Hola se preguntaran que hace esta chica con una nueva historia, pero es que me voy a volver loca si no la plasmo y deseaba con todas mis ganas hacerlo.

Espero su apoyo y que les guste.

Es algo raro, ya que solo lo he leído en Harmonie.

Ver a Hermione ciega es algo raro en un Dramonie y espero que les guste.

Como varias me conocen saben que detesto a Ron y en esta historia será un canalla.

Ya saben nada me pertenece.

Con ustedes…


Cita a Ciegas

Pov. Hermione.

Abrí los ojos y fue más de lo mismo. Oscuridad.

Fría, triste y terrible oscuridad.

Me senté con cuidado y sonreí al recordar que hoy tendría una cita con Ron, ya teníamos tres años de relación y quizás hoy…

Me puse de pie y me mentalicé en recordar a dónde dirigirme.

Si, al baño.

Debía dar quince pasos a la derecha, y estaría en la puerta del baño.

Unos tres pasos en diagonal y estaba el lavamanos.

Abrí el grifo y me refresqué la cara.

Estiré la mano y choqué con el vaso que tenía mi cepillo de dientes.

Con la mano izquierda, alcancé la crema dental.

Me lavé los dientes y con las indicaciones anteriores llegué a la puerta del baño.

De ahí conté veinticinco pasos y llegué a la puerta de mi habitación.

De ahí a la escalera, conté diez pasos y tomé el pasamanos.

Bajé los quince escalones correspondientes y giré a la derecha, con dirección a la cocina, contando cuarenta pasos.

Cuando llegué olía delicioso.

-. Ginny?- pregunté al no poder reconocer el olor por la comida que estaba siendo preparada.

-. Si amiga- me dio un beso en la mejilla-. Pansy no tarda con tu vestido para lo de esta tarde.

Si, Pansy. Ella era mi mejor amiga junto con Ginny y Luna desde que fui novia de Draco.

Pero por cosas del destino, o más bien dicho el compromiso con Astoria Greengrass nos tuvimos que separar.

Pero como dice el dicho, un clavo saca otro clavo, ahora estoy con Ron y lo amo mucho.

Lástima que ya no pueda verlo más.

-. Hermione tienes muchos narggles, no estés nerviosa- sonreí-. No ganas nada con preocuparte. Ocúpate en sentirte radiante esta noche- llegó Luna.

Asentí.

Ella tenía razón, yo no podía preocuparme por algo que no tenía un remedio.

El golpe junto con la maldición oscureció mi vida poco a poco hasta que ya no hay nada más que la abrumadora oscuridad.

Suspiré-. Tienen razón no debo preocuparme tanto.

Desayunamos en silencio y luego me di una ducha.

Vivía en el mundo mágico, era un departamento de dos plantas en el callejón Diagon.

Si bien me gustaba mas lo muggle, me alejé de todo luego de la muerte de mis padres a manos de mortifagos.

Para ser exactos, Dolohov y Bellatrix.

Ellos habían escapado de Azkabán y decidieron vengarse de mí, por ser amiga de Harry.

Yo traté de evitar su muerte pero cuando llegué ellos estaban todos maltratados y encharcados de sangre en el suelo de mi casa en Londres muggle.

Lo primero que hice cuando llegué fue correr a ellos y se despidieron de mí.

Por estar con ellos no me di cuenta de que ellos estaban a mis espaldas, solo sentí como mi cabeza de golpeaba fuertemente con la pared y luego la risa neurótica de Bellatrix anunciando que había creado esa maldición solo para mí.

Gracias a esa maldición ahora mis días y son oscuros y mis noches más aun.

-. Ya deja de pensar en eso por favor- pidió Pansy que había llegado con el vestido.

-. Es que…- negué con la cabeza-. Nada mejor arréglenme.

Y eso hicieron, se la pasaron todo el día, hidratando mi cuerpo, haciendo mascarillas, que si la manicura y la pedicura.

Cuando terminaron, es decir ya estaba lista y todo-. Como me veo?- pregunté, ya que no podía verme.

-. Esta hermosa, simplemente despampanante- dijo Ginny.

-. Estas muy hermosa Hermione- dijo Luna.

-. Ojala todo esto que hicimos fuese para mi Dragon, pero bueno estas muy hermosa- hice un gesto de reproche -. Estas despampanante, de seguro se te declara.

-. En verdad creen que…

-. Creo que sí, estuvo hablando con papá de eso. Como proponerte matrimonio y eso- me emocioné en demasía, mi sueño era casarme con Ron aunque no mucho formar una familia…

Tocaron a la puerta y me puse nerviosa.

