Hola queridos y apreciados lectores (SAINT SEIYA NO ME PERTENECE), aquí estoy con otra historia que los dejara con el ojo cuadrado , cuando vean quienes son los "buenos" de la historia, les advierto que en este fic. No todas las actitudes de los personajes son tal cual como las conocemos, decidí enfocarme en el lado más amable, si, lo tienen muy, pero muy bien escondido, pero en fin es mi cuento y se aguanta n.n sean bienvenidos a leer:
EL NIÑO DE CRISTAL
En la puerta de su oficina lo decía claramente, Dr. Minos Graif. Como todos los días había llegado puntual al trabajo, bueno puntual según su reloj de pulsera. Al igual que siempre, el joven médico entro saludando cordialmente al personal del hospital y es que si algo tenia Minos era buenos modales, era reservado, pero no había ni una sola persona en el Medical Cosmos que no lo conociera.
-Buenos días Violate ¿Qué tenemos para hoy?
La enfermera y asistente de Minos cerró el cajón del archivero.
-¿Tarde otra vez? La chica del 201 ya fue dada de alta, tenías razón, no era una infección, se trataba de una simple alergia.
-Se los dije, las manchas en su piel no podían ser por una infección por que ni siquiera presentaba el cuadro típico y eso que dermatología no es mi área-dijo como si fuera lo más simple del mundo-Y por cierto-comento dejando su maletín sobre el escritorio y tomando lugar sobre su sillón-No es que llegue tarde, es que tú te empeñas en llegar más temprano que yo tan solo para no tener que pagar el almuerzo. ¿Cuándo te dignaras a pagar el especial en cafetería?
-Cuando no llegues dos minutos tarde, por favor ya arregla ese reloj- ella le guiñó un ojo y se dispuso a salir.
-O cuando Aiacos te invite a salir-le devolvió el guiñó divertido.
-Adiós-espeto molesta y se marchó.
Minos se sonrió, le encantaba hacer enojar a Violate, estaba más que enterado de lo mucho que a la chica le atraía el neurocirujano quien aparte de todo era su mejor amigo. Se dio un momento para sí, uno en el que se tomó el tiempo de escudriñar los diplomas, los certificados y doctorados en las blancas paredes de su oficina, sin duda tenía una carrera admirable, cualquiera diría que Minos Graif. Era el mejor cirujano pediátrico de la región; y todo eso se lo debía a un hombre, todo su éxito académico y profesional se lo debía a una sola persona.
-Vermeer…-podía recordarlo perfectamente.
F/B
Medical Cosmos
Minos estaba sentado, leyendo tranquilamente un libro de medicina y repasando sus apuntes, los exámenes se le venían encima, tan solo le faltaba un año para terminar la carrera, estaba tan tranquilo cuando de pronto el ruido de una sirena lo aparto súbitamente del libro. Se asomó al pasillo y vio entrar a los paramédicos a toda prisa empujando una camilla, las enfermeras y enfermeros no tardaron en aparecer y prestar su apoyo.
-Cuadro médico!
-Accidente de auto, tiene una fuerte contusión en la cabeza, posible hemorragia interna.
-Llamen al Dr. Vermeer!
El joven tenía los ojos bien abiertos, incluso él que aún no podía llamarse médico, sabia, por el aspecto del menor que las posibilidades de salvarle eran casi nulas.
-No aguantará la operación.
-¿Quién dice eso?-escucho decir detrás de si.
-Dr. Hades!
-Profesor Hades para ti joven Minos. Puede que no estemos en la facultad, pero sigo siendo tu maestro; ahora dime ¿Qué te hace pensar que el chico no saldrá del quirófano? El Dr. Vermeer es de los mejores cirujanos pediátricos que conozco.
-¿Qué? También es?..
-Así es, podrías aprender mucho de él.
-Pero, de verdad cree que sobreviva? Sería un verdadero milagro si lo hace.
-¿Qué pasa muchacho? ¿No crees en los milagros?-el aludido no dijo nada-Escucha, el que sea un hombre de ciencia no quiere decir que no sea un hombre de fe. Yo mismo he visto a Vermeer hacer cosas que pocos doctores se atreverían a hacer, no dudo que el chico saldrá caminando de este hospital.
