Holaaaaa... bueno espero que disfruten de esta nueva invención mía y me acompañen a lo largo de la historia. Gracias a las personas que se han tomado la molestia de abrir esta historia y nada, espero no defraudarlos.
Opening de la historia (Aclaro que ni la música ni el vídeo me pertenecen todos los derechos al autor, solo la he tomado para ayudar a la imaginación):
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CAPITULO 1: MI ACOSADOR
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Se supone que el mundo es duro y complicado, que las cosas que vivimos tienen ya marcado su destino y que un simple ser humano no lo puede alterar. Si una relación estaba determinaba a deteriorarse lo haría, tal y cual estaba escrito, así hubieran terceros intentando remediarlo. Es como luchar contra la corriente, podrías esforzarte lo más que puedas pero al final cederás y seguirás ese camino.
Así era su vida un problema sin remedio, todos sus actos ya estaban predichos y que esa noche lo viera con su amante solo apoyaba más a esa teoría. Su padre y su amante en la cama que les pertenecía al matrimonio de él con su madre. ¿Era patético, no?, que un hombre de familia busque deseo y lujuria en otra mujer, sin respetar a la persona con quien se comprometió y juró en el altar amor eterno. Sin embargo era la realidad, eran las visitas rutinarias que una niña de 12 años veía día a día.
Hacerse de ojos ciegos ante un acto como este solo por entender tres cosas, era lo peor.
Primero, su madre no debía enterarse de sus infidelidades. Segundo, su padre no sabía que lo había descubierto y tercero su vida estaba destruida por completo.
Fue así como las aspiraciones y metas de una niña se disolvieron en el viento, quedando un hueco y frío corazón en su pecho. Después de todo se había convertido en una pequeña muñeca de cristal, que solo deseaba jugar a morir.
Sakura Haruno
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16 de agosto del 2013
Las primeras horas siempre eran las más tediosas, entre ellas las del profesor Iruka. Y eso lo podían confirmar el chico que se encontraba a su izquierda dormido en la palma de su mano al igual que el de la derecha y ni que se diga de los que se encontraban al frente con unas ojeras que indicaban que en cualquier momento caerían. Honestamente se podía incluir en ese grupo, últimamente no había tenido mucho ánimo como para tomar apuntes y responder preguntas.
Después de todo hoy era uno de esos días en los cuales solo deseabas estar en cama; el cielo está nublado y el clima está frío.
–¿Entendieron la diferencia? – preguntó el profesor con el entrecejo fruncido. Al notar que sus alumnos no le estaban prestando atención, y que unos inclusive se encontraban dormidos.
Al ver que nadie le respondió con su mano grande y pesada pegó un manotón al escritorio, haciendo saltar a todos los estudiantes y a algunos refunfuñar por el ruido.
–¡Presten atención, que esto va para la lección de mañana! – gritó molesto a lo que Sakura apenas resopló.
Agachó la cabeza al pupitre y se dejó caer, definitivamente hoy iba a ser un día muy pesado.
Luego de haber pasado una de sus peores horas inglés, por fin pudo darse el lujo de sentir casi la gloria en sus manos la penúltima hora se acercaba, la hora de arte. Sin embargo esta se echó a perder al ver un artista entrar y ofrecer un retrato de la persona que quisiese, como era de esperarse Karin fue la primera en alzar la mano, objetando que quería que todos apreciaran su belleza.
Sakura de inmediato frunció el ceño aburrida y pidió permiso para ir al baño, cualquier cosa era mejor que tener que soportarla mientras restregaba en la cara a todos su cuerpo bien delineado y proporcionado.
¿Cómo puede una persona tener tanto orgullo de sí misma?. Ella no tendría el valor para alabarse y no porque tenga bajo autoestima sino por respeto a las demás personas. Pero bueno, después de todo, eso depende de cada uno. Giró en la siguiente esquina, y retrocedió lo más rápido que pudo. Se resguardó tras una pared y observó atenta la escena, un chico estaba siendo brutalmente golpeado por unos universitarios.
