alguien tenía que haberla ido a buscar.
Kuroko ni siquiera se atrevió a observar la expresión de la chica que estaba en la puerta. Solo desapareció de la escena y huyó lo más rápido posible.
Es irónico que generalmente la que huía de ella fuera la chica que había arrojado la lanza de rayos.