Kuroshitsuji le pertenece a Yana Toboso

Katekyo Hitman Reborn! a Akira Amano

Si Ciel no fuese un conde y un demonio, se hubiese dado el gusto de poder babear por la dama que se encontraba en frente de él.

Chrome se encontraba simplemente hermosa.

El vestido que había sido posesión de su prima la hacía ver tan frágil, que aunque Chrome fuese muchísimo más tímida que Elizabeth, le había permitido ver por unos segundos a su energética familiar la noche que descubrió que la rubia no era solo miel sobre hojuelas.

Mey Rin había soltado el cabello de la chica y le había hecho un peinado como aquellos que usaban en aquellos años por la época de los 50´s, y había delineado un poco sus ojos, observó sus rodillas y notó que estas ya se encontraban curadas, seguramente le había dado un baño y Sebastián se había encargado de eso.

Su fragancia femenina favorita invadió sus fosas nasales, el olor a melón siempre le había sido reconfortante, si no mal recordaba era la que usaba su madre todos los días, le había costado un ojo de la cara conseguirla en este época.

Era en serio, lo del ojo, digo.

Chrome comenzó a bajar las escaleras con paso lento, seguramente insegura de como debía utilizar esas zapatillas, cuando llegó al último escalón, Ciel por fin se movió y se apresuró a tenderle una mano.

-Lamento haberme perdido, ¿Está usted lista?

-S-si.

Con discreción, mientras la chica miraba hacia el piso con las mejillas ardiendo a más no poder, rozó el cabello de esta con la nariz.

Tenía una escensia exquisita, no se había equivocado, era como la de su prima.

-Bueno dudo mucho que quiera permanecer con el mismo viejo vestido por el resto de su vida, así que apresúremonos, tengo mucho trabajo que hacer aquí.

-Gr-gracias, pero no quisiera molestarlo...

-No soy una persona paciente, así que no vuelva a sugerir que sea una molestia.

Chrome no alzó la mirada en todo el camino hasta el carro, Ciel podía escuchar como sus pasos trastabillabán y como sus labios murmuraban cada vez que quería abrir un nuevo tema de conversación pero no tenía el valor suficiente.

Por fin bajaron las escaleras donde una camioneta les esperaba esta vez, era una Suburban negra, las puerta trasera izquierda se encontraba siendo abierta por el mayordomo para ellos, Ciel la obligó a caminar a paso rápido e ingresar en la camioneta, en el asiento del copiloto se sentó Sebastián y conduciendo iba Tanaka-san.

Chrome empezaba a dudar seriamente de que aquellos fuesen enviados de Dios, consideraba que era algo más... ¿Prohibido? Por alguna razón las presencia de Sebastián y del Conde Ciel le inquietaban de sobremanera, le resultaban familiares a la de Mukuro-sama, eran diábolicas... Pero sus palabras y su manera de actuar le resultaban... ¿Agradables? Al menos la de Sebastián, porque a su opinión propia Ciel era muy tosco.

Las calles del centro de Namimori se hicieron presentes mientras miraba por la ventana, claramente sin atreverse a preguntarle al conde en donde estaba prescisamente esa tienda de ropa, por otro lado temía que alguno de sus viejos amigos le viese y diese la alarma a los guardianes del jefe, no quería meter en problemas a los chicos de Kokuyo.

Ciel suspiraba de vez en cuando, claramente hastiado, lo cual no podía generar en Chrome otro efecto que no fuese el de temor a cualquier comentario o pregunta que pudiese formular este.

La camioneta se detuvó con suavidad y se estacionó a la perfección.

Otra de las cosas que le estrezaban por el momento a Chrome, era el temor de no encajar en el marco de perfección de su, al parecer, nueva familia.

Y justo eso le recordó, ¿Le dejaría Ciel visitar a quienes eran sus compañeros? ¿O tendría que renunciar en definitiva a la familia Vongola?

...

¡Esperen un segundo!

Chrome no era de alterarse, pero no podía creerse que haya sido por su cabeza por donde paso la idea de abandonar en definitiva la familia Vongola, después de todo, ¡¿Quién era Ciel para decirle lo que tenía que hacer?! ¡Si le decía que no podía seguir frecuentando a los Vongola sería tan sencillo que solo le agradecería a Ciel por su amabilidad y se presentaría en la casa de su jefe para pedirle refugio!

¡Claro que si, es más, en ese preciso momento se lo diría!

...

