Los personajes no me pertenecen son creación de J.K Rowling. Los tomo prestados sin fines de lucro.
Al principio no es Drarry, pero prometo que no habrá nada especifico –yo odio eso. Por supuesto habrá otras parejas.
Compromiso
Por Tlacuilo
El castillo se fue alejando y Severus sintió subir el escalofrió por todo el cuerpo, pues ser llamado por el Lord nunca era bueno, ni algo de lo que se saliera ileso.
El hombre de negro desapareció sintiendo el tirón en el estómago y no precisamente por la aparición. Llegó a la cima desde la que podía ver el refugio de su Lord, afortunadamente este había conseguido lo que siempre deseó: Que la antigua casa Riddle regresara a su antiguo esplendor y se había ido a residir ahí y dejado la mansión Malfoy libre, donde ahora Severus podía refugiarse cuando su amo se pasaba con sus reprimendas.
El Profesor bajó por la colina preparándose para lo peor, pues desde que sus victorias fueron continúas. el Lord consentía menos los errores. En un movimiento que el bando de la luz no esperaba y del que aún no se reponía, el viejo Director no había sobrevivido al veneno que bebió en la cueva, donde buscó uno de los Horrocruxes, tal vez se debió a que Severus Snape no estuvo ese desafortunado día, pues por toda una línea de sucesos que nadie intuyó, este estaba en una misión encomendada por el Lord, la cual consistía en atrapar al escurridizo Sirius Black que había burlado y sobrevivido el ataque en el Ministerio y en el que este mató a Bellatrix Lastrange, por supuesto el fallo en esta misión, le costó a su grupo y a Severus, una noche de tortura con su amo.
Severus apretó los labios, ese asqueroso Black no había podido ser atrapado. Snape llegó a las verjas de metal y estas se abrieron dejándole el paso libre, el mago recorrió el camino que lo separaba de más dolor físico, pero se dijo que la costumbre le ayudaría. En la puerta su ahijado lo recibió junto con el joven Zabini; estos ya eran jóvenes de dieciocho años que para frustración de Lucius y él, eran otros peones para el Lord.
–Padrino.
–Draco.
–Te espera en el salón.
–Saben algo…
–No. Sabe cómo es, con lo que… le causa placer. –mencionó el moreno sintiendo escalofrió.
–Ni me lo recuerdes que la tortura es uno de sus mayores placeres.
–Estaré aquí para llevarte a casa, Blaise me cubrirá.
Severus entro y recorrió los pasillos un poco más rápido, no deseaba hacer dura esa agónica espera, a pesar de que no recordaba haber cometido algún error, pero con Voldemort nunca se sabía.
La puerta de roble con un escudo de Slytherin lo separaba de su pesadilla. Severus abrió y entró hincándose.
–Mi Lord.
–Severus, mi leal servidor. Levántate y acércate.
Snape obedeció y caminó hasta donde el Lord oscuro descansaba sobre un asiento, cual rey en su trono.
–Tráiganlo –ordenó– Severus quiero agradecer tu fidelidad compartiendo contigo este maravillosa noticia –Dos de los encapuchados entraron arrastrando a un hombre– El grupo de Rabastan lo consiguió, he aquí a Sirius Black.
«O lo que queda de él», pensó Severus, pues el mencionado estaba hecho un despojo. Los mortifagos que lo llevaban arrastrando lo dejaron caer cual saco de papas a los pies del Lord. Este se levantó y bajo de su lugar para rodear al hombre tendido:
–He visto lo que este traidor a la sangre te hizo pasar y como te mencione antes, a mí me gusta recompensar a mis fieles seguidores.
–… –Severus no agregó nada, pues en cualquiera de los casos no sería bien recibida su alabanza
–Por lo que te obsequio esta cosa, puedes matarlo, torturarlo o lo que desees.
–Gra… gracias mi Lord.
–No olvides que es un non grato para nuestro lado, no tengas piedad. Puedes retirarte.
Voldemort no espero nada más y entró a sus habitaciones que estaban conectadas con el salón donde recibía a sus mortifagos. Severus giró la vista hacia sus compañeros, más estos ya no estaban ahí, por lo que a él le tocaba transportar al bulto. Snape se preguntó cómo debía sacarlo del lugar y es que levitarlo no se vería bien para los demás, pues se trataba de humillar y hacer más daño al prisionero y no evitarle el dolor. El pelinegro lo ató con un hechizo y lo fue jalando hasta la salida, al llegar a la puerta exterior, Draco y Blaise miraron con curiosidad a la extraña pareja que hacían su regalo y él.
–¿Y ese quién es? –cuestionó Draco.
–¿No reconoces a Sirius Black?
–¡¿Es él?! –se asombró Zabini.
–Es un obsequio del Lord.
