Epílogo
Disclaimer: Bleach no me pertenece, es de Kubo Tite, simplemente soy una mujer con mucha imaginación.
Las reuniones familiares en casa de Kukaku Shiba eran espectaculares. En primer lugar, había comida a destajo; segundo, las personas que se reunían siempre creaban un desorden increíble que daba que hablar por años; tercero, era un punto de reunión entre los que vivían en el Sereitei, Rukongai y el mundo humano en el que todos se ponían al día sobre sus asuntos. Por supuesto, la familia política también estaba invitada.
Hoy sería la primera para la quinta hija del matrimonio Kuchiki/Kurosaki.
Sí, el matrimonio entre estos dos sí había durado lo suficiente para engendrar cinco paquetitos de ternura, tal como el sueño premonitorio de Ichigo.
El patio de la casa estaba iluminado y decorado con motivos de festival japonés. Kukaku con calma esperaba a los asistentes con un kimono gris que simbolizaba el viento, elemento que su sobrina menor había heredado por lo que estaba muy orgullosa, pues a cada Shiba le corresponde un elemento, esa es la tradición y era la primera de los hijos de Ichigo a la que se le había otorgado el aire.
Kukaku escondió una enigmática sonrisa mientras veía llegar a los amigos de Ichigo y Rukia, junto con Ganju.
Mai y Hunter habían muerto en el mundo humano en un naufragio de un crucero hace algunos años por lo que se encontraron con Ichigo y Rukia en el Rukongai una tarde en que habían aparecido unos vacíos especialmente poderosos a atacarlos. Mai, con su gran habilidad para infiltrarse en las casas de la gente conoció a sus hijos y desde ahí había sido su psicóloga personal, por mucho que Ichigo se negara, se ganó a todos y cada uno, por lo que había sido invitada a esta reunión familiar. Hunter en cambio solo se limitaba a jugar a las cartas con Masaki, la hija mayor del matrimonio a la que le encantaban los juegos de azar y que le recordaba a Bea, quien seguía con vida en el mundo humano junto con su hermano menor, Xavier.
Pero volvamos a la fiesta familiar en la casa de los Shiba, exactamente a la conversación entre Mai y Ganju (el primo de Ichigo), quienes se conocieron hace unos meses y hoy se volvían a encontrar. Ganju se enamoró de la francesa instantáneamente y desde ese momento, no la había dejado de "tratar" de conquistar.
—…En este mundo existen dos tipos de personas…—Dijo Ganju mientras caminaba hasta el patio—Las que intentan y las que simplemente dejan de hacerlo…creo que la gran cualidad de los Shibas es que nunca dejamos de intentar.
—Interesante filosofía de vida, Ganju—Mai se rió por lo básico de esta.
—Deja de molestarlo, Mai—Exigió Hunter irritado—Has venido echando el avión abajo del pobre sujeto por todo el camino. Solo dile que no.
—Vamos, me divierte que aún no se dé por vencido—Respondió Mai a la recriminación de Hunter.
—¡Hey! Sigo aquí—Dijo Ganju enojándose. Le gustaba Mai, pero era un hueso duro de roer, incluso para un Shiba cuyo elemento es la tierra, constante y testarudo.
Poco a poco empezaba a llegar la gente, los siguientes en llegar fueron Rangiku y Toshiro habían sido invitados por Isshin, ya que los consideraba parte de la familia. Al poco rato llegó Byakuya con Renji charlando sobre la posibilidad de cambiar la decoración de su División a una que incluyera al Emperador de las Algas.
Ya casi en a media tarde, llegaron los habitantes de Karakura. Kukaku recibió feliz a sus primas quienes pasaban algunas temporadas en la casa Shiba, desde que pararon su envejecimiento (gracias a Urahara) a los veinte años pues querían entrar también al Gotei, más ahora que su hermano estaba siendo promocionado para ser Capitán Comandante. Como siempre Isshin estaba demasiado alegre ya que vería a sus nietos, esta vez vería a su nieta mayor después de un largo tiempo, cada vez se parecía más a Masaki y a pesar de su corta edad, estaba a punto de entrar al Gotei junto a sus tías, contra el deseo de sus padres.
Unos segundos más tarde, llegaron nuestros protagonistas. Rukia estaba más alta que antes, su cabello seguía corto, pero su rostro había madurado haciendo más finos sus rasgos si es que eso era posible dándole una belleza inigualable. Ichigo no creció más, quedándose en su metro ochenta y seis, que ya era bastante importante, en sus hombros estaba su segundo hijo, las gemelas venían una a cada lado dándole la mano. Rukia venía de la mano del cuarto hijo y en su espalda en una tela que servía como canguro de bebés, traía a su quinta hija.
