Disclaimer: Super Smash Bros no me pertenece.
VII
Ike nunca había sido el tipo de persona que se quedaba quieto a escuchar pequeños detalles. La paciencia nunca fue una de sus virtudes, y la verdad era que no le interesaba hacerse con ella. ¿Para qué le servía la paciencia cuando podía hacer las cosas rápido y a su manera?
Sin embargo, y por primera vez en su vida, se arrepentía de ser como era. Precisamente era su falta de paciencia y actitud impulsiva lo que lo tenían metido en un gran problema. Pero claro, en más de una ocasión le habían advertido que algo como eso podía pasar, solo que él le restó importancia.
La frente no dejaba de sangrarle y la cinta que llevaba atada en la cabeza ya no le era de utilidad; el liquido rojo mezclado con el sudor le estaba nublando la visión, los ojos le ardían demasiado. Sus brazos y piernas dolían debido a los multiples cortes, y la herida en su hombro lo estaba volviendo más lento que de costumbre.
Pero ¿cómo iba él a saber que esos dos nobles jugarían tan sucio? Tanto Roy como Marth se habían vuelto invisibles y lo atacaban al mismo tiempo, y lo peor era que, por más que quisiera, Ike no podía quedarse quieto a escuchar y analizar su entorno para que no lo tomaran tan desprevenido; el orgullo herido lo hacía ponerse de pie lo más pronto posible después de ser derribado y su poca paciencia era consumida por la ira y la frustración de estar perdiendo.
—¿Qué pasa, Ike? —resonó la voz de Marth desde alguna parte del comedor—. ¿Ya no puedes? ¿Te estás cansando tan pronto?
Cualquier persona con un poco de sentido común se hubiera quedado quieto, por lo menos un instante, y tratar de descubrir la ubicación del príncipe, pero Ike era un mercenario impulsivo y de cabeza dura, así que, sin siquiera estar seguro de lo que iba a hacer después, se puso de pie y apenas dio un paso cuando un fuerte golpe en la espalda baja le hizo caer de nuevo.
Ahora también le estaba costando mucho respirar, cada que inhalaba aire, sus pulmones le quemaban. Era como volver a sus primeros días de entrenamiento, cuando no costaba derribarlo y cuando bastaban un par de minutos para que comenzara a sentir el agotamiento.
Como si no fuera suficiente pelear contra dos personas invisibles al mismo tiempo, la pequeña rata amarilla ya estaba en perfectas condiciones y de cuando en cuando, le lanzaba descargas eléctricas que dolían bastante.
—Cobardes —musitó, levantándose de nuevo. La única respuesta que obtuvo fueron las risitas burlonas de sus atacantes.
—Anda, Pichu —comentó Roy, y el pequeño Pokémon de inmediato se postró frente a Ike, con las mejillas sacando chispitas.
El mercenario no iba a dejarse tan fácilmente, estuvo peleando todo el tiempo, por eso el agotamiento era aun peor. Sin embargo, sintió algo punzante que se le clavaba levemente en la espalda, justo en la espina dorsal. Y por fin su sentido común llegó en su ayuda; si se movía, bien podían acabarlo, así que se quedó quieto. Las descargas de Pichu dolían, pero nada más, era mejor que siguieran jugando con él a que lo dejaran fuera de combate de una vez por todas.
Pichu se preparó, Ike cerró los ojos y aguardó por la descarga eléctrica.
o-o-o
Pit abrió los ojos con mucho cuidado, la luz, a pesar de ser algo tenue, le lastimaba. Lo último que recordaba era haber sentido un fuerte golpe en la cabeza.
Intentó moverse, tan solo para darse cuenta que su cuerpo estaba semienterrado.
Giró su vista hacia su derecha y vio a un Toon Link, inconsciente y con el cuerpo en las mismas condiciones. Luego se giró a su izquierda y vio a King Dedede, igual que el ángel y el pequeño héroe. Sus ojos reflejaban una profunda tristeza.
—¿Dedede? —lo llamó Pit, y el aludido le miró y le dedicó una débil sonrisa—. ¿Dónde estamos? —Pit observó lo que pudo a pesar de estar inmovilizado del cuello para abajo. Se fijó en el piso, en el cielo nocturno y en lo que había a su alrededor hasta poder llegar a una conclusión. Estaban en la arena Spear Pillar—. Pero ¿Qué hacemos aquí? ¡Sáquenme de aquí!