Miró la hora de su reloj; era demasiado temprano para que la universidad de permiso de venir a la parte de colegio, de seguro se escaparon. Tembló inconscientemente al ver al pobre muchacho escupir sangre, de repente uno de los jóvenes notó su presencia, la miró fijamente a los ojos y cuanto estuvo completamente seguro de quién era sonrió de lado y avanzó hacia ella. Por su parte no pudo mover ni una solo pierna ambas se habían quedado paralizadas por la escena antes vista y cuando por fin su cerebro proceso lo que estaba pasando el joven que anteriormente la estaba mirando ya la tenía acorralada contra la pared.
–¿Qué haces aquí, Sakura? – cuestionó mientras delineaba con sus dedos su pómulo. – Espiar es malo cariño, ¿Qué se supone que querías escuchar?
La pequeña adolescente apenas pudo tragar saliva y tratar de mirarlo de frente. Era alto, se atrevería a decir que mide 1.80 o más, era de hombros anchos y cuerpo corpulento. Su mirada era penetrante y observaba cada facción de su rostro, esperando el punto exacto para atacar.
–Lo siento – murmuró por lo bajo, desviando su mirada.
–¿Me tienes miedo, Sakura? – susurró muy cerca de sus labios haciendo que su aliento chocase con los labios de la joven. Ella apenas pudo ladear con la cabeza en señal de negación. – Entonces, ¿Por qué tiemblas?
Trató de respirar lo más tranquila que pudo, y se decidió en responderle de la forma más segura posible.
–Porque no me gusta la cercanía – las palabras por fin parecían fluir. – No sé quién eres, ni por qué sabes mi nombre, ni por qué golpeabas a ese muchacho. Si vienes a advertirme sobre eso, no te preocupes, no se lo diré a nadie.
–No deberías – respondió seguro, colocando una mano a lado de su cuello, permitiéndole la cercanía percibir su aroma embriagador, parecía que utilizaba Dolce & Gabbana. – ¿Acaso no lo recuerdas? – Sakura frunció el ceño confundida y él sutilmente agarró su mano y la comenzó a llevar donde se encontraba el chico.
–Míralo – ordenó poniéndola al frente.
Después de fijarse bien en el muchacho que estaba en el suelo por fin lo pudo identificar. Mientras tanto unas manos varoniles descendieron lentamente hasta su cintura para susurrarle en el oído.
–Es uno de los chicos que te hacían bullying, Zaku.
¡Es cierto!. Era Zaku, estaba en tan mal estado que no podía decidirse entre quién era.
–¡Sasuke es hora de irnos! –lo llamó su compañero a la par que la soltaba y dejaba un casto beso en su mejilla.
–Nos vemos, Sakura – le guiñó el ojo y se marchó a paso apresurado.
La joven de inmediato se cogió el pecho respirando alteradamente, por un momento había llegado a pensar que ese chico le haría daño.
El timbre de inicio de la última hora la trajo a la realidad y a pasos lentos comenzó a caminar no sin antes ver a Zaku tirado en el suelo. Por el momento no se metería en más problemas, Zaku no estaba muerto ni a punto de hacerlo, así que podía esperar a que alguien lo ayude.
Le dio la espalda y comenzó a caminar a su salón con un poco más de prisa de lo habitual, después de todo no quería que la relacionaran con este incidente.
–Haruno, ¿Problema con el baño? – se mofó Karin, mostrando con mucho orgullo el retrato que le habían hecho.
Sakura fingió no escucharla y siguió su camino hasta su asiento para comenzar a sacar sus libros de la maleta. Karin al ver la poca importancia de ella soltó un chasquido y se sentó de mala gana, haciendo que su pequeña falda se alzara a más no poder por sus muslos.
–¡Chicos, abran su libro en la página 79! – avisó el profesor de anatomía, quien descaradamente se pasó varias veces por su fila para poder observar cuan maravillosa puede llegar a ser la vista de las piernas de su alumna favorita.
Sakura apenas vio las intenciones de su profesor de Anatomía con su compañera y volteó los ojos asqueada y siguió buscando su libro al cual no lo encontraba. Luego de sacar todos los libros de su maleta y revisar uno por uno lo dio por perdido. El libro no estaba y eso significaba que tendría que hablar con el profesor pervertido. Aclaró su garganta y cuando quiso emitir un comentario, alguien tocó la puerta.
–Disculpe la interrupción profesor Hatake. Vengo a entregar un libro a la señorita Haruno – de inmediato el chico la buscó con la mirada y al encontrarla le sonrió abiertamente. No se podría decir que el cariño era mutuo pero si la mirada. Por otra parte ¿Cómo él había encontrado su libro de anatomía?
