Finet... La chica menos inesperada.

Holiguiiss mi gente... bien es mi primer fic de Hora de Aventura, la personaje y la trama me pertenece, es solo mío... así que si les gusto bien por ustedes... Este fic esta hecho con romance Vallartense, aventura Jalisciense y comedia Mexicana… que lo disfruten…

Por el momento algunas aclaraciones…

Me duele el dedo―

Esto es un dialogo normal por el color de negritas.

Me duele el dedo―

Esto es un pensamiento de algún personaje por el color de negritas y el uso de la cursiva.

**Años del caldo**

Esto no es considerado un flash back ya que no lo amerita, se podría decir el transcurso del tiempo que paso sin que algún personaje haga recordatorio de los hechos solo el autor por el uso de negrita, cursiva y los dos asteriscos de principio a fin.

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Se considera ahora si como un flash back ya que un personaje ejerce el transcurso del tiempo pasado y no el autor, además que el texto esta complemente en cursiva.

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Este se usa para separar el tiempo, para dar en torno a otros o los mismos personajes pero en otro tiempo y/o ambiente.

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Esto se usa cuando algún personaje se encuentra leyendo algo. O la secuencia presente es para que algún personaje presente su punto de vista a los acontecimientos. Algo así como un POV´s (creo que así se mencionan) y abajo el nombre del personaje en letra negrita, cursiva y alineado a la izquierda.

(...)

Aparece si el personaje que se encontraba leyendo o contando algún recuerdo es interrumpido por un personaje y/o acción.


La rayita presente es para separar saludo del autor, título del capítulo, cambio drástico de un ambiente y/o personaje y el comentario final del autor.

La historia y personajes adicionales son de mi imaginación. HDA (Hora De Aventura) no me pertenece en lo más absoluto. Si fuera mío, haría un piche desmadre XD


Saga: «El Primer paso del inicio»


Chapter-1: La Profecía


** 12 Años atrás**

En una aldea que ya no existía, ya que el mal había hecho de la suyas para destruirla, esa aldea era la de ''Los Guardianes del Enquiridión Dorado'' que su único objetivo era proteger el Enquiridión Dorado, no un libro viejo y desgastado por el tiempo; era un libro que solo mostraba una espada en la portada, la pasta bañada en un oro muy ligero y las páginas estaban escritos en un dialecto que estaba casi olvido. Nadie lo podía abrir excepto los que vivían en la aldea.

Fue un día cualquiera, pero todo termino en caos y casi todos murieron, el olor a plantas quemas, sangre derramada y el ahogado cantico de muchas personas sufriendo no detendría a un hombre encapuchado que traía en sus brazos la esperanza de que lo que había ocasionado tan escandaloso caos, no volviera repetirse. Seguí un poco constante, conteniendo el impulso de regresar a de nuevo al sitio donde alguna vez lo llamo "Su nuevo hogar", se paró en seco al oír el grito agonizante de una mujer, su corazón resonó en su mente. ¿Qué podría hacer ante esta situación?:

― ¡Lariza!―grito el hombre con una pesada agonía.

Quería volver y encontrar a la mujer que ama, intentando estar presente en sus últimos momentos de vida. No pudo hacer nada, porque todos los que murieron en la aldea, sus almas doradas y transparentes, incluyendo la de su esposa, salieron volando en dirección a la canasta que transportaba el hombre a un lugar seguro. Eran 150 almas, ese era el número de todos los aldeanos originales de la aldea que nacieron en ese sitio que alguna vez fue gloria y ahora se encontraba en devastación.

El mal las quería agarrar, pero era en vano, al ver donde se dirigían las 150 almas se dio cuenta que no era 150 almas, sino 151 almas, aun había un sobreviviente y de seguro era de la profecía. El Lich estaba tras todo eso, quería borrar la existencia de los habitantes de la aldea, pero porque ahora eran 151, había nacido alguien ayer, que eso era casi imposible por ser luna llena, ningún bebé de esa aldea nace en ese día y mucho menos en una noche que haya luna llena. Todo quedo claro al analizarlo, solo el elegido de la profecía nacía en Luna Llena, al darse cuenta de ese error.

El Lich fue en busca de esa alma, fue algo sencillo seguir el sendero de almas y encontrar a un hombre sujetando fuertemente la canasta como si su vida dependiera de ella. Se acercó sin ser detectado, pero fue bloqueado por el legendario Héroe "El gran Billy" a pesar que se crio en esa aldea, no podía ser llamado parte de ella y su alma no valía la pena:

―Corre… Simon, protege a la niña―ordeno al hombre de encapuchado.

