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Capítulo 2: Un día más.
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Respiró tranquila en su soledad, recién había terminado de limpiar toda la casa y de hacer el almuerzo; como odiaba comer en casa, siempre sobraba comida y lamentaba mucho tener que botarla, sin embargo lo peor de todo el día era tener el resto de la tarde libre sin absolutamente nada que hacer, sin alguna compañía o una llamada de alguien que pensara en ella; un suspiro la agarró incauta, las cosas habían cambiado tanto, todos sus amigos habían logrado lo que deseaban o estaban cerca de lograrlo, ocupados en sus rutinas y felices de hacer lo que gustaban… Y ella estaba allí, en su casa, como todos los días, sin mucho o nada que hacer, ¿cuál era su destino?, en perspectiva sus metas habían sido niñadas, ya lo había alcanzado pero… ¿Qué le quedaba ahora?, al menos sus amigos se encontraban bien. Se levantó, sentada en la orilla de la cama, contemplando sus guantes amarillos y demás trastes de limpieza, bajó las escaleras y organizó las cosas en el armario que tenía para los utensilios de aseo. Suspiró al ver las sobras de comida y lamentó mucho el tener que botarlo, como siempre. El resto fue para ella inquietante, había dormido en la tarde y luego leído un poco de libros que no había terminado, pero nada, nada lograba tranquilizarla, se sentía aprisionada en su propia casa, sin escape ni compañía, odiaba no tener una ocupación, sencillamente no podía quedarse quieta y no se atrevía a llamar a alguna de sus amigas, seguramente estarían ocupadas, sobretodo su amiga médica; resopló y dejó de lado el libro que tenía entre sus manos, miró hacía la ventana, atardecía… Había sido otro día más, un día cualquiera, un día agregado a la cuenta y nada más; de repente sonó el timbre de su casa y alarmada –y muy contenta– corrió escaleras abajo y luego respiró para calmarse y abrió la puerta, su sonrisa desapareció al percatarse que no era una visita cordial… Era su mejor amiga Sakura, completamente histérica y molesta, ella había entrado a su casa sin esperar alguna indicación y hablando sin parar una cantidad de cosas que no entendía, preocupada cerró la puerta.
—A ver Sakura, primero cálmate y vayamos arriba para hablar más tranquilas, ¿si?—dijo tratando de calmarla en vano y subiendo las escaleras.
Su amiga le siguió silenciosa hacia su habitación y una vez allí, nuevamente comenzó a alterarse y decir una cantidad de cosas que para la ojimiel no tenía sentido y no podía escuchar por la rapidez con la que descargaba sus pensamientos enojados.
—¡Estoy tan molesta! —Finalizó tumbándose en la cama de su amiga.
—Como dije antes, cálmate, respira —dijo esperando que se tranquilizara—. Y ahora sí cuéntame bien, ¿qué sucede?
La pelirosa acató su recomendación, respiró profundo y luego bufó, sin embargo cada vez que recordaba lo sucedido, la sangre parecía hervirle y no podía controlar sus emociones en conflicto. Simplemente sus palabras no podían sonar tranquilas.
—¡¿Es que acaso no has escuchado los rumores?! —Tenten se sorprendió, su corazón se aceleró y sintió como la sangre ya no le corría por el cuerpo.
—¿Cu-cuáles rumores? —Titubeó nerviosa.
—¿En serio Tenten?, ¡¿es qué nunca sales de tu casa?! —Reparó en sus palabras apresuradas, al ver el rostro de su amiga que reflejaba la verdad—… Lo siento amiga, es solo que estoy alterada, se ha pasado el rumor de que Sasuke tiene novia… Dicen que anoche estuvo en el parque de las Sakuras, divirtiéndose con esa.