-. Tranquila… ni que fuese Draco- dijo Pansy.

Sabía que ella quería que estuviese con Draco.

Pero las cosas habían terminado y yo era feliz con Ron.

Sabía que él no se casó nada con Astoria, que se negó en el último momento, pero ya era tarde.

Cuando lo vi en la mansión Malfoy el día de mi tortura, no sentí más que cariño por él, ya me había enamorado de Ron.

El me había curado el corazón, después de mi desamor con Malfoy, a inicios del sexto curso.

Sabía que el preguntaba por mí, pero yo solo podía preocuparme por él, como amigos.

Con la llegada de Ronald estaba emocionada y tambien muy nerviosa, era la primera vez que iba a Londres Muggle después de la muerte de mis padres.

Pero Ron quería ir, y ya era hora de que alejara mis miedos.

-. Nos vamos- preguntó Ron y Pansy Bufó.

-. Es que tienes la vista en el trasero, Dra…otro ya le habría dicho que estaba hermosa- sabia que se refería a Draco.


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Cenamos en silencio, solo esperaba que él se declarara.

Pero en el restaurante eso no sucedió.

Me sentía incomoda en Londres Muggle, me traía malos recuerdos.

Ya quería irme, me sentía mal.

No sé a dónde más me llevó, solo sabía que había música alta, olor a cigarros pero muy leve.

Me sentó y llamó al camarero-. Un whisky por favor y…- dejó la pregunta en el aire.

-. Me da por favor una malteada de fresa?- me pregunté si aquí tendrían ese tipo de bebidas.

Terminé de plegar mi bastón y lo mantuve en mis manos.

-. En un momento señorita- dijo el mesero muy amable-. Ya le traigo su trago- se dirigió a Ron por lo que escuché en un tono bastante seco.

Ron no hablaba, suponía que estaba nervioso, no era muy fácil lo que iba a hacer.

-. Aquí esta su malteada señorita, espero que le gusten los pastelitos- sonreí complacida por la atención.

-. Muchas gracias no debieron molestarse- me ruboricé.

-. Va por cortesía de la casa- le agradecí de nueva cuenta y escuché como un vaso era colocado en la mesa de mala manera-. Su trago- y con eso ya no percibí el olor del camarero.

Tanteé un poco hasta que sostuve mi copa, con la malteada y llevé la pajilla a mi boca.

Estaba delicioso.

Puse la copa en su lugar y busqué mis pastelitos.

En eso Ron se aclaró la garganta.

-. Hermione… yo…- me sentía emocionada-. Yo… quería…- respiró profundamente-. No, puedo.

Mi mundo se derrumbó-. Ron yo…

-. No puedo hacerlo, no puedo… pensé que podía, que no importaba… pero no puedo atar mi vida a una persona en tu estado… yo… esto es mucho para mí… tu no ves y yo no… esto es más que yo… lo siento- sentí que se ponía de pie y se iba, dejándome aquí, sola.

Pov. Draco.

Había ido a ese bar como todos los días después de salir de mi trabajo.

Si, a ese bar muggle.

Pero que hacía yo en el mundo muggle.

Pues bien, desde hace ya tres años, a mi familia y a mí nos habían exiliado luego de dar casi todos nuestros bienes, para reparar daños luego de la Guerra. Habíamos salido limpios pero por los daños causados nos quitaron casi todo el patrimonio Malfoy y nos exiliaron del mundo mágico, a mis padres por diez años y a mí por tres años y medio.

Pero eso no me importaba tanto, lo que si me importaba, era mi castaña, mi Hermione.

Había terminado con ella a inicios del sexto curso, ya que el señor tenebroso estaba por enterarse de mi relación con Hermione, por lo cual mis padres me pidieron que me alejara, ya que el neurótico ese no demoraría en matarla. Por eso cuando estaban a punto de descubrir mi relación con ella la dejé, y rápidamente me comprometieron con Astoria Greengrass.

Pero apenas cayó el señor oscuro, me desligué de Astoria y traté de acercarme a Hermione, pero ella ya estaba con él.

Y eso me carcome y me rejoda la vida.

Pero si en el ámbito amoroso me iba de la patada, en el laboral, me iba de lo mejor.

Era un empresario exitoso, dueño de la empresa de telecomunicaciones más exitosa de Londres muggle.

Pero todo eso de que me valía si no la tenía a ella.

Venía a este maldito bar todas las noches, tratando de desahogarme con alguna chica que se pareciera a ella en algún aspecto.

Pero no había como ella.

Ninguna le llegaba a los talones.

