Bien, esta es mi segunda historia NaruSaku. No se si ya habían leído "Amor Secreto" pero esa fue mi primera historia por si quieren leerla...

Pero bueno. Espero y les guste esta historia, empieza con algo de SasuSaku pero créanme que no es la pareja principal.

Espero sus opiniones.


Los altos zapatos de Sakura repiqueteaban por el pasillo del edificio de departamentos en el que vivía. Tenía una entrevista de trabajo en el centro y ya se le estaba haciendo tarde, así que tomo el ascensor y bajo desde el decimonoveno piso hasta el lobby.

Eso de vivir sola era todo un lío, pero Sakura Haruno siempre había luchado por independizarse de sus padres y de todos, nunca le había gustado eso de depender de la demás gente, le gustaba sacar su dinero y pagar sus cuentas y demás con su propio sudor. Así que a la edad de los dieciocho ni más ni menos se fue de la casa y comenzó a pagar sus estudios ella sola.

Sabía que aquel edificio de departamentos no era el mejor, pero era más pasable que el primero. Había tenido que soportar horribles goteras, un baño que no dejaba de oler horrible por más que lo lavara, había tenido que dormir en un colchón y hacer tarea en el suelo. Pero conforme fue pasando el tiempo y se consiguió un mejor trabajo, pudo comprar más muebles y vivir más o menos bien. Sakura vivió por dos años ahí, hasta que junto lo suficiente como para comprar un departamento en una zona media-alta, donde se sentía a gusto.

Aunque podría decirse que más que solo "a gusto". Toparse con la negra mirada del vecino que vivía al frente se estaba volviendo aún más placentero que una copa de vino tinto al final del día o un buen libro de lectura.

Sakura alzo la mano para parar un taxi. Sonrió abochornada al ver que un taxi se detenía casi al instante, se subió a él y le dio las indicaciones.

-Hoy parece ser uno de los días más calurosos de todo Japón, señorita-Decía el conductor mientras Sakura optaba por recoger su largo cabello rosado en una coleta alta, dejando algunos cabellos largos surcando su rostro.

-Si ¿Verdad? Odio el calor-Dijo Sakura haciéndose aire con la mano. Sus mejillas estaban rojas y sentía que el sudor no tardaba mucho en presentarse, y tenía una entrevista en un lugar importante.

La chica abrió la ventana y se dio cuenta que el aire que entraba al auto era caliente, así que la cerro.

-¿No tiene aire acondicionado?-Pregunto Sakura.

-No… Lo siento señorita.

Sakura trato de calmarse y miro por la ventana. Tal vez si pensaba en otra cosa, el calor se le olvidaría y dejaría de sudar.

Sakura estudiaba medicina en una de las escuelas más prestigiosas de Tokio, tenía una beca de más de la mitad del porcentaje de la colegiatura. No conocía lo que era reprobar una materia ya que llevaba las mejores calificaciones de casi toda la población estudiantil de medicina y se había ganado tanto la simpatía tanto como el odio de varios compañeros. La Haruno, siendo bonita, tenía a algunos chicos tras de ella, pero ella nunca se había enamorado de ninguno, hasta que conoció a Sasuke.

Su vecino.

No tenían una relación formal, pero por primera vez en su vida se conformaba con que Sasuke tocara a su puerta de vez en cuando, le pidiera una taza de té y terminaran haciendo el amor hasta cansarse.

Sakura nunca se había atrevido a preguntarle a Sasuke a donde iban con aquellos besos furiosos, porque tenía tanto miedo de asustarlo y que jamás volviera a sentir su piel deslizarse sobre la suya. Le daba tanto, pero tanto miedo perderlo que prefería solo escucharlo dormir plácidamente después de haber hecho el amor como un par de locos.

Sasuke era serio, tenía una mirada que podía congelar a cualquiera y una piel suave. Nunca lo había visto sonreír abiertamente pero se conformaba con aquella sonrisa de medio lado que siempre le mostraba cuando comenzaba a quitarle la ropa. En realidad no sabía mucho sobre él, solo sabía que estudiaba algo sobre empresas y que tenía una pitón como mascota. A ella no le gustaba agobiarlo con preguntas porque siempre que trataba de saber más de él, tomaba un semblante extraño, le daba la espalda mientras fruncía el ceño, se iba y no volvía hasta después de varios días.