La pelirosa se llevó las manos al rostro y de ésta forma Tenten debía dar las gracias, ya que su amiga no podía ver su rostro inundado en asombro, pavor e histeria, estaba completamente paralizada, el momento había llegado y no tenía ni la menor idea de que decir, era mejor decirle ahora que se trataba de ella y…
—Me he esforzado tanto, incluso cuando se fue y me dejó abandonada con mis sentimientos confesados, ¡yo lo busqué y no le guardé rencores!, siempre he estado allí y luego se le aparece en frente la primera ilusa y a esa sí le presta atención —Suspiró, quitando sus manos de su rostro y tomando las de la ojimiel—… Hay Tenten, tú sabes más que nadie todo lo que siento en verdad, ¿Qué me aconsejas?
La maestra de armas se sobresaltó, buscando alarmada una respuesta en su cerebro para su amiga, ¿decirle o no decirle?; por un lado se daría cuanta sí o sí algún día y ese día está más cerca de lo que le gustaría, por el otro lado… ¡Cómo podría decirle la verdad ahora!, ahora que le pedía un consejo y sus manos sostenían las suyas con tanto miedo y preocupación de perder a su ser amado; ella sabía cuanto lo amaba, cuanto soñaba con él, cómo su corazón gritaba a mil y un voces por años la atención de él, ¡cómo podía romperle el corazón así!. No existía la decisión correcta, cualquiera fuera su decisión la lastimaría y nunca podría ser perdona, ni siquiera ella misma se perdonaría.
—¿Tenten? —Sakura se extrañó de su ausencia.
Tenten no sabía cómo reaccionar, de cualquier forma la lastimaría, debía al menos ser sincera y decirle ahora que se trataba de ella, así no sería más doloroso escucharlo de otra boca; miró directo a sus ojos verdosos, entreabrió sus labios y...
—No lo sé Sakura, quizá esto significa que Sasuke simplemente no quiere verte de otra forma.
Sus palabras sellaron el dolor de ambos corazones afligidos, fue egoísta y su cobardía no tendría limites en repercutir contra ella, lo sabía, acababa de arruinar una amistad que simplemente no podía valer miles de vidas inocentes, pero ello jamás removería la sensación asquerosa que recorría cada milímetro de su piel mientras la abrazaba en medio del llanto.
Una vez su amiga se recompuso se arregló bien la bata médica y luego se despidió para volver a escondidas a su trabajo, dejando a Tenten sola para gritar, una y otra vez. No era algo que ella hubiese hecho por su cuenta, pero aunque nunca fue su intención debía cargar con ese peso sobre sus hombros, era parte de su trabajo, mentir y cumplir su misión a cualquier costo y sin apremios; ella lo sabía, pero aún así dolía y pronto dolería más, ella nunca la perdonaría e incluso ya sabía que le diría, lo sabía porque ella en su lugar, haría lo mismo. Entonces se quedó allí, paralizada, inerte en el medio de su cama mirando hacía el techo; Sakura la tenía a ella para desahogarse, al igual que Ino y Hinata, pero, ¿a quién tenía ella?... A nadie, ¿acaso alguna vez tuvo a alguien de verdad junto a ella?, escuchó el silencio de su casa vacía y sintió como su corazón se rompía en su pecho, finalmente una idea oscura recayó sobre sus hombros, tomó el libro que había estado leyendo… Lo había estado negando durante meses, incluso años; nunca un libro, ni el aseo de la casa, ni el dormir tanto como fuera posible, borraría la insufrible verdad de ser solo alguien más, la razón única de su aberrante soledad. Ella no era más que una persona más en el mundo, una persona sacrificable… Por ello la eligieron a ella para esa misión, su sufrimiento y las consecuencias de tal misión serían consecuencias mínimas que pagar y solo su conciencia pagaría tales consecuencias.
