Titulo: Un regalo para mamá
Parejas: SeverusxHarry y lo demás vendrá después XD
Disclaimer: Si Harry Potter fuera mio.. creo q habria traumado a por lo menos la mitad del mundo con el final que le hubiese puesto
Asi que yo que ustedes agradeceria por eso :3
-¡Asqueroso bastardo!- un rayo de luz roja salió disparado de la punta de su varita de forma violenta. Harry no le prestó atención, estaba decidido a liberar sus frustración con cualquier cosa que se le pusiera enfrente, y en este caso las víctimas resultaron ser sus propias almohadas- ¡No es más que un desgraciado egocéntrico!- volvió a gritar completamente furibundo mientras le hacía un enorme tajo a una de sus almohadas, ni siquiera se molestó en despejar el aire de la enorme cortina de plumas que ahora lo invadían.
-Simplemente lo odio- gruñó dándole una patada a la funda vacía más cercana para mostrar su inconformidad con mayor ahínco. La plática que había sostenido con el hombre no había sido nada agradable, y de nada le había servido portarse correctamente con su madre en todo momento.
A veces creía que el hombre simplemente había nacido bastardo y así iba a quedarse, aunque después de conocer a Eileen su teoría parecía perder gran parte de su fuerza. ¿Cómo una mujer tan tierna y despistada podía traer al mundo a semejante hijo de…? Interrumpió su línea de pensamiento prometiéndose averiguarlo después, aunque estaba considerando seriamente la idea de impedir que Luna tuviese hijos.
-¿Es todo lo que tienes que decirme?- preguntó molesto a nadie en particular, la odiosa cara de Severus Snape sonriendo condescendientemente bailoteó frente a sus ojos- ¿Que, en nombre de Merlín, es esa tontería de 'Mantente alejado de mi madre Potter'?- el tono chillón que empleó definitivamente lo desacreditaba como una buena imitación del pocionista, pero no le importaba.
Oh, definitivamente no le importaba.
NO. LE. IMPORTABA.
Se recordó por millonésima vez desde que regresara.
La comida con Eileen había sido agradable, la mujer era realmente divertida cuando no estaba tratando de meterlo en la cama de su hijo y también ayudaba mucho al ambiente ligeramente tenso que se había creado entre ambos hombres. Lo único que había entorpecido la plática eran los constantes reclamos que la bruja le hacía a Snape por el hecho de haber sacado su copia del profeta e ignorarlos olímpicamente.
Harry había pensado que su actitud había sido correcta, en ningún momento había demostrado alguna falta de respeto hacia el peculiar par e incluso se había mordido la lengua en varias ocasiones cuando no creyó oportuno indicarle a Eileen que discernía con ella en algunos puntos, como en política actual o algunos datos de los matrimonios, francamente, la mujer parecía sacada de alguna década anterior o algo parecido.
Pero noooo, eso no había sido suficiente para su real alteza (aquí hizo una mueca recordando el apellido materno de su ex profesor) el gran Severus Snape, al parecer había considerado que Harry no era lo suficientemente digno o educado o refinado o lo que sea que se le pudiese ocurrir a ese bastardo Slytherin. Al final de la comida le había pedido a su madre que se adelantara un poco porque necesitaba hablar con él y Eileen había accedido emocionada, obviamente creyendo que había logrado algún avance en la relación que existía entre ambos, y sin demasiadas protestas se había despedido con un beso en la mejilla del que ella consideraba su futuro yerno.
¿Cuál había sido la gran cosa? ¿Que había hecho que Harry pulverizara su juego de sabanas preferido y que masacrara sus preciadas almohadas?
Simple.
Severus Snape le había ordenado, no pedido o sugerido, no, le había ORDENADO (por no decir exigido) que se mantuviera lo más lejos posible de su madre si no quería ser hechizado de tal forma que su parecido con Ojo Loco Moody no pasaría desapercibido.
¿La respuesta de Harry?
Bien, suponía que un puñetazo en la mejilla derecha no contaba como respuesta, pero él podía fingir que si lo había sido…
Ok, quizás había sido demasiado y tal vez, solo tal vez, el efecto dramático se habría conservado mejor si no hubiese salido huyendo…er… mejor dicho, si no se hubiese retirado tan rápidamente del lugar.
¡Pero es que ese hombre simplemente lograba sacarlo de quicio!
No era más que un hombre amargado que no podía soportarlo solo por el parecido con su padre ¿De verdad eso era su culpa? ¿Por qué no se quejaba con la genética si tenía tantas ganas de reclamar imposibles?
