Hola a todos... quiero agradecerles como no tienen idea. Realmente me levantan el animo y ustedes son la razón por la que me di a la tarea de encontrar momentos sin dolor para escribir... poco a poco, hasta terminar con esta historia. Y espero se me permita comenzar con otra que nació cuando me trabe con esta jajaja

Como lo ven... tengo algo adelantado de la próxima historia. Todo a causa de inspiración en volver a amar... o mas bien mas que falta de inspiración fue una de esas ideas que nace y mata a la anterior, y gracias a eso no sabia como continuar esta jajaja pero si la otra.

Ok ya no diré nada, al menos no antes de continuar el capitulo. Que no necesariamente va acompañado de una canción... pero tuviera que escoger una... esa seria: Nee de Fujita Maiko.

Bien... la mayoría de los personajes de esta historia no me pertenecen, pertenecen a Naoko Takeushi. Por otra parte, la historia es completamente mía.


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Capítulo final


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Dos días después de que mi Dar partiera; mis hermanas, Hotaru y Serenity… partieron.

La verdad es que estaba bastante preocupado y aliviado. Primeramente porque a pesar de que tuvimos oportunidad de revisar la computadora, no logramos encontrar la más mínima existencia del supuesto diario. Y segundo, porque la conversación con todos ayudo bastante.

...

— ¿Qué es lo peor que podría pasar? —pregunto la Dra. Mizuno—Ella parece estar mucho más estable que otras ocasiones.

—Yo opino lo mismo, ella puede que este ocultado el hecho de que recordó. Pero eso, no le ha impedido seguir con su vida. —hablo el Dr. Tomoe.

—Nosotros no hemos notado nada raro, ella por fin sonríe. Así que no me importa la razón, es mi pequeña hermana otra vez.

Todos volteamos a ver a la que probablemente era la opinión más importante y con más valor.

—Ella estuvo mostrando señales de des-concentración durante las sesiones, pero en su caso es bastante normal. Ahora que Tenou y Furuhata han descubierto esto, creo que puede ser la principal razón de que ella dejara de dudar tanto. Pero creo que esos recuerdos le están ayudando.

— Entonces, ¿Nos equivocamos al pensar que la presencia de los hermanos, le perjudicaría? —cuestiono Artemis.

—No fue del todo una equivocación. Bien podría haber afectado, como no.

— ¿Qué haremos ahora? Ella sabe que le mentimos, ¿Por qué no nos reclamó?— pregunte.

—Creo que debemos permanecer al margen, ella lo quiere de ese modo. Además no estamos completamente seguros de que recordó o este leyéndolo. Después de todo no encontramos en su computadora nada. Y sobre Chiba… pues no creo que podamos hacer mucho. Él no está aquí y ella partirá dentro de poco, acordamos que alejarse le hará bien y que la compañía de sus amigas es favorecedora.

—Setsuna tiene razón, además de que no irán solas. Setsu y yo iremos con ellas.

—Serenity necesita tiempo con las personas cercanas a ella para tener estabilidad. Inglaterra y tanto tus hermanas como la hija de los doctores, son para ella tan hermanas como lo soy yo. Luna y yo no iremos porque hemos notado que ella evita tener contacto con los niños.

—Moon, —le detuvo la Dra. Mizuno— Serenity no rechaza a tus hijos porque los odie.

—Lo se Dra.

—Ella sanara y cuando lo este, ten por seguro que les mostrara tanto amor. Sólo necesita tiempo.

...

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La conversación había dejado a todos seguros sobre el viaje y de ese modo, les dejamos partir.

Artemis, Luna y los niños, Michiru y yo fuimos los únicos en ir al aeropuerto. Fue a la salida cuando alguien topo conmigo. Se disculpó y siguió su camino. Al llegar al estacionamiento, mientras Artemis y Luna acomodaban a los pequeños en sus asientos. Un teléfono comenzó a sonar… nos miramos unos a otros, revisamos nuestros teléfono, no era ninguno de ellos.

—Cariño, creo que es tu chamarra la que suena. —dijo Michiru, levantando la chamarra que yo había arrojado al asiento trasero.

Extrañado, la tome y saque del bolsillo un teléfono, que nunca antes había visto. Mire a mi alrededor, y los demás hicieron lo mismo.

— ¿Hola…? —conteste.

—No te pongas tan nervioso jefe. —escuche una voz conocida.

—Ruberus… maldito desgraciado. —reclame de inmediato.

Michiru al escuchar su nombre suspiro de alivio.

—Jefe, sé que te gustaría preguntar y regañarme… pero eso tendrá que esperar—mis reclamos pararon ante sus palabras—Escucha atentamente, dile a los Moon que salgan del país. Pero que no lo hagan al mismo lugar que ella, deben comprar un boleto extra y a nombre de Serenity.

— ¿Que?

—Sé que los boletos de hoy fueron pagados por los Tomoe, lo cual es muy bueno…

—Ruberus, espera… no entiendo. —le detuve.

—Esta circulando un rumor nada agradable, se dice que Seiya ofreció una fuerte suma por un video. Video que tiene que contener la violación y muerte de su esposa.

Eso me dejo helado, mire a Artemis no pudiendo creer lo que oía. No podía ser cierto, ¿Es que acaso el idiota no podía dejarle en paz?

—Jefe… ¿Entendiste? —pregunto.

—Si.

—Les veré pronto. —se despidió antes de cortar la llamada.

—Vámonos, hay que ir al café. —ordene subiendo al auto, con la esperanza de que mi tono de voz les incitara a seguirme.