-Aquí estamos señorita, empresas Uchiha-Dijo el conductor. Sakura sonrió y le pago.

La pelirrosa se bajó del taxi y camino hasta el enorme edificio. El empleo era el ser la asistenta personal de uno de las cabeceras de la empresa, pero la paga era fenomenal y por más extraño que pareciera no requería estar ahí nada más que tres veces a la semana.

Sakura entro al edificio y se encontró en un gran vestíbulo, frente a ella había tres secretarias atendiendo llamadas, y la gente pasaba de un lado a otro hablando entre sí o por teléfono. Ella iba vestida con una falda ajustada que le llegaba hasta dos dedos arriba de la rodilla de color azul marino y una blusa de botones color blanco, llevaba un saco que hacía juego con su falda pero hacía tanto calor que lo dejo llevaba en su brazo al lado de su bolso color negro. Llego a donde estaba una de las secretarias y le pregunto sobre la entrevista, ella le sonrió amable y le dio indicaciones para llegar.

Entro a uno de los elevadores ahora que sabía que era en el último piso y junto con varias personas, sintió el aire acondicionado. Entrecerró un poco los ojos sintiendo el aire fresco en su cuero cabelludo y en su rostro al fin. Las personas que iban en el elevador hablaban sobre cosas del trabajo y como la habían pasado el fin de semana, mientras Sakura se daba ánimos mentalmente. En aquellos momentos se encontraba de vacaciones de la universidad, después de un año entero sin vacaciones, ese año decidió darse un pequeño respiro de dos meses.

Al llegar al piso, tomo una postura erguida y camino a paso firme hasta la pequeña sala donde la habían citado. La puerta estaba abierta y se dio cuenta que tenía bastante competencia, había al menos diez chicas más que ella.

Trato de verse serena mientras todas las miradas de las chicas se clavaban en ella y tomo asiento al lado de una de ellas. Ninguna hablaba.

Sakura era una persona sociable, amable y hasta sonriente. Pero su genio era lo que mantenía a toda la gente al margen, su temperamento era de los peores que las personas podían conocer jamás, si la hacían enfadar o hacían algo que a ella le parecía que iba en contra de sus principios. La pelirrosa había estado en varios equipos de deportes, desde niña le gustaba ensuciarse y jugar futbol, pero a la edad de los trece le tomo un gusto especial a las artes marciales y al kick boxing.

Aunque odiara recordarlo con toda su alma, siempre fue el blanco de miles de ofensas y de golpes a lo largo de su infancia. Ella sabía más que nadie que la gente odiaba todo lo que no podían comprender o que simplemente era diferente, así que ella, naciendo con cabello rosa era diferente y la gente no comprendía porque.

La familia Haruno no era toda de cabello rosado, de hecho era una cada varias generaciones y justo a Sakura le toco ser la elegida para portar el cabello rosado.

Era una anomalía que los doctores no lograban comprender, ya que los pigmentos que encontraban en su cabello eran normales, no tenían ninguna falla y no causaba nada malo, pero era muy extraño. Sakura siempre fue el blanco de burlas de todos los niños de su generación, le lanzaban bolas de papel, le decían cosas hirientes y algunas veces hasta llegaba a casa con un ojo morado. Había estado sola casi la mayor parte del tiempo, siendo hija única. Hasta que conoció a Ino Yamanaka, una niña que entro a mitad de año en cuarto año de primaria.

A Ino no le gustaba nada la manera en la que la trataban, así que por primera vez en su vida, Sakura fue defendida y consiguió una amiga.

-Sakura Haruno-Pregunto una mujer atrayendo la atención de la chica, Sakura alzo la mano y se levantó del asiento, de nuevo todas las chicas del lugar la voltearon a mirar-Es su turno.

Sakura hizo una pequeña reverencia y se acercó hasta ella, la mujer le abrió y cerró la puerta detrás de ella.

-Tu eres Sakura Haruno…-Dijo un hombre con una voz grave, miraba atento una hoja mientras mordía un poco una pluma, luego levanto la mirada y ambos se sorprendieron. El chico era casi idéntico a Sasuke, su vecino, con el que tenía sexo desenfrenado varias veces a la semana y del cual estaba enamorada, así que le robo el aliento. Sin embargo, aquel hombre se veía más grande y su cabello era aún más largo que el de Sasuke. Tenía la piel un poco más bronceada que su vecino y unas pestañas un poco más rizadas.