Su corazón latía velozmente, retumbando en sus oídos, mientras su cuerpo tambaleante se sentía cada vez más pesado y se dejó caer en el frío piso, era demasiado para estar preparada, aunque fuera por un bien común, no podría con su cargo de consciencia, nunca. No supo que hacía entonces cuando calzó sus zapatos y corrió lejos de su casa, sin rumbo fijo, ni intenciones claras de ser consolada; ella estaba agobiada, pero no podía liberarse de aquello… No había nadie en quién liberarse. Hasta que se chocó con alguien y distrajo su mente de sus preocupaciones al menos por unos segundos, irónico…
—Perdone no veía por donde iba —dijo apenas organizando sus ideas en lo que alzaba su rostro, solo para sorprenderse.
Ella lo observó tratando de no perderse en sus facciones perfectas y semblante tranquilo, su corazón latía nuevamente más rápido de lo normal pero ella era consciente que no había sido por la carrera sin sentido, no, se trataba de que estaba enfrente de esa persona por la que sus sueños eran el único lugar donde siempre anhelaba estar.
—Eso no suele ser normal en ti —dijo aquel hombre de melena castaña muy tranquilamente, sin demostrar ni sorpresa en sus facciones relajadas.
Su voz gruesa y melódica a los oídos de Tenten era justo lo que necesitaba para poder tranquilizarse y terminar felizmente su día turbulento, como costumbre la estremecieron con fuerza haciendo saltar a su corazón mientras su rostro expertamente solo dejó escapar una sutil sonrisa, escondiendo todos los estragos que realmente se desataban dentro de ella.
—Bueno… Últimamente he tenido la cabeza en otro lado —Rió ligeramente nerviosa, algo que el joven pareció ignorar.
Solo silencio fue lo que siguió, uno que siempre sería incómodo para la joven de ojos miel. Eran compañeros hace mucho tiempo, pero jamás cambiaría, él siempre sería de pocas palabras, de expresión estoica y porte orgulloso, el joven por otro lado le miraba notando en sus palabras que algo le inquietaba aunque no podría poner el dedo en qué y no sería capaz de solo preguntar: "¿Sucede algo?", aunque lo quisiera, también tenía asuntos que atender y gracias a su personalidad no sería capaz, se consoló pensando que de todas formas no era su asunto y ella no querría hablar de ello con él. Tampoco era buen momento.
—Debo irme —dijo sin más.
—Ah, bueno… Adiós Neji, y emm… Perdona por el empujón —Sonrió mientras recibía de él un simple asentimiento.
Él se marchó silencioso, dejándola a ella con más pensamientos agobiantes… No es que tuviera muchas oportunidades con aquel estoico hombre, pero los sentimientos que resguardaba con ahínco en su corazón por él, le daba esas esperanzas que a veces, dolían… Y ahora el tener que casarse con otro hombre que definitivamente no amaba, solo destrozaban cualquier minúscula oportunidad y de paso la esperanza que pudiera existir, sin mencionar que además de perder cualquier milagro de tener algo con ese hombre, también se quedaría sin amigas en las que refugiarse y puede que a su no amado prometido no le importasen los comentarios, pero a ella definitivamente sí.
Se encontró a ella misma sentada en el parque , ese mismo donde hozó salir con su prometido, solo recordarlo le daba vergüenza porque traicionó no solo a su amiga Sakura sino a ella misma; por no darse cuenta que no tenía permitido disfrutarlo, solo aparentar que sí. Las casetas aún seguían allí, la gente todavía asistía en gran cantidad, hasta parecía que las actividades cambiaban; vio una pareja joven, un hombre de cabellos castaños y una mujer de cabellos más claros, se imaginó riendo como la joven, tomada del brazo de su eterno enamorado, Neji. Se dibujó una sonrisa curiosa, mientras por unos segundos la pareja se perdía de su vista, gracias a que la gente pasaba por su punto de visión, cuando logró ver a la mujer, se asombró al notar que era muy parecida a ella y más cuando divisó al joven a su lado que no tenía más cabellos castaños sino azabaches, tan oscuros como el intenso cielo nocturno. Pestañeó varias veces, para ver ni una ni otra, era solo una muy bella joven mujer con absolutamente ningún parecido a ella y a un hombre, solo un hombre con su mujer.