–Bien pudo darte algo que sirviera ¿no? –dijo sarcástico el rubio.
–Pues no aceptarlo, sería una ofensa.
–Oh, muy cierto. –Concordó el chico de color– Fue él, el que traían los del grupo de Rabastan seguramente, ayer llegaron y pasaron viendo a todos de arriba abajo, Theo me contó cuando cambiamos guardia.
–Pues se molestaran un poco al saber que me lo dieron.
–No creo, estuvieron toda la noche… jugando con él –agregó Blaise.
–Es realmente extraño que siga vivo. –agregó Draco.
–Es Lord ordenó que no lo mataran. –Confirmó Blaise– La verdad no creí todo lo que Theo me dijo, pero ya veo que es cierto ¿Cómo lograrían atraparlo?
–Pues tendremos que preguntarle a Rabastan, porque de este no quiero oír ni palabra, así que según los informes que tenemos de él es un animago que se trasforma en perro, pues perro será desde hoy. –sentenció Severus.
–¿Un hechizo? –cuestionó Draco.
–¿Acaso no me conoces?... una poción.
Los dos jóvenes vieron partir a los dos mayores y se sonrieron cómplices.
000
El refugio subterráneo prácticamente temblaba por la furia del chico de ojos verdes. Harry estaba que no soportaba que le hablaran. El día anterior Sirius había sido agarrado por los mortifagos y es que estos se habían vuelto más astutos al investigar todo detalle de los miembros del bando de la luz, amenazando, extorsionado u ordenándolo con los magos y brujas que solo deseaban salvarse y salvar a sus familias. De ese modo la noticia del hecho de que su padrino era una animago no registrado, se había colado en el bando oscuro y cuando Sirius trató de salir con su forma de can fue el acabose y si bien eso había servido para que los otros miembros de grupo se pusieran más atentos, eso les había costado la vida de Sirius, pues todos estaban seguros que este ya no existía.
Ron observó a su amigo desde la entrada de la cueva. Hermione estaba tratando se hacer un plan de contingencia junto con los restantes integrantes de la Orden del Fénix por lo que le tocaba a él, lidiar con el dolor convertido en enojo del moreno.
–Compañero…
–¡Lo sé Ron, lo sé! ¡Entiendo que fue una estupidez que él saliera!, pero… ¡Merlín…!
Harry colapsó y cayó hincado sollozando, era un joven con diecisiete años, pero seguía siendo un niño que anhelaba una familia y hasta el día interior Sirius lo había sido. Ron se acercó algo reticente, pues consolar nunca había sido su fuerte, sin embargo tenía que intentarlo. Palmeó la espalda del moreno y susurró:
–También lo extrañare.
000
Las horas pasaron y la reunión concluyó con un plan que si bien era lo más arriesgado que harían, debía servir para evitar otras muertes. Hermione entró y vio a sus dos amigos jugando ajedrez mágico. Ella se sentó en una de las improvisadas sillas:
–Todos nos dividiremos y buscaremos los Horrocruxes que faltan.
–Tom recogió los restantes. –dijo Harry sin quitar la vista del tablero.
–Lo sabemos.
–¡¿Iremos a su mansión?! –cuestionó asombrado Ron.
–No es algo que ellos esperarían. –explicó Hermione.
–Ni nosotros. –Agregó Harry– No es todo ¿verdad?
–No… los demás serán señuelos y nosotros entraremos a buscar los Horrocruxes. –expuso Hermione sabiendo que eso no sería del agrado de ninguno de los dos.
–¡¿Todos?! –preguntó Ron, pensando en su familia.
–¡¿Todos?! –preguntó Harry pensando en su novio.
–Si todos, pues todos deseamos que esto termine. No es lo que esperábamos, pero esto no puede seguir.
Las frases fueron terminantes y la chica se levantó para salir y dejar que esos dos asimilaran las noticias.
Fuera de la cueva, Hermione llegó hasta el grupo donde Remus Lupin, Kingsley y Oliver Wood conversaban, este último se giró y preguntó:
–¿Cómo lo tomó?
–No muy bien, pero no tiene de otra que aceptarlo.
–Iré a verlo.
El joven se fue rumbo al interior de la cueva. Los mayores mencionaron.
–Esto es demasiado arriesgado y hemos hablado entre nosotros y... Hermione, hayamos salido o no, ustedes deben escapar de ahí.
–Remus…
–Tampoco somos suicidas Hermione –agregó Kingsley– por eso planeáremos bien esto.
La joven asintió y los tres se dirigieron a donde Molly guisaba para todos. Ahora como parias, perseguidos y echados de sus casas, se habían reunido en una serie de cuevas cerca del bosque prohibido, donde Hagrid los había guiado, sin embargo eso cambiaria si el plan funcionaba y todo esperaba que así fuese.
Nos leemos en el siguiente y espero que les guste.