—¡Mis queridos hijos y mis amados nietos!—Isshin gritó abalanzándose hacia ellos. Al ser esquivado por casi todos y con lágrimas en sus ojos, se acercó a abrazar a su primera nieta que venía atrás de sus padres con cara de pocos amigos, ante su mal humor pues solía ser una chica muy dulce, extrañado le preguntó—¿Qué pasa, Masaki-chan?
—Abuelito, no es nada contra ti—Dijo ella, devolviéndole el abrazo con unas palmaditas en la espalda, pues lo adoraba porque lograba sacarle siempre una sonrisa, además podía pedirle cualquier cosa, en serio, cualquier cosa y se la traería en un santiamén—Es que Mamá y Papá no aceptan que salga con un chico, ya estoy en edad.
—¡No, mi niña está creciendo!—Isshin fue a llorar ante un póster de Masaki que había obligado a colgar en una de las habitaciones de la casa Shiba.
Todos los presentes miraron atónitos a la menor y luego a sus padres, que la ignoraban vilmente saludando a los presentes y acercándose a las mesas casi listas para la cena sabiendo que ese tema era muy delicado, Ichigo era un excelente padre, pero muy posesivo.
Ichigo bajó a su hijo, Kaien, de unos ocho años y soltó las manos de sus hijas gemelas para ayudar a sentarse a Rukia y recibir a su cuarto hijo de cuatro años (casi igual a Isshin) al que Yuzu se lo quitó casi en seguida porque la verdad es que se adoraban mutuamente. La gemelas (Kanahe y Kanane) fueron a quitarle la bufanda a su tío Byakuya, que al contrario de lo que podrían creer, las adoraba y aceptaba todos sus caprichos por ser iguales a Hisana. Kaien fue a jugar a la lucha con su tía Karin en los jardines de la casa. Masaki se sentó frente a sus padres cruzándose de brazos haciendo evidente su enojo.
Los discípulos de la casa Shiba empezaron a servir la comida a los presentes.
El silencio entre ellos seguía presente. Mai y Hunter se sentaron uno a cada lado de ella, seguidos por Matsumoto y Toshiro, quien había crecido después de la última guerra quedando del mismo porte que Ichigo y hoy desempeñaba la capitanía de dos escuadrones sin estresarse.
—Vamos, en años humanos tengo más de cuarenta, es hora de que pueda comenzar una relación—Dijo Masaki haciendo un mohín a sus padres, tratando de razonar con ellos.
Mai miraba divertida la escena.
—No—Dijo con tranquilidad Ichigo—Ya lo hemos hablado en casa.
Una vena en la frente comenzó a notársele a Masaki.
—Papá, acepta que crecí. Mamá… ¡haz algo!
Rukia la miró sorprendida, ella ya había aceptado que su hija tuviera una relación, el problema era la posesividad de Ichigo.
—Estás loca—Ichigo recalcó.
—¿Qué tiene de malo Yuushiro*?
—Es un idiota.
—Vamos, Ichigo—Dijo Mai tratando de entrar en razón al adulto joven—Ella ya está en edad, mejor acéptalo o se irá de casa antes de lo previsto.
—No, no lo acepto y no se irá de casa—Ichigo se cruzó de brazos frente a Masaki quien estaba con la misma expresión cabreada—No se casará con ese noble, Yoruichi le ha lavado el cerebro… ¿Acaso no la has visto, Mai? Masaki aparenta solo trece años ¿Cómo va a tener una pareja con alguien dos veces mayor? ¿Estás loca?
—¡Yo no le he lavado el cerebro a nadie! ¡Fui la primera que me negué a esa unión!—Gritó Yoruichi desde el otro lado de la mesa muy ofuscada. Urahara intentaba detener que le lanzara un plato de ensalada en la cabeza del actual Capitán de la Octava división.
—Ichigo, no es que tú no hayas tenido una relación con alguien mayor, acéptalo—Le dijo Hunter. Una vez en la Sociedad de Almas se enteraron de la historia completa.
—Es distinto—Dijo Rukia defendiéndose.
—No, no lo es—Mai dijo con aburrimiento—Déjenla ser, ella ya sabe lo que quiere. Si quiere comenzar una relación, que lo haga, está en todo su derecho, es tiempo de soltar.
—No, ella no sabe lo que quiere—Dijo Ichigo—¿Una relación? La familia Shihoin me mandó una petición formal de compromiso. Comenzar una relación… ¡Ya quieren casarse! ¡Es apenas una niña!
—Entonces, con mayor razón—Mai argumentó con aburrimiento mientras masticaba un brócoli.
