-Es perfecto – susurró el rubio presionando suavemente sus labios contra la frente de Scorpius
Después de casi ocho horas, Hermione tenía al fin a su hijo. Scorpius Malfoy, pequeño, rubio y con unos enormes ojos gris pálido, no la clase de gris que es común en todos los recién nacidos, sino el gris propio de un Malfoy. La labor de parto fue ardua y bastante difícil, pero todo había salido excelente. El único problema era el otro Malfoy. Estiró la mano para alcanzar la varita, estaba tentada a petrificarlo.
El rubio oxigenado (que amaba más que a la vida) no paraba de darle instrucciones a todo el personal. Sentado junto a ella, con su hijo en brazos debería estar más calmado. Pero ¡NO! Después de los primeros minutos de paz, el señor Malfoy decidió tomar las riendas de la atención de su esposa e hijo, ¿desde cuándo se había convertido en medimago?
Supo que su esposo había llegado muy lejos cuando comenzó a instruir a una de las brujas de pediatría acerca de la correcta posición para sostener la cabeza del bebé.
-Creo, Señor Malfoy – dijo la enfermera fulminándolo con la mirada – que sé lo que hago. Tengo más de 30 años de experiencia.
-Lo siento – habló antes de que el rubio respondiera – Está un poco nervioso.
-No querida, lo siento yo, pero por ti.
Antes de que Draco asimilara el insulto, salió del cuarto llevándose al bebé.
-¿Escuchaste eso? – inquirió indignado.
-Estás insoportable amor.
Él solo hizo un puchero y pasó el brazo por encima de sus hombros. Hermione aprovechó para recostar su cabeza en el ancho y musculoso pecho.
-Lo hiciste muy bien Granger, estoy orgulloso.
-Te amo.
Tres años después.
Pocas veces Draco se había sentido tan estresado y feliz como en ese momento.
Por primera vez, después de que Hermione renunciara debido a sus "excentricidades" (aunque intervenía para cortar la creatividad de Draco), había organizado solo una verdadera fiesta. La fiesta del tercer cumpleaños de Scorp.
Realmente no entendía porque su esposa no lo dejó hacer la fiesta un poco más interesante, seguramente los pequeños habrían estado felices de volar en hipogrifos y montar ponis en un mismo lugar. Aun así Draco había ganado en un punto, hacer la fiesta en la feria.
Tal vez la castaña se enojaría al saber que había comprado el lugar en vez de alquilarlo… cruzaría ese puente al llegar. Los 20 puestos de helados repartían toda clase de delicias a los invitados.
Su pequeño Scorp corría tras la diminuta pelirroja. Lilly Luna Potter era la cosa que más entretenía al niño. Todos sus amigos ya habían tenido al menos un bebé y los niños, como se esperaba, eran bastante cercanos: Scorpius Malfoy, Lilly Luna y James Sirius Potter, Lysandro y Nicoletta Zabini, Hugo y Flor Weasly, Antonieta Pucey, Anne Nott y Amelia Longbottom.
De alguna manera Teddy Weasly y Victoire Weasly se habían convertido en los pequeños líderes de la horda de mini alborotadores y hacían cosas realmente divertidas.
-Estoy exhausto – se quejó Potter - ¡Lilly deja de lanzarle palomitas a Hugo! Gin haz algo por favor.
-Déjala, Hugo es tan molesto como Ron – respondió la pelirroja antes de abrazarlo. El aludido no pudo responder porque en ese momento su hijo decidió abrazar a Pig hasta asfixiarla.
-¡Hugo suelta esa lechuza! –amonestó Ron mientras se acercaba a ellos, con su esposa.
-Cara ¿Por qué Lysandro está flotando? – todos siguieron la mirada del italiano para ver al moreno niño, que estaba intentando descender.
-Le di un tónico para evitar narggles, creo que debí darle menos – la despistada rubia salió disparada a ayudar a su hijo. Todos rieron a carcajadas cuando Zabini salió pitando detrás de su esposa, para evitar otro accidente.
-Me parece que los chicos se ven cansados – comentó la castaña señalando a los niños, que ya no corrían, si no que estaban sentados en el carrusel, casi dormidos.
Draco observó a su esposa detenidamente. A pesar de tener 4 meses de embarazo su figura seguía volviéndolo loco. Le dedicó una mirada lasciva y ella captó de inmediato. Se irían a casa lo más pronto posible y cuando estuvieran solos…
-Me gusta mucho este lugar, podrías prestármelo para el cumpleaños de Anne – dijo Theo, fingiendo no saber que era un secreto.
-¿Prestarlo? – inquirió Hermione entornando los ojos con sospecha – Draco…
-¡¿Qué mierda te pasa Nott?! – reclamó ignorando a su castaña.
-La próxima vez que quieras darme trabajo extra, no aparezcas en mi casa en medio de la noche – dijo encogiendo los hombros – Especialmente si es mi aniversario.
-¡Draco Lucius Maldoy! – por el tono de voz podía inferir que no habría diversión esa noche - ¡TE DIJE QUE NADA EXTRAVAGANTE!
Tal vez no era el mejor momento para decirle que también había comprado la fábrica de helados.
Gracias a todos por seguir la historia... son los mejores.
Lamento mucho la tardanza y lamento aún más el largo del capítulo, pero al terminarlo me di cuenta de que era muy cliché y preferí hacerlo muchísisisisimo más corto pero menos aburrido.
Gracias a los que aún están por aquí, los amo.
Besos y abrazos.
P.D: por última vez read and review. Comenteeeeen