EPILOGIO.
Las cosas para Annabeth después del juicio pasaron como un sueño de verano. Había empezado su vida de al revés y de la noche a la mañana, de repente había encontrado una salvación en la gente con la que se había rodeado. Tenía un novio que la quería, familia que la protegía, un padre que de nuevo ejercía lo que se nombraba y lo más increíble de todo; su pesadilla de nuevo estaba entre rejas. Su vida llevaba buenas riendas, incluso la de Percy.
Tras el juicio, Annabeth necesitó hablado con Reyna, había declarado que todo había sido un chantaje de Luke, pero ¿qué había del bebé? Asique aquella misma noche, sin que nadie lo supiera, la fue a buscar encontrándola en la estación de autobuses:
-La primera noche que llegué aquí me iba escapando, pero Percy me paró- Reyna se giró cuando la escuchó avanzar hacia ella- ¿Te escapas tu también?
-Más o menos- dijo con una sonrisa triste- Mi labor está hecho aquí, vuelvo a casa, a la de verdad, con mi familia…
-¿Y… tu hijo?- Reyna rio un poco a lo que Annabeth no entendió.
-¿Por qué te ríes?
-Siento que me vas a pegar cuando te lo diga, pero el chico fue también producto del plan de Luke- dijo esta- Le conté mi historia con Percy y como le hice creer que era padre y en fin… Luke me hizo utilizar a mi sobrino que era quien se podía parecer un poco a él.- respondió- Lo siento.
-Entonces…
-No es padre- aclaró finalmente- No quiero hijos, ni Percy lo quería… al menos de mí- aquello hizo que se sonrojara- No iba a hacer que Percy me dejase embarazada, después de que lo tratase como lo traté. Siento no habértelo dicho esta mañana.
Annabeth se sentía confundida y un poco enfadada con el asunto del hijo, pero después de todo lo que había hecho Reyna, no podía estar otra cosa si no que agradecida:
-Me hubiera gustado que te despidieras….- le confesó Annabeth- estoy libre gracias a ti.
-Vi la manera en la que lo defendías… Percy te merece, Annabeth… y mucho.
-¿Annabeth?
Ambas se giraron cuando escucharon a Percy, ¿la habría seguido?
-Percy, ¿qué haces aquí? – se acercó Annabeth.
-Supongo que terminar donde empezamos- bromeó sonriéndole, mirando después a Reyna- No pude darte las gracias.
-Te lo debía- respondió Reyna con una pequeña sonrisa- Has cambiado mucho desde la última vez.
-Igual que tú- le bromeó Reyna.
Annabeth los miró, se lo debía, a ambos:
-Os dejo solos- caminó hacia el otro lado de la estación para darles intimidad.
Reyna lo observó durante un segundo y tras decir unas palabras, por su expresión, ambos finalmente se dieron su tregua con un abrazo. Annabeth sonrió, todo el mundo se merecía su perdón si lo ganaba.
Tras el abrazo, Percy caminó de nuevo hacia ella:
-¿Todo bien?
-Sí, supongo que sí- dijo firmemente- Quiere despedirse de ti…
No dijo nada, solo asintió acercándose de nuevo:
-¿Le has dicho algo?- necesitaba saber si le iba a detallar el plan que formó con Luke.
-No… Percy tuvo lo suyo… es mejor que no.
El pito del autobús sonó dando la última llamada a Reyna que se giró hacia Annabeth con una última sonrisa:
-Supongo que llega el final- suspiró Annabeth- Gracias de nuevo.
-No hay de qué- rieron ambas, abrazándose.
Annabeth suspiró cuando la vio marchar un poco triste. En otro tiempo la hubiese querido matar, pero después de lo pasado, le hubiese gustado verla cerca, como amiga, quién sabe.
Después de aquella noche, como se suele decir, los días pasaron volando. Los finales llegaron y cuando se quiso dar cuenta, Annabeth y Percy celebraban su independencia como adultos en sus cumpleaños. Se dicen que los infiernos son eternos, pero Annabeth, al vivir por fin estos años en paz, lo que pasó fueron glorias. La universidad, su Licenciatura en Arquitectura y su nueva vida en menos de diez años le llegaron caídas del cielo. Diez años en lo que todo tomó un giro inesperado.
Percy, al igual que ella, se graduó gracias a la beca que el padre de Annabeth le ofreció para que al igual que su hija, este estudiara en la mejor universidad del mundo; en un Grado en Ciencias Marinas.