Toda esa paranoia la atormentó, recordándole que debía olvidarse de Neji y por obligación centrarse en aparentar un bello y "verdadero" romance con Sasuke, la joven kunoichi huyó del lugar a paso lento tratando de buscar paz a sus demonios persiguiéndola en la fría y solitaria noche…
¿Qué estaba haciendo allí?, se preguntó como por enésima vez mientras bebía su café amargo, sentado junto a la vitrina de aquella cálida y frecuentada cafetería; no estaba seguro de qué pensó cuando salió de su cómoda casa y caminó sin rumbo, ni pensamiento coherente y terminó en su cafetería predilecta, tomando su café e ignorando más de lo normal su alrededor, si no se conociera diría que se encontraba bien, pero no se sentía así, se sentía perturbado… Quizá se debía a que estaba a prácticamente a cinco días de casarse, y no, no quería creer que le daba importancia a ello… Pero sí sabía quien sí y no la había visto desde ayer; no se sentía correcto… Nadie siquiera sospechaba que no era soltero –aunque se sentía a que sí lo era– y luego se casaría en cinco días, ¿cuánto más sospechoso debía verse todo ello?, sin embargo no se trataba solamente de eso, pero no sabía que era. Bebió un sorbo de su café caliente y exhaló suavemente el calor que le llenó, su mirada no se había fijado en nada en particular aunque dirigía su mirada por la vitrina, hasta que en medio de su distraído mirar divisó ciertos moñitos castaños, tan claros como el chocolate; ella no parecía prestar atención al camino, la vio acercarse a un puesto justo al frente y sentarse a comer unos dangos a una banca cercana su semblante estaba perdido mientras automáticamente comía de su dulce…
—¿Desea algo más? —Fue la voz de una jovencita muy, muy nerviosa.
Sasuke le miró estoico regresando de lo que para muchos parecía ensoñación, notó que la joven pareció sonrojarse levemente y como era habitual decidió pasarlo por alto y solo negó suavemente, minutos después la muchacha le trajo la cuenta y silencioso terminó su café, dejó el dinero en la mesa y salió de la cafetería cauteloso de no ser visto por la ojimiel que comía enfrente; por el bien de la misión debía acercarse, pero no deseó hacerlo. Mientras se retiraba sin ser visto a lo lejos vio una silueta muy conocida y por alguna razón se felicitó mentalmente por no haber hecho a conocer su presencia a la ojimiel.
—Oh, hola Sasuke —Parecía herida, no porque le importase, solo era difícil de ignorar.
—Hmp —musitó, no porque le molestara, solo no había palabras.
La mujer pareció meditar algo, como si seguir hablando o irse… Y definitivamente estar de pie allí sin razón, le comenzó a molestar.
—Supe que estás saliendo con alguien…
Entonces se tensó.
—¿Qué tiene de relevante? —dijo cortante.
Se sentía al descubierto, aunque pensó que no le iba a importar cuando comenzaran a enterarse de su "romance", pero lo hizo, le molestó de una forma que ni el mismo entendió y cuando la miró fijamente casi como si con su mirada deseara callarla para siempre, incluso Sakura por un segundo sintió que el nunca la amaría.
—Oh no, no es por nada importante —Titubeó—… Solo que pensé que éramos amigos, y bueno… Que tus amigos podíamos saber… Ya sabes —Que tonta soy.
—Es mi vida privada, ni a ti ni a Naruto o a cualquier otro les debe de importar.
Había sido duro, como generalmente siempre había sido, pero le había fastidiado de verdad todo aquello, ¿qué importaba con quién saliera o no?, aunque fuera una completa farsa al mundo entero no debía importarle y ciertamente estaba cansado del mismo tema con esa mujer, pero se fijó en sus expresiones, llegó a la concusión de que los sentimientos, eran una mierda.