-¡Vaya! ¡Pero qué bien te va ese nombre con el cabello que tienes!-Dijo alzando las cejas, luego le alzo la mano y le mostro una sonrisa.

-Gracias-Dijo Sakura tomando su mano.

-Muy bien, toma haciendo Sakura-Dijo amablemente indicándole un asiento frente a él-Mi nombre es Uchiha Itachi.

Ella lo acepto y sonrió un poco.

-Usted ya sabe el mío-Dijo Sakura alzando una ceja, a lo que Itachi le sonrió un poco y asintió.

-Muy bien…-Volvió a decir leyendo su hoja-Tienes bastante experiencia con las computadoras, sabes hablar el inglés al cien por ciento ¡Wow!-Dijo volviendo su mirada hacia ella-Eres una cerebrito-Dijo alzando las cejas.

Odiaba que la gente la llamara de esa manera, pero estaba en una entrevista así que solo sonrió sin mostrar los dientes.

-Me gusta mucho tu curriculum-Dijo asintiendo-Pero dime, ¿Por qué quieres trabajar aquí?-Pregunto juntando sus manos.

-Para ganar dinero y pagar mis estudios-Dijo ella, haciendo que Itachi soltara una carcajada.

-Muy directa, excelente-Dijo anotando algo sobre su hoja-¿Tienes pareja?

Ella parpadeo algunas veces. En todas las entrevistas preguntaban aquello, si tenías hijos, pareja, familia trabajando ahí y demás, pero en realidad no sabía que contestar. Sasuke y ella no eran novios formales, de hecho no estaba segura de que fueran algo más que personas que disfrutan el sexo… Aunque ella si sentía algo por él.

Aquella pregunta despertó en ella una sensación de malestar. Ni siquiera estaba segura de ser su amiga. Sasuke nunca la buscaba para algo más que sexo o algunos besos apasionados. Nunca habían salido, nunca habían comido juntos y jamás se habían dicho algo como "Me gustas" o "Te quiero" ni mucho menos "Te amo".

-¿Difícil de explicar?-Pregunto alzando una ceja, Sakura lo miro algo sorprendida e Itachi suspiro-Todos llegamos a tener algo así… Ya sabes cuando no estas segura en qué punto estar con tu pareja y eso. Pero no te preocupes, solo quería saber para seguir el protocolo, pero si quieres puedo saltarlo…

Sakura negó con la cabeza.

-No importa Uchiha-San, estoy soltera.

Itachi asintió y anoto algo más.

-¿No tienes hijos?

A Sakura siempre le sorprendía cuando le preguntaban aquello, pero sabía que había muchas chicas de su edad con hijos buscando trabajo.

-No.

Itachi volvió a anotar algo mientras asentía y la miro.

-¿Qué harías si te dijera que quiero acostarme contigo?

Sakura frunció el ceño y abrió un poco la boca. Muy bien, necesitaba el trabajo pero no era ninguna arrastrada.

-Yo solo vine aquí por trabajo, Uchiha-San, y si este es el ambiente de trabajo que existe en las empresas Uchiha, no lo quiero-Dijo temblando de rabia, debía de controlarse y no ser tan grosera, así que tomo su bolso y su saco para irse de ahí.

-¡Tranquila!-Dijo Itachi divertido. Sakura se volteo hacia el alzando una ceja enfadada.

-¿Cree que soy un chiste?-Pregunto apuntándolo con el dedo índice-Yo puedo romper cada hueso de su cuerpo si me lo propongo-Dijo roja del coraje.

Aquello no asusto ni un poco al Uchiha, sino que lo hizo reír aún más.

-Estas contratada-Dijo dejándose caer en su silla-Tu serás mi nueva asistenta, comienzas la próxima semana-Dijo volviendo a tomar la pluma para anotar algo en una hoja.

Sakura se quedó ahí, petrificada, aún lo apuntaba con la boca medio abierta. Luego se relajó un poco y lo miro con sospecha.

-¿Y esa pregunta qué?-Pregunto ella cruzándose de brazos.