Thalia y Jason recordaron el tiempo perdido y pronto se convirtieron en los mejores hermanos del mundo. Bianca se vino a vivir con los Jackson y a Nico nunca más le faltó una familia del que estar más orgulloso. Incluso después de diez años, de los que Annabeth tendría que temer a la salida de Luke, este desapareció de la faz de la tierra. Algunos le dijeron que había ido a la India a vivir, otros que al centro de la tierra. A Annabeth no le importaba, le había ganado una vez la batalla, que le ganase dos veces, no era problema.
Asique, después de diez años, allí se encontraba Annabeth, en su casa de recién casa, con un Percy Jackson que aunque pasasen los años, siempre seguía siendo el más gamberros de todos, y con una nueva sorpresa que llegaba:
-Percy- lo llamó poniendo la mejor cara de seriedad que podía.
-¿Qué pasa?- entró en la cocina y nada más la vio, le cambió el gesto- O he hecho algo malo o tenemos problemas… y la verdad es que no quiero ni lo uno ni lo otro.
-Siéntate- siguió seria, sin apartar sus ojos de los de él que cada vez se asustaba más- ¿Sabes para que te he llamado?
-Pues… no- dijo aún asustado- Espero que nada malo- intentó reír, pero el gesto de Annabeth lo echaba atrás por su dureza a la hora de mirarlo.
Annabeth tomó aliento, mojó sus labios secos con su lengua y sacó de atrás de ella una gama de colores. Todos muy cálidos. Percy los miró, de nuevo a Annabeth, para volver a los colores.
-Colores… ¿qué tiene que ver?
Annabeth se aguantaba lo más que podía, pero el gesto de Percy de miedo y desesperación, le hacía difícil el poder actuar.
-Pues que hay que elegir uno lo suficientemente potente para no tener que pintar tres veces el cuarto para que coja el color…
-El cuarto… Ahora si que me estoy perdiendo- Annabeth no pudo más y soltó una carcajada pequeña- Annabeth… ¿qué me estás intentando decir?
-De verdad que en vez de cerebro tienes sesos de alga, en…
Percy se quedó entonces mirándola y empezó a unir todas las pistas que le estaba dando. Azul claro, rosa claro, verde claro, beige claro, cambiar un cuarto…. Los ojos se le abrieron de par en par. Miró a Annabeth que esperaba que lo dijese de una vez y le sonrió:
-¿Estás diciendo…- se levantó, la puso de pie y le sonrió- que vamos a ser padres?- Annabeth le tomó la mano, la puso sobre su vientre y le asintió.
-Por partida doble- dijo nerviosa, casi cohibida.
A Percy le faltó tiempo para besarla. Hacía un año le había pedido matrimonio y aunque Annabeth siempre había sido un poco recelosa al principio de tener hijos, Percy tenía la gran esperanza de que un día tuvieran uno. Esta vez, que eran dos, el milagro, la alegría, era el doble:
-Te amo- le susurró emocionado mientras la abrazaba entre sus brazos.
-Yo también a ti- le besó una vez más Annabeth mirando a los ojos a un Percy emocionado- pero oye, no llores, que aún tenemos que encontrarle nombre a estos dos…- posó su mano y respiró profundamente- Somos una familia…
-Ahora sí… ahora si somos familia- sonrió juntando sus manos sobre su vientre, donde esperaba ahora dos nuevos Jackson-Chase para unirse al clan.
DESPUÉS DE VARIOS MENSAJES, HAY ALGUIEN QUE TUVO RAZÓN ASIQUE, AQUÍ ESTÁ MI FANFICTION OTRA VEZ. LO QUITE PORQUE LA GENTE( LOS QUE ROBAN LOS TRABAJOS DE LOS ESCRITORES) SON UNOS HIJOS DE P*TA Y ROBAN LO QUE NO SON DE ELLOS, SIN PEDIR PERMISO. ME ROBARON MUCHAS OBRAS, PERO AL MENOS, SABIENDO QUE ESTÁ SUBIDA, GENTE HABRÁ QUE LO HABRA LEIDO DE SU AUTORA ORIGINAL Y AL MENOS, SERÁ ALGO.
LO SIENTO SI ESTO SUENA UN POCO EGOCÉNTRICO O CON OTRA IDEA QUE NO SEA LA DE SUBIRLA Y AL MENOS QUE HAYA GENTE QUE SEPA QUE LA HISTORIA ES MIA.
SALUDOS Y ESPERO QUE ENTIENDAN.
GRACIAS