-. Y bueno me gradué de Cambridge- asentí sin prestarle mucha atención.

Era una chica muy guapa no lo iba a negar, de cabello castaño ondulado, no rizado y ojos chocolates.

Levanté la mano para llamar a Eric y cuando lo vi, me quedé impactado con lo que vi.

Eric, atendía al imbécil de Weasley y a ella. A Hermione.

Sonreí.

Estaba tan hermosa, su cabello rizado, ese vestido verde esmeralda con detalles en plata. Definitivamente Pansy tenía que ver.

Su hermosa nariz y sus labios.

Y sus ojos, delineados con un poco de negro. Sabía que no podía ver, eso me había destrozado por dentro por eso festejé cuando a Bellatrix y a Dolohov, le dieron el beso del dementor.

Esos ojos color miel que tanto amaba.

Su ceguera era lo de menos, ella era quien importaba. Solo deseaba poder demostrarle cuanto la amaba, pero ella estaba con Weasley.

De un momento a otro, la música paró y escuché:

-. No puedo hacerlo, no puedo… pensé que podía, que no importaba… pero no puedo atar mi vida a una persona en tu estado… yo… esto es mucho para mí… tu no ves y yo no… esto es más que yo… lo siento- todo se quedó en silencio, las bailarinas pararon en seco mientras lo veíamos partir dejándola sola.

Me puse de pie-. Fue un placer- le dije a la chica que me acompañaba y me enfilé hacia la mesa en donde se encontraba una cabizbaja Hermione.

Por el camino Harold me interceptó. Era el dueño del bar y mi amigo-. Ella no Draco- lo miré a los ojos y sonreí-. No es como ellas Draco…

-. No es como ellas Harold, es ella- el sabia mi historia más o menos, sabía que yo amaba a una mujer y que por eso venia a desahogarme diariamente aunque mi madre se cabreara.

-. Es tu chica?- asentí -. Suerte- sonreí y palmee su hombro.

-. Gracias- llegué a su mesa y tomé asiento-. Hermione- ella levantó la cabeza y vi sus lágrimas.

Tomé mi pañuelo, y las enjugué-. Draco…

-. Siento lo que pasó- ella negó-. Lo siento porque a ti te hizo sufrir y odio que sufras.

-. Quiero irme ahora- mas lagrimas abandonaron sus ojos y le pedí a Harold que me enviara la cuenta a mi oficina. El negó diciendo que era por cuenta de la casa por haberla encontrado.

Salimos del bar y cuando salimos en cochero me trajo mi porche negro.

-. Con cuidado hermosa- la ayudé a subir y luego lo hice yo.

-. Crees que soy un estorbo?- me hizo la pregunta más tonta.

Ella no era un estorbo ella era algo tan importante. Alguien muy importante.

-. Hermione… tu eres muy importante. Que el estúpido ese no la haya notado es su culpa. Tu eres importante en cualquier caso el estorbo seria el imbécil de la comadreja.

-. El solo… está asustado…- apreté el volante frustrado. El la dejaba botada y ella lo defendía?

Iba a replicar pero me di cuenta de que ella ya estaba muy agitada.

Estacioné en mi espacio de aparcamiento.

Me bajé del auto. Ella lo iba a hacer, pero fui más rápido y la ayudé a hacerlo.

Tomamos el ascensor y la abracé.

Ella hundió su cabeza en mi pecho y empezó a llorar.

Llegamos a mi departamento y con cuidado, la guie al sofá-. Ya Draco!- se soltó-. No me trates así. Me haces sentir inútil. Sé que lo soy per…- no la dejé terminar. La había besado.

Ella me correspondió después y la acerqué mas a mí.

Esto era lo que necesitaba desde hace mucho.

Sus labios, su cercanía.

Ella.

La tomé en brazos y la llevé a mi habitación.

La iba a dejar recostarse para que se durmiera y mañana Pansy la viniera a buscar. Pero eso de que ella se marchara lo estaba dudando.

No quería que se fuera.

La dejé en mi cama, que por primera vez era tocada por una mujer que no era mi madre, ella me abrazó.

-. No me dejes por favor… tu no- tanteó mi rostro y me besó.

Su beso era desesperado y yo le correspondí, dejándome llevar.

-. Jamás te voy a dejar- y esa noche, fui yo el utilizado, pero no me importaba, fui usado con gusto.

Nos besamos lentamente, degustándonos, recordándonos.


Bueno aquí está esta historia. Espero que les guste.

A mí me encantó.

Espero que sea de su agrado.

Puede ser un one shot o una historia.

Gracias por leer.

Danielle Franks