-Me gusta que mis empleadas tengan personalidad, no me gusta tener robots ni tampoco mujerzuelas y veo que tú no eres ninguna de las dos-Le dijo sonriendo sin mostrar los dientes-Ahora puedes retirarte.

Sakura sonrió un poco, aún estaba algo anonadada, pero logro hacer una pequeña reverencia antes de irse.

Al salir del enorme edificio saco su celular del bolso y le marco a Ino.

-¡Dime que conseguiste el empleo!-Casi grito por el otro lado la voz de su amiga.

-Sí, pero fue demasiado extraño… ¿Te parece si vamos al puesto de comida del parque?-Pregunto Sakura comenzando a alzar la mano para pedir un taxi.

-Sip-Dijo Ino-Te espero en la banca de siempre, besos-Dijo su amiga colgando el teléfono. Sakura metió su teléfono celular al bolso y se acercó al taxi que esperaba a ser abordado por ella.

Necesitaba un auto. Odiaba andar en metro y en taxi.

Volteo el rostro hacía el enorme edificio de la empresa Uchiha y recordó a Itachi Uchiha. Se parecía mucho a Sasuke, su cabello y ojos negro carbón, la forma de su rostro… Pero debía de ser una coincidencia, porque si Sasuke fuera pariente de los Uchiha estaría ahogándose en dinero y no viviría en el lugar en donde vive ahora. Removió de su cabeza aquella idea y trato de relajarse, había conseguido el empleo.

Mientras Sakura se hacía un poco de aire con la mano, el taxista conducía el auto de una manera eficaz, llegando así a su destino en menos de diez minutos. La pelirosada se bajó del taxi después de pagar y se aliso la falda, y miro hacia el cielo.

-Demonios-Susurró. El sol brillaba más que nunca y el calor que estaba haciendo era increíble para ser las diez y media de la mañana.

A medida que caminaba por el parque para llegar a la banca donde se encontraría con Ino, se desabotono dos botones de la blusa, al llegar se sentó en la banca y espero a su rubia amiga, quien no tardó mucho en llegar, ya que no vivía muy lejos de ahí.

-¿Disfrutando del sol?-Pregunto la rubia.

Sakura rodo los ojos.

-¿Por qué demonios está haciendo tanto calor? Siento que estoy a punto de derretirme.

Ino se sentó a su lado y la miro con sus grandes ojos color azul.

-Es horrible. Han pronosticado este como el día más caluroso que Japón ha tenido nunca.

-Todo gracias a la contaminación-Dijo Sakura sacando un pañuelo del su bolso para secarse el sudor de la frente-Mejor vamos a desayunar a algún lugar que haya aire acondicionado.

Ino se rio.

-Y te quejas de la contaminación. Vamos a comprar los emparedados ya, que muero de hambre y mi turno está por comenzar.

Ino, usaba una coleta muy alta en la cabeza e iba vestida con una blusa de botones, una falda ceñida y unos zapatos de un tacón pequeño. Todo blanco. Ella estudiaba enfermería y ya había comenzado las prácticas, así que casi todos los días tenía que ir a un hospital a ejercer un turno de cuatro horas en el que cuidaba y atendía a los enfermos.

-Me encanta cuando vistes de esta manera. Con falda que deja ver esas hermosas caderas y par de piernas, y no con tus malditos vaqueros-Parloteo mirando un poco al cielo, pero al ver que Sakura no le decía que cerrara la boca, sintió que algo andaba mal.

-¿Paso algo con Sasuke?-Pregunto Ino mirando a Sakura de perfil mientras caminaban.

Sakura ladeo la cabeza. Ino siempre había tenido aquella intuición femenina doscientos por ciento más aguda que cualquier mujer que ella haya conocido jamás. Siempre podía determinar sin querer, que era lo que la tenía mal o en lo que estaba pensando. A veces asustaba un poco a las personas, pero ella ya estaba acostumbrada.

-Es solo que ahora… Me di cuenta de que no se nada sobre él y que ni siquiera sé si somos amigos.

La Yamanaka frunció los labios un poco.

-Yo estoy más que en contra de que salgas con él y lo sabes. Me parece bastante egoísta y oscuro… Además siento que se aprovecha de ti.

Sakura se rio.

-¿De qué manera?-Pregunto divertida, Sasuke jamás se aprovecharía de ella, nunca le había pedido algo… nunca le había pedido nada que no fuera una taza de té.