—Tranquilo —se escuchó la voz de Mario, con su siempre bien marcado acento italiano, y el plomero no tardó en aparecer frente a los ojos del pequeño ángel, pero no vestido como normalmente lo hacía. Llevaba una bata blanca y un estetoscopio colgando del cuello—. Los sacaré de aquí.
—¿Por qué estas vestido así? —inquirió, confundido—. Todavía no es Halloween… ¿o es que nadie me lo dijo que ya es octubre?
—No, no es octubre, tranquilo —Dr. Mario miró a su alrededor, algo nervioso y cuando el suelo se iluminó, de la manera que se iluminaba siempre cuando un peleador entraba a la arena, el hombre no pudo contener un respingo—. Y…se quedaran aquí, ¡Callados!
Pit frunció el ceño y al abrir la boca para protestar, solo recibió una enorme píldora que lo calló al instante.
Mewtwo y Young Link habían aparecido, cargando a Red, Lucas, Lucario y Meta Knight, todos inconscientes. Con poco cuidado, los dejaron caer en el suelo, hundiéndose de la misma manera que Pit.
—¿Dónde está el jefe? —preguntó Young Link, mirando con despreció infinito a Toon Link, que no parecía dar indicios de despertar en ningún momento.
—Aun no vuelve —respondió Dr. Mario, como si hace minutos no hubiera tratado de ayudar a los demás a escapar.
Pit gemía, aun con la inmensa píldora en la boca, se retorcía como le era posible, luciendo como una lombriz que luchaba por salir de la tierra. No diría que Dr. Mario los iba a ayudar a escapar, ni siquiera el mismo estaba tratando de hacerlo, solo quería que le sacaran de la boca la condenada píldora que lo estaba asfixiando, pero los tipos solo se rieron de él, y el ángel entornó los ojos, molesto, pensando en insultos que fueran hirientes pero no muy groseros por respeto a Palutena que todo lo veía y escuchaba.
—Cuando estén todos ¿qué haremos? —preguntó Dr. Mario en un susurro.
—Hacerlos pagar —respondió Young Link, apretando los puños, con una mirada de desquiciado destellando en sus ojos azules.
No pasó mucho tiempo después, cuando Marth apareció, arrojando al suelo a un muy mal herido Ike que apenas y se mantenía consiente. Pit nunca en su vida pensó ver al mercenario de esa manera.
—¡Marth! —exclamó Toon Link, haciendo que el ángel se espantara de tal manera, que terminó tragándose la píldora.
—¡Ah! —profirió, entre alegre y dolorido—. ¡Por fin! ¡Que alguien me diga que está pasando!
—¡Fue Ike! —refutó el pequeño héroe de los vientos—. ¡Él está haciendo todo esto porque no nos quiere!
Ike levantó la mirada, la sangre en su cara resaltaba el azul de los ojos y solo lo hacía lucir más intimidante.
—¿Me ves en condiciones de tenerlos a todos aquí, niño?
—¡Tú eres malo!
—¡No seas tonto! ¡El malo es tu principito!
—¡Tonto tu abuelo!
Ike estuvo a punto de ponerse de pie, pero a penas y se apoyó un poco, terminó hundiéndose en el suelo debido a una trampa que Marth dejó caer. Toon Link rió a carcajadas.
—¡Silencio! —gritó Pit, haciendo callar a todos de inmediato, nunca nadie lo había escuchado usar ese tono de voz—. Siguen sin decirme que está pasando.
Marth le miró, y sonrió complacido.
—Pronto lo sabrás.
¡Al fin! ¡Un mes! Y me quedó muy corto…y de seguro con los errores que siempre se me escapan.
Pero bueno, ya casi llegamos al final, solo uno o dos capítulos más que, espero, no me tome mucho tiempo subir.
Leozx95, ahí está la partida de dona a Ike xD Dios, eso fue difícil de escribir.
Yopi xD, lamento que la pelea no haya sido épica, no soy buena describiendo esas escenas uwu. Y gracias por lo de Ivysaur, no me di cuenta xD
En fin, gracias por el apoyo, hasta el próximo capítulo.
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