—Pero sí… Estoy comprometido —Se preguntó porque le había dicho tal cosa, tan cruel a sus evidentes sentimientos.
Y quizá solo se la quiso quitar de encima.
—¿Co-comprometido?, ¿cómo?, tan pronto…
Quizá estaba ya muy cansado de llegar al mismo punto en repetidas ocasiones y que de una vez por todas entendiera que no la amaba.
—Y sin contarnos nada sobre ella…
Y tal vez no debió ser tan cruel, pero ese era su punto limite, ya estaban bastante grandecitos y debían aceptar las cosas tal como vinieran, porque aunque no se tratara de Tenten y no fuera por la misión, sería otra mujer, otra situación y por más que ella esperara nada cambiaría el hecho de que no le correspondería, aunque se empeñara en ello, aunque todo el mundo creyera que terminarían juntos por el simple hecho de que por el momento no había nadie más.
—Porque yo sigo con mi vida, el hecho de que no se lo cuente a medio mundo significa que es una decisión apresurada… Me voy a casar con esa mujer y no porque no se trate de ti entonces es una mala persona.
La pelirosa se quedó impávida por varios minutos, asimilando cada palabra que eran lanzadas como piedras y dolían como tal. Debía olvidarlo como Tenten le había aconsejado, pero simplemente no podía renunciar a él, lo amaba, siempre lo había amado y soportó muchas cosas, simplemente esto era el quiebre de todo y no podría interponerse así como quizá su vida jamás volviera a ser la misma.
—No me malinterpretes, Sasuke no he dicho que sea una mala mujer… Y sí, sabes que siento cosas por ti, pero acepto eso —Trató de arreglar con una risita nerviosa al final.
Por supuesto que no y mucho menos lo harás cuando sepas quien es la mujer de quien hablamos… Pensó.
Llegó a su casa, suspiró, correr por toda la ciudad y comerse aquellos dangos fue de gran ayuda para soltar la carga que callada llevaba sobre sus hombros; fue a prepararse algo de cenar, definitivamente se iría a dormir temprano… Ó eso quiso creer; alguien tocó a su puerta y muy cansada abrió para encontrar a unos penetrantes orbes negros mirarle sin reparo alguno.
—Ya lo sabe.
—Lo sé, vino ésta mañana.
Realmente esperó alguna reacción alterada pero la mujer al parecer ya había pasado por esa etapa; no se supo quién estaba más inexpresivo entonces, fue una batalla fría larga y silenciosa que no se hizo menos dolorosa, finalmente la perdedora se rindió y sin permiso previo, lo abrazó, tratando de aguantar algunas lágrimas que patéticamente se derramaron por sus mejillas empapando su sencilla camisa negra, alcanzó a murmurar algunas cosas que para el azabache eran justo las palabras que esperaba escuchar desde un principio, mientras por supuesto sus manos no sabían donde posicionarse… Los abrazos no eran precisamente lo suyo, de hecho, ninguna muestra de afecto lo era pero mientras más la ojimiel se aferraba a ella, sin darse cuenta sus manos encontraron el lugar perfecto para estar, sus caderas. Ella se separó un poco para verle, él contempló silencioso su rostro a simple vista suave mientras ella resguardaba sus manos en sus hombros atreviéndose a mirar sus orbes negros en silencio, iba a decir algo…
—¡No puedo creer esto!
Aquel grito la paralizó por completo, haciéndola separarse de Sasuke abruptamente para ver al poseedor de tal grito de entre emoción, incredulidad y completa estupidez, era Lee. Alguien que nunca vería lo que creía ver como algo malo que juzgar, pero sí algo que nunca podría esconder.
Porque Lee, era pésimo para guardar secretos…
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Espero les halla gustado el segundo capítulo n,n y agradezco los comentarios que me han dejado hasta el momento... Prometo tratar de no demorara tanto xDD
Sayonara :D