Al llegar les explique lo que Ruberus me había dicho y a los dos días, Artemis, Luna y sus hijos partieron, junto con Ves, disfrazada de Serenity.

Ella estaba bastante nerviosa, pero la idea de ver a su hermano le motivo. A los pocos días, Ves y Ruberus volvieron y según él, volvieron para quedarse. Y su regreso fue más que grato, un mar de abrazos y algunas lágrimas.

Después volvieron los Moon y junto a ellos, el padre de Esmeralda.

...

—Hemos detenido a quien les perseguía. Además, parece que hemos recibido ayuda externa.

Dijo mientras tomaba un café en mi oficina. Artemis, Ruberus y yo escuchábamos su explicación.

—La idea de Naito fue buena. Engañarlos con un señuelo para que podamos arrestarlos fácilmente.

—Espere, ¿A que ayuda externa se refiere?

— ¿No han leído los periódicos? —al no contestar, continúo— Taichi Kou repudio y desheredo públicamente a sus dos hijos. Al no tener el apoyo de la familia y con sus cuentas congeladas, Seiya ya no tiene recursos para hacer daño a Serenity.

—Vaya, eso no me lo esperaba…—expreso silbando Ruberus— Y debido al plan que tramamos, muchos de los idiotas que se movían por el dinero, están ahora como compañeros de los Kou.

— ¿Están seguros? —pregunto Artemis.

—No te mentiré diciendo que está completamente fuera de peligro, pero lo que sí puedo asegurarte es que Seiya no tiene modo de pagar para que alguien esté interesado en hacerle daño. Y la verdad dudo que alguien más quiera hacerle daño.

— ¿Qué hay con el ministro y el hermano?

—Ellos no tienen nada que ver Drew, si hay alguien que deba cuidarse de ellos… es Seiya. Después de todo, él quedo libre de los cargos. Cargos de los que el ministro y Taiki, si fueron culpados.

—Naito tiene razón. De hecho, ayer me llamaron para informarme que Seiya fue trasladado a una celda en solitario. Según parece, le atacaron.

—Sé que está mal que lo desee…

—No… se lo que quieres decir Andrew, —me interrumpió Artemis— Pero es muy pronto para que él pueda morir, él debe sufrir por todo lo que le hizo a Sere…

Los cuatro nos quedamos en silencio. Después de todo, lo que Artemis decía era verdad. Seiya Kou debía sufrir, no sólo por lo que le hizo a Serenity… él había hecho sufrir a muchas personas.

...

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Parecía que los días de paz habían vuelto a todos nosotros. Las sonrisas llenaron el café y hasta el aire se sentía ligero. Y el día en que mis hermanas volvieron llego tan pronto que por poco lo olvido.

Con ellas aquí, Michiru y yo comenzamos a hablar sobre el tema de nuestra boda.

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La distancia no ayudo para nada. Sin importar cuanto trabajo tuviera o que tan noche llegara a mi habitación, siempre me levantaba a la misma hora. Pensaba en ella en todo momento, las ganas de verla no disminuyeron.

Zafiro vino a verme en más de una ocasión. Intento no hablar mucho sobre el café, sabía que lo hacía para no lastimarme, sobre todo porque era notorio mi estado de ánimo. Encontró mil temas de los cuales hablar, incluso me acompaño a la construcción para ayudarme un poco con el trabajo. El verlo corregir errores en los planos o aportando ideas que ni yo tenía, me hizo darme cuenta de que ya no era el mismo niño que lloro cuando me fui por primera vez.

Ya no era el niño que me seguía a todos lados, e imitaba todo lo que hacía. Pero no fue solamente eso lo que me hizo darme cuenta de que había madurado.

Cuando vino por primera vez, abordamos el tema de lo que nuestro padre nos había confesado.

...

—Nii-san… Papá está bastante deprimido. Yo, creo que volveré a casa.

—Así que dejaras el dormitorio.

—Sólo una temporada.

Le mire a los ojos, parecía esperar por mi reacción. Pero yo no tenía nada que decirle, también había llegado a una solución en cuanto a lo que nos habían confesado papá.

—Yo… he estado pensando. Mucho…

—Yo también.

—Se lo dije a Haru. Ella no reacciono como esperaba.

Por la forma en que lo dijo, supuse que no le golpeo.

—Papá, no tuvo la culpa. Yo en su lugar, tampoco hubiera creído en su palabra. No después de lo que hizo. Creo que Papá hizo lo correcto. Papá no se equivocó, no se equivocó en nada. Por eso no le culpo el no haber pelear por nuestro hermano. —se levantó del sillón y se acercó a mí— Había pasado mucho tiempo, creo que hubiera lastimado mucho a nuestro hermano… aun cuando lograra o no traerlo a nuestro lado. Además, la persona en la que se convirtió, no tiene nada que ver con papá y por eso no debe culparse como lo hace. Yo no quiero que se culpe por eso, ni por nada más. Sé que le duele porque es su hijo también pero… por eso mismo es que quiero estar a su lado. Quiero que este orgulloso de mi y no quiero apartarle… y quiero que tú no lo apartes otra vez. Por favor, Nii-san. Incluso si no puedes perdonarle, por favor…

—Levanta la cabeza Zafiro. Yo no culpo a nuestro padre por lo que ha hecho Seiya. En especial, por lo que le hizo a ella. Una vez culpe a papá por lo que esa mujer nos hizo… pero era un niño. Un mocoso inmaduro que no tenía idea alguna de lo que también estaba sufriendo él. Esta vez, pensé y llegue a la misma conclusión que tú.