-¡Eileen está loca si piensa que algún día permitiré que ese amargado me toque!- gritó a todo pulmón, desgarrando con las manos la última almohada entera que le quedaba, su respiración estaba agitada y decidió parar un momento para tomar un vaso de agua. La garganta le ardía y no solamente por haber estado gritando durante las últimas dos horas, de alguna forma quería culpar a Snape, seguramente la bilis que había tenido que tragarse de sus múltiples corajes también era responsable del ardor y como cada coraje que hacia estaba relacionado a ese hombre entonces si era su culpa.
¡Merlín, sería capaz de culparlo por la leche caducada si se diese la oportunidad!
-¿Puedo preguntar el motivo por el cual tu casa luce exactamente como el interior de un gallinero?- Harry alzó la vista y sintió que por fin podía sonreír un poco, su amiga Hermione seguramente le subiría el ánimo, siempre lo hacía.
-No es nada- realizó un gesto con la mano restándole importancia- solo digamos que hoy no ha sido mi mejor día- confesó con una mueca.
-Bien, puede que yo pueda alegrártelo un poco- dijo la chica con una pequeña sonrisa que intentaba en vano esconder su emoción- Adivina quien se ganó un par de entradas para esa película que tanto deseabas ver- le preguntó la chica agitando un par de entradas frente a su amigo.
-¿Hermione, es enserio?-preguntó completamente ilusionado, la idea de al fin poder ver esa película lo entusiasmaba, siempre que intentaba verla las entradas estaban agotadas. Sin embargo hubo algo que nubló su alegría-¿Volvieron a pelear?- el tono serio de su voz no sorprendió a Hermione que se encogió de hombros y desvió la mirada ligeramente incomoda.
-Nos estamos dando un tiempo- admitió al fin, no sería justo mentirle a Harry.
-Lo lamento- susurró el chico sin saber qué hacer, se sintió algo culpable por haber hecho tanto escándalo por otro desplante de Snape cuando sus mejores amigos probablemente lo necesitaban más que a nadie en estos momentos.
Hermione suspiró apartando un rizo castaño de su cara- La verdad, hemos considerado la idea de terminar, lo nuestro no está funcionando- dirigió sus ojos chocolates nuevamente al ojiverde- No queremos que esta relación arruine la amistad que teníamos- Harry le devolvió la triste sonrisa, él tampoco quería que eso pasara.
-Bien, así que supongo que por hoy disfrutare de los beneficios de tener una amiga soltera y con boletos de cine para mis películas favoritas- intentó bromear para quitar la tensión del aire, sintiéndose mejor cuando Hermione le sonrió de vuelta.
-Para que sepas, no te saldrá gratis, deberás pagar las palomitas- sentenció la chica alegremente mientras ambos salían del lugar.
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Las risitas alegres se dejaron escuchar por las paredes de la casa del salvador del mundo mágico cuando ambos jóvenes regresaron de ver la película, seguían intercambiando opiniones sobre los actores y los diálogos, cosa sumamente entretenida para ambos.
-¡Te lo juro Hermione, jamás me imagine que el fuera el villano!- Declaró Harry con la sorpresa aun inundando su voz
-Pues yo empecé a sospechar desde la tercera escena en la que dejo escapar un comentario comprometedor- refutó la chica, Harry se sentía más alegre ahora que comprobaba que su amiga se encontraba mejor de lo que había temido en un principio.
-Bien, te invito a cenar, eso si no te molesta la pasta de fideos recalentada acompañada de una rebanada del pastel de carne que quedo el otro día—ofreció sintiéndose un poco avergonzado, pero la verdad era que casi siempre terminaba comiendo lo mismo durante una semana, al ser el único que comía lo que sea que preparase y al estar acostumbrado a prepararlo en grandes cantidades, pues no tenía mucha opción. Esa era otra de las razones por las que agradecía poder regresar a Hogwarts, no más cocinar, al menos durante el año escolar.
Hermione asintió con un gesto en su cara que indicaba lo exasperantemente divertida que encontraba la situación, Harry le ofreció una sonrisa de disculpa solo para que la misma se borrara al momento en el que entraron a la sala.
¡Esto no podía estar pasando!
-Harry, cariño, me preguntaba a qué hora llegarías- frente a él se encontraba la misma mujer que había vuelto de revés su mañana, aquella que le había sugerido la más disparatada de las ideas y con la cual tenía prohibido hablar, aparentemente.
-¿Cómo entró a mi casa?- balbuceó, Hermione veía a la mujer bastante sorprendida, sí era por el hecho de no esperar compañía o porque la reconociera, no estaba seguro.
-Oh, fue bastante sencillo- afirmó Eileen mientras se levantaba del sillón- Simplemente le pedí la clave de tu red Flu a un buen amigo… pero dime Harry, no me vas a presentar a tu… ¿Hermanita?- completó mirando de forma evaluativa a Hermione. Harry casi se suelta a reír ahí mismo, la mujer volvía a mostrarle estar más que perdida en cuanto a las noticias o su entorno, cualquier persona normal sabría que Harry Potter era hijo único.
