Disclaimer: Ni la historia ni los personajes me pertenecen. Los personajes son de la maravillosa Cassandra Clare y la historia le pertenece a la fantástica Adele18, mi único aporte es traducirla.

Alerta: A partir de este capítulo comenzamos con las escenas lemmon, todavía están a tiempo de retirarse. So, si no te sientes cómoda/o con las escenas explícitas YOU SHALL NOT PASS.

Habían pasado dos semanas y Simon ni siquiera la había tocado. Ni un beso, ni una caricia, ni siquiera por accidente. Todas las noches él dormía a cientos de metros lejos de ella, completamente ajeno a la muy desnuda Isabelle. Ella se sentía decepcionada. Toda su vida los hombres la habían perseguido y veneraban el suelo que ella pisaba, y ahora que estaba casada era incapaz de atraer a su propio esposo. No estaba acostumbrada a tener que hacer el primer movimiento. De hecho, no podía recordar tener que haber hecho eso alguna vez. Simon era diferente. Él quería hablar con ella. Él le hacía preguntas sobre su vida, su infancia, sus sentimientos. Todas las noches antes de ir a dormir, él le preguntaría acerca de su día y escucharía muy atentamente cada detalle de sus historias, incluso las que involucraban ir de compras. Ella había llegado a encariñarse con sus pequeñas charlas. Disfrutaba el tener a alguien al lado de ella en las noches, no era una de esas personas a las que les gustaba estar solas. Siempre que se encontraba sola comenzaba a recordar todo por lo que había pasado, todo el sufrimiento, todas las pérdidas. Clary era la última de sus seres queridos que seguía con vida. Y ahora, Isabelle tenía a Simon. Su tímido geek Simon, que le contaría historias de superhéroes para ayudarla a dormir. Y, por encima de todo eso, Simon era también muy, muy atractivo. Él era alto y musculoso, y también tenía un rostro muy atractivo. El hecho de que nunca usara una camisa para ir a dormir no ayudaba mucho a la frustración de Isabelle. Esa noche, ella estaba determinada a confrontarlo.

Ella se miraba en el espejo, se había aplicado un maquillaje ahumado dándole una mirada seductora, sus labios estaban pintados de rojo sangre y su cabello completamente liso. Se había puesto el traje más revelador que poseía. Era negro y transparente, el largo apenas cubriendo sus partes privadas. Tampoco estaba usando un sostén así que sus pezones eran muy visibles. Respiró profundamente y salió del baño. Estaba extrañamente nerviosa, asustada de ser rechazada. No tenía idea de si Simon estaba atraído a ella o no. Nunca había intentado tocarla. Nunca.

Simon estaba acostado en la cama leyendo un libro, la lámpara en la mesa de noche encendida. Él estaba usando pantalones de pijama negros y ninguna camisa, como de costumbre. Sintió el peso de Isabelle en el colchón y su dulce perfume en el aire. Él sonrió, subiendo la mirada hacia Isabelle e inmediatamente su libro cayó al piso. Los labios de Isabelle se curvaron en una sonrisa seductora. Él tragó en seco, su boca seca y su mente borrosa. Ella era la cosa más hermosa que había visto en toda su vida, y ahora estaba prácticamente desnuda al lado de él. Con esa lencería reveladora que le permitía una visión completa de sus senos. Sus bragas eran probablemente la pieza de tela más pequeña que había visto jamás. De hecho, apenas si estaban allí. Simon no pudo evitar la reacción de su cuerpo y tampoco tenía forma de ocultarlo con los pantalones sueltos que llevaba puestos. Los ojos de Isabelle se dirigieron a su entrepierna y sonrió pícaramente. Estaba aliviada. Él la quería. Eso era todo lo que necesitaba saber. Y antes de darse cuenta ella estaba montada sobre él, sus brazos alrededor de su cuello y la espalda de Simon recostada contra el cabezal de la cama. Él jadeó, sus manos a cada lado de su propio cuerpo, acobardado de tocarla.

"Simon…" ella susurró, recorriendo con sus manos el abdomen de él, sintiendo su piel suave y el áspero contraste de sus runas. Él se paralizó bajo sus caricias, abrumado por el sentimiento de pánico que recorrió su cuerpo y que le hizo casi imposible respirar. Él sólo la miraba con los ojos abiertos como platos. Isabelle presionó sus labios contra los de él. Simon cerró los ojos y soltó un gruñido ante la sensación. Ella tomó su rostro y mirándolo directamente a los ojos dijo: "¿Por qué no me tocas, Simon?"

"Yo… yo…" él tartamudeó, luchando para encontrar palabras para explicarle. Movió una de sus manos hacia el rostro de Isabelle y acomodó un mechón de cabello tras de su oreja. La observó fascinado mientras ella cerraba sus ojos, dejando salir un suspiro. "No de esa manera" le dijo ella.

"Isabelle… yo sólo…" apartó su mirada de ella e Isabelle comenzó a notar el sonrojo en las mejillas de Simon.

"Hey" Isabelle volvió a tomar el rostro de Simon entre sus manos, haciendo que este le mirara. "Soy tu esposa. Puedes decirme cualquier cosa. Quiero que me cuentes lo que sea que te esté molestando", le dijo ella en un tono reconfortante.

"No sé cómo tocarte".

Ella arqueó sus cejas curiosamente. "¿Qué quieres decir?"

"Quiero decir… que nunca he estado con una mujer. Mucho menos con una tan hermosa como tú. No sé cómo satisfacer tus necesidades…" confesó, dejando caer su mirada avergonzado.

