Nota de la escritora: Hola nuevamente, como soy muy nueva en esto, no lo digo en la parte de unirme a la página ni la de ser una lectora, pero sí en la parte de escritura, y aquí es donde puedo interactuar más con los demás usuarios. Les comento que este es el segundo fanfic que publico, nuevamente de esta maravillosa serie que hace a mi mente volar en cualquier momento no importa donde esté, con cualquiera que esté o que este viendo, en fin ya ustedes me comprenderán XD
Bueno quiero agradecerle a mi fiel amiga editora Vicky-chan conocida por mi como Rusia, gracias a ella y a todo su apoyo incondicional me animé en redactar esta historia que desde hace como cinco meses la había imaginado ¿Por qué me demoré tanto en escribirla? Por el simple motivo de que no tengo mucho tiempo disponible porque estoy en la mitad de mi carrera y cada vez se colocar difícil.
Nota del fanfic: Este fanfic es de una pareja muy crack Rusia x Italia (amo las parejas raras) Les advierto de una vez si es RoIta quiere decir que Alemania y China que son los personajes más comunes de mis protagonistas, son una dolorosa parte de sus vida, así que por favor entiéndanme porque los vi de esta manera, no es que lo odie al lindo de Alemania, antes lo contrario ¡Lo amo! Pero tenía que darle un sentido y un buen giro a la historia.
Sin más preámbulos espero que la primera parte los enganche ¡DISFRUTENLO!
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Disclaimer: Italia y todos los personajes que aparecen en esta historia pertenecen Hidekaz Himaruya
**************************************** Capítulo 1 *************************************
MÁS AMARGO QUE LA CERVEZA
Kaitechikyuu Maru, marukaitechikyuu, marukaitechikyuu, bokuhetalia!
Ah, hito fudede, miadesubarashiisekai, nagagutsu Kampai de DA! ¡HETALIAAAAAA ~!
Italia canta dichosamente mientras se dirigía a la casa de los alemanes. Tenía su cara alegre como siempre, aunque ese día estaba más feliz de lo habitual ya que hace tiempos no los visitaba y ese era su día libre.
Llegó a la casa de los alemanes, oprimió el timbre para anunciar su llegada; la persona que abrió la puerta fue Austria, quien se alegró de ver a su "pequeño" que llegaba de visita.
- ¿Austria-san cómo estás?
- Muy bien Ita-chan, gracias ¿Y tú cómo estás?
- Ve~ muy bien, hace tiempo no vengo de vistita, espero no molestar.
- Claro que no, pasa, sabes que eres bienvenido.
- Gracias pap… digo Austria-san heraherahera~-sonríe tontamente.
Austria al escuchar la palabra sin terminar "pap" suspira mientras cierra los ojos y sonríe ligeramente ante aquella inocente expresión. ¿Ita-chan piensa que si me llama papi me molesto? Esa parte tierna de cuando era niño aún no ha cambiado. -pensó.
El recién llegado empieza a indagar con sus ojos a su alrededor. Austria se pregunta, ¿qué es lo que el italiano está haciendo?, estaba a punto de preguntarle al chico de cabello castaño, ¿qué era lo que estaba buscando?; pero en el preciso momento que disponía a preguntarle, el italiano con una gran sonrisa dice algo interrumpiéndolo.
- Ve~ ¿En dónde está mi mami? Quiero ver a mi mami.
-¿Tu mami?
- … ¿? -Austria queda pensativo ante lo que dice aquel chico.
- ¿Te refieres a Hungría?
- ¡Sí! -su sonrisa aún brillosa sigue latente.
- Aun sigues llamando así a Hungría-san -el austríaco sonríe al ver que no ha perdido su lado infantil, quién desde muy pequeño la llamaba mami.
- Ella está en su dormitorio, creo que está tomando una sie...-antes de terminar lo que estaba diciendo el chico había desaparecido de su vista.
