Disclaimer: "Un nuevo comienzo" es un fanfic basado en la serie Agentes de S.H.I.E.L.D, Skye, Ward, Coulson y el resto de personajes mencionados no nos pertenecen, son de los Whedon, Marvel, la cadena ABC y la Disney. Imposible que nos toque nada. No intentamos violar las leyes del copyright ni obtenemos ningún tipo de remuneración económica por escribir esto. ¡Ojalá! (Esto lo ha escrito Giny Scully pero Caris Bennet lo secunda totalmente. Si nos pagaran por escribir fanfics...)

Resumen: Ha pasado un año desde que Coulson reclutó a un curioso equipo a bordo del Bus, todo parecía tranquilo, por fin, cuando Skye se mete en un problema al intentar averiguar algo más sobre la identidad de sus padres. El plan de la chica no sale como tiene previsto, pero como siempre pasa en la vida, cada nueva decisión te pude llevar a un nuevo comienzo.

Personajes: Principalmente Skye y Ward, son los protagonistas y el pairing que dominara el fic. También sale Coulson y se habla de todos los agentes y más gente que nos hemos inventado.

Tipo: Para mayores de 18. Pero no todos los capítulos serán NR-17. Tendrás que leerlos para averiguar cuáles sí y cuáles no :-p. Con bastante Angst al principio, seguido de mucho Hurt/Confort, buena dosis de Lemmon a partir de la mitad y todo con una buena base de Fluffy, porque lo valemos.

Spoilers: Todo lo que sabemos de los personajes hasta el capitulo 1x13 "T.R.A.C.K.S." puede salir en este fic en un momento u otro. De hecho nos ha tocado cambiar muchas cosas, porque desde diciembre que empezamos a escribir el fic el universo Agents of S.H.I.E.L.D. ha dado como 10 vueltas de tuerca y eso que solo han emitido tres capis nuevos.

Reviews: Sí, gracias. Queremos. Agradecemos. Deseamos.

Capítulo I

El silencio se había apoderado del Bus, otra vez, y era como estar viviendo en un infierno de sofás de cuero, o así lo definió Coulson días atrás. Skye se había callado, y aunque gracias a Dios esta vez no fue por culpa de dos tiros en el estómago, el efecto había sido parecido. Con el silencio de Skye llegó el de Simmons, y con el de Simmons el de Fitz. Lo que significaba vivir en un mísero infierno de agentes SHIELD silenciosos y mega concentrados en intentar no pensar en lo que había pasado hacía unos días.

A Skye la estafó un charlatán de primera, presumiendo de datos fiables acerca de la identidad de sus padres, quien al final lo único que quería era información confidencial sobre SHIELD. Skye se escabulló del Bus sin excesivo problema para una reunión secreta que terminó en un secuestro a voces. Como ya "casi nada" es secreto en el Bus, Simmons se dio cuenta de la marcha de la joven en el último momento y la siguió pensando que no era algo ni tan serio, ni tan peligroso, pero que en un momento dado necesitaría una amiga o ayuda, así que se equipó con una baliza de seguimiento por si acaso.

Era increíble todo lo que Simmons había aprendido en ese último año. Aquella decisión precipitada salvó el día, la semana y el mes. Cuando Ward las encontró, las dos estaban semi inconscientes y hasta arriba de suero de la verdad.

En el plan de huida a Simmons le dislocaron el hombro, a Ward le dispararon en el costado y Skye con unas pocas magulladuras quedó herida en lo más profundo de su orgullo, amor propio y demás sentimientos internos difíciles de cicatrizar.

La joven había pedido disculpas entre lágrimas a todos los presentes una vez llegados al Bus, prometió no volver a escabullirse, nunca jamás volver a tomar una decisión unilateralmente, casi prometió no volver a tomar una decisión en su vida, ya que todas parecían equivocadas, y se recluyó en su litera. De eso habían pasado 4 días, 7 horas y casi 30 minutos y sólo había salido para ir al cuarto de baño y porque Coulson le pidió ayuda con el nuevo caso que les había llevado a un pequeño pueblo al norte de Francia.

