Los personajes de Naruto son de Kishimoto.
Advertencia: posible OoC, pequeñas variaciones del mundo canon hecho por Kishimoto pero que no afectan la línea de sucesos de la historia.
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Chapter XII
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Broken ties
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— ¿Po- podría Sasuke kun de- dejar de fruncir e- el ceño?— preguntaba en voz cantarina una pequeña niña mientras jugaba en el parque junto a un niño de su edad quien se molestaba porque otros niños intentaban acaparar la atención de ella.
La mujer Uchiha quien vigilaba al par de niños sonreía internamente pensando en la suerte de Hinata… o los dolores de cabeza que sufriría en el futuro. Ella amaba a su hijo menor pero esas actitudes posesivas que mostraba desde pequeño le indicaban que era algo arraigado dentro de su ser y Hinata como su futura esposa tendría que aprender a vivir con ello.
La situación ni siquiera era para que Sasuke se molestara pues el par de niños solo intentaba jugar con ellos, Hinata sonrojada pero emocionada que otros niños intentaran jugar con ellos intentó aceptar pero el ceño fruncido del pequeño Uchiha y las ácidas palabras para alguien que a duras penas llegaba a los seis años era… graciosa por no tener una palabra mejor para describirlos.
Como le gustaría que su amiga estuviese con vida y viera a sus hijos convivir. Añoraba esos momentos en que ambas matriarcas se reunían pero esos días quedaron en el pasado, en menos de un año ella se había ido dejando a dos hermosas niñas huérfanas. Ella quiso tratar de ser un apoyo para ambas hermanas pero la animosidad del líder de los Hyuuga se lo impidió, lo que si no podía impedir era que Hinata y Sasuke estuviesen juntos pues desde hace mucho sus destinos habían sido juntados, era deber de ellos como adultos hacer que cada día se aceptaran y aprendieran a vivir con ello.
Es por eso que casi todos los días la matriarca Uchiha con todo el dolor de su alma se dirigía al otro extremo de la aldea en busca de la pequeña heredera. En el pasado la llevaba incluso a su casa pero con las tensas relaciones que vivían prefería llevarlos a un terreno neutral: el parque central de la aldea, ahí todos eran bienvenidos, ella cuidaba a los niños en silencio mientras que el guardián de Hinata, si mal no recordaba, Ko, cuidaba de ella un poco más alejado.
A Mikoto no le sorprendía que frente a Sasuke, Hinata se volviera más entusiasta, con más libertad de actuar y decir. Sin olvidar que era una niña tímida en exceso se permitía mostrar un poco de carácter ante él, que si bien era un niño alegre y decidido cuando se trataba de otro niño cerca de ella se convertía en un ogro… uno con una debilidad, pues ella lograba bajarle el ceño tan a lo Fugaku que se gastaba su galante hijo menor.
Es que a pesar de todo adoraba esos pequeños momentos de sosiego que no los cambiaría por nada. Sabía que la situación de su clan con el resto de la aldea no estaba bien, de hecho llevaban seis años viviendo bajo sospecha, el clan Uchiha no hacía más que demostrar su descontento con Fugaku y ella como su esposa era el sostén del líder.
Ella vivía preocupada por todo su clan pero más que todo por sus hijos aunque sería hipocresía suya decir que no se preocupaba más por Sasuke que por Itachi. Mientras que el mayor era sereno, calmado y centrado, Sasuke era más emocional, no dudaba en dejarse llevar por los sentimientos y el sentimiento incorrecto podía llegar a destruir una persona.
Todos llevamos una dosis de oscuridad que no podemos negar pero ella sabía que una persona emocional como su hijo Sasuke era propenso a buscar el camino incorrecto. Rogaba a las deidades que la situación mejorase, que ellos nunca faltasen a sus hijos y que Hinata siempre estuviese ahí para Sasuke.