Minos no pego el ojo en toda la noche después de oír las palabras del rector, a pesar de todo no podía pensar en las estadísticas. Al día siguiente, en cuanto salió de la facultad se fue directo al hospital y con ayuda de su pase de interno le fue fácil entrar al área de recuperación en donde pregunto por el niño de la noche anterior.
-Cuarto 309- le dijo la encargada en turno.
-Muchas gracias-y camino por el pasillo revisando los números de cada puerta hasta que-309-lo encontró.
Vio por el cristal, en la cama, conectado a un respirador, una sonda entre otras máquinas bien conocidas estaba un jovencito de no más de cuatro años de edad, de cabello castaño y piel morena.
-La operación duró cinco horas, su pulso es estable aunque hubo algunas complicaciones con su pulmón derecho, faltaron apenas dos cm. Para que una punta de metal lo perforara.
-Dr. Vermeer…
-¿Sorprendido, joven Minos?- pregunto el hombre sin dejar de ver por el cristal-Escuche por ahí un rumor que decía que no creías que mi paciente no sobreviviría, pero solo son rumores, no? Porque de nada nos sirve un médico sin fe-señaló volteando hacia el muchacho.
-Pero es que cuando lo vi…- dijo atónito el de cabellos plateados viendo como el pecho del infante subía y bajaba.
-Dime, chico ¿Qué quieres ser?
-Doctor, por supuesto-contesto él.
-Sí, pero ¿Qué clase de doctor? De los buenos, los negligentes o los que se limitan a decir que lo intentaron?
-Los buenos, como usted- afirmo Minos.
-Entonces he de suponer que conoces el juramento hipocrático al pie de la letra.
-¿Cuál prefiere? El clásico, el de la convención de Ginebra o la versión de Luis Lasagna?
-Conocedor-inquirió Vermeer-El clásico.
-JURO por Apolo, médico, por Asclepio, y por Higía y Panacea, y por todos los dioses y diosas del Olimpo, tomándolos por testigos, cumplir este juramento según mi capacidad y mi conciencia:
TENDRÉ al que me enseñó este arte en la misma estimación que a mis padres, compartiré mis bienes con él y, si lo necesitara, le ayudaré con mis bienes. Consideraré a sus hijos como si fueran mis hermanos y, si desean aprender el arte médico, se lo enseñaré sin exigirles nada en pago. A mis hijos, a los hijos de mi maestro y a los que se obligaran con el juramento que manda la ley de la Medicina, y a nadie más, les enseñaré los preceptos, las lecciones y la práctica.
APLICARÉ mis tratamientos para beneficio de los enfermos, según mi capacidad y buen juicio, y me abstendré de hacerles daño o injusticia. A nadie, aunque me lo pidiera, daré un veneno ni a nadie le sugeriré que lo tome. Del mismo modo, nunca proporcionaré a mujer alguna un pesario abortivo.
VIVIRÉ y ejerceré siempre mi arte en pureza y santidad. No practicaré la cirugía en los que sufren de cálculos, antes bien dejaré esa operación a los que se dedican a ella. Siempre que entrare en una casa, lo haré para bien del enfermo. Me abstendré de toda mala acción o injusticia y, en particular, de tener relaciones eróticas con mujeres o con hombres, ya sean libres o esclavos.
GUARDARÉ silencio sobre lo que, en mi consulta o fuera de ella, vea u oiga, que se refiera a la vida de los hombres y que no deba ser divulgado. Mantendré en secreto todo lo que pudiera ser vergonzoso si lo supiera la gente.
SI FUERA FIEL a este juramento y no lo violara, que se me conceda gozar de mi vida y de mi arte, y ser honrado para siempre entre los hombres. Si lo quebrantara y jurara en falso, que me suceda lo contrario.
-Perfecto. Pero ¿realmente sabes lo que quiere decir?-Minos abrió la boca para intentar decir algo, pero Vermeer se le adelanto-El deber de un doctor es hacer todo lo que este en sus manos para salvar la vida del paciente, sin importar lo que dicte la lógica o las estadísticas.
-También tiene esa filosofía?
-¿Cuál, fe?- el hombre cerro los ojos-No, hijo. Es más que eso, es el deseo de ayudar, aun si lo haces solo por compromiso, si quieres ser un doctor respetable tienes que sacarte esas ideas de que todo es "cien por ciento ciencia" de la cabeza y aprender a darlo todo antes que dar por muerto a tu paciente.