Pero las intenciones de Chrome no pasaron a mayores al ver como el conde sonreía divertido al parecer de su gran debate mental, era algo que Chrome no debía olvidar, los demonios u ángeles o cualquier cosa que fueran ellos podían tener acceso a su mente sin tener que recurrir a un método arriesgado como lo era el de Mukuro-sama.

-No tienes de que preocuparte, resultas divertida.- Ciel se carcajeó falsamente.- No tengo ningún inconveniente con que sigas siendo alíada de la familia Vongola, mientras no quieran entrometerse en mis planes no veo ninguna razón para deshacerme de ellos.

¿Deshacerse de ellos?

Eso en verdad que había alertado a Chrome, ¿Deshacerse de su familia?

Ciel no le comentó nada más, puesto que la puerta del eterno puberto estaba siendo abierta de nueva cuenta por el mayordomo para permitirle una bajada sin complicaciones. Justo cuando pensaba bajarse de la camioneta por su cuenta propia, la puerta fue abierta por el otro mayordomo mientras Ciel le tendía la mano para ayudarle.

Nunca en su vida había tenido tantas atenciones, y nunca en la vida se había sentido tan avergonzada, ni siquiera cuando la versión futura del guardián de la nube le había visto casi desnuda.

El conde saludo con una sonrisa perfecta a todos los pasantes que le reverenciaban mientras la jalaba por medio de sus brazos entrelazados.

Chrome se sentía a morir cuando le preguntaban al conde si aquella ¨Bella¨ dama era su nueva prometida, o cuando insinuaban que ambos hacían una pareja muy tierna.

-Por fin.- Ciel parecía harto, y sin dar tiempo a que Chrome preguntase que pasaba, prosiguió.- Malditos plebeyos que no tienen que hacer más que perder el tiempo

Chrome decidió callar, no tenía el valor para negar las palabras del Conde y pedirle que fuese más amable con los demás, se sentía disgustada, de alguna u otra manera ese niño-anciano le recordaba a su madre, egoísta y altanero, quiso soltar su brazo, pero el Conde no se lo permitió, es más, había ajustado más su agarre, quería soltarse a llorar.

-¡Buenas tardes Conde Phantomhive!

No se había dado cuenta de en que momento entraron a una tienda de ropa, donde una mujer vestida en traje de baño -Lo cual extraño de sobremanera a Chrome- Ahora regañaba al conde por seguir usando ropas antiguas.

-No he venido para que me digas como debo vestirme, loca. Vine por ropa para ella.- Ciel la señaló mientras la mirada de la empleada, o al parecer la dueña de la tienda, volteaba a verla con estrellitas en los ojos.

-¡Válgame Dios! ¡Ésta chica es una preciosura!.- La chica se acercó y le presionó las mejillas, siendo que la reacción de Chrome fue poner cara de aterrada e intentar caminar hacia atrás, lo cual fue impedido por la otra.- ¡Oh, no te asustes! Lo lamento mucho, no pienso hacerte daño. Dime, ¿Cómo te llamas linda?

Nuevamente, sus mejillas ardieron ante un comentario que le halagaba hasta cierto punto, lo cual le provocó volver a tartamudear.

-S-soy Do-Do-Dokuro Chro-chrome.

-¡Eres tan linda y tierna! ¿Cuántos años tienes?

-13...

-¡Deberías ser mi pareja, te haré sentir el cielo cuando tengamos nuestra primera sesión de sex-

-¡Señorita Horpkings, le agradecería que se comportara con la futura prometida de mi señor!

La aludida bufó.

-Mou, tenías que ser tú, Sr. Estricto

Chrome no pudo evitar soltar una pequeña risa ante el apodo otorgado por la modista al mayordomo, la cual calló al instante al sentir la atenta mirada de todos en la sala sobre ella.

-Bueno, sígueme, seguro que encuentro algo de tu gusto y algo al gusto de mi querido Ciel.

Fue arrastrado sin pena ni gloria hacia los vestidores mientras la otra tomaba cada conjunto que sentía le quedaría a Chrome, hizo su mejor esfuerzo por rogarle con la mirada al Conde para que no la dejase sola con aquella lunática y que al menos Mey Rin fuese con ella, pero en seguida recordó que el ama de llaves había preferido no entrar, además de que Ciel, en lugar de preocuparse por el bienestar de su invitada solo tomó una revista al azar y se sentó a leerla para matar el tiempo, mientras que a su lado, Sebastián le sonreía amablemente y le deseaba suerte.

