Disclaimer: To aru Majutsu no Index/To aru Kagaku no Railgun (Raildex) no me pertenecen, son propiedad de Kazuma Kamachi (diseños por Kiyotaka Haimura/Fukuyawa Motoi).
Re-viendo(?) el Arco de las Sisters de Railgun, se me ocurrió esta pequeña idea. Para mí, una de las Sisters más importantes es 9982, ya que sin ella no hubiese comenzado nada (el interés de Misaka por ellas, la necesidad de Touma por salvarlas, la recapacitación de Accelerator...). En fin, quise hacer una pequeña historia sobre ella. Espero y les guste.
9982
— Adiós, onee-sama.
No entendía cómo es que aquellas palabras le molestaban tanto.
Ella era sólo un clon; un cuerpo prestado, un corazón falso. Con sólo oprimir un botón se podía generar otra Sister. Su existencia se limitaba al costo de 180,000 yenes.
Entonces, ¿por qué sentía esa horrible opresión en el pecho? No se encontraba un registro igual dentro de la Red Misaka, e incluso otras Sisters estaban igual de confundidas que ella. Y es que simplemente, para una entidad sin emociones, ese tipo de "dolor" era todo un nuevo mundo sin descubrir.
Sus dedos acariciaron suavemente el pin que tenía prendido a su chaleco (un chaleco perteneciente a un uniforme de una escuela a la que no asistía. Mera fachada), y el frío tacto de este le hizo sentir toda una marea de sensaciones que la dejaron confundida.
Pasos. El sonido de los pasos, viniendo de la oscuridad del callejón, fue lo que llamó su atención.
La sonrisa de ese chico hizo que por un momento se olvidara de todo lo demás.
— Faltan veinte minutos para que el experimento 9982 comience, dice Misaka, revisando la hora actual — anunció.
Y el albino simplemente sonrió.
El dolor era, sin duda alguna, lo que más se encontraba presente dentro de la Red Misaka.
Pero vivirlo en carne y hueso era una cuestión diferente.
La sangre salía libremente de su pierna mutilada, y las lágrimas de dolor se agolparon en sus ojos. Pero no lloraría. No podía hacerlo, porque, aunque le (¿asustara?) inquietara, ese era su destino. Era casi imposible que las 20,000 clones sobrevivieran al experimento, y además, el fin era lograr que Accelerator ascendiera al Nivel 6.
Lo único que la mantenía con vida, lo único que le impedía hacer que se rindiera, era ese pin. Tal vez fuese la cosa más infantil del mundo, y tal vez, incluso, el objeto más barato y tonto, pero…
Onee-sama me lo regaló.
No podía simplemente deshacerse de él.
Es el primer regalo que le da a "MISAKA".
Sus manos se quejaban cuando ella se aferraba con desesperación a la grava. Sus uñas se desprendieron de su piel, pequeños cortes comenzaron a sangrar, y el dolor de su pierna, ese agobiante dolor. Los pasos se acercaban a ella, pero trataba de ignorarlos, lo único que quería… lo único que deseaba era poder recuperar el regalo de onee-sama.
Finalmente consiguió llegar hasta donde el círculo de metal había caído, y una sonrisa de alivio surcó sus labios al ver que estaba bien. Era un simple raspón, pero la imagen de aquella curiosa rana no había desaparecido.
Las emociones volvieron a agolparse en su pecho. ¿Eso era lo que se sentía ser feliz? Aún pese a la oscuridad que se cernía sobre ella, aún pese al dolor, aún pese a su fatídico destino. Pegó el pin de Gekota contra su pecho, y en ese instante, no tuvo miedo a la muerte.
Le hubiese gustado decirle a la número 1 que morir no era tan malo. No después de aquel rato agradable con su onee-sama. Si las 9981 Sisters que murieron antes que ella la hubiesen conocido, no habrían estado tan asustadas en esos instantes.
Hubieran podido sonreír como ella, aun cuando ese vagón de tren la aplastó como si se tratara de una simple cucaracha.
Adiós… onee-sama…