Billy estaría bien, la gente de la aldea lo había educado demasiado bien, pero no logró hacer nada para detener la masacre que destruyo la mayoría de sus habitantes y todo lo que quedo de ella fue esa niña que podría llamar sobrina. Ahora solo necesitaba que ella estuviera a salvo encerrando al maligno ser dentro de la resina de un árbol.

El hombre encapuchado, que muy pronto se convertiría en un rey del hielo, pero no libre por las cadenas de la corona, fue en dirección a un lago que sería parte de su futuro imperio. El lago Ártico, con delicadeza colocó la canasta en el agua, este sería su último adiós a su pequeña hija, destapó la sabana que cubrían el cuerpo de la recién nacida. Una niña de cabello blanco y piel azulina, no le sorprendería si algún día la volviera encontrar demasiado distinta. Lo que creía que no sucedería era volverla ver.

De su corona, saco el rubí más grande y extrajo un pequeño fragmento de ella después de estrellar una esquina contra el suelo, con ese pedazo lo unió a una cadena y se lo puso a su amada hija en el cuello. Con la garganta seca y las lágrimas queriendo salir por un último adiós, parecía todo irreal, pero volvió a sentir la pesadez de la soledad cuando empujo la canasta y le dio velocidad usando un viento frío.

La cordura poco a poco se perdía, la poca que le quedaba, uso sus poderes para ayudar a Billy. Al finalizar la tarea de encerrar el demonio maligno, volvió al punto donde se había despedido de su hija, era muy claro que ya no había rastros de la silueta de la canasta ya que la corriente se llevó. Aun le quedaban pocos momentos de cordura por el uso y desgasto de la corona…:

―Ella se encontrara bien… No te preocupes por eso, Simon―mascullo intentando de consolarlo

Él en algún tiempo tuvo una vida corriente, pero lo perdió todo, con el consuelo de estar exiliado con la soledad y la falta de razón. Volvió a sentir otra vez la calidez de una persona y más aun de formar una familia propia, aun así el destino se lo arrebato de nuevo, pero ahora con la culpa de haber abandonado su hija:

―Yo la esperare, en este lugar y en la misma fecha, es una promesa, ahora no dejare que se me escape lo que más quiero en la vida entre los dedos… ¡Es una promesa!―grito como loco.

La corona se apodero de su pensamiento, pero no de ese recuerdo, que siempre volvería a retomarlo al ver esa planicie acuática donde dejo a su suerte a la niña en el día de su cumpleaños. Pero sabía que ella no estaría del todo a su suerte, el fragmento de rubí que le había regalado la protegería, ella no caería en la locura como él.

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Mientras tanto en la canasta que se dirigía en rumbo a la alta mar, la niña solo estaba muy acurrucada entre sus sabanas, el ''Enquiridión Dorado'' que le servía de almohada y la nota que escribió su padre colgaba en su collar. Parecía que el resto del viaje sería demasiado acogedora para la pequeña recién nacida, pero no fue así al estar presente una tormenta que surgió de la nada, esa tormenta fue obra de El Lich. Con sus últimos conjuros antes que la resina secara y lo petrificara, recito que la elegida de la profecía muriera en el transcurso del viaje, pero el collar la protegía de sumergirse, a pesar que la protegía de morir ahogada, la densidad del agua podía penetrar el campo.

Al oír los truenos y rayos cayendo casi a metros de la canasta, la pequeña reacciono ante tal acción rompiendo a llorar, con esa acción la lluvia, truenos y rayos cesaron. Siguió llorando a pesar que la tormenta ceso media hora después, la canasta presenció un movimiento algo brusco, un barco pirata pasaba muy cerca de la canasta. En el estribo del barco se encontraba un pequeño niño 4 años con un distinguido color verde en la piel y su melena color azulina, le pedía un deseo a una estrella del Sur:

―Desearía tener un hermano pequeño, no me importa el género, le cuidare a pesar que sea un niño o una niña…―no pudo terminar, ya que su deseo fue interrumpido por el llanto de una niña.

El niño se quedó por un momento perplejo por lo que ocurrió, sonrió de una manera satisfactoria y sin darle más vueltas al asunto, fue en busca de su madre:

― ¡Mamá! ¡Un Bebé! ¡Hay Un Bebé En La Canasta!―grito a todo pulmón.