Italia corrió feliz al cuarto de la chica, con la ilusión de abrazarla y saludarla, ya que había sido mucho tiempo que no la veía ni hablaba con ella. Al estar al frente de su habitación, no anunció su llegada y entró en el enérgicamente y sin ninguna preocupación. Su gran imprudencia había interrumpido un acto íntimo; su amada Hungría, que es considerada por él como aquella maravilla que da la vida y que en resumen se le llama madre, Se encontraba en una situación incómoda para para ambos porque estaba en brazos de un hombre, brazos que estaba unidos una espalda prominente y musculosa, con el cabello rubio y lacio que es su situación estaba algo desordenado. Sin saberlo, el chico le parecía familiar esa figura prepotente; Inmediatamente se dio cuenta que era Alemania ¡Su Alemania!
Una parálisis rodeó cada centímetro de su cuerpo, los vellos de su cuello se erizaron, sus oídos dejaron de escuchar el entorno que estaba rodeado y solo escuchaban su propio corazón que en ese momento latía como loco, sus ojos se encontraba totalmente abiertos por el asombro. Debajo de este se encontraba su mami, ambos completamente desnudos y sudorosos por la pasión que estos dos vivían realizando en secreto.
Un dolor punzante se esparció por todo el pecho de su cuerpo que se encontraba de pie en la puerta de la mujer que tanto admiraba por su belleza, ternura y cariño materno que le había brindado en su dolorosa infancia. No sabía cómo reaccionar, no dijo nada, no lloro, no grito, ni siquiera pudo demostrar sus típica y tonta sonrisa, solo se quedó ahí atascado viendo una escena que nunca se imaginó. Sintió el dolor más grande que puedo haberse imaginado, se arrepentía toda su vida de no haber llamado a la puerta, fue el peor error que pudo haber hecho. Detrás de él llego Austria quien se sorprendió al ver el suceso escandaloso de aquella pareja, colocó un gesto serio, se acordó e inmediatamente guió su mirada hacia Italia, este quiso intervenir, estuvo a punto de preguntarle a Alemania y a Hungría que era lo que estaba pasando, cuando de pronto el alemán dice descaradamente en una forma seria y fría.
-Tú no entiendes; Italia.
La chica cubrió su cuerpo rápidamente con las sabanas de su desordenada cama, su rostro mostraba la vergüenza que estaba pasando, se sintió miserable de ser descubierta por su lindo y tierno italiano, sus esfuerzos por ocultar esa penosa relación fueron en vano, porque al único que no quería hacerle daño se había enterado de una manera infame. De su boca quien fue tocada por la lujuria no pudieron salir ni la más mínima palabra para mostrar su arrepentimiento, se había dado en cuenta que por culpa de sus deseos, le hizo daño a una de las personas que más quería en su vida. Aún inmóvil por la conmoción, empezaron a caer lágrimas por sus mejillas que se encontraban sonrojadas por el intenso calor de su engaño.
- Italia; Lo que pasa es que ya no sé qué es lo que siento por ti, estoy confundido. -continuó hablando el alemán.
El silencio invadió de nuevo el lugar. Italia aún callado y con los ojos algo brillosos como si estuviera a punto de llorar; se quedó mirando a la pareja, sintiendo como se quebraba poco a poco. Alemania se puso los pantalones y se aproximaba descaradamente, se acercaba a él con una postura dominante y una mirada hiriente. A Italia le temblaban las rodillas como si estas tuvieran vida propia, sin darse cuenta estaba retrocediendo lentamente mientras aquel rubio que tanto ama se aproximaba cada vez más. Se detuvo frente a él y alzó un brazo para tocar su hombro derecho, pero sorpresivamente Italia rechazó con un manotazo veloz aquel gesto, que tenía como único fin, tratar de alivianar un poco el ambiente pesado que se sentía en el momento, la reacción que el chico de cabello castaño había tomado le sorprendió mucho al alemán por que la mirada tonta y alegre que siempre rondaba a su alrededor, estaba llena de rabia y dolor, sin pensarlo dos veces aquel chico dio media vuelta y se echó a correr velozmente.