Skye salió, tecleó, encontró la solución, preguntó si su presencia era necesaria en la misión a pie de calle, Coulson no se atrevió a contestar otra cosa que no fuera un no, y en 20 minutos estaba de nuevo encerrada en su propia cárcel interior, dentro de la pequeña litera donde se escondía de sí misma.

Coulson estaba sumamente preocupado por la joven, no sabía qué hacer por ella. Después de haber sobrevivido a la muerte y de haber aceptado su naturaleza, Skye había estado muy tranquila y muy centrada. Varias veces le dejó entrever su miedo de que la muerte la acompañara y siempre dejó claro que prefería morir a que nadie muriera por ella. Así que simplemente dejó de hablar del pasado. Si nadie sabía quien era, nadie correría peligro.

La espantada de Skye le pilló de sorpresa, esa es la verdad. Aunque en el fondo la entendía. ¿Cómo negarse a uno mismo la necesidad de saber más? Lo que no entendía era su silencio. Entre ellos se había abierto una corriente de comunicación continua basada en una sinceridad abrasadora, que a veces ni siquiera le parecía conveniente, pero desde luego, era mejor que aquello. Skye ni siquiera dejaba entrever qué era aquello que tanto la preocupaba, cierto es que había metido la pata hasta el fondo, sí… pero desde luego no era la primera vez y en está ocasión ni siquiera quiso explicar su punto de vista, o dar valor a sus razones, sólo pidió disculpas y se encerró en una introspección insana.

Coulson ni siquiera pudo ejercer de padre como era su costumbre en aquel último año y aconsejarla, o castigarla o echarle la bronca, porque ningún castigo era tan cruel como el que ella misma se había impuesto. No podía castigarla, no podía ayudarla, no podía hacer nada… sólo podía preocuparse, como todos, y aquello le desagradaba.

Un buen agente SHIELD nunca se conformaba.

No podía dejar de pensar que tal vez Skye fuera una bomba a punto de explotar. Seguían sin saber qué suponía que ella fuera un 0-8-4, por mucho que él llevara meses tranquilizándola a ella. Así que aquella mañana cuando se vio obligado a abandonar el Bus a causa de una nueva misión, decidió que lo mejor era cambiar de táctica. Que él no pudiera acercarse de nuevo a ella, no significaba que no pudiera hacer nada.

Sabía perfectamente quién podría bajar las defensas de la chica. Y aunque era una apuesta arriesgada, tal vez era hora de poner toda la carne en el asador. Si Skye iba a seguir así mucho tiempo, no es que tuviera mucho más que perder.

Encontró al agente Ward justo donde esperaba que estuviera, liándose a puñetazos con el saco de boxeo con el que acostumbraba a entrenar a Skye. Su relación profesional no había pasado por muy buenas épocas en los últimos meses, su relación con May y las decisiones alrededor de todo lo concerniente a Skye les habían introducido en una dinámica de rechazo constante, que no había explotado por la total convicción de ambos hombres de que lo único que querían era lo mejor para su equipo, aunque no estuvieran de acuerdo en la forma de conseguirlo.

La forma en la que Ward era capaz de acercarse y alejarse de Skye dándole siempre lo mejor de sí, intentando no quemarse, la mayoría de las veces sin conseguirlo, era admirable y le recordaba un poco a él. Recuerda lo dulce y paciente que fue con la chica durante toda su recuperación y lo resentido que parecía con él y no puede por menos que sentirse identificado.

Coulson gritaba por su propia verdad, y el regalo de su sinceridad se lo había otorgado a las dos mujeres más importantes en la vida de Ward, pero no a él. Y Ward seguía preso de una mentira que rodeaba su vida. Coulson se detuvo a observarlo un rato y no pudo evitar darse cuenta de que los golpes del agente eran mucho más duros y menos controlados, más llenos de ira que de costumbre.

Todo aquello estaba afectándoles demasiado a todos.

-Deberías tomártelo con calma -dijo Coulson, anunciando así su presencia-. Esa herida del costado aún no ha sanado.

-Quiero estar al 110% cuanto antes, señor -contestó al agente, deteniendo el saco con el brazo izquierdo.

-Lo sé, pero no nos servirás de nada si vuelve a abrírsete la herida -suspiró con hastío-. No fue una herida limpia, lo sabes – Ward bajo la cabeza recordando de nuevo la situación en que fue causada y de nuevo se hizo aquel terrible silencio-. De hecho, he venido a pedirte que no vengas a esta misión.