Cuando vio a su madre, suspiro con alivio y la jalo de la mano dirigiéndola a la estribo, la madre joven al estirar el cuello pudo observar lo que su hijo había visto anteriormente, una pequeña niña llorando en medio de la noche sin ninguna compañía:

― ¡Oh, Por todos los piratas! ¡Junior, tráeme la escalera!―exclamo exaltada.

El niño obedeció, la madre era una semejanza al niño, al fin la canasta se encontraba en un lugar firme, la niña ya había parado de llorar, se le veía demasiado pacifica la pequeña niña después de que le dieron algo de comer, como al ser recién nacida, la señora tuvo que darle de amantar:

―Mamá ¿Tú crees que la hermanita que pedí a la estrella?―pregunto el niño inocentemente, provocándole un sonrojo a su madre.

Llego el capitán de la nave que era el esposo de la señora y padre del pequeño niño, era del mismo aspecto que su hijo y su esposa, pero era algo robusto, con carácter algo agresivo cuando se trataba de hacer piratería y de su barbilla estaba adornada con una barba-bigote azulina intenso muy esponjoso:

― ¿Qué es lo que ocurre, Mercedes?―pregunto el hombre acercándose a su familia un poco de mal humor.

―Junior encontró a esta pequeña criatura vagando por los mares… alguien de seguro la abandono―argumento un poco furiosa

Ahora todos se preguntaban ¿quién abandonaría una criatura tan adorable en los confines del océano? Por el momento la pequeña se encontraba si ninguna expresión facial, se encontraba lo suficientemente satisfecha del estómago:

―Mira, Mercedes… Mujer, hay una nota...―inquirió al ver en el collar de la niña una especie de carta y la agarro.

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Estimados señores o alguien que este leyendo esta carta.

Les suplico mediante esta carta que cuiden de esta pequeña niña cuyo nombre es Nicolet Lariza, es la última sobreviviente de una aldea que experimento una de las peores catástrofes de toda la historia. Nadie pudo sobrevivir a esa monstruosa experiencia, con mis últimos momentos de cordura he escrito esta carta con la petición que la críen, la eduquen, la alimenten y le den el suficiente cariño para tomarla en cuenta parte de su familia.

Tomen en cuenta la edad de la niña, nació una noche de Luna Llena, cuiden bien de ella…

Atte. Simon Petrikov.

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Al terminar de leer la nota de petición de crianza de la pequeña niña en voz alta, se le cayó la nota al capitán del navío. Tan solo la pequeña niña que no tenía más de dos días de nacida había experimentado la perdida de toda su familia y de sin duda el remitente de la nota lo escribió con sus últimos respiros, para que ella siguiera adelante. Barba Azul era el nombre del capitán que le pidió a su esposa poder cargar a la niña que se encontraba desorbitada, miró los ojos cafés de la niña con gran ternura:

― ¿Así que te llamas Nicolet Lariza? Te podemos decir Nicolet o Nico de cariño y cuando te portes mal te diremos Lariza…Bienvenida a la familia…―anunció con aire de triunfo.

La pequeña con gran curiosidad jalo la barba de su nuevo padre, el cual exclamo de dolor por el estirón y ella respondió con una sonrisa sin dientes. Sin duda ella sería una persona muy importante.


**12 Años después **

En algún cuarto del barco se encontraba una joven que dormía plácidamente, como una costumbre de su mente siempre tenía ese recuerdo impregnado como un mal sueño. El olor quemado de las plantas, la sangre derramada por todos lados y el agonizante cantico de muchas personas gritando a los cuatro vientos sus últimas plegarias antes de partir a mejor vida. Se removía entre las sabanas, ese sueño siempre estaba presente en el día de su cumpleaños.

En sus primeros años lloraba o incluso gritaba de terror cuando veía este tipo de cosas y sin tener el valor de decírselo a las personas que les acogían refugio, pero el destino la había vuelto fuerte y más con tener que lidiar con muchos motines de los navíos de su padre. Por el momento solo quería verle la cara al hombre encapuchado que siempre la dejaba en el agua y se despedía con lágrimas en los ojos.