El sonrió y de forma alegre comenzamos a platicar sobre cosas sin sentido.

...

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...

La siguiente vez que fue, la presencia de Tenou fue algo que no esperaba. No me molesto su presencia en ningún momento, pero ciertamente resultaba incomodo en algunos momentos. Sobre todo en los que era testigo de cómo se convertían en completos extraños. Por unos segundos sentía que había entrado en una dimensión desconocida, o incluso que estaba frente a dos impostores. Aunque pronto me di cuenta que era algo normal, después de todo no era la primera persona a la que veía cambiar a causa del amor. Y ser consciente de eso, me causo envidia.

Envolví mi mente en mi trabajo. No pensé en más que terminar el proyecto, entre más pronto terminara, más pronto volvería. Pero volver, ¿A qué? Esa era siempre la pregunta que venía a mí.

Llamaba a mi padre cada cierto tiempo y no precisamente para informar cómo iba la construcción. Simplemente para ponerme al día de todo y de nada. De algún modo quise compensarle todo el daño que le hice y fue de ese modo que le hable de Serenity.

—No puedo creerlo, también has caído. —había dicho entre risas.

La verdad es que en eso tenía razón. Tanto Zafiro como yo, pregonamos que jamás nos casaríamos. Así como nuestro odio a las mujeres en general. Pero los dos habíamos caído por un par de ojos azules. Pero le sorprendió aún más, fue el hecho de que fuera la esposa de Seiya.

—Endymion, ¿Ella declaro en su contra en el juicio?

—Si.

—Entonces, ¿Realmente es culpable?

—Lo es. Yo estuve en una parte del juicio, lo que decían… —el silencio en la línea me preocupo— Padre, no debes culparte. No hay nada que hubieras podido hacer…

— ¿De verdad no lo había?

Ante eso no había sabido que contestar. Aun cuando quise hacerlo, no hubo palabra que saliera de mi boca.

...

Nuestra llamada había terminado de forma incomoda y por lo mismo intente no volver a mencionar el nombre del menor de los Kou. Nuestras platicas eran bastante cortas y casi siempre era sobre trabajo, no fue hasta casi a cinco meses de mi estancia en Australia que él apareció ante mí.

—Papá… ¿Qué estás haciendo aquí? —pregunte al verlo en mi oficina.

— Por dios… ¿Cuándo fue la última vez que te afeitaste? —toque mi cara.

Desde que estaba en Australia había dejado de hacerlo tan seguido, por lo que ahora lucia con una barba y bigote de más de un meses.

—He… he estado ocupado. —me miro no creyendo en mi palabra.

—De verdad que ambos fueron golpeados muy fuerte por el amor.

—Por favor, esto no tiene nada que ver…

—Lo tiene.

—Aun no me has contestado la pregunta padre.

—Eres mi hijo y este proyecto es parte de mi empresa, por lo que puedo venir a verlos cuando quiera.

—Eso… eso es verdad, pero… ¿Dejaste la sede sola?

—Claro que no… Zafiro va debes en cuando. Aun cuando sólo es un estudiante de arquitectura, es muy bueno.

—Lo sé, la última vez que vino me ayudo con unas mejores. Debes estar orgulloso.

—Lo estoy, de todo… —no termino la palabra y miro a otro lado.

—Padre.

—Anda hijo, enseñame ese departamento en el que vives y desayunemos algo. —me interrumpió sonriendo tristemente

—Pero acabo de llegar y los empleados no tardan en llegar…

—Es demasiado temprano para eso… de hecho no sé qué rayos haces aquí tan temprano. Vamos, levantate… no tenemos todo el día.

Sin poder hacer más, tome mis cosas y me dirigí a mi auto para volver a mi apartamento. Al no querer dejar su taxi, menaje con ellos siguiéndome. Llegamos y no me extraño que el equipaje fuera tan poco, estaba seguro de que volvería pronto a casa… no podía dejar la sede sola por tanto tiempo.

Lo primero que hizo fue quejarse de lo desordenado del lugar donde vivía, ciertamente no era mucho pero la señora que contrate para el aseo no vendría hasta mañana por lo que había varias cosas fuera de lugar. Lo segundo por lo que se quejo fue por la comida, si bien era cierto que sólo estaba comiendo comida congelada o instantánea.

—No tengo tiempo para cocinar y no soy bueno preparando comida tampoco.

— ¿Cómo sobreviviste tantos años en Corea?

—Había una cafetería. —movió la cabeza y me miro de forma desaprobatoria.

—Con razón Zafiro casi te alcanza.

—Eso no es verdad, soy mucho más alto que él…

—Cuanto, este tenedor… —hablo levantando el cubierto.

—Ya dime a que viniste. La última vez que hablamos te dije que todo estaba bien. —suspiro y tomo un bocado, exasperado espere a que

—Vine a traerte un regalo. Pero puedo esperar a que te duches, te afeites, comas y duermas un poco… te veré en la noche. Iré a supervisar la construcción.

—Entonces iré contigo para explicarte…

—Conmigo, nada. Ducha, Afeitarse, comer y dormir… todo en ese orden. Y para asegurarme de que lo harás, —tomo de la bandeja junto a la puerta, mis llaves y cartera— Yo, me llevare esto.

—Espera…

—Descansa hijo… —dijo antes de salir por la puerta.

Irritado y de mala gana, termine por hacer lo que me dijo. Tan pronto como caí a la cama, fue que note que no estaba descansando lo suficiente. Me quede tan dormido que ni cuenta me di de cuando volvió, o de cuando se fue… sentí que dormí por días.