Se puso todo tipo de diseños, tanto vestidos parecidos al que tenía puesto, como conjuntos de moda hasta disfraces de animales y comida. Tenía que admitir que Nina no era tan mala como la había creído (O de eso quería convencerse)

Cayó en la cuenta de algo.

Si Mukuro-Sama no la hubiese echado de Kokuyo, jamás hubiese podido juzgar a una persona por si misma.

Esa fue la tercera vez en el día que le agradeció algo al Conde.

Salieron de los cambiadores hechas sacos de carcajadas, ambas se encontraban a punto de llorar por lo mismo, de alguna manera, Chrome se sentía bien...

No se sentía limitada a ninguna persona.

El Conde se veía sumamente tierno a lo que ella pensaba, al parecer se habían tardado un poco más de tres horas entre tanta cambiadera de ropa, y el Conde, aburrido de ya haber leído todos los artículos inútiles de las revistas para mujeres y unos cuantos trucos de belleza, había caído en los brazos de morfeo.

Sebastián se encontraba tomándole fotos, cuando Chrome preguntó porqué, él simplemente respondió que era buen material para molestar más tarde a su Bocchan. Chrome sonrió ante el pensamiento. Nina volvió a hacer aparición cargando un montonal de bolsas y cajas, la chica se sobresaltó un poco con esto... ni siquiera le habían preguntado si quería todo eso.

-No importa, esa caja y esas dos bolsas son un regalo de mi parte.

-Además, estoy seguro de que a Bocchan no le significara ninguna molestia pagar por eso.

Aunque rogó porque no se le comprara tanta ropa, porqué además estaba segura de que nunca vestiría todo eso porqué se había jurado que aprendería a lavar su ropa y terminando la semana tendría ropa limpia y seca para la siguiente, no quería molestar al Conde haciéndole creer que estaba abusando de la ayuda que se le daba.

El Conde no se despertó para nada, ni por las suplicas de Chrome, ni por las burlas de Sebastián ni por los gritos que pegaba Nina. El mayordomo terminó cargando sobre sus hombros a su señor y él y Chrome caminaron lado a lado de vuelta a la camioneta.

-Dormido no parece tan severo

Se sintió empequeñecer ante la severa mirada del mayordomo, pensó que le reprendería. Pero no fue así.

-El bocchan solo tiene un cáracter difícil, sigue siendo un niño, ahora con su nueva forma se tarda lo que quiere en crecer, el ha preferido mantener la apariencia de un niño.

No entendió lo que le dijo, pero asintió a cada detalle que el mayordomo le proporcionaba y procuraba recordarlo para tiempos futuros, por fin llegaron a la camioneta y disculpándose varias veces, el mayordomo subió al bocchan antes que a Chrome, para acomodar su cabeza en la puerta contraria y colocarle el cinturón, en cuanto bajo de la camioneta le tendió la mano a Chrome para ayudarla a subir. Chrome aceptó gustosa.

Si no le fallaba la memoria, cuando era niña le encantaban los juegos de misterio.

Y al parecer había encontrado uno.

Chrome, tímidamente agradeció al mayordomo, por todo lo que habían hecho hasta el momento por ella, y se decidió a quedarse el tiempo que le permitiesen en la mansión Phantomhive, para descubrir que era aquello que en verdad ocultaban.


¡Nos volvemos a leer después de tanto tiempo!

Sinceramente no tengo ganas de estar explicando capítulo por capítulo cual es la razón por la que me atraso en mis actualizaciones, pero si sienten curiosidad, pueden mandarme un MP o buscarme en FB como ¨Akabane Gina¨ tengo ahí una serie de ¨ adhakjasduaj¨ pero no recuerdo exactamente cual xD

Y con todo el gusto del mundo les responderé sus preguntas.

Este capítulo va especialmente dedicado a: Tenshitsuki no Arashi Por haber tomado el tiempo de mandarme un PM y demostrarme el apoyo que tengo de parte de ustedes.

Agradecimientos:

También tengo un especial agradecimiento para Tsuna77, por haberme dejado un review.

Y para las siguientes personas por haber agregado ésta historia a favs y follows.

-VictoriqueReiss

-kary uchiha asakura 22

-lapatatacantante

Aunque no lo crean, significa mucho para mi, espero no hayan pensado que di por abandonada esta historia. Prometo regresar mucho más rápido de lo que lo hice la vez pasada.

Nos leemos.

Atentamente:
Gina-chuu

PD: Espero les haya gustado el capítulo