-Se aprovecha porque eres buena. Siento que es como una sanguijuela que está absorbiendo todo tu cariño y felicidad, siento como si… no se es extraño-Dijo negando con la cabeza y mirando al suelo.

Sakura entrecerró los ojos mientras ella le decía todo aquello. Ino siempre se alegraba cuando había un hombre en su vida porque quería que ella sintiera el amor, pero con Sasuke era diferente, su mejor amiga se mostraba muy reacia desde que le había mencionado su nombre.

Su rubia amiga tenía mucha experiencia con los hombres. Había tenido varios novios y experiencias sexuales, ya que era muy hermosa. Ino Yamanaka siempre había tenido el cabello largo, lacio y rubio, su rostro era delgado y fino, con una nariz respingada, unos brillantes ojos azules, un par de labios carnosos y una sonrisa encantadora. Siempre había sido juguetona y risueña, hablaba mucho y le encantaba comprar ropa. Era demasiado femenina, tanto que a veces se dedicaba todo el día en molestar a Sakura porque usaba ropa de GAP.

-En esa tienda hay algunas cosas lindas, pero te prometo que si entras a Forever 21 y a Zara, quedaras deslumbrante-Decía mientras la veía sentada en el sillón con una par de pantaloncillos de deporte y una sudadera holgada.

Ino, como ya lo había mencionado, tenía mucha experiencia con los hombres. Pero eso no la convertía en una mujerzuela. Sakura, aunque no le gustara en lo absoluto, dependía bastante de Ino. Podría decirse que era su único soporte.

Los padres de Sakura nunca le habían puesto mucha atención, ya que se la pasaban trabajando todo el día y la pelirrosa se la pasaba sola en su casa. Ellos nunca se dieron cuenta de los golpes y las burlas que ella recibía en la escuela. Terminaban tan cansados que no había mucho tiempo para hablar. Sakura sufría bastante al no ser escuchada ni por sus padres, pero con el tiempo ya se había acostumbrado a saludar a sus padres en las mañanas que su madre le preparaba el desayuno rápidamente, en recibir un beso en la frente todos los días y no volverlos a ver hasta las nueve que llegaban de trabajar.

Ella no los culpaba de nada, siempre les agradeció que trabajaran tan duro por ella. Pero nunca formaron una relación padre-hijo.

Ino llego a su vida para hacerla divertida y ayudarla a crecer. La ayudo a enfrentar a las personas que la golpeaban, y gracias e ella conoció las artes marciales, ella la escuchaba y le daba ánimos de seguir.

-Hablare con él-Dijo Sakura al llegar al puesto de comida. Ino la miro y le sonrió, a lo que ella le devolvió la sonrisa.

Ambas pidieron un emparedado y un refresco, y se lo llevaron a la misma banca en la que habían quedado de verse. Aquella banca no tenía nada de especial, era igual que todas las demás bancas pero por alguna razón siempre se sentaban ahí.

Ese parque era el parque más grande de todo Tokio, lo habían llamado Konoha porque estaba lleno de frondosos árboles de todo tipo. Sakura e Ino siempre iban a jugar en aquel parque cuando eran niñas, llevaban bicicletas y jugaban con varios niños.

-Adoro este parque-Decía Ino mientras le daba el ultimo mordisco a su desayuno.

Sakura asintió mientras se limpiaba las comisuras de los labios. Siempre olía a tierra mojada y era más fresco que el resto de la ciudad, pero especialmente ese día no.

La pelirrosa se relajó un poco y cerró los ojos, una ligera brisa de aire movió las hojas de los árboles, llevando consigo el olor a sus hojas. Pero estaba caliente, así que los abrió irritada y su mirada enfoco sin querer a un rubio. Estaba de pie a unos metros de ella, tenía unas flores en sus manos y se veía que repasaba en voz baja lo que iba a decir. Parecía algo torpe.

Su cabello estaba desordenado, llevaba una simple playera naranja con unos jeans y unos tenis converse negros. Se veía notablemente nervioso.

Sakura le dio un codazo a Ino.

-Mira a aquel pobre tipo. Creo que se le va a declarar a alguien-Dijo Sakura en voz baja.

Ino lo miro y sonrió de medio lado, un poco burlona.

-Quiero ver que le diga que no-Dijo entrecerrando los ojos.

