Disclaymer: Los personajes no me pertenecen, son propiedad de la maravillosa Stephenie Meyer.Yo sólo juego con ellos.
—Mmm… Edward. Amor —Otra vez no, rogué internamente al escuchar la voz de Bella. Realmente quería tener al menos seis horas de sueño continuo.
Eso solo me pasa a mí por tener una bella y hermosa mujer de esposa. Aunque no me quejaba, la idea de ser padre me reconfortaba y emocionada.
Cuando me entere fue uno de los momentos más importantes para mí.
*Flash back*
—Bella, amor ¿estás bien? —Insistí por quinta vez. Llevaba en el baño un buen rato vomitando y aun no terminaba. Ah, pero cuando estaba comiendo esa sandía después de desayunar cereal; ¡hasta se burlaba de mi por anticuado!
—Tranquilo, no pasa nada, amor —contestó tratando de tranquilizarme, sólo logró aumentar más mi ansiedad.
—¿Ya puedo entrar?
—Si —respondió quitando el seguro de la puerta. Se sentó en el excusado, recargando sus codos en sus rodillas y sujetándose el rostro con las manos.
—¿Necesitas algo? —Pregunte al verla tan abatida.
—No, amor. Ya me encuentro mucho mejor. Tenías razón —sonrió avergonzada—, no debí comer eso —se disculpó mirándome a los ojos.
—No te preocupes. Todo estará bien —Acaricié su espalda intentando reconfortarla.
—¿Creo que deberíamos ir al médico? —más que confirmación, sonó a pregunta.
—Dices que te sientes mejor —asintió confundida por mi planteamiento—, no crees que mejor deberíamos esperar ¿a ver qué pasa? —Agregué con duda. Pareció pensarlo unos minutos.
—Tienes razón, vamos a ver como sigo, seguramente es un virus —aceptó con una bella sonrisa—. ¿Me podrías pasar mi bolso? —Fruncí el ceño—. Ahí tengo algunos medicamentos para el estómago —Encogiéndome de hombros, me limite a seguir sus órdenes, entregándole el bolso; al recibirlo, su expresión cambio. Lo veía como si algo no encajara, hasta con un poco de miedo o incertidumbre.
Y esa bella sonrisa se escapó de su rostro, provocando también preocupación en mí.
—¿Pasa algo malo? —Mi voz sonó como un murmullo.
—Edward… ¿Qué día es hoy? —Su pregunta me desconcertó. Mire mi celular.
—Es viernes, 19 de agosto —Respondí guardando nuevamente el aparato. Su mirada me consterno—, ¿me puedes explicar qué sucede? —insistí.
—Tengo 25 días de retraso —La voz le temblaba.
—¿Qué?
—Creo… creo que estoy… embarazada —Todo mi mundo se detuvo.
Una pequeña creatura de Bella y mia. Con sus bellos ojos chocolates, risitos castaños y cachetes regardetes. Como su madre.
No lo podia creer. VAMOS A SER PADRES.
Bella me veía como si temiera de mi reacción. Ni siquiera podía pensar coherentemente, solo pude sonreír como idiota enamorado.
Me acerqué a Bella, levantándola del inodoro, dejándola de pie frente a mí, por simple impulso me arrodille y levante su blusa. Acerque mi oído a su estómago. Ahora una pequeña criaturita crece dentro de Bella. Un pedacito de los dos.
—Hola, bebé. Soy papi. Espero que estés bien aquí adentro… —dije mientras acariciaba son mi nariz su, aún plano, abdomen—. Aquí, mami y papi te esperamos con ansias. Te amo, bebé —finalicé dejando un beso cerca de su ombligo. Sentí algo mojado en mi cabello. Levante mi rostro para observar a Bella. Estaba llorando. Sus bellos ojos chocolates estaban rojos por las lágrimas. Sus manos, (que apenas me di cuenta, estaba en mi cabello) acariciaban mi cabello.
—Amor, ¿por qué lloras? —pregunté.
Entonces una cruel idea cruzo mis pensamientos. Y si Bella ¿no quiere ser madre aún? Yo estaba listo, lo anhelaba. Es lo único que nos faltaba para ser una familia. Por qué felices, ya éramos. Solo nos faltaba una pequeña personita, fruto de nuestro amor a la cual cuidar.
—No pensé… que… quisieras ser padre… ahora —confesó tímidamente.
—Amor, es algo maravilloso. Además de muy hermoso —respondí mirándola a los ojos.
—¿En serio? —preguntó.