Fin F/B
Su recuerdo termino con esas últimas palabras de Vermeer.
-Aprender a darlo todo…-analizaba la frase minuciosamente cuando de pronto.
-Minos!-Violate abrió la puerta de golpe-A urgencias!
o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o
-Hg!-el pequeño temblada del dolor en la ambulancia-Me duele!
El chico sintió muy brusco el sacudir de la camilla cuando lo bajaron de la ambulancia, de repente el azul del cielo fue remplazado por un blanco techo y las deslumbrantes luces de un hospital.
-¿Qué paso?- un hombre de bata blanca y cabellos casi del mismo temple apareció de la nada a un lado de la camilla.
-Fractura de radio, no hay hemorragia-dijo Violate había llegado junto a Minos.
-ME DUELE!-Chillo el niño.
-Descuida muchacho, estarás bien-le dijo el hombre-¿Cómo te llamas?
-M…Milo-respondió con doloroso esfuerzo.
-Estarás bien, Milo. Deja todo en mis manos; te voy a poner una mascarilla de acuerdo?
Sin borrar el doloroso gesto de su rostro, el chico asintió, le acercaron un extraño artefacto de plástico, el cual dejo inconsciente, no sentía dolor, no sentía nada.
o.o.o.o.o.o
-Milo…Milo…-el nombrado fue abriendo sus ojos de a poco-Despertaste, hola.
-M?... hola?-respondió con la vista borrosa-¿Qué paso? ¿ya morí?
Soltó el chico con sus turquesas expectantes, lo que hizo que Minos sacara su atención de la tablilla y se riera-No, Milo, no moriste, pero cuéntame ¿Cómo te rompiste el brazo?
-Me caí de un árbol y mi brazo choco con una piedra- dijo cohibido el niño-Estaba jugando a la pelota con mi amigo Aioria.
-Déjame adivinar, futbol verdad?
-Sí, Aioria la pateo muy fuerte y se atoro en un árbol muy alto, Ya lo había trepado muchas veces, por eso pensé que podría bajarla.
-Pero supongo que nunca lo hiciste con las manos ocupadas-la mirada suspicaz del doctor hizo que Milo se encogiera de hombros.
-Minos-Violate irrumpió en la habitación- el informe-él asintió y ella se retiró.
-Minos?-repitió Milo-Creí que a todos los de bata blanca se les decía "doctor"-dijo ladeando la cabeza.
-"Doctor" es un título, pero todos tienen un nombre, yo en este caso soy el Dr. Minos Graif.-le tendió la mano a Milo quien la tomo gustoso haciendo uso de su brazo bueno.
Sala de espera del Medical Cosmos.
-Señorita Kido?
-Soy yo- se levantó la joven del vestido borgoña al ver llegar al doctor.
-Dr. Graif. Viene por el chiquillo del brazo?
-Sí, así es.
-El pequeño no tiene nada grave, pero deberá guardar reposo un par de semanas, a lo mucho un mes o dos antes de que se recupere totalmente.
-Si, bueno… vera, lo que me preocupa es- la peli-lila se veía apenada- este es un hospital privado y…
-No se preocupe por eso, el niño está asegurado según el expediente, los gastos corren por parte del hospital.
-Asegurado? Ha… que alivio, por un momento creí que tendría que pedir un préstamo al banco, esta institución no es de las más baratas. No es que en el orfanato no tengamos dinero, pero debemos cubrir muchos gastos.
-¿Orfanato?- Minos levanto una ceja.
-Soy la directora del orfanato de la fundación Galard recibimos a Milo hace apenas un mes, sus padres sufrieron un accidente de tren en Alemania.
-Perdone mi indiscreción-se disculpó el joven-Eso suena muy triste, sin embargo… Milo no se ve triste- se quedó pensativo un momento-Lo siento, no debería meterme en la vida de mis pacientes, si no le molesta firmar aquí- le extendió a la chica una tablilla con un documento y le dio un bolígrafo.
-¿Qué es esto?
-Tendremos a Milo en observación un par de días, necesitamos constatar que no sufrió lesiones ni daño cerebral, no queremos coágulos verdad?