–¡Uchiha, es un gusto verte de nuevo! – lo que faltaba. El pervertido y el acosador se llevaban bien. – Por favor toma asiento ¿Ya terminaste clases o …
Sasuke soltó una risita y el profesor de inmediato lo entendió.
–Te escapaste – completó seguro la frase, pero con la misma cara de felicidad que tuvo al verlo traspasar la puerta, como si fueran dos cómplices. – En todo caso no hay problema, toma asiento.
–No quisiera interrumpir su clase – dijo mandando una mirada lasciva a Sakura, quien se sentó de una, molesta. – o si no es mucha molestia, creo que puedo quedarme – ¿Acaso, la estaba desafiando?.
El profesor Hatake soltó una carcajada de felicidad y le dio una silla.
–Siéntate donde desees – la Haruno apenas cerró los ojos y ya lo tenía a su lado. ¡Genial! ¿Qué más le podía suceder?. –Alumnos he olvidado unos papeles, en unos minutos vuelvo.
Trató de mantener la poca cordura que le quedaba y jaló su silla para dejar un espacio prudente entre ambos. Sasuke al notarlo la miró mal y movió su asiento hacia ella para estar más juntos.
–Disculpa, pero necesito espacio. – gruñó molesta.
–Déjala, es un bicho raro. A veces me da la impresión que es lesbiana – esclareció con sorna su compañera pelirroja, mientras el Uchiha la miraba con el ceño fruncido.
–¿Y tú eres…?
–Karin – sonrió coquetamente y cruzó una pierna, para dejar más a la vista sus muslos.
Sasuke la miró de arriba hacia abajo, y dejó escapar una carcajada.
–Karin, karin, karin… – repitió, mientras movía un dedo en forma de negación. – No lo intentes cariño. Si lo que quieres es llamarme la atención, comienza usando ropa más decente.
La adolescente que hasta ahorita estaba de mal humor esbozó una sonrisa de satisfacción ante el comentario que le soltó el Uchiha a Karin.
–Haruno, ¿Qué es lo gracioso? – preguntó molesta la pelirroja.
–Nada que te interese. Cosas raras de este bicho – respondió tajante cogiendo el libro de anatomía que le habían traído.
Lo abrió sin mirar a ninguno de sus dos "amigos" y al instante escuchó una sonora carcajada. Trató de no regresar a ver pero su curiosidad era más. Al fijar su vista al frente vio la ensanchada sonrisa colgate de Sasuke mirarla. ¿Acaso tenia payasos pintados en el rostro?. Sus labios formaron una línea recta y lo miró malhumorada.
–Pequeña no te molestes – sus dedos tocaron levemente su mejilla mientras Sakura se quedaba estática. Lo miró de reojo tratando de restarle importancia al asunto y continuó con lo suyo.
–No me toques. No me gusta.
Aunque no se encontraba mirando al mayor, por el insulto que soltó ya se podía imaginar que le había fastidiado su comentario.
–No me conoces Sakura, ese es el problema.
–No te has presentado.
Sasuke trató de esbozar una sonrisa de lado pero a leguas se veía que era forzada.
–Tienes razón. Mi nombre es Sasuke Uchiha, y me perteneces.
El joven se levantó del asiento sin decir nada más y le susurró en el oído.
–Grábate algo, cariño. No me gusta la competencia, así que por el bien de todos mantente alejada de los problemas o tendré que deshacerme de ellos por las malas. – le guiñó un ojo y como anteriormente había hecho se marchó a paso apresurado.
Abrió la puerta desganada y al tiempo de hacerlo escuchó las peleas. Eso era algo normal en su caso, pero era algo cansado tener que escucharlas siempre.
–Ya llegué – avisó desde el umbral. Apenas miraron a Sakura y siguieron discutiendo.
En vista de que nadie le iba a prestar atención decidió subir a su cuarto para tomar un descanso. Ni bien cerró los ojos y calló en un sueño profundo.
Después de varias horas de poder descansar abrió los ojos con sueño y se fijó en el reloj. Eran las 7:00 pm de la noche y como hoy era viernes ni siquiera se preocupó por las tareas que tenía que hacer, así que mejor decidió darse un refrescante baño.