Italia huía despavoridamente de aquella situación, quería estar lo más lejos posible, si fuera por el llegar hasta el fin del mundo, si es que hubiera uno, sus pisadas eran fuerte y ruidosas, sus botas marcaban su posición que indicaba que cada vez estaba más lejos del lugar, corría tan rápido que su respiración escapaba como un lamento desesperado -Como siempre; soy un cobarde; huyendo por miedo a ser lastimado, pero esta vez es muy tarde, fui herido por las personas que siempre me protegían. –pensó mientras corría. Estaba vez no huía de los enemigos, huía de su propio dolor. Lo único bueno de su cobardía era que lo llevaba muy lejos, no importa hasta donde lo llevara, sólo quería escapar a un mejor lugar porque su corazón no soportaba más.
No le importo el zona por donde pasaba, ni mucho menos las personas que estaban a su alrededor, no sabía en qué dirección iba o menos aún, que había al frente suyo; solo se quería alejarse lo más pronto posible de esa casa enorme donde los alemanes vivían. Mientras corría y se alejaba cada vez más del lugar, las lágrimas caían como una cascada implacable sin que nadie las pudiera detener, recordaba aquella escena una y otra vez, haciendo que se sintiera aún peor de los que estaba.
- ¡S-soy un ES-TÚPIDOOO! -Lo dijo gritando el triste.
- ¡Fra-Fratello, sálva-me, sál-vame por favooor! -lo dijo con un tono entrecortado por el sollozo.
El triste italiano no veía por donde iba; pero eso no bajaba su marcha, ya que sus lágrimas no lo dejaban ver por donde pasaba; se sentía miserable y vulnerable, por culpa de ese suceso que tenía su mente completamente en ello, chocó de repente contra algo.
- ¡Y ...!
Inmediatamente cayó sentado y con ambos pies a un lado de sus piernas, quedó aturdido por semejante golpe, no sabía contra qué había chocado, sus ojos aún estaban apretados por aquel impacto, solo sentía su nariz adolorida, pero no lo pensó dos veces para llevar su mano hacia ella y poder consolar su dolor sobándosela.
- ¡FA MALE! ("duele"en italiano) -se quejó tiernamente
- ¿Me golpee con un poste? -añadió inocentemente.
Italia fijó su mirada en el suelo y se percató de los pies de alguien que estaba frente suyo, subió la mirada lentamente mientas detallaba lo que aquel o aquella llevara puesto. Con los ojos aún llenos de lágrimas; llegó a la parte superior de esa persona con quien había chocado, inmediatamente el sol encegueció su vista obligándolo a cerrar un ojo. No podría distinguir aquel extraño, solo veía una gran figura, su visión lentamente se enfocaba y lo primero que vio fue unos ojos violáceos que le miraba sin necesidad de bajar la cabeza para mostrar el rostro, no podía verle completamente la cara ya que estaba cubierta por una tela que desde la posición en que el italiano estaba era difícil de reconocer, aunque recordó que esta persona tenía un aura muy similar a la de alguien distinguido y su miedo aumentó porque se percató de aquel conocido de corazón frío y sádico que perturbaba los encuentros entre ambos, sintió un corrientoso subir por toda su espina dorsal, el sujeto lentamente se agachó y quedó en cuclillas hasta llegar al mismo nivel que Italia.
Italia quedó sorprendido al darse cuenta de quién era, su miedo se intensificó y empezó a temblar, era nada más y nada menos que el temible Rusia.
************************************* Fin capítulo 1 *************************************
Nota final: Creo que no demoraré mucho en subir el siguiente capítulo. Allí entre nos, me dio mucha rabia con Alemania, no sé si a ustedes, así que no les den miedo, o pereza de comentar, me gusta leer sus comentarios, sean buenos o malos, así me motivan a seguir escribiendo. Por último le agradezco a bastionkirkland y a Yo por los buenos consejos que me dieron en mi primer fanfic. Espero que les haya gustado mucho, nos leemos pronto.