Disclaimer: Sigo sin ser J.K y la última vez que mire, en mi cuenta no había millones. Así, que por desgracia, los personajes y el potterverso no son mios, pertenecen por completo a diosa Rowling.

Este fic participa en el reto "Espejo de Oesed" del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black. Ha sido corregido por mi hermanita Adhy Rosier Moon Barigliessi.


Se detuvo delante del objeto. Está tapado con una tela, lleva dos semanas viniendo y aún no se ha atrevido a quitarla. Suspira, sabiendo lo que esa tela esconde, y preguntándose, como ha hecho las últimas catorce noches, si de verdad está preparado para ver lo que más desea. De un tirón, quita la tela. Un espejo, de marco dorado y alto hasta el techo, apareció en la oscuridad de la sala.

El espejo de Oesed. Erised stra ehru oyt ube cafru oyt on wohsi.

Cerrando los ojos, dio un paso, poniéndose justo en frente del espejo. Aún está a tiempo de irse, pero algo le mantiene allí. No muestro tu rostro sino el deseo de tu corazón. No sabía si estaba preparado. Abrió lentamente los ojos y allí estaba.

Lily.

Le sonreía y sus ojos verdes mostraban tanta vida…tanto amor… como en trance, extendió la mano, rozando su mejilla. Pero es el cristal del espejo, su frialdad, lo que siente. Pero ella sigue sonriendo. Ella también extiende la mano.

— Lily.

No se da cuenta cuando dice su nombre en voz alta, ni siquiera se escucha a sí mismo. Está concentrado en el espejo, en lo que le muestra. Se queda allí toda la noche, contemplándola sin cansarse. Porque él nunca se cansara de contemplarla.

La segunda noche ya sabía lo que iba a encontrar, así que va con una sonrisa. Fue rápidamente, sin querer perder ni un solo minuto de su presencia. Noche tras noche, acudía allí a verla. Porque esa Lily era distinta a la de sus recuerdos, pero a la vez era la misma. Era la Lily que le ama, la Lily que no se ha separado de él. La Lily que él no perdió.

Noche tras noche la contemplaba. Y cada noche había algo distinto. Como si fueran avanzando en una historia. Una noche, Lily le mostró su mano, adornada con una sencilla alianza de oro, y él sonríe, y buscó la alianza gemela en su mano, por acto reflejo. Pero no estaba. Otra noche, Lily miraba hacia atrás, buscando algo o a alguien. Por un instante, sintió miedo. ¿A quien buscaba? Se tensó mientras otra figura aparecía.

Era él. Pero un él distinto, él siendo la persona que hubiera sido si no hubiera perdido a Lily. Cuando subió la mano para abrazar a Lily por los hombros, el destello de una alianza de oro le hizo sonreír.

Se levantó con cuidado, sin dejar de mirar al espejo, como si supiera que era la última vez que iba a verlo, como si hubiera llegado al final y no necesitara volver más. Porque se sentía en paz, y algo dentro de él le decía que no necesitaba volver al espejo. Cogió la tela para cubrirlo, mirando por última vez la sonrisa de Lily. Mirando por última vez el deseo de su corazón.

Porque su corazón era Lily. Siempre.