-Tiene razón y sobre lo otro… lo comprendo; yo tampoco debería involucrarme mucho con los niños, pero al final somos personas, es inevitable-ella le regreso la papeleta.
10:30 am/ comedor
Después de terminar una buena parte de la jornada del día, Minos decidió que era hora de comer, aunque en lo personal él prefería estar con las personas que perdiendo el tiempo en el comedor, pero el descanso es el descanso.
-Trajiste tu billetera?-se burló Violate al verlo llegar con su almuerzo-Te recuerdo que te toca pagar.
-JA,JA que graciosa Vi-le vio aburrido y se sentó frente a ella.
-¿Qué es gracioso?- llego Aiacos con su almuerzo-¿Me puedo sentar?
Minos sonrió malicioso y le dedico una mirada traviesa a Violate, conocía a Minos, no pasaría nada…bueno.
-Claro, amigo ¿Por qué no te sientas con Violate? Te estuvo guardando ese espacio.
-En serio?- Aiacos miro a sus contertulios como no entendiendo-Bueno, gracias.
Aiacos tomo su lugar a lado de la enfermera que se sentía desmayar, era la primera vez que compartían un mismo espacio, normalmente lo trataba como a un médico cualquiera y cuando estaba con Minos solo saludaba y se marchaba.
-¿Cómo te fue con tu paciente nuevo?-pregunto Aiacos distraído mientras picoteaba su ensalada.
-Muy bien, el chico es huérfano, Violate se encargó de cuidarlo un rato, no es así Vi?-comento Minos, tratando de que la muchacha se acoplara a la plática.
-No hice mucho, solo lo entretuve un poco, es un niño simpático.
-Hasta se parece a ti Aiacos- se mofo Minos-Dice muchas ocurrencias.
-En serio? Creí que dirías que era guapo-se auto elogio el chico.
-Yo no puedo juzgar eso, pero apuesto a que Violate si puede.
-¿Yo?- la mujer soltó su tenedor, de haber tenido uno de metal en lugar de uno plástico seguro y le sacaba los ojos a Minos-No creo ser la indicada para jugar el aspecto de nadie, pero si no ofendo a nadie… este, el doctor Aiacos… es bien parecido-Trágame tierra! Trágame tierra!
-Violate tiene buen ojo, amigo-el travieso Minos entrelazo sus dedos y recargo su mentón viendo detenidamente a Violate, Aiacos que seguía comiendo no presto mucha atención-Algo más que quieras agregar? Por ejemplo… ¿Por qué siempre entras a la misma hora que él?...
Aiacos dejo de comer, casi se atraganta con su bocado, Minos estaba por adjuntar un comentario más o mejor dicho un motivo más para que Violate lo asesinara cuando una sirena y el alto parlante le tomaron por sorpresa.
"Dr. Graif a urgencias, se solicita su presencia inmediata en el quirófano."
Minos abandonó su asiento cual resorte dejando solos a sus dos compañeros y por cierto… más que incomodos.
QUIROFANO
-Cuadro- exigió Minos al entrar a la sala de operaciones con todo y tapa bocas puesto.
-Múltiples fracturas por todo el cuerpo, es un caso de…
-Osteogenesis imperfecta…- articulo boquiabierto, era la primera vez que veía algo así-Esto le corresponde a Radamanthis, él es el traumatólogo no yo ¿Por qué me llaman a mi?
-El Dr. Wyvern no está disponible, se encuentra operando en el cuarto piso, usted es el único cirujano pediátrico disponible además, según su expediente, está capacitado para esta clase de operación.
-Sonia… ha, bien, dame el bisturí…
Barias Horas Mas Tarde.
Ahí estaba otra vez, viendo a través del cristal a un infante tendido en una cama que debería ser para un adulto.
-Osteogenesis imperfecta- reflexiono Minos.
-El trastorno genético en el cual los huesos se fracturan con facilidad.
-Radamanthis.
-Algunas veces los huesos se fracturan sin motivo aparente-aclaro serio el rubio cruzado de brazos frente al vidrio como Minos- Hay cuatro tipos de O.I-dijo refiriéndose a la enfermedad con sus siglas oficiales-Los del tipo cuatro no llegan ni a los dos años ¿Cuántos años tiene el niño? Por lo que veo no más de siete u ocho.
