Capítulo 1.
Sensaciones.
Era por la mañana, hacía mucho frío, me levanté en contra de mi voluntad. Debía asistir a la institución llamada preparatoria. ¿Para qué?, ¿para ser alguien en la vida?. Sólo los humanos tenemos ese patético deseo de ser alguien superior a otros. No pudimos evolucionar de forma en que nuestra única preocupación fuese la de comer, dormir y reproducirse.
Mi pequeña hermana fue como de costumbre a despertarme pero al ver que ya estaba despierta se sorprendió un poco ya que era ella la que usualmente me despertaba. Pero desde hacía ya varios días eso había cambiado. Ya no sonreía, no pasaba tiempo con mis amigos o familiares, todo me molestaba y me daba asco, quería mandar todo lejos. Y lo más raro de todo, aunque ya me había acostumbrado, escuchaba voces en mi cabeza, sí, voces, que me decían que hiciera cosas que nunca creí que podría ser capaz de hacer.
, el desayuno ya está listo, baja o se enfriará- dijo mi hermana con su usual amabilidad.- ¡Voy!- contesté sin ningún tipo de enrgía-.
Bajé a la mesa casi desnuda por así decirlo, llevaba puesta mis típicas medias negras, la falda escolar y el sujetador, lo demás faltaba pero me daba igual.
-Onee-chan, ¡¿qué haces?!- gritó mi hermana sonrojada, ¿por qué se sonroja?, no me digas que siente algo por mí.- Nada, solamente no me apetecía ponerme el resto del uniforme-dije-.
-Debes hacerlo, sino se te hará tarde- dijo mi hermana menor tratando de esconder su sonrojo. Sigo insistiendo que ella siente algo por mí-.
-Vale, vale, iré a cambiarme, ¿feliz?- contesté un poco molesta-.
Ya de camino a la preparatoria me estaba congelando, maldito invierno no lo soporto. Estaba con la expresión en mi rostro que podía denotarse desde hace varios días, mmi hermana venía contándome qué había hecho con sus amigas el fin de semana, no podría importarme menos. Me contaba que unos tipos habían intentado ligar con ellas invitándoles a ver una película pero que al rechazarles estos se fueron sin protestar, algo raro pensé. Ya que los hombres siempre intentan conseguir lo que quieren a la fuerza, patético, lo sé.
-Pues cuando Jun había dicho que no y los otros muchachos se alejaron ¡nos sorpendimos mucho!- ¡Mátala!, un pensamiento pasó por mi cabeza. Vamos, sé que quieres, si la matas no tendrás que soportar más esas estúpidas historias. Venga Yui, tú y yo sabemos que es lo que hay que hacer, mira por ejemplo el lugar, no hay ningúun alma cerca, ¡es el momento perfecto!, ¡hazlo!-.
-¡No!- grité con tal fuerza que mi hermana dio un gran salto del susto.- Nee-chan, ¿estás bien?- preguntó- ¿Eh?, sí, estoy bien, tranquila.- estaba sumamente agitada, todo me daba vueltas, ¿qué clase de persona siente la tentación de querer matar a su hermana?-.
Me dispuse a apurarme y llegar lo antes posible a clases para ver si la maldita voz esa se callaba de una vez. Cuando por fin llegamos habían muchas alumnas en los alrededores, todas con sonrisas y caras radiantes de felicidad, qué asco- pensé-. Me dispuse a ir a mi salón de clases para ver si esta horrible sensación desparecía de una vez...