Su cabello de un tono color igual que sus ojos y su piel así un juego con ellos por el color canela gitana, era sin duda una réplica exacta del Rey Helado en su tiempo antes de ser llamado así, a diferencia que él tenía los ojos azul marino y se volvían grises por el uso de la corona. Por el momento la chica estaba a punto de verle la cara ya que no conocía el rostro de ese sujeto…:

― ¡Feliz cumpleaños, Nicolet Lariza!―gritaron escandalosamente su familia postiza al entrar en la habitación.

La chica se sobresaltó rápidamente, como reflejo común de que alguien la secuestraba mientras duerme, no era la primera, pero esperaba que fuera la última. Saco dos pistolas de la almohada y disparo una de ellas dándole en el sombrero del capitán, causándole un agujero, al fin que vio que se trataba de su familia, bufó:

―No es bueno despertarme así en mi cumpleaños―dijo un poco molesta mientras guardando las pistolas de nuevo a su lugar.

―Lo siento, Nico―exclamo el capitán usando sus nudillos para hacer fricción con la cabeza de su única hija, esa acción hizo que su cabello se enmarañara más.

Mientras intentaba arreglar un poco su cabello que le llegaba al borde de tocar el suelo, su familia cantaba las mañanitas con gesto muy alegre, en ella se encontraba tanto su padre como su madre, su hermano mayor Junior de 16 años, un niño de nombre Brandon con 10 de edad y otro niño con una edad de apenas 2 años. Todos tenían la misma apariencia de piel verde y melena azulina, a ella se le podría decir la "oveja negra" de esta familia. Al fin que se hizo la trenza, soplo las velas con un entusiasmo de haber llegado a la edad de 12 felices años:

―Jacinto te tiene un regalo―menciono la madre señalando al más pequeño de todos.

Con un chupón en la boca y con apenas la habilidad de poder caminar, se dirigió a su hermana con la intención de darle el regalo, al recibirlo rápidamente lo abrió y reconoció sus guantes medios negro:

―Mis guantes, los busco desde ayer… Me preguntaba donde los deje...-miro a Junior y Brando, ellos solo voltearon a ver la ventana y silbaron―Aunque gracias por la daga, es bonita―dijo mirando la daga de plata, que parecía lo único nuevo de regalo.

Recogió los guantes medios ''recién regalados'' y se los puso, ella traía en las palmas de las manos tatuadas, si juntaba sus manos en cualquier posición se podía apreciar una hermosa brújula antigua y un escrito en ella que decía en perfecta letra cursiva y antigua "Elige tu Destino". Es tatuaje cumplía un año de vejez:

―Bien todos los varones… salgan por favor―exclamo Mercedes corriendo a su esposo e hijos del cuarto de Nico y cerró la puerta.

― ¿Y ahora qué quieres? Si es lo de el Paluvë, te lo dije y te lo...―no termino, ya que fue interrumpida por su madre.

―No es por eso, tú sabes que a los 12 años se obtiene su chaquetas de oficial―de la nada saco una chaqueta de oficial de cuero negro grande―Feliz cumpleaños, Nicolet―menciono con alegría dándole la chaqueta.

―Pero... yo no soy parte de la familia para...―iba a gritar de alegría, pero se dio cuenta de algo al notar la sonrisa nerviosa de su madre― ¿Qué paso?―pregunto con angustia.

―Mira, Nicolet... no podemos ir al Lago Ártico como todos los años en tu cumpleaños, hay marea alta y es un peligro para el barco y los tripulantes―dijo eso intentando calmarla, ella no dijo una palabra.

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Nicolet Lariza

Mi nombre es Nicolet Lariza, soy hija adoptiva del Capitán Barba Azul, uno de los mejores piratas del mundo y para variar el Rey de ellos, por lo consiguiente hace que yo sea de la realeza a pesar que no soy parte de ellos biológicamente. Desde pequeña supe que ellos no eran parte de mí, ¡Por el amor a Glob! Es demasiado obvio solo con mirar los descendientes del Rey. Pero eso no me quita la curiosidad de saber quién soy en realidad y de donde soy.

Mi única pista hasta ahora era el Lago Ártico, mis padres adoptivos me recogieron por la corriente marítima que provenía de ese lago y siempre vamos ahí por mi cumpleaños. Pero no, tenía que estar la maldita marea alta. Aun así no pienso dejar esta oportunidad de ir.

Al caer la noche me dirijo a un barco de motor, llevo en el cargamento de provisiones, mi canasta de bebé con un contenido de dos botellas de ron y un libro pasta dorada dentro mi chaqueta, solo la he hojeado un par de veces, pero cada vez que lo hago siempre me entra la nostalgia, por el momento solo quiero estar el lago Ártico por motivos sentimentales.