-Algo así- respondió encogiéndose de hombros y optando por ignorar el hecho de que la mujer había logrado colarse al interior de su residencia- Ella es mi mejor amiga, Hermione Granger… Hermione, ella es Eileen Snape la...- Harry no pudo terminar su oración pues la bruja había tomado el control de su presentación con un tono ligeramente menos alegre.
-Mucho gusto querida, preferiría que me conocieras como Eileen Prince si no te molesta- comentó regalándole una sonrisa a la castaña que aceptó su mano para estrecharla- Soy la futura suegra de Harry.
Las pupilas de Hermione se ensancharon en esa parte, ciertamente eso le daba su respuesta a Harry, Hermione si había reconocido a la mujer y la noticia de que fuera a casarse con Snape de todas las personas la perturbaba tanto como a él.
-¡No es verdad!- chilló tratando de defenderse, aunque poco pudo hacer con el rubor que inundó sus mejillas.
-Te aseguro que si- reprochó la bruja mirándolo con un aire severo- Mi nombre es y siempre ha sido Eileen Prince, no pretendas emparentarme con… ese hombre… tan…- en este punto realizó una mueca que delataba un rencor que aún la lastimaba por dentro. No continuó su oración y después de soltar un suspiro volvió a atacar a Harry con una de sus entusiastas sonrisas- En fin, Harry, encanto, vine aquí para arreglar los planes de la boda- aseguró extrayendo de su bolso un largo pergamino con algunos rayones de dos colores distintos, Harry creyó reconocer una de las letras pero su cerebro estaba tan aturdido que no podía ubicarlas.
No era solo que Eileen hubiese logrado entrar en su casa o que estuviera instalada en ella como si siempre le hubiese pertenecido. No, lo que más lo aturdía y consternaba era el hecho de que esta mujer ya estuviese planificando una boda que jamás había sido acordada, una boda que ella había sugerido ¡Hace menos de doce horas!
-¿Harry?- llamó Hermione cuando se cansó de ver a su amigo mirar a la Señora Prince con la boca abierta y un enorme gesto de incredulidad- ¿Podrías explicarme esto?- preguntó con cautela.
-Necesito té- gimió el chico mientras tapaba sus ojos con la palma de su mano- esto será largo- aclaró con un gruñido.
-Tomate tu tiempo, mi dulce angelito- desestimó Eileen, provocando un enorme sonrojo en las mejillas de Harry y una risa ahogada de parte de Hermione, esa clase de apodos eran en extremo bochornosos.
-¿Prefieren que les traiga algo de cenar?- preguntó dándose por vencido, quizás Hermione lo ayudaría a entender a esta mujer.
-Oh, si quieren cenar no se detengan por mi culpa, yo cabo de hacerlo con mi pequeño príncipe en Hogwarts- aseguró con una sonrisita picara que hizo que a Harry se le revolviese el estómago. Al parecer estaba sugiriendo que él en verdad se encontraba interesado en el pocionista.
-Entonces la dejo a cargo de Hermione- musitó dando media vuelta y negándose a reconocer que su cara podría ganar un concurso en una feria de tomates.
-Por supuesto, dulce angelito- se burló Hermione- en lo que tu preparas mi espagueti yo hablare con tu suegra sobre el diseño de las invitaciones- terminó y agregó una gran carcajada que provocó que Harry jurara desde el fondo de su pecho que se cobraría una gran venganza en contra de la castaña.
-Oh, al fin una opinión femenina- se emocionó Eileen- si supieras que hasta el momento solo he pensado en un marco sencillo en plata con fondo envejecido…- la conversación de las chicas poco a poco se fue apagando mientras Harry se adentraba en su cocina.
Su vida no podía ser más rara, tan solo había pasado poco más de un año desde que derrotase a Voldemort y un par de meses desde que el ultimo mortifago prófugo hubiese sido arrestado. Él había pensado que este era su momento de empezar a vivir de forma tranquila, incluso podría volver a Hogwarts, su hogar, bajo el puesto de reemplazo de Poopy a partir del próximo diciembre.
Dicha oportunidad se dio debido a que la Medimaga consideraba que mudarse a Francia con la familia de su hermana(quien al parecer iba a tener trillizos) y donde actualmente residía su anciano Padre, era lo mejor, así como el aceptar el puesto que Beauxbatons le ofrecía. Pero no, siempre tenía que haber una pega en cualquier cosa buena que le pasara a Harry-maldito-Potter, y en esta ocasión parecía ser demasiado para que incluso su cordura, acostumbrada a los más grandes absurdos, pudiese soportarlo.
El sonido de unas escandalosas risas conspiradoras lo hizo estremecer, Hermione podía ser realmente cruel y efectiva cuando se lo proponía. Trató de pensar en algo que podría haber hecho que Hermione aprovechara el asunto para tomarse la revancha, pero no lo encontró, tal vez su amiga solo estaba buscando una distracción para superar lo que le pasaba con Ron.