"Oh, Simon…", Isabelle presionó sus labios con los de él. "Yo te enseñaré".

Isabelle tomó sus brazos y los colocó alrededor de su cintura. Él la acarició cariñosamente, sintiendo la suave tela de su traje. Entonces ella volvió a unir sus labios con los de él, tomando un puñado de su cabello, haciéndolo gemir. Simon no podía creer que durante todo ese tiempo ella creyera que él no la deseaba. Trazó con su lengua su labio inferior, pidiendo permiso y ella rápidamente dejando que él explorara su boca, ambos lentamente familiarizándose más con el sabor del otro. Estar así de cerca de Isabelle se sentía surreal para él. Mientras todavía se besaban, él movió sus manos lentamente hasta que estuvieron justo debajo de sus pechos. Deseó que ella no pudiera sentir el leve temblor de sus manos. Pero ella sí notó su vacilación, así que tomó ambas manos de Simon y las colocó sobre sus senos, apretando gentilmente, invitándolo a hacer lo mismo. Él se regocijó en la suavidad de sus pechos, apretando y masajeándolos con sus inexpertas manos. Ella se dirigió al cuello de Simon y comenzó a dejar húmedos besos haciendo que el gruñera y que se apretara contra ella experimentalmente. Ella gimió ante la sensación y comenzó a frotarse contra su erección, desesperadamente buscando su liberación. Las manos de Simon estaban al borde del camisón de Isabelle y comenzó a levantarlo lentamente. Isabelle, adelantándose, se lo quitó bruscamente. Simon sólo observaba asombrado el pecho desnudo de Isabelle, su boca abierta en una perfecta "o".

"Puedes besarlas, si quieres…" le dijo ella dulcemente, su mano en la parte de atrás de su nuca, atrayéndolo más hacia ella. Simon parpadeó una sola vez antes de, finalmente, llevar uno de los pezones endurecidos de Isabelle a su boca, haciéndola jadear. Él comenzó a lamer y a morder gentilmente manteniendo una mano en su seno y la otra en la parte baja de su abdomen. Isabelle dejó caer su cabeza hacia atrás y tomó un puñado del cabello de Simon, haciendo que este soltara un gruñido. Ella tomó su mano y la colocó en su centro mojado, moviendo su mano sobre la de él, mostrándole como complacerla. Él le obedeció, mientras seguía besando sus pechos, su cuello y devuelta a sus labios. Intrépidamente colocó su mano dentro de las bragas de Isabelle, sintiéndola directamente. Ella le rasguñó la espalda mientras él abría sus pliegues, sintiendo cuán mojada estaba por él. Él mordió su labio inferior y luego introdujo un dedo dentro de ella. Isabelle gimió audiblemente, levantándose ligeramente para que Simon pudiera mover su mano. Él comenzó a penetrarla dolorosamente lento, luego introduciendo otro dedo. Los suaves jadeos y gemidos de Isabelle llenaban la habitación, haciendo que Simon se endureciera más.

"Oh, Simon… rápido… por f-favor…" ella le rogó, mordiendo su oreja.

Él la complació e Isabelle comenzó a respirar con dificultad y a gemir incontrolablemente, estaba tan cerca. Comenzó a pegarse a Simon y a halar su cabello desesperadamente mientras gritaba su nombre. Simon no podía creer que él le estuviera haciendo eso a ella. Sintió sus paredes contraerse alrededor de sus dedos y también la sintió morder su hombro fuertemente, casi sacándole sangre.

"Lo siento…" susurró Isabelle sin aliento.

"Está bien" le respondió él.

Una mirada de dicha cubría la cara de Isabelle. Ella se inclinó y lo besó apasionadamente, mientras se apartaba de él y lo despojaba de sus pantalones y ropa interior. Se sentó en su regazo, restregándose contra su erección. Él estaba acostado boca arriba, jadeando fervientemente. Con un movimiento rápido desgarró las bragas de Isabelle, tirando lo que quedó de ellas al suelo, haciendo que esta soltara un pequeño gritito de sorpresa. Ella tomó su miembro, apretándolo unas cuantas veces antes de que Simon la penetrara. Él la sujetó bruscamente y presionó su pecho desnudo contra el de él, besando sus labios hambrientamente y gruñendo fuertemente. Ella recorrió sus musculosos brazos con sus uñas dejando marcas tras de sí. Un inmenso sentimiento de pasión abrumó a Simon, los sonidos que ella hacia lo llevaban hasta el borde. Él los volteó, introduciéndose en ella salvajemente, haciendo que la cabecera se golpeara una y otra vez contra la pared.

"¡Por el Ángel, Simon! ¡No pares!" gritó, ella tomó su mano de nuevo y la llevó hasta su clítoris, incitándolo a que la llevara al borde de nuevo. Él cumplió y con unos cuantos movimientos ella se vino. Su liberación vino unos pocos segundos después y se desplomó sobre Isabelle, aplastándola. Ella acarició su espalda cariñosamente.

"Aprendes rápido" le dijo ésta sintiéndose dichosa.

¡Estoy de vuelta! Ya finalmente estoy de vacaciones así que por fin vamos a volver a la normalidad, quiero agradecerles a todas las que esperaron pacientemente, en verdad significa mucho para mi.

A partir de este punto vamos a comenzar con las escenas subidas de tono, so, a las que esto les incomode es el tiempo de abandonar ahora que pueden y también les advertiré al inicio de cada capítulo en caso de que quieran seguir leyendo.

Sin más que decirles, NOS VEMOS EL VIERNES QUE VIENE.