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Inglaterra había sido genial. Las tiendas, los postres y comidas... pero sobre todo, los chicos. Eran tan pero tan guapos que nos resultó casi imposible recordar que la mayoría de nosotras teníamos a alguien esperándonos.

Paseamos en barco por el Támesis e improvisamos un picnic en el Crystal Palace Park. Nos tomamos fotos en todos los lugares que vimos, pero la mejor fue la de Abbey Road, cruzamos gran parte de la ciudad pero no nos importó. Queríamos tomarlos una foto igual a la emblemática de los The Beatles. Entramos al zoológico cercano, donde nos pusimos a imitar a los animales. Fue genial. Ver a Sere reír tanto, parecía haber recuperado ese brillo que ni cuando vivió como otra persona tuvo.

Casi tres semanas después de habernos ido, regresamos con más maletas de las que todos imaginaron. Fueron tantas que tuvimos que volver en varios autos y pedimos un taxi. Trajimos de todo para todos y al llegar nos encontramos con la sorpresa de que Ruberus estaba de vuelta.

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—Pero mira nada más, la bruja y el dragón… ¿Y mi souvenir?

—Ahhhh… —gritamos tanto Rei como yo mientras corríamos a abrazarlo.

A pesar de que no era mucho el tiempo desde que lo conocíamos, le queríamos como aun hermano. Nos cuidaba y ayudaba en nuestras travesuras, él y Ves eran como nosotras. No tenían padres y por ello Ruberus trabajaba tanto como Nii-san para que sus hermanas menores tuvieran todo.

—Hey, Hey… si creen que aplastándome me olvidare de mi souvenir, están completamente equivocadas. —hablo pretendiendo estar enojado.

—Ok… Ya basta o me pondré celosa. —se quejó Esmeralda con una sonrisa.

—Jajaja creo que Esme tiene razón, deben dejarme para poder tener las manos vacías para mi regalo.

—Pero…

—No te trajimos nada. —dijimos en susurros.

— ¿Es broma? —nos miró seriamente y bajamos la mirada apenadas— Ah… no es broma… de verdad no me compraron nada.

—Lo sentimos tanto…

—Pero no sabíamos cuando volverías…

—Sí, es tu culpa por irte sin despedirte.

—Tu castigo por no decirnos.

—Por preocuparnos.

—Y también a Ves…

—Y a Esme.

—Caray, ustedes sí que no perdonan.

—Naaa, es broma.

—Si te compramos algo.

Reímos como antes y con el paso de los días todo volvió a la normalidad gracias a que las clases comenzaron.

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Hacía mucho que me había atrevido a decirle a Hotaru sobre los recuerdos que recupere. Al principio le dije temerosa de que se lo confesara a su madre, pero había escogido confesárselo a ella en vez de a Mina y Rei. No era porque le quisiera más o tuviera más confianza, simplemente conocía a mis amigas y estaba segura de cuando confesara que quería ver al amigo de su hermano, ellas terminarían por gritarlo a los cuatro vientos. En cambio Hotaru, no haría un escándalo.

Hotaru me escucho sin interrumpir ni regañarme… simplemente escucho todo lo que tenía que decir y al terminar de contarle todo, me sonrió y abrazo fuertemente. Y aun con la posibilidad de que le dijera a su madre, aun a pesar de eso, guardo mis secretos y aconsejo. Espero pacientemente a que estuviera lista para decirle a todo los demás y me acompaño cuando lo hice.

Los primeros en saber, fueron su madre, Artemis y Luna. Después de ellos, hable con Rei y Mina… aunque a ellas les conté de algo, que decidí omitir a los demás. Más tarde, les dije a los demás.

He empezado a recordar algunas cosas… momentos en los que reímos y pelamos juntos...

Todos se mostraron felices ante mis palabras y ante el hecho de que parte de los momentos que viví como Samuel Hino, habían vuelto. Gracias a todos y a que Artemis y Luna me dejaron, comencé a asistir de nuevo a las clases de repostería y con el apoyo de los chicos del café, pude ir algunos días y ayudar en la cocina a Haruka y Hotaru.

De ese modo pase los primeros meses. Meses en los que espere que Rei y Mina, hacían de todo con tal de ayudar a Hotaru y del cual no me habían contado...

—No te preocupes Sere, nos encargaremos de todo. —me tranquilizo Mina.

— ¿Encargarse de todo?

—Tu tranquila, dejalo todo en nuestras manos.

— ¿Pero, que es todo?

—No es nada, Sere. Vamos chicas es hora de irnos.

Hotaru hacia empujado a Rei y Mina lejos de mí. Bien sabía que tramaban algo, pero no tenía idea de que.

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—Ya llegue. —anuncio Rei al entrar por la puerta principal de café.

—Rei, ¿Y las demás?

—Salí más temprano y estuve haciendo una tarea importante que necesito entrar hoy. Pero, hubo un problema con la red de la escuela y necesito enviar ese trabajo…

Sin decir más, la morena paso de largo a Esmeralda y Palas para entras a la oficina de su hermano.

—Nii-san, hazte a un lado. Necesito la computadora. —grito aventando la silla que gracias a las ruedas, se movió.

— ¿Que rayos? ¿Dónde quedo el hermano ya llegue? O el ¿Cómo estás? ¿Cómo te fue en tu cita para ver tu traje? —se quejó el rubio, levantándose de la silla.

—Lo siento Nii-san, pero hoy tengo que entregar una tarea que olvide hacer en vacaciones.