El agente levantó la cabeza al instante muy sorprendido, casi escandalizado. Aquello era algo personal.

-Pero… ¿por qué, señor? -preguntó indignado.

-No estás recuperado y no podemos arriesgarnos a que te hieran.

-Teme que sea una carga para los demás – dijo con rudeza.

-Me eres mucho más útil aquí.

Ward se sentía sumamente confuso.

-¿Haciendo qué? ¿Entrenando? -preguntó, dándole un puñetazo lleno de rabia al saco.

-No - Coulson detuvo el saco con su habitual tranquilidad y lo miró a los ojos-. Necesito que cuides de Skye. No estás en forma para salir al campo pero más aún, necesito que la ayudes.

Cuidar a Skye se habia convertido en un deporte nacional dentro de aquel avión, aunque Skye últimamente no quisiera que nadie la cuidara, apenas que nadie le hablara.

-Creía que esa era su misión, señor.

Coulson sonrió de medio lado. Ward cada día era más descarado. Eso seguro que se le había pegado de Skye, pero no se lo iba a echar en cara. No después de todo lo que habían vivido.

- En esta ocasión yo no puedo hacer nada.

-¿Qué le hace pensar que yo puedo? Skye no confía en mí. Por poco consigue que esta vez sí que la maten, que nos maten a todos y ni siquiera estoy seguro de la razón – Ward lo dijo en un pequeño susurro, era una acusación y el doloroso hecho del que era partícipe.

-Skye confia en ti. Créeme - dijo Coulson sincero-. Si hay algo que no te ha dicho, es porque yo se lo pedí - Ward pareció sorprendido por la confesión pero no añadió nada-. Skye te aprecia – continuó Coulson-. Habla con ella. Desde la trampa está tan callada que es antinatural. Estoy preocupado y sé que tú también.

-Es difícil acostumbrarse al silencio de nuevo -confesó Grant con una media sonrisa, un poco más tranquilo.

-Es como un infierno con sofás de cuero – sonrió Coulson-. Quédate con ella y haz que hable contigo. Déjale que exorcice sus demonios. Que dé unos cuantos puñetazos o unos cuantos gritos, que te cuente qué le preocupa -Ward asintió y Coulson se dio media vuelta-. He de irme pero promete que hablarás con ella.

-Lo haré – dijo el agente convencido, pero cuando Coulson estaba a punto de salir, lo detuvo-. Señor… ¿Por qué yo? ¿Sólo porque estoy herido?

-Obviamente eres el que se queda porque estás herido y no me fío de que seas capaz de estarte quietecito en tierra – dijo señalando el saco de arena-, pero no es por eso. Me consta que Fitz-Simmons ya han intentado hablar con ella, Simmons se pasó un día prácticamente pegada a su puerta y Dios sabe que yo he intentado acercarme a ella por todos los medios.

- Así que soy el que queda.

-¿Quieres que se lo encargue a May? – Coulson entornó los ojos y Ward hizo un gesto asintiendo-. Sabes que no es por eso. Como ya he dicho Skye te aprecia, te valora y te respeta. Por alguna razón, vuestra repelencia mutua siempre os ha unido, desde el principio. Tú siempre sacas mucho de ella y ella de ti. Es posible que esta vez te cueste más, pero estoy seguro de que lograrás que se abra - Coulson cambio el tono de su voz repentinamente y se colocó sus gafas de sol-. Estoy convencido de que usted es la persona adecuada para esta misión, agente Ward. A no ser que quiera descubrir cómo hubieran sido las cosas en este avión si Skye nunca se hubiera cruzado en nuestro camino.

Y tras decir aquello se marchó del área de entrenamiento, dejando a Grant pensativo.

Minutos después todos se habían ido. La camioneta con todo el equipo había dejado un hueco vacío al lado de Lola y Grant decidió que era hora de darse una ducha y enfrentarse a su destino.

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Publicaremos un capítulo diario a las 4 de la tarde (hora española) hasta el final de la historia :)

¿Sabéis que cada comentario que se deja en una historia hace feliz a una escritora? Bueno, pues estamos en oferta, ¡cada comentario hace felices a DOS escritoras! ;)