—¿Verdad, Mai-san?—Dijo Masaki mirando a su padre acusatoriamente—Es solo que una relación entre nobles tiene que pasar por el conducto regular…
—Byakuya te ha lavado el cerebro—Ichigo la miró con asombro y terror por llamarse a sí misma "noble".
Desde el otro extremo de la mesa, Byakuya le lanzó una mirada mortal a Ichigo, que ni se inmutó.
—Papá…—Masaki había llegado a su límite—Es hora que me dejes ser, si quiero casarme con Yuushiro es asunto mío.
Ichigo no lo podía aceptar. Aunque la muchacha fuera un paradigma de la responsabilidad, nunca le había dado un dolor de cabeza a sus padres por su conducta. Era un genio con la espada por lo que se podía defender perfectamente sola. No obstante, era su hija amada, se parecía un montón a su Madre de quien llevaba el nombre y dejarla ir, era aceptar que su hija tenía que hacer una vida aparte de ellos, que ya no podría ver su cara todas las mañanas ni verla crecer y sonreír. Rukia en seguida entendió lo que pasaba por la cabeza de su esposo, por debajo de la mesa le tomó la mano.
—Tranquilo—Le susurró—Sabíamos que este día algún día llegaría.
Ante la sorpresa de Ichigo por sus palabras y la duda de cómo Rukia tenía la capacidad de siempre entender lo que le pasaba, recibió en sus brazos a su quinta hija (Hisana) y la abrazó con fuerza.
—Nunca crezcas—susurró como plegaria.
—¿Te he contado alguna vez el viaje a Bali de tus padres?—Le preguntó Mai tratando de cambiar de tema.
—Creo que unas veinte veces, Mai-san—Respondió Masaki cambiando de humor, haría lo que ella quisiera no importa lo que pasara, ella amaba con todo su corazón a sus padres, estaba muy agradecida de tantos momentos que pasaron juntos; como cuando su papá le enseñó por primera vez a hacer un movimiento de espada, su mamá le enseñó a hacer kidou y le hacían bromas continuamente a Ichigo, incluso practicando Sai en la bañera cuando su papá quería sacarla muy rápido del agua caliente. Era difícil olvidar esa vez que se enfermó y su mamá estuvo a su lado día y noche por cinco días hasta que se recuperó o cuando su papá recorrió todo el mundo humano solo para poder traerle un espejo tallado hecho de madera de Balsa para su cumpleaños. La verdad, no planeaba irse luego, sin embargo su papá debía comenzar a aceptar que ya no era una niña que podía calmar cuando estaba triste con solo ir a ver las estrellas a Bali en el mundo de los vivos.
Siempre la tranquilizó esa isla.
—¿Segura que te he contado lo importante?—Mai le sonrió.
—Tan segura como que voy a ser oficial de la División Trece.
—Calla la boca—Ichigo aún estaba en negación—Si entras alguna vez, que dudo, al Gotei, vendrás a la división Octava, donde mis ojos te vean.
—¿Incluso lo que dijo tu padre de tu madre en una terapia de parejas, en la que ellos todavía no aceptaban la bella pareja que son?—Mai quería que Ichigo se diera cuenta que tenía un gran problema de negación no resuelto y de aprensión.
—¡No lo digas…!—Soltó atrayendo la atención de todos en la gran mesa.
—¡Sí! —Gritaron muchos—¡Queremos saber!¡Cuéntanos! —La más entusiasmada era Matsumoto sacando una libreta para publicar los pormenores en la revista de la Asociación de Mujeres Shinigamis. Toshiro seguía comiendo los manjus que habían servido y que estaban muy buenos, no obstante prestaba atención a la historia pues pintaba épica.
—Está bien, está bien—hizo un gesto con las manos atrayendo de la atención de todos.
—Maldita—Vociferó por lo bajo el shinigami, Rukia a su lado también prestó atención pues solo se había enterado de pequeños detalles de intervención de Ichigo en la terapia masculina de parejas organizada por Mai (Véase el capítulo 8) ¿Qué es lo que provocaba en Ichigo tanta vergüenza? Llevaban más de cuarenta años de casados y cinco críos preciosos... ¿Qué podía esconder?
Carraspeó—Érase una vez un chico y una chica con una misión espiritual en Bali, la isla más paradisíaca del mundo de los vivos…
*Yuushiro es el pequeño e inocente hermano de Yoruichi, muy guapo, por lo demás.
Lean el manga de Bleach: 674, la cosa es que se pudo muuuy bueno y el ichiruki viene.
Eso, MUCHAS GRACIAS por todo el apoyo a lo largo del tiempo. Este Epílogo es por petición de ustedes y lo hice con mucho amor.
¿Quieren más comedias? Háganmelo saber, la verdad, disfruto escribiéndolas. :)