—Déjame cerrar mi correo.

—Noooo… —le alejo en un grito que sorprendió al rubio— Puedo enviarlo del tuyo… solo pondré mi nombre completo y numero de estudiante. No le molestara a la, maestra. O mejor yo lo cierro.

—Está bien. —dijo Drew extrañado.

—Yo lo cerrare y abriré el mío. Lo siento, yo lo olvide con todo lo que paso… hoy es el último día para entregarlo… ni la traidora de Mina me lo recordó… Nii-san, Mina no me quiere… —comenzó haciendo un drama poco común en ella.

Por lo general era Minako la que hacia ese tipo de reclamos y la que olvidaba ese tipo de trabajos por lo intrigado, Drew se acercó y toco el cabello de su hermana.

— ¿Qué pasa?

—Te consuelo, —dijo de inmediato ante la pregunta y mirada curiosa de su hermana— No quieres que lo haga, no lo volveré a hacer. —agrego indignado para terminar alejándose y saliendo del lugar.

Los ojos violetas de Rei brillaron cuando la puerta se cerró y de inmediato se sentó en la silla para ponerse a trabajar en la computadora. Rato después Drew entro y el lugar estaba vacío. Sin entrar al lugar miro al local y no encontró a Rei a la vista.

— ¿Saben dónde esa loca hermana mía?

En la barra dejando el dinero de una mesa, se encontraba Ami. Y cobrándole Haru…

—Hoy le toca arriba.

—Gracias.

—Hey, también me toca arriba a sí que apurate para que estés aquí.

—Sí, sí.

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Las cosas en la cafetería fueron mejorando, sobre todo cuando contrataron personal para cubrir los espacios que Reika y Serenity habían dejado. Agregando también a dos chicos más para ayudar con el segundo piso.

A los siete meses, Seiya Kou fue trasladado a una nueva prisión debido al número de incidentes que habían ocurrido. Era claro que no buscaban su muerte, debido a que jamás utilizaron objetos filosos y siempre era golpeado brutalmente. El ministro tenía bastantes amigos y familia fuera de la prisión por lo que a pesar de estar de no tener libertad, gozaba de privilegios. Mientras tanto Taiki parecía llevar una vida bastante tranquila con diferencia de su hermano menor. Yaten le visito solo en dos ocasiones y Diana iba a tanto como podía.

A pesar del tiempo los noticieros y periódicos aun hablaban sobre las redadas en los establecimientos a nombre de Taiki Kou… el repudio de dos de los herederos de las aerolíneas sólo alargo más las especulaciones y chismes que surgieron. Pero de alguna forma, la aerolínea sobrevivo y siguió trabajando.

Al haber mantenido oculto todo lo que tuviera que ver con Serenity, los Hoteles Tsukino no se vieron envueltos en nada. La única noticia que se dio a conocer fue que la heredera había salido de un coma. Y gracias a eso fue que Artemis siguió trabajando como si nada hubiera pasado, dejando a su hermana menor haciendo lo que le gustaba.

Los planes de la boda continuaron y aun cuando el novio estaba molesto por que su primera opción a padrino no volvía, la presencia de Ruberus fue la que probablemente salvo a Drew de una depresión.

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—No sabes cómo me alegra que volvieras, me dolería mucho que ninguno de mis mejores amigos estuviera conmigo. —repitió por enésima vez el rubio, desperando a Ruberus.

—Creo que estas peor de lo que pensé, ese trago no fue una buena idea. —hablo Ruka desde la puerta, llamando la atención de los dos chicos dentro del cuarto.

—Peguntaría, pero estoy seguro de que estas aquí a petición de la novia. —se quejó Ruberus.

—Ruka, ¿Cómo está mi sirena? —pregunto torpemente.

— ¿No fue solo un trago?

—Claro que lo fue, no es mi culpa que tenga poca tolerancia. —ante eso, Ruka no pudo reprochar.

—Mojale la cabeza, la cara… bañalo si es necesario. Pero no dejes que salga de este cuarto… le diré a uno de los chicos que venga a ayudarte y a que te compre una bebida. —diciendo eso se fue.

A los pocos segundos Zoicite y Jedite, entraron con una bebida energética. Ayudaron a Ruberus a poner en línea a Andrew.

Del otro lado, a diferencia del novio, Michiru se encontraba tranquila y calmada en su cuarto mientras que Esmeralda terminaba de colocar el tocado.

Sin otro incidente la boba se realizó en una pequeña capilla donde pocos fueron los invitados. Por parte de la novia, sus padres y sus tíos fueron los únicos presentes, mientras que por el lado del novio, las hermanas y empleados del café. Una boda que a pesar de ser bastante sencilla, logro sacar suspiros y lágrimas por parte de los asistentes.

Después de la boda, los novios se fueron de luna de miel gracias al regalo de Artemis, que no pudo asistir, envió con Serenity. Para cuando volvieron todas las cosas comenzaron a volverse rutinarias y sin que se notara, once meses habían pasado.

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Sin haber avisado más que a mi padre, debido a que no quería una comitiva esperándome en el aeropuerto, llegue a Japón. Estaba seguro de que de haber sabido más que recibirme, habrían venido a reclamar. Empezando con Drew por que no estuve para su boda.

Suspire pesadamente mientras caminaba hasta la banda para recoger mi maleta, mientras le buscaba entre las otras, recordé la visita de mi padre. Tome la maleta y salí a tomar un taxi que me llevara a casa, estaba bastante cansado. El vuelo se había retrasado debido al mal clima.

