Disclaimer: Kagerou Project/Daze y el fragmento de la canción "You Are My Sunshine" no me pertenecen, son propiedad de sus respectivos dueños.

Advertencia: Temas depresivos, muerte de personajes.

N/A: Sigue sin convencerme esta historia...Pero como sea, ¡Disfruten!


El sonido de la pistola resonó en la calle, llegando hasta sus oídos.

Sus ojos se abrieron cual platos y lentamente las lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas; ni siquiera sabía el porqué, la imagen frente a ella era tan borrosa como los recuerdos que con tanto trabajo había logrado bloquear.

Pero aquellos pensamientos volvieron a su mente; puñaladas a su corazón.

"—A este paso, voy a desaparecer.

—¡No, no lo harás, yo te ayudaré!"

¿Por qué ella trataría de borrar tan hermoso momento? Aquél que le aseguró un futuro al lado de alguien, no más soledad, no más burlas, no más sufrimiento.

"—Somos amigos por siempre, ¿verdad, Tsubomi?

—Sí, Shuuya, sí..."

Amistad, amor, un lugar adónde pertenecer. Alguien a quién pertenecer.

Pero eso era algo que ella jamás admitiría y, por su cobardía, era que sólo quería olvidar.

Su orgullo, su título de líder y esa prisión-protección que encerraba a su corazón no se lo permitían.

Después de todo, no le importaba, el protagonista de esos recuerdos era sólo ese asqueroso y molesto idiota.

El idiota que le dio una esperanza sin esperar nada a cambio; el que la abrazó cuando tenía temor, el que la consoló cuando todo era oscuridad, el único que le había dicho las palabras "Te quiero" con sinceridad cuando nadie más se interesaba en ello.

Era su idiota y, aunque no quisiera admitirlo, lo amaba con todo su débil corazón.

El idiota que estaba recostado en el suelo cubierto con su propia sangre, con un pequeño agujero de bala en su frente.

Muerto.

—¡SHUUYA! —gritó, chilló, lloriqueó con todas sus fuerzas. No le importaba quién pudiera verle, no importaba estar frente a frente con la repugnante existencia de quién acababa de quitarle a su salvador; ya nada importaba. Le habían quitado su última razón por la cual vivir—. ¡Por favor, respira! ¡Por favor! Idiota...N-No me asustes. —abrazó el cuerpo sin vida de su amado con desesperación, tratando de aferrarlo a una vida inexistente; su corazón ya no latía, no había nada que pudiera hacer.

Miró al pelinegro que tenía al frente con miedo, rabia, impotencia, dolor.

—¿P-Por qué me haces esto? –preguntó sollozando, sintiendo como éste reía desquiciada y descaradamente—, ¿Por qué?

Volvió su vista hacia el rubio, acariciándole suavemente sus mejillas cubiertas de sangre, tratando de sonreír; no podía. En sus ojos azabaches y en esa mínima curvatura que adornaba su mirar solamente se escondía un angustiante sufrimiento. Corrió un rebelde mechón de cabello que ocultaba los ojos cerrados del chico mordiéndose los labios.

—¿Por qué? —repitió.

—Tu turno. —la escalofriante voz del asesino pudo escucharse, apuntando la pistola a la cabeza de la chica de cabello verde. Pero ella no se inmutó, en ningún momento alejó la mirada de su mejor amigo.

"You are my sunshine

My only sunshine.

You make me happy

When skies are gray.

You'll never know, dear,

How much I love you.

Please don't take my sunshine away"

—Lo siento, no pudimos cumplir nuestra promesa.

Eso fue lo último que se escuchó antes de que otro disparo volviera a sonar.

"—¿Por siempre?

Por siempre."


No me hago cargo por feels.

rυno carтwrιgнт