-Tipo uno-le corto Minos-Se diría que es "afortunado"
-¿Cuántos huesos se rompió?
-El humero, el radio, el cúbito, la rótula y…
-Ya para, con eso es suficiente-le mando callar-Seguramente se cayó por las escaleras, intento meter las manos y ese fue el resultado.
-No estoy seguro, parece que está despertando, entremos-su colega asintió-¿Qué tal…m… Camus?- leyó la tablilla al pie de la cama.
-Si señor- contesto educadamente el chico de cabellos verdes- azulados y ojos azules.
-Yo soy el Dr. Wyvern y él es mi colega el Dr. Graif, él te asintió en la operación ¿puedes decirnos que paso?
-Caí por las escaleras-Radamanthis miro de soslayo a Minos con cara de "te lo dije"-Dígame la verdad doctor- a la criatura se le humedecieron los ojos-Me voy a morir?
-No, tu Osteogenesis es de tipo uno, con los cuidados y el tratamiento adecuado puedes llevar un ritmo de vida estable.
Había algo que caracterizaba al Dr. Wyvern era la manera tan directa e indiferente con la que decía las cosas, algo que Minos no podía hacer por más que lo intentara.
-Volveré a ver como sigues dentro de una hora, por lo mientras descansa.
Minos se quedó con el infante, acerco una silla a la cama y se sentó.
-Hola, Camus ¿Cómo te sientes? Yo soy Minos-le sonrió al peque que no puso como reaccionar con exactitud.
-Me siento cansado, tropecé mientras bajaba las escaleras del orfanato Bluegard esta mañana y me transfirieron al de la fundación Galard, supongo que no querían a un fenómeno ahí-emitió con pena.
-La fundación Galard?- rápidamente pensó en Milo-No digas eso chico, la Osteogenesis es una enfermedad no algo que te catalogue como un fenómeno.
-Pero no soy normal.
-Yo tampoco- Camus enarco una ceja-Mírame, aunque no lo creas yo tengo una muela de mas.
-Es a la que le dicen, la muela del juicio?- Camus entrecerró sus ojitos.
-Eres muy listo!- le dijo Minos- cuántos años tienes?
-Siete-dijo un tanto contento-Que curioso, justo hoy conocí a un niño de esa misma edad y que es del mismo internado.
-¿De verdad?- pregunto esperanzado.
-Si, apuesto a que si lo conoces se harán buenos amigos- la sonrisa de Camus se esfumo.
-No creo que quiera ser mi amigo, nadie nunca se junta conmigo.
-Yo estoy aquí ¿no?-Camus le vio agradecido-Te voy a dejar descansar, en un rato vendrá mi compañero el ogro-Camus se rio quedito- parece un tipo de pocos amigos, pero es amable y un muy buen médico.
-Gracias doc…
-Oye, dime Minos.
-Sip, Minos.
Un muy bello momento, hasta que…
-Minos!
-Hay mujer!- al chico casi se le sale el corazón de la impresión-Violate ¿Cuándo vas a aprender a tocar la puerta?
-Hui perdón- fingió disculparse con pena-Puedes salir un momento?
Sin más remedio, Minos se despidió de Camus y salió tras Violate, cerró la puerta y se quedaron tras esta.
-¿Qué pasa Vi? No te basto con casi provocarme un infarto, deja de hacerte la misteriosa.
-Es que, Minos… hay un problema con Camus.
-Y ¿Por qué me dices a mi? El experto es Rad…
-Es que no puede quedarse en el hospital!-le grito por lo bajo.
-¿Qué?!
-SI, escuche que lo sacarían porque no tiene seguro.
-Pero que sandeces dices, y el director? Que dijo Hades?
-No puede hacer nada, la misma institución le prohíbe entrometerse, es una clínica muy cara ya sabes como son.
Minos se asomó con disimulo hacia el cristal, en el interior estaba un Camus chiquito, enternecedor que contaba con la mirada los minutos del reloj en la pared.
-No podemos permitirlo-sentencio firmemente Minos.
Continuara…
N/A: LA CONTINUACION DEPENDE DE LA ACEPTACION, AGRADESCO SU LECTURA AMIGOS, YA VEREMOS SI Minos PUEDE IMPEDIR QUE SAQUEN A Camus O NO… NOS LEEMOS