Una vez afuera, tome mi teléfono y mire la pantalla esperando encontrar algo. Sonreí de lado al ver más que sólo algo. Tomo el taxi antes de hacer una llamada que me pica en los dedos por realizar. Una vez de subir y darle la dirección, marco.

— ¿Si? —pregunto la voz somnolienta.

—Hola, ¿Cómo estás?

—Ohh, espera un momento… —contesto la voz del otro lado— Medio dormido, ¿Y tú?

—Voy en un taxi.

— ¿A estas horas? Espero que no estuvieras todo este tiempo trabajando.

—No, claro que no. Mi vuelo aterrizo hace no más de media hora.

— ¿Estás aquí…? Creí que llegarías a una hora mas razonable...

—Estaré ahí en casi una hora. Hablaremos luego.

—Claro hijo.

Tome mi teléfono y envié un mensaje corto. Un simple "Volví".

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Por la noche escuche un zumbido, pero simplemente le ignore. Estaba reamente cansado, había faltado un empleado del café y Haru no había querido irse. Razón por la que nuestra cita se arruinaba, y por ende, yo también había terminado ayudando.

Para mi sorpresa, en la mañana al revisar mi teléfono, encontré un mensaje que me sorprendió demasiado.

—Volvió… Nii-san, volvió.

Me levanté y vestí tan rápido como pude, por poco caigo por las escaleras después de no encontrar rastro de él, en su cuarto. Había maletas y claramente, las sabanas estaban desarregladas. Llegue al comedor derrapando en el piso y haciendo que papá se atragantara con el café.

—Ahhh, mis hijos me van a matar…

Mire por todo el comedor y no encontré nada fuera de lugar.

—Joven Zafiro, tome asiento. Le traeré el desayuno en minutos.

—Ah, sí, gracias.

—Tu hermano se fue hace unos momentos, tardaste mucho en bajar.

— ¿Porque se fue?

—Fue a visitar a su amigo.

—Pudo haberme esperado si iba con Furuhata, Yo también iré. —replique molesto.

—Lo mismo le dije. —comento antes de darle un mordisco a su tostada francesa.

Iba a hablar justo en el momento en el que Momo, entraba con la bandeja. Acomodo todo en la mesa y me dijo…

—No se preocupe Joven Zafiro… Las tostadas no tienen azúcar.

—Gracias Momo. —le sonreí.

—A mí, eso no me gusta tanto.

—A ti, el medico te dijo que nada de azúcar. —le regañe— Mejor, volvamos a lo de mi hermano.

—Pues cuando le dije que podían ir juntos, dijo que no. Que antes de ir necesitaba ir a otro lugar… —iba a hablar cuando agrego— Solo.

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Me senté en el columpio como un niño pequeño. A decir verdad, estaba bastante inquieto. No hacía mucho que había descubierto lo que me estaban ocultando. Estaba bastante molesto, pero mi molestia era el hecho de que no confiara en mí.

En mí que le adoraba. Más que molestia, era dolor. Dolor que me hizo alejarme por un tiempo de ella. Mi indignación bajo con la distancia y gracias a la intervención de otros, pero sobre todo, gracias a mi cariño hacia ella.

Al haberme llenado de trabajo, mi regreso había sido algo imposible. Por lo que le llame esperando que aceptara mi estupidez. Gracias al cielo, ella tenía un corazón de oro. Uno que había sido destruido, pero que gracias a su fortaleza, sano. Y fue por eso que escucho mi disculpa y al mismo tiempo, me pido perdón. A mí. A quien no debía.

Una vez arreglado el malentendido, le pedí que me informara de todo. Quería que me contara todo, que confiara en mí. Como antes. Y así lo hizo. Fue la llamada más larga que he tenido en toda mi vida. Escuche todo lo que quiso contarme tratando de no interrumpirle. Pero eso no evito que hiciera notas mentales sobre qué hacer o decirle cuando le viera.

Y hoy por fin era ese día. Me balance un poco y frote mis manos, aún estaba haciendo bastante frio. Algunas personas pasaron por el parque y al verme me miraron recelosos, no les culpe. Después de todo un hombre adulto, paseando en un columpio no parecía normal. No lo era. Me levante no pudiendo estar por más tiempo quieto y escuche el sonido de un auto. Gire la cabeza y mire como de este salía la persona que había provocado una revuelta de sentimientos contradictorios en mí.

—Hola. —hablo al llegar a más de un metro de mí.

—Hola. ¿Ya has desayunado?

—No. —contesto nerviosamente.

— ¿Por qué no vamos a otro lado?

—Si… Vienes en auto.

—Llegue en taxi.

Comenzamos a caminar hacia su auto, pregunte si conocía la dirección y negro con una sonrisa, sonrisa que al verme serio se borró. Llegamos a un conjunto de casas, miro curiosamente todas y cada una de ellas hasta que le dije que nos detuviéramos en una.

Abrí la puerta y se sorprendió al encontrarla completamente decorada y amueblada.

—No te voy a comer… pasa. —dije en broma, pero parece que no lo tomo así.

Le vi pasar saliva y a cada paso que daba, su mirada se posaba sobre una nueva foto.

—La acondicione para que viviera aquí, pero... parece que el departamento es importante para ella.

—Para mí también lo es… —dijo con una sonrisa tocando una foto en donde estaba ella de chica.

—Si recuerdo bien, en esa tenía 8 años.

—Se ve tan linda... y feliz.

—Es porque lo era. Siempre lo fue, hasta que él apareció.

—Sobre él… ¿Te lo dijo?