Salgo en rumbo, con el suficiente cambio de ropa que consiste en solo camisa hilos dorados y manta verde, mi pantalón café, unas botas, mi fiel sombrero y ahora mi chaqueta.


A la mañana siguiente se encontraba un dúo de amigos descongelando icebergs, por la marea alta que hizo la princesa Flama, a pasear que ya se había reconstruido el Reino Helado, el hielo derretido formo la marea alta. Por el momento un can se encontraba jugando con su lanzallamas buscando entre los iceberg otra cosa que no sean zapatitos de bebé izquierdos, por otro lado se encontraba un joven humano con aires de no hacer nada y solo quedarse sentado mientras admiraba la flama que lanzaba el lanzallamas:

― ¡Ah! ¡Anímate, Finn! Tal vez puedes encontrar a otra chica que no sea tan malvada―comento intentando de animar a Finn, que se encontraba sin descongelar un iceberg.

―Ay compadre, el fuego me recuerda a ella, de seguro a la chica que encuentre sea muy diferente a ella...―no termino de lamentarse al oír un sonido.

Era como el de un motor que se detenía y volvía a dar arranque, observo el lago y pudo encontrar la silueta de una persona en una pequeña embarcación. Al fin que se encontró el acelero definido, la persona no se percató de una roca que se aferró el motor y no podía gira para esquivar un bloque de hielo con el cual se estrelló. El impacto no estuvo previsto, ya que se encontraba de un estado ligero de ebriedad y trago demasiada agua como para reaccionar para salvarse del ahogo y de sumergirse al fondo del lago:

―Jake, esa persona está en problemas―anunció el héroe antes de sambutirse al agua para rescatarla.

Se sumergió al divisar los rastros y buscar el cuerpo de la persona, un objeto negro lo distrajo por un momento ya que flotaba y arribo a la superficie, era un sombrero, lo que significaba que estaba cerca de la persona. Se sorprendió un poco al ver que se trataba de una chica, se le hacía algo familiar a pesar que nunca la había visto en su vida.

Negó con la cabeza para sacarse esa absurda idea, agarro a la chica por la cintura y nado en vertical directo a la superficie. Al fin que estuvo en tierra firme miró con cierta preocupación a la chica, ya que no respiraba:

―Mira amigo se cumplió tu deseo... Yo deseo que lluevan hot-cakes―exclamo Jake abriendo la boca al cielo con la esperanza de que se cumpliera su deseo.

Los pensamientos de Finn se fueron al caño al oír el comentario de Jake, aunque se le hizo extraño verlo con el sombrero de la chica. Él aún seguía con esa maña de agarrar ese tipo de cosas además de que la canasta ya se encontraba en costa:

―Amigo esto yo no lo pedí…―respondió a lo que insinuaba su hermano―Rápido… ¿Cómo eran las clases de primeros auxilios?―pregunto al notar la temperatura de la chica estaba muy frío.

―Debes de poner tus manos en el estómago de la persona para sacar el agua…―el héroe siguió las instrucciones del can, pero el cuerpo seguía en estado inerte―Y si eso no funciona, junta tus labios con los de ella y dale aire mediante RSP…―no siguió diciendo las instrucciones al ver que Finn lo miraba.

―No puedo besarla, ni siquiera la conozco…―dijo nervioso y sonrojado, aunque tenía que admitir que ella era muy atractiva.

―No chiquillo travieso, es RSP, es para salvar la vida de esta persona―respondió volviendo a darle las indicaciones.

―Pero…―fue callado.

― ¡Ya hazlo!―grito enojado y moviendo sus brazos como fideos.

Finn se puso nervioso e hizo el llamado RSP juntando los labios con los de ella, iba a volver hacer otra serie, pero la morena se movió y comenzó a toser sacando el agua que tenía acumulado en los pulmones, el héroe se tensó al ver que la pirata lo miró fijamente. La vista de ella no era muy buena por sufrir una falta de hidratación, sabía que debía de llevar más botellas.

En cuestión de segundos su vista se aclaró y se topó con la mirada azulina del joven que la salvo, sus músculos estaban dolidos por el impacto y la garganta se encontraba muy seca, volvió a perder la vista:

―Un ángel―susurro para sí misma y se desmayó por la tensión de su estado.