Pero no todo lo que uno pide le es concedido y pocos años después de eso su peor pesadilla se hizo realidad. Su hijo mayor con el corazón destrozado exterminaba a su familia, Sasuke quedaría solo y amargado, probablemente en busca de poder y una sed de venganza que le cegaría. Un hueco profundo se formó en su alma y si bien Fugaku tuvo el valor de dedicarle unas últimas palabras de orgullo a su hijo ella no pudo, si lo hacia su voz iba a traicionarla, eso en el caso de que las palabras salieran de su boca pues estaba segura que sus cuerdas bucales se atrofiaron antes de estar frente a Itachi.
Ella quería vivir, cuidarlos, quería volver al pasado y cambiar las cosas pero ya era demasiado tarde, antes de recibir la mortal herida y respirar un último aliento de vida evocó la imagen de la pequeña Hyuuga encargándole el corazón de su hijo menor.
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Llámese torpeza o no su taza de té resbaló de sus pequeñas manos y se estrelló contra el suelo. Una sensación extraña se apoderó de ellay de inmediato supo que algo malo estaba pasando y en su mente solo vio a Sasuke, ella estaba segura, no sabía como pero así era.
Ese día se supone que debería estar en la academia, de hecho se suponía que hace más de una semana que debió comenzar con sus clases pero surgieron asuntos del clan en los que ella como futura heredera debía acompañar a su padre. Para cuando finalmente estuvo lista para ir, enfermó de gripe.
Con el corazón acelerado y la preocupación invadiéndola juntó sus pequeñas manos tratando de ver… algo, lo que sea pero nada, su técnica ocular aun no era muy buena y de paso sea dicho estaba agotada por la fuerte fiebre que la había atacado.
Sintiéndose mareada la niña se recostó nuevamente mientras una de las jóvenes encargadas de su cuidado entraba a su habitación y levantaba la taza rota. Sin prestar mucha atención a lo que hacia la otra, Hinata cerró sus ojos y vio a Mikoto en sus sueños, solo que no era la alegre mujer que la llevaba al parque con Sasuke, esa vez aunque sonreía sus ojos estaban apagados, cubiertos con un manto de dolor, como se veían los suyos cuando evocaba el recuerdo de su madre sin vida.
Sudando copiosamente la pequeña se levantó para descubrir que su cuerpo estaba aún más débil, seguro la fiebre había vuelto pues sentía su aliento caliente y el cuerpo en llamas.
Pero eso no fue impedimento para que los ancianos del consejo irrumpieran en su habitación portando la peor noticia. El clan Uchiha había sido exterminado, peor que eso, Itachi Uchiha, el genio, prodigio del clan los había asesinado a todos dejando malherido a Sasuke.
El rostro de Hinata era todo un poema, escuchaba sin escuchar realmente, su mente estaba vagando en la semiinconsciencia, estaba aturdida, casi en shock, tan perdida que no se dio cuanta cuando la presencia de Hiashi espantó a todos dejándola sola.
El hombre mayor sabía que su hija guardaba un especial cariño no solo a Sasuke sino también a esa familia, tuvo el impulso de consolarla pero no sabía como. Hacía pocos años perdió a su esposa y la niña a su madre, fue testigo de primera mano como la afectó pero él no era un hombre cálido, ante todo estaba el estoicismo de su clan, por eso dedicándole una extraña mirada salió dejándola sola, completamente sola y con las mejillas cubiertas de lágrimas derramadas en silencio.
Ciertamente era una pequeña pero ya sabía lo que era perder a un ser querido, ella lo pasó y suponía que Sasuke estaba viviendo una horrible pesadilla, de por si perder a una madre ya era lo suficiente malo pues perder también a su padre y a manos del querido hermano mayor del que tanto se enorgullecía era… en su vocabulario no había palabras para expresar lo que posiblemente le sucedía al otro.
Ella quiso levantarse de la cama pero antes de hacerlo la doncella a su cuidado entró de nuevo impidiéndoselo. De todos modos no es como que se le fuese a permitir salir de la casa, lo único que podía hacer era descansar y esperar el sepelio de los Uchiha, aparte Sasuke estaba internado y siendo cuidado evitando las visitas de cualquier índole.