Sakura la miro.

-¿Por qué?

-Quiero ver su reacción, ósea, es muy fácil decir que sí. Ella se tapara la boca y lo mirara a la cara, luego asentirá y el sonreirá, después él la abrazara y la levantara por los aires donde se juntaran en un beso y ¡Puaj! Quiero ver si el llora.

Sakura se rio y ambas voltearon a mirarlo. Mientras el chico rubio movía las manos mientras decía algunas cosas que ellas no escuchaban, Sakura sintió por el rabillo del ojo, algo extraño moverse fugazmente a su lado. Volteo rápidamente y no vio nada.

Frunció el ceño y miro hacía ambos lados de su flanco izquierdo. No había mucha gente en el parque aquella mañana, solo algunos deportistas y demás… Así que podía jurar que había visto algo. Se dio por vencida al no ver nada por ningún lado y cuando se iba a voltear a ver al rubio, su vista volvió a captar algo. Pero esta vez no fue muy agradable.

Su boca se abrió un poco y se quedó helada.

-Demonios, el chico tiene buen gusto, la chica es preciosa-Dijo Ino, pero Sakura no miraba a la hermosa pelinegra que acababa de llegar al lado del rubio.

La pelirrosa miro como de entre los arboles Sasuke salía tomado de las manos con una pelirroja. Sakura no escuchaba a Ino, ni nada, solo veía a su vecino caminar al lado de aquella mujer de piernas largas que tomaba su mano y hablaba cómodamente. El siempre serio, mirando al frente, pareció no notarla en lo absoluto.

-¿Sakura?-Pregunto Ino mirándola, y al ver que su mirada estaba fija en un lugar, ella deseo saber que era, así que volteo hacia el mismo lugar que ella.

-¡Hijo de…!-Pero antes de que Ino pudiera terminar la frase, antes de que el rubio que se encontraba al frente sacara las flores que se encontraban en su espalda a la chica pelinegra, un temblor se hizo presente.

Ino grito y Sakura la cogió de la mano, ambas se levantaron de la banca y miraron para todos lados. En realidad lo veían todo moverse y no sabían que hacer, así que comenzaron a correr hacía las canchas de futbol. Debían alejarse de las cosas que pudieran caerse.

-¡Corre Sakura!-Gritaba Ino que iba un poco más adelantada que ella y la tenía que jalar un poco.

-¡Tal vez si tuviera zapatos de humano podría!-Grito Sakura enfadada.

-¡No hay tiempo para tus sarcasmos y haz un esfuerzo!

La pelirrosa se quitó ambos tacones y se quedó algo helada, la tierra se estaba partiendo.

-¡Corre Ino!-Le grito temblando, a lo que la rubia le hizo caso y ambas corrieron tomadas de la mano a la misma velocidad. Escuchaban los gritos de personas, y los lloriqueos de otras, la tierra se movía bajo sus pies y se tambaleaban un poco al no poder mantener el equilibrio. El sonido del sismo era ensordecedor. Sakura e Ino corrían a toda velocidad, sus respiraciones eran agitadas y a Sakura ya le quemaba la garganta, el cabello de Ino se desato del moño y volaba libremente por los aires mientras corrían.

Casi al llegar a los campos de futbol, Ino tropezó y cayó de bruces al suelo. Sakura la ayudo a levantarse y volvieron a comenzar a correr. Justo al llegar a los campos de futbol rápido, el sismo termino tan abruptamente como había comenzado.

Ambas se miraron. El blanco uniforme de Ino estaba sucio, y se había rasgado una rodilla por la cual corría un hilillo de sangre, se había quemado una de las palmas de la mano y su cabello estaba hecho una maraña. Ambas hiperventilaban, sudaban, estaban temblando, y se miraban al rostro atónitas.

-Al parecer no somos las únicas que pensaron en el campo de futbol-Dijo Ino mirando hacia todos lados, había algo de gente ahí cuando llegaron, pero no dejaba de llegar más.

-El sismo fue muy fuerte Ino. La tierra se cuarteo-Dijo Sakura dándole una liga a Ino para que se tomara el cabello de nuevo-Yo vi cuando se cuarteo-Dijo alzando las cejas-Fue escalofriante.

Ino asintió mientras se tomaba el largo cabello en una coleta.