Cuando terminó pasó por los largos pasillos de su casa en busca de un sandwich pero un sonido muy extraño le llamó la atención. Era una voz femenina muy chillona que se escuchaba a lo lejos.
Pasó disimuladamente por cada habitación buscando a la portadora de esa voz y cuando llegó a la habitación de sus padres la vio.
Ella se encontraba descaradamente en las piernas de su padre, acariciando sus hombros y soltándole palabras melosas, y de vez en cuando dejaba unos besos en sus labios carnosos. Su padre quien todavía no notaba su presencia con un brillo especial en sus ojos le musitó "Eres preciosa, no sabes cuánto hubiera deseado conocerte antes".
Sakura trató de respirar lo más fuerte posible para evitar entrar al cuarto y soltarle unas cuantas groserías. ¿Por qué eres tan cobarde?, se dijo así misma. Cualquier niña de su edad hubiera entrado a la habitación y hubiera hecho un relajo. Pero ella no era igual, se pensaba las cosas dos veces antes de hacerlas y por ese mismo motivo ahora debía salir a tomar un poco de aire fresco.
Cogió su cartera y su celular y se alejó lo más pronto posible de su casa, necesitaba pensar con calma. Pero le era imposible, sus manos temblaban de rabia y sus ojos se encontraban rojos al tratar de retener las lágrimas.
–Te odio – susurró con rencor. – ¡Te odio! ¡Quiero que te mueras!
Pateó la primera piedra que vio, luego a un bote de basura y terminó con la reja de una cancha. Dejándose caer en el sucio piso y escondiendo su cara entre sus piernas, quedándose en posición fetal.
Odiaba el sentimiento de tristeza, el ser tan débil, el llorar por personas que lo único que hacían era lastimarla. Ella simplemente deseaba que alguien le ponga fin a su vida para acabar con toda esta tortura.
–¿Preciosura que haces tan sola?
Apenas levantó la cabeza asustada y su cuerpo se encogió mucho más. Un hombre de unos 44 años con aspecto desagradable y con un olor a alcantarilla le sonreía malévolamente.
Sin espera a que Sakura respondiera algo, el hombre la levantó con su tosca mano desde el brazo tirando de el para apegarla a su sucio cuerpo. Cuando la joven pensó que todo había acabado, a las espaldas del tipo vio a un chico muy conocido para ella.
Este lo apuntó con el revólver mientras lo alistaba.
–Suéltala – ordenó furioso.
El hombre al ver el arma la dejó caer al piso como cualquier trapo sucio.
–Tranquilo, no hay necesidad de usarla.
¿Por qué él?. La persona menos esperada hacía presencia para salvarla. ¿Acaso creía que haciéndolo le caería bien?
–Muchachos – murmuró Sauke llamando a todos su grupito. Cinco chicos corpulentos y de su misma contextura aparecieron desde su espalda y se acercaron al hombre que minutos anteriores quiso abusar de ella, y se lo llevaron a una esquina, para comenzar a golpearlo.
–¿Acaso no te dije que no te metieras en problemas? – preguntó el mayor molesto por su descuido al caminar por calles peligrosas. Cohibida ante sus palabras alzó la mirada y sus ojos negros como la noche la examinaron en busca de algún daño.
–Estoy bien – respondió para tranquilizarlo.
Al voltear la vista para observar al tipo que le estaban pegando, pudo ver claramente como uno de sus compañeros sacaba un arma y le pegaba un tiro directamente a la cabeza, haciendo que el cuerpo inerte cayera directamente al piso.
Un grito ensordecedor salió de su boca. ¿Lo… mató?. Los brazos de Sasuke en seguida la aprisionaron contra su pecho. Besó su cabeza y acarició con una mano su cabello.
–Tranquila, ya pasó todo – ¿Acaso está loco? ¿Sus compañeros lo mataron?.
Un dolor agudo atravesó en su brazo. ¿Una jeringuilla?.
–Es por tu bien, créeme… – es lo último que le escuchó susurrar antes de cerrar los ojos.
Les ha gustado?. Espero que haya sido de su agrado y discúlpenme si hay faltas ortográficas a veces se me escapan XD
Bueno si en todo caso creen que merezca una continuación háganme saber con sus comentarios.
Los amo, besos.
~Jay.B FE~