Su corazón se paralizó en su pecho cuando evoco una mirada vacía en el rostro del que ha sido su único amigo en toda su infancia.
Durante largos días había intentado hablar con Sasuke pero lo tenía prohibido, primero porque el chico estaba en el hospital y luego su padre mostraba su total desacuerdo cada que ella hacía el intento de acercarse al Uchiha.
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Estaba en medio del parque solo y perdido, observando el horizonte. Ella como siempre iba de la mano del siempre protector Ko Hyuuga que al ver el impulso de la pequeña tratando de soltarse de su mano de inmediato la dejó, total nadie le había dicho que si los niños se encontraban en la aldea se les impidiera estar juntos, además el pequeño azabache parecía necesitar la compañía de la dulce niña de ojos perlas.
Ella dio unos pasos cerca suyo y pareció no notar su presencia, dudativa con respecto a lo que hacer ella estiró su mano y a punto estuvo de tocarlo cuando de un manotazo él azabache la apartó.
Dolor, sorpresa, ambos se mezclaban con las suaves facciones de su rostro redondeado mientras miraba esos ojos cubiertos por un manto que a su corta edad no podía adivinar de que se trataba.
—Sasuke kun— susurró la pequeña intentando acercarse de nuevo recibiendo un empujón y lanzándola al suelo, sus ojos claros se llenaron de lágrimas mientras Ko estaba a su lado ayudándola y le lanzaba rayos con su mirada al niño que lastimaba a su protegida.
—Niña tonta, aléjate de mi— hizo una breve pausa y su mirada oscura se cernió sobre ella como un manto glaciar mientras las palabras taladraban su generoso corazón —Débil e inútil, solo eres una molestia.
Palabras duras y crueles de la persona por la que había desarrollado un gran cariño, él la consoló cuando perdió a su madre y por más que ella quiso retribuírselo cuando él pasó la terrible experiencia de perder no solo a sus padres sino su clan no le fue permitido, cuando finalmente tiene la oportunidad este no hace otra cosa que lanzarla lejos con palabras crueles.
A pesar de su corta edad ella podía darse una idea del porqué del actuar de Sasuke, iba a darle tiempo, seguro él…o tal vez no. Pasó el dorso de su mano por su rostro limpiando las lágrimas y se aferró a Ko quien apretó un poco la mano de la niña entre la suya en una muda muestra de apoyo.
Finalmente llegó el día en que ambos se reencontraron. Más de una semana había trascurrido desde que las crueles palabras de Sasuke lastimaron su corazón y aun así ella tenía la esperanza de… ¿Qué exactamente? Una disculpa no saldría de su boca pero al menos una mirada menos cargada de negatividad, ni siquiera eso logró, el de cabello azabache la miró como quien mira una pila de lodo, nada había en su mirada y la lastimó profundamente, ella no se sentía capaz de dar un paso hacia él de nuevo, solo esperaba que algún día sus heridas cicatrizaran y le permitiera a ella estar en su vida de nuevo. Mientras tanto se aferraba a una nueva ilusión, un pequeño niño de ojos tan intensos como el cielo y cabello del sol quien no dudó en defenderla aun sabiendo que tenía todas las de perder, la convicción de ese niño y su fortaleza interna tocaron su ser como no había sucedido antes, ella iba a ser fuerte, por ella, por ese niño rubio, por Sasuke y los lazos que los unían, si, ella no iba a rendirse aunque el camino estuviese lleno de espinas.
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Primero que nada me disculpo por hacerles esperar tanto por la actualización, y luego por tal vez hacerles creer que ya no actualizaría, bueno, aquí me tienen de nuevo y espero que más seguido pues haré un esfuerzo por actualizar con mayor regularidad, se que siempre lo digo pero esta vez trataré de cumplirlo.
Muchas gracias a todos por el apoyo, por leer y dejar sus valiosos reviews. Besos y abrazos, hasta una nueva oportunidad.