—Si… me dijo sobre la conversación que tuvo con tu padre.

—A mi también me platico sobre eso.

—Por favor, toma asiento.

—Gracias. —hablo cuando le acerque unas galletas y un café.

—Creo que eso, es una de las cosas que yo debo decirte a ti. —parecía sorprendido— Según Andrew, cuidaste de ella.

— ¿Ella no recuerda eso? —negué— Bueno, ella no estaba del todo despierta. Era más como un estado de sonambulismo.

—Eso me dijeron. Sobre…

— ¿Qué es mi hermano?

—Si. Cuando me lo dijo, su voz parecía asustada. Pero creo que era miedo por lo que yo diría, porque en cuanto me dijo lo que platico con tu padre. Su voz no temblaba. Creo que temiera que le impidiera ponerse en contacto contigo.

—No es que sea dependiente… es sólo que ella respuesta bastante tu opinión.

—Lo sé, por eso tarde un tiempo en contestar a su pedido. Sé que quería insistir y no lo hizo. Además de que sus amigas fueron las que se movieron para hacer que se reuniera con tu padre debido a que la veían triste.

—Imagino que fueron las hermanas de Drew.

—Ja ja, mi hermana cuenta con amigas bastante locas. —aclare mi garganta para cambiar al tema importante— No puedo negar que me molesta demasiado el empeño en que puso en convencerme de que los dejara encontrase. En especial con todo lo que acaba de pasar.

—Algunas de ellas son terroríficas.

—Sé que me voy a oír muy anticuado, pero… ¿Qué pretendes sacar de esto?

—Sinceramente no pretendo sacar nada. Yo, sólo, quiero volver a verle.

— ¿Para qué? Yo aún no estoy convencido de que tu presencia sea tan buena como ella o tú lo cree… la Dra. Tomoe, me ha dicho que podría ser contraproducente. Ella recuerda cosas buenas sobre ti, e incluso ahora sabe tu relación con los Kou… pero no sabemos cómo podría reaccionar si recuerda esos episodios que vivió contigo. —se veía bastante alterado ante mis palabras— Ella es fuerte, ha superado todo lo que estaba frente a ella… hasta ahora… no quiero darle algo más a lo que tenga que hacerle frente, de ser posible, esta vez… quiero cumplir con el pedido que mi padre adoptivo me hizo desde que Serenity nació.

—Yo también quiero protegerle. Y fue por eso que me aleje de ella… pero eso no sirvió… ella me recordó. Me busco… sé que es egoísta, pero… no quiero volver a alejarme. No me alejare si ella no quiere… y durante esos mensajes, ella fue muy clara… —sonrió— Ella quiere que le pague esa cena. Dijo que no era broma cuando me lo pidió en el parque.

—Ella quería venir conmigo… para asegurarse de que no te golpearía. Sinceramente no creo ser capaz de hacerlo, pero aun así, ella tenía miedo de que te hiciera algo.

Suspire pesadamente, aun había cosas que quería hablar con él… pero lo más importante, había sido dicho. Y lo que no habíamos dicho con palabras, lo había notado. El brillo de sus ojos cuando vio las fotos y hablaba de ella, su nerviosismo ante lo que dijera… era idéntico al de ella. Hacía pocos meses que le había permitido hablar y mensajear al amigo de Furuhata, me había alegrado saber que había esperado por mi respuesta en vez de hacerlo a mis espaldas.

Y gracias a Luna es que supe de cómo sonreía cada vez que su teléfono sonaba. Sonreía con tan tanta alegría que Luna se sentía en el pasado y al ser capaz de verlo, yo también lo sentí y agradecí. Hable con Furuhata sobre su amigo, con Naito y hasta con su hermano… todos decían que no tenía malas intenciones y el ultimo agrego que su hermano estaba verdaderamente enamorado.

Esa era la razón por la que había querido verle en cuanto volviera, antes de que la viera a ella.

—Se me está haciendo tarde. Tengo una junta. —hable dándome cuenta de la hora.

—Es verdad, yo tengo que ir con Drew.

Tome mi saco del respaldo de la silla y agarre las tarjetas. Cuando él se levantó y camino hacia la entrada le llame.

—Oye… —las puse en su pecho y pase a su lado— La puerta se cierra sola.

— ¿No quieres que te lleve… ?

Desde mi bolsillo apreté el control y el auto de la casa de al lado pito.

— ¿Esto…?

—Me pidió te avisara de que la cena estará lista a las ocho y treinta… así que no llegues tarde.

— ¿Compraste ambas casas? —pregunto señalando la casa de al lado.

—Claro. No quiero alejarme mucho de ni hermanita después de lo que paso y como no es la misma casa… no puede quejarse. Aun así, no la quiso… y me acuso de ser sobreprotector.

Lo último que vi fue su sonrisa. Subí al auto y salí de ahí. No me parecía una mala persona, pero eso había sido lo mismo que había pensado de Seiya… el daño que había causado, no solo había sido en ella… todas las personas cercanas habíamos resultado dañadas. Su sombra nos perseguiría por largo rato.

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Daba vueltas de un lado a otro dentro de la cocina… seria acaso que mi Artemis no le había dicho nada o por que le hiciera algo… No, tenía que haberle dicho. Aunque también cabía la posibilidad de que tuviera cosas que hacer y no fuera capaz de venir. Mire el teléfono en la mesa, lo había alejado ya que no dejaba de verlo.