-Ya no supe que si la chica rechazo al rubio o no-Dijo Ino suspirando mientras volteaba hacía ambos lados despreocupada. Luego entro en cuenta del último evento que había sucedido antes del sismo y miro a Sakura apenada.

La pelirrosa se cruzó de brazos y miro hacia otro lado. No quería hablar de eso.

Las sirenas de las ambulancias y de los bomberos se hicieron presentes al cabo de unos segundos. Y ellas se quedaron ahí de pie.

-Creo que es mejor que nos quedemos aquí… Por las réplicas y eso-Dijo Sakura algo incomoda.

Ino asintió. Luego chasqueo la lengua y se tapó el rostro.

-¿Qué pasa?-Pregunto Sakura.

-¡Deje mi bolso Channel en la banca!-Grito apuntando con la mano en dirección a la banca.

Sakura entrecerró los ojos.

-Eres tan tonta-Susurro.

-¡No soy tonta! ¡Esa bolsa es muy cara!

Sakura solo rodo los ojos y sintió un dolor punzante en un pie.

Se quejó un poco y miro la planta de su pie. Había sangre en ella.

-Creo que me corte con algo-Dijo Sakura recargándose en Ino mientras miraba su pie.

-Debería de curarte eso… Se infectara-Dijo la rubia.

Sakura asintió. Pero debían de quedarse ahí por lo menos unos diez minutos más.

La gente que se encontraba ahí llamaba por teléfono celular y mandaba mensajes, y tal vez ella lo haría también si tuviera su celular con ella.

Bien, otra razón para odiar los bolsos de mano, ella siempre usaba bolsas que se colgaban en diagonal en su torso y eran prácticas, siempre tenía todo a la mano. Pero con esas malditas bolsas de mano, siempre se le olvidaban en los restaurantes y en el taxi, siempre tenía que volver por ellas.

Ino comenzó a espolvorear su falda.

-Tienes hojas en el cabello-Le dijo la rubia a Sakura irguiéndose.

Sakura hundió sus dedos en el cabello y lo espolvoreo, salieron algunas hojas y supuso que su cabello también estaría enmarañado.

Todo el jaleo pasó rápido. Las personas que se encontraban ahí se esparcieron y ambas los imitaron, Ino tuvo que rogar a Sakura para pasar por su bolso, el cual encontró intacto en la banca. La pelirrosa tomo un taxi a su edificio de departamentos, Ino quería curarle el pie antes de que otra cosa sucediera, pero por alguna razón ambas se sentían cansadas. Como si acabaran de realizar el trabajo más duro de sus vidas, como si su energía de pronto fuera drenada.

Descalza miro el gran edificio. El calor del día por alguna razón se había ido también, miro hacía ambos lados, casi no había gente en las calles, así que sin más entro a su edificio y antes de presionar el botón de su piso, Sasuke entro al edificio por las puertas. Estaba polvoriento y tenía un raspón en el rostro.

Sakura dudo en presionar o no el botón, pero Sasuke la miro y se congelo. Entro al ascensor y presiono el botón que la pelirrosa debió de haber presionado.

El pelinegro la miro de pies a cabeza.

-¿Tú también estuviste cerca del sismo?-Pregunto cuando las puertas se cerraron.

Sakura lo miro y asintió lentamente.

-Justo en el epicentro-Dijo Sakura tajante, cruzándose de brazos.

-¿En el parque?-Pregunto Sasuke.

-Sí. Justo ahí-Dijo ella tomando una postura algo agresiva.

Sasuke no trato de sacarle más platica. De seguro estaba cansada y se veía algo enfadada, él también lo estaba, odiaba salir con su novia Karin y que ella se pusiera de fastidiosa, y lo peor de todo el bendito sismo. Miro a la pelirrosa a su lado, bajita y con una nariz respingada.

Con ella, se sentía mejor. Pero cuando no le hablaba ni le preguntaba nada sobre su pasado.

Justo cuando las puertas del ascensor se abrieron Sakura salió de el a paso firme, y Sasuke detrás de ella. El pelinegro nunca la había visto tomar esa postura con él, jamás la había visto fruncir el ceño de esa manera y darle la espalda. Cosa que lo enfado un poco.

Así que la tomo suavemente de la mano y la jalo hacía el con un poco de fuerza.

La pelirrosa se topó con el pecho de Sasuke y le miro el rostro.