Realmente no quería volver a la sala, pero ante todo estaba su actitud Gryffindor que lo empujaba a portarse correcto y caballeroso, tal vez debería encontrar alguna forma de ahogarla para que su herido orgullo pudiese mantenerse en pie. Soltó un suspiro sufrido y caminó hasta las mujeres que escribían en otro pergamino, se había tomado la libertad de traerle algunas galletas a Eileen, solo esperaba que no fuese alérgica a la nuez o algo.
-Sí, si… justo de esa manera querida- La mirada alegre y complacida en los ojos de Eileen provoco que su enojo y angustia se desvanecieran, la mujer parecía una niña pequeña y de alguna forma despertaba un profundo sentimiento de protección en su interior- Me imagino a Harry bajando de un carruaje tirado por hipogrifos y pasando bajo ese arco de flores con una túnica de gala color Champagne- afirmó mientras pintaba otro trazo en el pergamino, el rubor volvió nuevamente a inundarlo ¡Hipogrifos? ¿Arco de flores? ¡Que acaso lo confundía con una chica?
-Mmmm creo que sería mejor si ambos entran al mismo tiempo- refutó Hermione para horror de Harry- Y me gustaría un color más oscuro en su túnica, así su piel pálida y sus ojos resaltaran más... Especialmente si le recortamos un poco el flequillo- realizó otro trazo y Eileen soltó un chillido extasiado.
-¡Se verá como un verdadero Ángel, mi pequeño Príncipe no podrá ni creérselo!- aseguró arrullando el pergamino contra su pecho.
-Ese es mi objetivo- respondió Hermione satisfecha.
-Traje el té- declaró Harry para hacerse notar. Procuró mantener su enojo fuera de su tono, más no estaba seguro de haberlo conseguido.
Aunque a juzgar por el brillo en la mirada de Eileen, quizás si que lo había logrado.
-¡Oh, pero mira la hora!- reclamó Eileen bastante sorprendida- Lo siento, querido, otro día me tomaré un momento para charlar contigo. Es necesario que me retire ahora mismo- afirmó la bruja mientras se levantaba y se despedía de Harry con un sonoro beso en su mejilla- cuídate, me pondré en contacto contigo mañana mismo- y dándole un suave gesto de despedida a Hermione salió por la red flu sin que ninguno de los dos escuchase cual había sido su destino.
-Una mujer encantadora tu futura suegra- comentó Hermione a la ligera mientras sorbía un poco de su té y hacía una mueca ante la temperatura.
-¿Estás loca? ¿Por qué le seguiste el juego?- exigió realmente molesto, sabía que Hermione no tenía la culpa pero ella solita se había ofrecido como chivo expiatorio cuando se había puesto en plan dama de honor con Eileen.
-Estaba tratando de conseguir información- reprochó la castaña.
-¿Y qué es lo que tienes?- preguntó Harry sintiéndose inmensamente aliviado de que Hermione no estuviese planeando su asesinato a manos de Snape.
-¿Y qué te hace creer que voy a decírtelo?- preguntó curiosa mientras le lanzaba la más inocente de sus miradas.
-¿Nuestra imperecedera amistad?- respondió con suerte.
-Cerca- replicó Hermione con una sonrisa- Bien, de lo que pude hablar con ella… he notado que sus conocimientos del mundo en general la hicieran ver como si viniera de otra época- Harry bufó ante esto, eso ya lo había deducido.
- O como si hubiese tenido muy poca, si no es que ninguna, comunicación con el mundo exterior- razonó la chica sorprendiéndolo- También pareciera ser que le incomoda en extremo, y también la enoja hasta cierto punto, el solo hecho de que le menciones a Tobías Snape o a sus padres… aún no sé qué hacer con estos datos- afirmó pensativa.
-Pues yo de momento solo quiero cenar y olvidarme de que Eileen alguna vez estuvo aquí- refunfuñó mientras se arremolinaba en su lugar.
-Ya estas empezando a sonar como Ronald- masculló Hermione procediendo a tomar su plato.
Definitivamente Eileen Prince aka Snape representaba un misterio y si había alguien capaz de desentrañar los misterios y secretos mejor guardados del mundo mágico, ese era Harry Potter.
N/A: Ok, estoy empezando a cansarme.. esta es como la quinta o sexta vez que intento subirlo T.T.. pero yo soy mas terca! asi q se sube por que si hmmm
Por cierto, muchas gracias por sus Reviews que contestare por PM, exepto los Guests esos seran aqui n.n
Ya ven q como es fic inscrito tengo q portarme como niña buena y obedecer a FF u.u
Bien, espero que el capitulo les haya gustado!
Y yo espero que esta cosa agarre por fin e.e