—Amor, ¿quieres ser madre? —Mi teoría, podría ser cierta, quizá Bella no quiere tener hijos ahora. Me sonrío. No necesitaba una respuesta.
*Fin del Flash back*
—¿Qué quieres? —pregunté abriendo los ojos. Solo podía vislumbrar su bello perfil en las sombras de la noche. Una sonrisa se escapó de sus labios.
—Tengo un antojo —Sentí como pegó su cuerpo al mío—, de… —sus labios se pegaron a los míos. Sus besos me volvían loco. Eran adictivos—: quiero una pizza de champiñones con piña —Todo lo dijo con un tono sugestivo. Parecía que habla de sexo en lugar de comida—, y también helado de chocolate blanco con chispas de chocolate negro —finalizó su petición. Sólo a esta bella mujer que tengo de esposa se le puede antojar algo tan raro y difícil de encontrar a las 2 de la mañana. Bueno en realidad es muy difícil encontrar algo a las 2 de la mañana para una mujer embarazada.
—¿En serio se te antoja eso, amor? —No quería levantarme de la cama.
—¿Quieres que nuestro hijo nazca con cara de champiñón? —Contraatacó astutamente. Lo considere un instante. No, no quiero que tenga cara de champiñón.
—Nop—respondí enfatizando la P.
—Entonces, creo que deberías de vestirte para cumplirle a su madre su antojo —sugirió con voz melosa. Ella, tan hermosa, y tan niña a la vez.
Me levante de la cama para disponer a vestirme y cumplir con mi cometido, saldría con mi pijama y una chamarra; regresé a la recamara.
—Amor, ya me voy. Regreso en un momento —avisé tomando las llaves.
—Que dios te bendiga y regresa a salvo.
La besé y le dije que regresaría pronto…
Que equivocado estaba.
*Una hora después*
—Señor no puede pasar… —Un policía me detuvo una calle antes de casa.
—¿Qué pasa? —pregunte asustado. Entonces vi la nueve de humo que salía de una casa.
—Hay un incendio… —Con esas palabras todo mi mundo se vino abajo.
—¿Qué casa? —Las palabras salieron tan atropelladas a causa de la desesperación, que me sorprendió que el oficial que entendiera.
—El número 1455. La casa es de color… —Sentí como el aire abandono mis pulmones
—Azul —completé. Mi casa. La casa donde estaba mi familia.
Me lance hacia delante. Brinque la barricada que puso la policía. Y corrí, porque la vida de las personas que amaba dependía de ello. La imagen con la cual me tope, era peor que mi más cruel pesadilla; la casa que compartía con el amor de mi vida, era consumida por las llamas.
Caí de rodillas al suelo, todo se detuvo en ese instante, las voces de los bomberos se oían lejanas, un simple eco; Cuando pude reaccionar, era demasiado tarde. Todo lo que amaba había muerto.
En una ambulancia sacaron un cuerpo irreconocible y calcinado. Sin duda era Bella. Mi esposa y futura madre de nuestro hijo.
Todo se fue por la borda cuando salí de casa y lo deje sola en casa.
Mi vida había acabado en ese instante y para siempre.
Del viento que corría, una brisa golpeo mi rostro, las cenizas se impregnaban en mí ser. Una nota quemada se pegó a mi rostro, una hoja con un mensaje, corto, sin embargo, demasiado claro. Y confuso. La evidencia mostraba lo contrario, pero la caligrafía era de ella, aunque podría ser una cruel jugarreta de mi mente.
Ella había muerto. Ellos habían muerto.
Todo era demasiado claro y a la vez desconcertante.
De manera limpia y garabateada se mostraba en todo su resplandor, posiblemente, mi tortura y tormento, una simple palabra en el trozo quemado de papel.
"Búscanos"
Después de darme unas muy merecidas bofetadas, estoy de vuelta. Intente corregir por milésima vez este OS. Respondiendo dudas; No, no existe una segunda parte o continuación. El final es libre a interpretación: pueden pensar que el papel es un invento de su mente por la muerte de Bella o en su defecto, que su familia esta viva. Cualquiera de esas opciones (o sin tienen más) pueden dejarla en un comentario, me encantaría saber que piensan al respecto.
De antemano pido una disculpa por las faltas de ortografía, estoy intentando darle una re-edición a los fics que tengo aquí. Recuerden que soy humana y por ende me equivoco, más porque siempre escribo de noche y estoy más dormida que despierta.
Sin más por el momento, gracias por todos los reviews que me han dejado, no saben lo feliz que me hacen, ya sea las felicitaciones o los regaños, agradezco todo de corazón, más por darle una oportunidad a este OS.