-Yo opino que deberíamos de tomar una taza de té-Dijo sonriendo de medio lado. Eso siempre la ponía de buen humor.

Sakura lo miro con una expresión sorprendida, que justo al instante cambio por una furiosa.

-Suéltame, idiota-Dijo alejándose de él-No me hables hasta que estés dispuesto a decirme quien carajo eres-Le dijo apuntándolo al rostro.

Era algo cómico que una personita tan pequeña y menuda amenazara a alguien tan imponente como Sasuke, siendo el alto y de buen porte.

Dicho aquello se dio media vuelta y camino hasta su puerta, la cual abrió con sus llaves y entro dando un portazo. Lanzo su bolso y se sirvió un vaso de agua.

Sasuke era como el bonus del día. Tenía que topárselo justo después de que aquel sismo ocurriera.

Apenas eran las doce y media y ya le parecía que odiaba aquel día. Tomo el vaso de agua rápidamente y lo estrello contra la mesa con coraje.

¿Quién creía que era ese estúpido Sasuke?

Sakura camino hasta su baño y se dio una ducha. Donde no pudo contener las ganas de llorar.

Salió de la ducha aún más cansada que antes y entro a su habitación. Donde había una cama matrimonial con una colcha de color crema, a los lados había unas pequeñas cómodas donde guardaba ropa interior y algunos útiles de la escuela. Tenía un escritorio blanco con una laptop encima y una lámpara, justo al lado de una ventana. Las paredes de su habitación estaban pintadas de un sobrio color blanco, pero había sabido decorarlas con varias fotos de sus amigos y cuadros pintados por artistas no tan conocidos.

Con la toalla enrollada en su cabello y una bata de color rosa pálido, se dejó caer en su cama.

Sentía los ojos irritados y aun podía sentir la tierra moverse bajo su cuerpo. Estaba asustada, pero se sentía tan exhausta…

La pelirrosa de pronto se encontró en un campo de batalla. El olor a muerte reinaba por todo el lugar, el aire caliente y la tierra se adhería a su piel.

Miro a su alrededor y se encontró con varias personas vestidas con chalecos de color verde militar y con bandas de color rojas atadas a sus frentes. Tenía una palabra en kanji "忍"

-¿Shinobi?-Pregunto en voz alta, pero al enfocar mejor la mirada se dio cuenta que todos tenían un aura de color roja rodeándolos, se tapó la boca de la sorpresa y se dio cuenta de que ella también la tenía.

-¡Ahí viene de nuevo!-Grito una persona alzando la mano hacía al frente. Sakura alzo la mirada y se topó con un enorme monstruo con varios brazos atacando a todos frente a ella.

Le pelirrosa soltó un grito, pero se escuchó sordo, el sonido de las manos impactarse contra el suelo y contra las personas que trataban de pelear contra él, era aún más fuerte que su grito.

-¿Qué es eso?-Pregunto casi sin aliento. De pronto una rubia apareció a su lado.

-¿Quién está usando el mokuton?

Sakura la miro sin entender ¿Qué carajo era el mokuton…?

Se miró las manos, llenas de tierra y sangre seca, se tocó el rostro, se sentía normal, como siempre, luego se miró el cuerpo. Tenía la misma vestimenta que los demás.

Una persona comenzó a hacer algo extraño con las manos y logro contrarrestar un poco los ataques del enorme monstruo. Sintió dentro de ella un extraño sentimiento de felicidad mezclada con orgullo y estuvo a punto de alzar el brazo y gritar de felicidad.

-¡Nunca subestimes al tercero!-Grito alguien detrás de ella.

La rubia que se encontraba a su lado se hinco y una chica de cabello marrón estaba junto a ella. Se sentía cansada, sentía que le faltaban las fuerzas, algo andaba mal.

-¡Es Gaara-Sama!

Sakura alzo la mirada y vio a un chico pelirrojo volar sobre una nube de lo que parecía ser arena. Llevaba consigo a una persona. Entonces bajo justo frente a ella y pudo ver a un chico rubio con marcas en el rostro.

-¡Naruto!-Aquel nombre se le escapó de los labios sin siquiera saberlo y sintió que el corazón se le oprimió.

De pronto abrió los ojos y se sentó en la cama rápidamente. Había sido un sueño.