Sabía que no tenía ningún mensaje o llamada de él y eso era lo que más me preocupaba… me lleve una mano a la boca y comencé a morder mis uñas mirando en intervalos, los platos en la mesa y el reloj. En el tiempo que pase con él antes de irse, se suponía que era una excelente cocinera. Tan buena que había sido alabada por él… pero en el tiempo después de que se fue… digamos que fue como un inicio desde cero. Si bien no quemaba nada, no podía preparar los platillos que estaban escritos en mis recetarios.

Parecía una principiante. Mis maestros me habían dicho que lo hacía bien y que aprendía muy rápido, las chicas aseguraban que todo lo que preparaba era delicioso… pero para mí, era como si algo le faltara. Y ese miedo a que mi comida no le gustara, me había llevado a preparar algo sencillo. Suspire nuevamente mirando el reloj. ¡Santo Dios! ¿Por qué no se había movido? Es que estaba pegada la manecilla.

Me deje caer en la silla y me recosté un poco en mis brazos. Cerré los ojos y recordé. Ese día en el parque. Cuando le vi y hable de sus problemas al verlo tan deprimido, de cómo sus palabras, su voz… me hizo recordar todo.

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Pasaban de las ocho y media, pero Drew y Zafiro no me habían soltado. No hasta que me interrogaran como a un criminal. Vaya panda. Gracias a la tarjeta y los códigos puede aparcar en el estacionamiento del edificio y subir por el ascensor hasta el tercer piso. Me plante sobre la primera puerta a la derecha y pase la tarjeta… marco rojo.

— ¿Qué diablos?

Volví a pasar la tarjeta y otra vez rojo… revise la otra tarjeta para revisar los códigos, sólo dos. El del estacionamiento y el del ascensor… maldecí una y otra vez, cuando toque por cuarta ocasión sin recibir respuesta.

—Maldito Moon.

Volví a timbrar y pero esta vez, de modo insistente. Y para mi sorpresa, hubo respuesta, pero de la puerta de al lado. De aquella que abrí yo muchas veces cuando viví ahí. De ella, salió una pequeña con una trenza rubia, tallándose los ojos y con un vestido similar al que usaba ese día en el parque.

—Hola… —salude no pudiendo creer lo que veía.

—Hola. —contesto ella con una sonrisa— Pasa… —agrego haciéndose a un lado y acomodando un mechón imaginario tras su oreja.

Camine hacia ella. Había tanto que quería hacer, entre ellas, abrazarle. Esa era el número uno en mi lista de: Que hacer cuando le vuelva a ver… pero tontamente volví a decir…

—Hola…

Ella volvió a sonreír, más relajada. Mi torpeza parecía haberla ayudado, agradecí en silencio al ver en su rostro esa sonrisa.

—Hola.

Me contesto. Y tuve que morderme los lengua para no volver a decir, Hola, la mire queriendo decir mil cosas, había tanto que quería saber. Tanto que no pudimos decirnos por mensajes. Pero al verla frente a mí, no pude preguntar. Me encogí de hombros mentalmente. De ahora en adelante, teníamos todo el tiempo para conocernos de nuevo, para iniciar… Para volver a amar.

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Fin

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Siento que me lloverán los tomatazos... ¬¬ sera que me pongo a venderlos y así salgo ganando.

Ok no... se que muchos querían ver aun mas, hasta lemon... pero la verdad es que yo deseaba dejar un final abierto... desde que inicie la historia y pensé la idea de que ellos se separaran después de resolver casi todo. Tenia la idea de que la historia finalizaría con un reencuentro de pocas palabras, al menos dichas. Espero que no les moleste a ustedes eso.

Nuevamente quiero agradecer a todas y cada una de ustedes. Desde las lectoras anónimas hasta las que me lanzaran piedras ocultas dentro de los tomates jajaja. Pero no solamente quiero agradecer por acompañarme en esta historia, también por acompañarme en mi vida diaria... por que muchas de ustedes son parte de ese día a día. Recuerdo que nuestra amistad no inicio gracias a esta historia y ni siquiera fue a una mía jajaja pero, a pesar del modo como empezó, ustedes me abrieron su corazón y me dieron cariño y apoyo cuando yo lo necesite. Y no solo lo necesite hace poco con mi secuela en el brazo...

Se que todas saben que hay momentos en que uno tiene problemas y no tienes con quien compartirlos, talvez no problemas recientes... pero gracias a esta historia pude exteriorizar recuerdos que simplemente no quiere uno recordar... y mas de una me dijo que esa parte del capitulo era muy vivido y lindo. Y eso me deja un buen sabor de boca... Osito bimbo ya no se ni que digo jajaja.

Las adoro como no tienen idea y realmente deseo llegar a conocerles algún día. No sólo a Yeni y Ren... también quiero conocerlas a todas ustedes. Les mando muchos besos y pasteles de queso... ojo, dije pasteles... no pay... PASTELES... también envió abrazos y macarrones de colores (macarrones el postre francés... no la pasta)

P. D. Mi brazo avanza con los días, ya puedo levantarlo más (Aunque solo de frente... de lado extendido aun no U.U) los dedos ya no se me engarrotan y puedo escribir por mas tiempo. La muñeca ya puede estar suspendida por mas tiempo y eso hace que puede escribir sin tener que ponerme algo bajo ella... el que no coopera es el codo... sera por que es codo... jajaja lo se no fue gracioso. Bueno, el codo aun no puede estar suspendido, tengo que tenerlo apoyado y pegado al cuerpo la mayor parte del día... El codo es malo ¬¬... bueno pues sigo con la terapia en casa y medicamentos, y este fin de semana tengo mi revisión mensual.

MATANE...