Spartacus le extendió la mano preguntándole si estaba lista ella lo miro como adolescente enamorada, ni siquiera pensaba en que tipo de vida llevarían de ahora en delante de lo único que estaba segura es que realmente quería pasar el resto de su vida con él, ella la joven aristocrática de 24 años siguiendo al esclavo que se convirtió en gladiador para terminar siendo el rebelde más odiado y temido en toda Roma.

Ilithyia tomo su mano con firmeza después de despedirse de quien fueran sus esclavas, Althea le había dicho que ella la seguiría a cualquier parte, pero dada la circunstancia no lo creía adecuado era una mujer libre como Damia y tenia que encontrar su camino, además sabía que Spartacus no vería de buena manera que ella conservara servidumbre así que simplemente camino a su lado cargando en su espalda algunas cosas, el caballo proporcionado por Agron se encargaba de las cosas más pesadas para su viaje, Spartacus compartió unas ultimas palabras de despedida para comenzar la marcha , poco a poco la aldea iba desapareciendo conforme seguían más camino, ninguno de los dos había dicho mucho, el pequeño Albinus iba dormido en los brazos de Ilithyia la cual comenzaba a sentir el cansancio de toda la travesía pasada temerosa de preguntar miraba de reojo a Spartacus su cara mostraba una tranquila seriedad el noto la mirada de la joven y volteo para verla a la cara.

-Vas a seguir mirándome sin preguntar nada? Ilithyia se sonrojo cambiando de lado al pequeño, gotas de sudor había en su bonito rostro

–No es nada… -Si quieres descansar lo haremos.

-Estoy bien.

Spartacus tomo al pequeño de sus brazos posándolo sobre su pecho con su otra mano saco unas cuantas pieles de su cesto de provisiones y le dijo a Ilithyia que tratara de acomodarlos donde hubiera más hierva para que no se sintiera tan duro el piso, ella obedeció rápidamente, cuando Spartacus vio que estaba listo acostó a su pequeño entre las pieles quedando muy arropado.

Ilithyia se sentó al lado del pequeño su cuerpo estaba adolorido, había pasado días tan tensos y llenos de dolor tanto física como emocionalmente que en ese momento que por fin se sentía a salvo su cuerpo le decía que necesitaba un merecido descanso, abrazando sus rodillas escucho decir a Spartacus que juntaría algo de leña y fue cuando ella comenzó a pensar realmente en que nada seria como antes, todo lo que había amado, conocido, disfrutado se había acabado ya nunca tendría comodidades, vestidos hermosos, joyas, nunca disfrutaría de estar en su villa rodeada de la opulencia, o disfrutar de un simple baño sintiendo las manos de sus esclavas tocándola, paso saliva que le supo amarga volteo a ver a su hijo dormía en profundidad que le podría preocupar a él, acariciando sus cabellos entendió la realidad de su situación, tenia que ser realmente toda una mujer ahora, sintió miedo ella era una mujer noble para eso tuvo esclavos, nunca necesito de hacer algo más que verse hermosa, y si Spartacus se decepcionaba de ella, si terminaba por fastidiarlo lo vio acercarse sintió como su cuerpo se ponía rígido a la defensiva, deposito la leña en el piso acomodándola para encenderla, cuando termino y lo hizo sonrió satisfecho –Ahora no pasaremos frio dijo contento.

-Gratitud…

-Pasa algo? -Solo necesitaba descansar.

-Y porque tardaste tanto en decírmelo, has pasado por mucho además tu vida ha dado un giro completamente inesperado…

Ilithyia bufo con ironía –Bueno es lo que tenia que pasar para mantenerlo a salvo dijo a la defensiva. Spartacus sonrió pero no dijo nada, sabia que algo preocupaba a la chica pero lo cierto era que el también estaba cansado, así que prefirió acercarse a ella para rodearla con sus brazos atraiéndola hacia su cuerpo, Spartacus estaba cómodamente recargado en un árbol, tomando una manta pudo cubrir a ambos.

-Trata de dormir que aun tenemos que hablar de que haremos de ahora en adelante le dijo mientras acariciaba su largo cabello, Ilithyia se acurruco en su pecho cerrando sus ojos… Despertó con el cuerpo más descansado, aporreado pero había juntado la energía suficiente para continuar la marcha, con mucha flojera abrió lentamente los ojos el sol ya estaba resplandeciente y se pregunto cuanto había dormido de repente se percato de algo importante Spartacus no estaba con ella levantándose sobresaltada no lo vio ni a él ni a su hijo, el caballo se encontraba pastando así que se calmo un poco por supuesto que no la abandonaría otra vez, haciendo unas respiraciones profundas escucho algunas voces relajando su cuerpo se dirigió hacia el lugar de donde provenían y fue cuando los vio a los hablando como si se conocieran desde que el pequeño nació, él pequeño la mira corriendo hacia ella, Ilithyia lo toma en brazos mirando con molestia a Spartacus.

-Quería aliviarse dijo encogiéndose de hombros, ahora sabe como hacer una pequeña letrina.

-Pudiste despertarme.

-Lo hicimos pero no despertabas ya me hacía mamá!

Spartacus sonrió mirando como Ilithyia se avergonzaba –Realmente necesitabas descansar, así que hicimos lo más adecuado dejarte dormir. Ella dejo a su pequeño en el piso y regreso al campamento improvisado, Spartacus saco pan y trozos de carne seca para comer extendiéndoselo Ilithyia lo tomo sin mucho entusiasmo pero o cierto era que tenia hambre, le dio un pequeño mordisco al pan no estaba tan mal pero hubiera preferido que estuviera más suave y la carne más sazonada, Spartacus la miraba divertido ella comenzaba a incomodarse, acaso de burlaba de ella? –Y bien a donde iremos…

-Bueno he pensado en muchos lugares pero solo existe un lugar al que me gustaría regresar con mi familia… Tracia

-Tracia?! -

-Bueno es una opción, si tú tienes un mejor lugar por supuesto que me gustaría escucharlo. Ilithyia se molesto por el tono de sarcasmo de Spartacus

–Sera como tú desees entonces, lo más adecuado es estar lejos de quien quiere matarnos…

-Mamá cuando regresaremos a la villa? Ilithyia miro a su hijo –No regresaremos Albinus…

-Pero porque!

-Porque hombres malos quieren lastimarte a ti y tu mamá.

Albinus se quedo pensativo un momento –Masimus quiere lastimarte mamá?

-Maximus?! Pregunto la joven

-Él quería ser mi papá pero no me gusta, me gustas más tú Lucius. Spartacus se carcajeo –Ese no es mi nombre pequeño, me llamo Spartacus y claro que me gustaría ser tu papá.

-Mamá escuchaste no tendrás que casarte con Masimus.

-Al final parece que siempre seré yo por quien rompas tus compromisos dijo con un tono de egocentrismo.

-Presumes demasiado Tracio de haber tenido la suerte de hacer en una noche lo que mi marido no pudo en tanto tiempo dijo molesta. Spartacus comenzó a reír nuevamente, que bien se sentía y sin importarle si ella quería o no su destino estaba decidido Tracia…